Hace ya unos meses que terminé de ver la serie que voy a comentar hoy, pero recientemente la cadena “Cuatro” ha empezado a emitirla, así que puede ser un buen momento para dejar algunas cosas sobre ella. La serie de hoy es “American Horror Story”, en su primera temporada, porque parece que dará lugar a una segunda sin una fecha concreta de estreno.
Por comentarios anteriores ya sabéis que el terror es uno de los temas que me gustan, ya sea en cine, televisión o literatura. Como he comentado en alguna ocasión últimamente no hay demasiadas cosas en ninguno de estos terrenos que me haya llamado demasiado la atención. En el campo de la novela destacaría algunas de zombis más o menos entretenidas y con algunos elementos novedosos que me gustaron bastante, sobre todo la trilogía de Manuel Loureiro, “Apocalipsis Z”. En televisión y casualmente dentro del mismo tema me quedo con “The walking dead”, que sobre todo en su segunda temporada me está resultando mejor incluso que la primera. Y en cine la verdad es que llevo bastante tiempo sin ver nada que me llame la atención ni un poco. Viene esto a que la serie de hoy está dentro de esa temática, el terror. Venía avalada por muy buenas críticas desde su país y como buen aficionado me puse a verla en cuanto Fox empezó con la emisión.
El tema en sí no es nada novedoso. Parte del típico argumento de la casa maldita en la que han tenido lugar una serie de asesinatos en el pasado y en la que pasan todo tipo de cosas raras y siniestras. Intentaré no desvelar casi nada del argumento, aunque no es demasiado fácil hacer un comentario de la misma sin hacerlo, contar demasiado sería malo para los que empezaron a verla y contar poco puede no animar a algunos lectores a hacerlo. Aún partiendo de una idea no demasiado original creo que en su desarrollo tiene algunos elementos algo novedosos en cuanto al tratamiento y la forma que pueden hacer que destaque un poco. A mí personalmente los primeros capítulos me gustaron bastante y me engancharon, pero creo que a partir del cinco o el seis fui perdiendo un poco el interés. Aún así terminé de verla porque no quería quedarme sin conocer el desenlace, además de que seguía teniendo, sobre todo, algún personaje que sí me gustó mucho y que mencionaré algo más adelante. Al principio parecía tener algo más de lo que me fue demostrando después, un cierto aire que sí que daba algo de miedo, de tensión provocada sobre todo por el desconocimiento de las cosas y algunos momentos que si eran realmente impresionantes para el espectador. Cuando uno va viéndola descubre que en más de un capítulo es quizá demasiado repetitiva y alarga demasiado algunas cosas, pudiendo llegar a cansar ligeramente. Claro que todo esto no es más que una opinión personal.
Los protagonistas centrales son la familia Harmon, formada por tres personas. Ben es el padre de familia, un psiquiatra que en cierto momento engaña a su mujer. A causa de esto y buscando una reconciliación la familia se marcha a vivir de Boston a Los Ángeles, donde compran a un precio maravilloso una impresionante casa en la que él además instalará su consulta. Vivian es su esposa, muy dolida con Ben por el engaño y a la que le cuesta algo superar esa situación. Acepta el cambio sobre todo por el bien de su hija, Violet, una adolescente que también estará algo afectada por todo esto. La casa es el centro de atención de toda la historia, un personaje más, lleno de misterios, sorpresas, violencia y caos. Ya las primeras escenas del primer capítulo harán que el espectador esté lleno de interrogantes y de momentos que irá entendiendo a medida que avancen los capítulos. Desde el principio una serie de personajes irán apareciendo en sus vidas, provocándoles algunos de ellos más de un sobresalto. Adelaide Langdon será una de las primeras, una joven con síndrome de Down que se mete en su casa cuando quiere y ronda por ella como si fuera suya. Constance Langdon es su madre, una gran señora que vive con su hija en la casa de al lado, una vecina algo rara, extraña, con aires de gran señora y que tardaremos algo en ubicar dentro de la historia. También aparecerá desde el principio el joven Tate, que se convertirá en el primer paciente de Ben, violento, extraño y desconcertante. Y Moira, una mujer que aparece en cuanto ellos se instalan para desempeñar el cargo de ama de llaves de la casa, trabajo que lleva realizando desde hace muchos años. Todos ellos desconcertarán al espectador hasta que pueda ir ubicándolos dentro de una historia que es más complicada de lo que parece en un principio. Sabemos desde los primeros capítulos que no hace demasiado dos hombres murieron en la casa, algo que la vendedora está obligada a comunicar a los Harmon, una muerte violenta que es la que hace que el precio de la misma sea tan bajo, pero hay muchas cosas más que ni ellos ni nosotros sabemos y que tendremos que ir descubriendo poco a poco.
Para mí una de las mejores cosas de la serie son los actores. La verdad es que todos ellos están realmente bien, la media es más que alta y algunos destacan muy por encima de los demás. Casi todos ellos son caras conocidas, unas más que otras, pero hay dos que vienen directamente del cine. El papel de Ben Harmon está interpretado por Dylan McDermott con mucha convicción, torturado por la situación que generó con su comportamiento, luchando por salvar a su familia al mismo tiempo que intenta realizar su trabajo, con unos pacientes realmente complicados y extraños e intentando salvar de la mejor forma posible las distintas situaciones con las que se va encontrando. No es un actor que me guste demasiado, la verdad, pero en este caso me convenció completamente. Muy bien también Connie Britton en el papel de su mujer, Vivian, aunque en este caso no voy a decir mucho más porque eso implicaría contar demasiado, pero me gustó mucho, agobiada, torturada y asustada por la cantidad de cosas que le van a pasar dentro de la casa. Pero por encima de todos, para mí, está la actriz que interpreta el papel de Constance Langdon, por el que Jessica Lange (una de las grandes actrices del cine americano) ganó varios premios, entre ellos el Globo de Oro. Es el personaje que más me impresionó y está realmente genial, muy por encima de los demás, llenando la pantalla cada vez que aparece. Es imposible quitarle la vista de encima y no estar pendiente de cada uno de sus gestos, de sus miradas o actitudes. Para mí ella quita más el sueño e impresiona más que cualquiera de los demás y que cualquiera de las cosas que puedan pasar en la casa. Fría y distante en algunos momentos, preocupada en otros y espeluznante en algunos más. Creo que ella es, con mucho, lo mejor de la serie y merece la pena verla entera para disfrutar de su presencia. Otro de los personajes que destacaría es de Moira, el ama de llaves, de la que no voy a decir nada porque de nuevo sería contar demasiado, pero atentos a ella. Y, por supuesto, la casa es el personaje central, el núcleo de todo lo que ocurrió y ocurre, la que provoca todo, oscura, misteriosa y desconcertante.
Como dije al principio empecé a verla con bastantes ganas, las críticas eran buenas y por todas partes la ponían por las nubes, de lo mejor en el género de los últimos años. Los primeros capítulos me parecieron realmente buenos, tanto en la historia como en la dirección, muy cinematográfica y bien hecha. Todas las escenas están realizadas con la idea de desconcertar y asustar al espectador y tienen muy buenos momentos en general. Especial atención a los títulos de crédito iniciales, muy bien hechos. Una vez que uno sabe más o menos por dónde van los tiros creo que pierde un poco de interés y la estiran quizá demasiado. Esta primera temporada está formada por doce capítulos, para mí le sobran dos en realidad, creo que quedaría más redonda. Dentro del tema de las casas malditas no está mal y tiene algunos elementos novedosos, aunque también juega con muchos otros que hemos visto ya antes, muchos de ellos en plan homenaje o recuerdo para aficionados. Yo pienso en este momento en historias como “El resplandor”, “La semilla del diablo” y otros clásicos. Uno de sus defectos también podría ser, en algún momento, la quizá excesiva cantidad de personajes que iremos descubriendo, importantes algunos, pero demasiado anecdóticos otros. Teniendo en cuenta lo poco atractivas que son últimamente las series de este género creo que está un poco por encima de la media y merece la pena verla. Sus defectos quizá sean menos que sus virtudes y la balanza queda más o menos equilibrada, salvo en algunos momentos (que no puedo contar, claro). Los últimos capítulos me decepcionaron un poco y aunque en algunos medios hablan de un final autoconclusivo, a mí no me lo pareció; es más, está prevista una segunda temporada que no sé muy bien por dónde irá, aunque tengo alguna idea al respecto. Lo mejor de la serie son los actores, prácticamente todos ellos, algunos momentos y planteamientos de la historia y más de un giro levemente inesperado y sorpresivo en la misma. La idea es buena, pero peca de repetitiva en algunos capítulos, el guión flojea un poco y eso, aunque no hace que se pierda el interés, sí que puede cansar algo. Ya me diréis que pensáis.
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