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domingo, 23 de octubre de 2011

"La ley de Harry", "Harry´s Law"


Disculpas de nuevo, para esta tampoco encontré ningún vídeo decente que no estuviera en inglés.
Hoy volvemos a la televisión. Hace unos días un amigo publicaba en su blog, “Caderno da crítica” que aparece además dentro de “Mi lista de blogs” un comentario en gallego que está muy relacionado con la introducción del mío de hoy, se titula “De “Fringe” a “Sons of anarchy”: a importancia dos guionistas”. Mucho nos fijamos siempre en los actores, la ambientación y claro está, en la historia, pero creo que van a ser pocos los nombres de los guionistas que podamos recordar, cuando la realidad es que ellos son el alma de estas series que vemos casi a diario. En alguno de mis comentarios he mencionado estos nombres, y aún así pocos podríamos nombrar. Muchas de estas series tienen guiones maravillosos, bien elaborados y preparados y como dice ese post que menciono, muchos de ellos no tienen razón para estar lejos de las mejores producciones literarias. Creo que, ya lo he dicho alguna vez, que hoy la televisión es el sitio al que muchos actores y guionistas recurren escapando un poco del cine, sobre todo en Estados Unidos. Me cuesta recordar en estos últimos años más de una docena de películas que realmente destaquen por sus historias y por cómo están contadas, mientras que puedo pensar en muchas series que están muy por encima de la media de un cine que hoy está inmerso en un mundo de efectos especiales, nuevas versiones de otras más antiguas o incluso de intentos de recuperar viejas series para la gran pantalla (casi todas ellas con resultados fallidos). También muchos de los grandes actores de ese cine se están pasando a la pequeña pantalla, como si fuera el reducto donde poder desarrollar de verdad su capacidad, no voy a mencionar a ninguno en concreto, pero estarán en la cabeza de muchos de mis lectores. Toda esta introducción viene a cuento del guionista principal y la actriz protagonista de la serie que voy a comentar hoy, “La ley de Harry” (que puede aparecer también por ahí con su título original en inglés, “Harry´s Law”).
El guionista de la serie es David E. Kelley, un nombre de esos que casi nadie conocerá, especializado en series de abogados que tan habituales son por USA, pero en este caso, siempre con los suficientes elementos interesantes como para hacerlas estar por encima de la media. En todas ellas hay siempre un elemento de crítica, sobre todo hacia la sociedad americana, que en unas es más clara y evidente que en otras, y también con un gran componente de humor que yo creo que ayuda todavía más a hacer llegar esas críticas al espectador. Seguro que el nombre no os dice nada, pero en cuanto mencione algunas de sus series surgirá esa cara de “¡Ah, es ese!”. De su pluma salieron “La ley de Los Ángeles”, “Picket Fences”, “Ally McBeal”, “El abogado”, “Profesores de Boston”, la para mí genial e imprescindible “Boston Legal” y esta de hoy, que por el momento es la última. Muchas de ellas son casi clásicos del medio y en todas, como dije anteriormente, hay suficientes elementos no solo para el entretenimiento, sino también para la reflexión y el debate.
La protagonista de “La ley de Harry” es Kathy Bates, una de las grandes actrices, impecable siempre y maravillosa muchas veces, o aterradora si pienso en uno de sus papeles más destacados, la protagonista de “Misery”, aquella mujer que secuestraba al escritor de sus novelas favoritas y al que torturaba de una manera sádica porque no le gustaba cómo terminaba su última novela. Impresionante en “Eclipse total” y entrañable en “Tomates verdes fritos”. Gran cantidad de películas, muchas de ellas en papeles secundarios siempre importantes, ganadora de un Óscar y de muchos más premios. A mí siempre me gusta y una película suya casi siempre es garantía de que vamos a ver algo decente. Como dije muchas de estas actrices han encontrado en la televisión un magnífico vehículo para seguir trabajando, con un cine dominado por mujeres mucho más jóvenes y con pocos papeles que realmente merezcan la pena. Participó en algunas producciones televisivas, pero es la primera vez que casi se le prepara una serie a su medida, ella es el centro de la serie y la que lleva el peso. Y realmente merece la pena verla, porque la cantidad de sentimientos que es capaz de comunicar a veces con una sola mirada es algo realmente digno de mención. La serie no es nada novedosa, aunque tiene suficientes elementos como para gustar, pero verla en el papel de la abogada Harriet Korn es algo que merece la pena.
La primera temporada consta de 12 episodios y fue emitida por Calle 13. Ahora están emitiendo en Estados Unidos la segunda, muestra de que ha tenido un cierto éxito. Se centra en las andanzas como abogada de Harriet, una mujer que llevaba una vida más o menos fácil y ganando mucho dinero como jurista especializada en patentes que es despedida de su trabajo. Como algunas otras de este guionista tiene una serie de elementos en la historia un tanto humorísticos o exagerados. Cuando sale de su despacho en ese primer episodio un joven negro le cae encima (este joven empezará trabajando con ella después de este suceso) y un joven abogado algo cansado de su trabajo la atropella con su coche (y este también se irá a trabajar con ella). Ve todo esto que le pasa como una señal y decide montar un bufete en un barrio problemático y marginal para defender casos criminales que siempre tienen algún componente de crítica social y que pueden generar una cierta polémica, casi siempre con protagonistas de la calle, gente corriente que no podría recurrir nunca a un abogado con un cierto prestigio. Alquila un local que era una antigua zapatería de lujo en la que todavía están la mayor parte de los zapatos, así que tendrá un doble negocio. Tiene un bufete en el que se venden zapatos de prestigiosas marcas, que es lo que le dará algo de dinero, ya que la mayor parte de sus clientes son personas con poco o ningún dinero. Pasará del mundo frío y más tranquilo de las patentes al de la violencia callejera, las bandas, los asesinatos o los problemas sociales, algo completamente desconocido para ella pero que supone un desafío que le dará una nueva vida, una nueva perspectiva y muchas ganas de seguir trabajando en el mundo de la abogacía. Casi sin quererlo se verá inmersa en este nuevo mundo, lo que la hará casi renacer, encontrar un nuevo y gran motivo para seguir adelante, viendo la abogacía de otra forma completamente distinta y con muchos quebraderos de cabeza, sobre todo por cuestiones éticas. En uno de los capítulos hace un discurso sobre los abogados y a dónde están yendo que es realmente interesante y que da para una buena discusión. Todos los casos tienen siempre algún componente polémico que se puede extrapolar al campo de la crítica social y de la situación actual no solo de ese país, sino de otros muchos. En ese sentido creo que destaca por encima de la media y muchos de ellos serían ideales para hacer un buen debate, no solo, por ejemplo, en un aula, sino también incluso en una buena tertulia entre amigos.
Otra de las cosas destacadas son los personajes, dejando a un lado el central que lleva la parte más importante del argumento. Cuatro o cinco son los fundamentales y más de uno irá cogiendo importancia a medida que avanzan los capítulos. Adam Branco (interpretado por Nathan Corddry) es el joven abogado que ve el trabajo con Harry como un nuevo reto, escapando de una exnovia y de un trabajo que no le satisface. Harry al principio no ve claro que pueda quedarse con ella, parece un joven inseguro, tímido y poco capaz, pero pronto veremos como no es así. Malcolm Davies (el actor Aml Ameen) es otro chico joven, pandillero y exdrogadicto pero muy listo, tanto que poco a poco irá descubriendo en la abogacía un mundo que le convence, descubriéndose como un miembro fundamental del equipo. Jenna Backstrom (Brittany Snow) es uno de los elementos femeninos de la historia, la que será medio secretaria medio vendedora de zapatos, una mujer que puede parecer un poco frívola, pero que ya veremos como no lo es tanto. Damien Winslow (Johnny Ray Gill) es el único de estos personajes que pertenece al barrio, es como un protector del mismo, pero en este caso protege a los demás de las pandillas, de los malos rollos, de los delincuentes, violento pero al mismo tiempo consciente de que muchas veces no le queda más remedio que hacer lo que hace. Y de los fijos dejo para el final a mi favorito, a Tommy Jefferson (interpretado por Christopher McDonald); es el abogado mediático, ese que se anuncia en la televisión y que es capaz de cualquier cosa para conseguir dinero y fama. Al principio se hace odioso, faltón, maleducado, prepotente, pero poco a poco su personaje va tomando un camino que hace que lo veamos distinto, cogiendo algo más de protagonismo, no quiero desvelar más porque es mejor ver por dónde va.
En general está bien y creo que recomendaría bastante que la vierais. En algún momento cae un poco en historias sentimentales que parecen romper un poco la buena dinámica que lleva, como queriendo darle otros caminos además del de los casos a defender, creo que eso la hace decaer un poco en esos momentos. Pero, en general, mantiene una buena media de calidad y entretenimiento, además de ese elemento de crítica que quizá sea lo que más me gustó. Tiene momentos realmente divertidos, otros fuertes, algunos violentos y otros tristes, en ese sentido sabe alternar bastante bien diversas situaciones para conseguir la atención del espectador. No es la serie ideal y las hay mejores, pero creo que podréis verla sin que os decepcione. A mí, además de estar bastante bien interpretada (destacando por encima de todos la señora Bates y el personaje de Tommy Jefferson) me gustó bastante y espero la llegada de la segunda temporada.

lunes, 17 de octubre de 2011

"La púrpura negra", de Luis Murillo

 Hace un par de semanas recibí un correo que me dejó entre gratamente sorprendido y también, por qué no decirlo, halagado. En él el autor de una novela me pedía, muy amablemente, que comentara la noticia de la publicación de su segunda obra. Como, la verdad, no lo conocía ni personalmente ni como novelista, lo primero que hice fue echar un ojo a su página web y a algunos comentarios que había por la red sobre él. Le contesté que intentaría leer la primera, realizar un comentario para el blog y, de paso, mencionar la publicación de esa segunda obra, y este es el comentario que os voy a dejar, una vez leída “La púrpura negra”, de Luis Murillo, publicada en el año 2008 por VíaMagna (una editorial que creo que ha desaparecido) y que en este momento parece ser que está pendiente de una segunda edición, lo que puede dar una idea de que ha tenido un cierto éxito. Ya de entrada diré que la lectura me ha resultado amena y entretenida, que ya es un punto a su favor.
Luis Murillo es un autor nacido en Hinojosa del Duque, provincia de Córdoba, en 1947. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, tras abandonar estudios eclesiásticos en el seminario. Entre 1969 y 1976 obtiene varios premios por sus cuentos y algunas de sus novelas, todavía no publicadas, fueron seleccionadas como finalistas en varios conocidos premios: Planeta, Ateneo de Sevilla o Blasco Ibáñez. Hasta 1985 estará centrado en su trabajo como guionista cinematográfico, con diecinueve películas de diversos géneros; varias infantiles como las protagonizadas por el grupo Parchís. Entre 1985 y 2005 pasará al mundo de la televisión. Durante catorce años colaborará con un clásico de este medio, Narciso Ibáñez Serrador en programas como “Hablemos de sexo” o el ya clásico “Un, dos, tres”; también fue director creativo de la productora Videomedia, con programas como “El precio justo” o “Lo que necesitas es amor”. En el año 2006 vuelve a la literatura, creando el personaje de Dan Foster, su primera obra es la que os comento hoy, “La púrpura negra”, publicada en el año 2008. La segunda es de reciente publicación, “Currículum Mortis” y tiene previsto para el 2013 una tercera entrega bajo el título de “Magnum Secretum”. Esta información podéis ampliarla tanto en la página web dedicada al protagonista (www.sagadanfoster.com) como en el blog del propio autor (www.lmurillo47.wordpress.com).
Al igual que otros autores del género de acción y aventuras Murillo crea a Daniel Foster, más conocido como Dan en sus novelas. Él es el centro de la saga novelística creada por el autor. Es un personaje en el que podemos encontrar influencias de los más característicos del género, pero también algunas características que lo hacen algo distinto. Es un periodista de investigación que tiene como objetivo escribir una novela sobre algún tema polémico, misterioso o de actualidad. Con algo más de cuarenta años, nacido en Londres, hijo de un periodista inglés y una traductora catalana. Al principio de esta primera novela, tras un problema profesional y una decepción amorosa decide volver a Barcelona, a casa de su madre. Ahí conoce a Lola Portal, directora y propietaria de la editorial Diamante, especializada en publicar libros de investigación sobre temas polémicos y actuales. La acción principal de esta novela surge de la idea de que Dan escriba una novela sobre un cónclave que se está celebrando en ese mismo momento tras la muerte del último Papa. Para ello debería infiltrarse en el Vaticano para intentar descubrir todo lo que ocurre en la Capilla Sixtina en esos momentos. Este personaje es el hilo que aglutina toda la historia, pero la novela va algo más allá de la mera investigación sobre qué ocurre en el Vaticano durante esa elección. Dan Foster será algo así como el personaje que nos irá contando la mayor parte de las cosas, casi como un testigo de una historia de intriga y amor que se va complicando a medida que avanza, tanto para él como para los lectores. En realidad otros son los verdaderos protagonistas de la historia, aunque él interviene es más un espectador con una importante intervención al mismo tiempo que el protagonista.
La historia, situada alrededor del año 2013, parte del momento en el que vemos cómo el cónclave que se está celebrando resulta algo más complicado de lo que parecía. Dos facciones dentro de los cardenales luchan por la elección de su elegido, pero tras varias votaciones ninguno de los dos llega a alcanzar el número de votos suficiente. Así veremos como casi se produce una guerra de poder entre el grupo más conservador y otro algo más aperturista, pero aún así ninguno consigue ganar. Al mismo tiempo vamos descubriendo cómo la política internacional tiene bastante que decir al respecto del nuevo Papa. Mientras esto ocurre es cuando Foster acepta el encargo de recabar información sobre este proceso, pero descubrirá cosas que van más allá. Al mismo tiempo unas extrañas profecías de San Malaquías de Irlanda circulan también alrededor de toda esta situación, sobre todo una nueva profecía que de casualidad descubre e investiga el profesor Crespo y que dará lugar también a un libro. Al final los cardenales, de una forma sorpresiva incluso para él, eligen Papa al cardenal argentino Jorge Darío Mendoza, que estaba a punto de abandonar la Iglesia por el amor a una mujer que conoció casi de casualidad. Una escapada nocturna de este cardenal la misma noche que es elegido pone en alerta no solo a todo el Vaticano, sino también a Foster, que ve algo extraño en la misma, algo que puede hacer que su libro cambie completamente de perspectiva. Pero el cardenal Mendoza ve en esta elección una posibilidad de provocar un cambio radical en la Iglesia en muchos campos, tanto sociales como morales o teológicos. Estos cambios evidentemente no serán bien vistos por todos los ámbitos de la sociedad y traerán consigo una serie de intrigas para evitarlos. Cuáles son estos cambios, por dónde irán las vidas del cardenal Mendoza, su amada o Dan Foster y algunas cosas más será algo que tendréis que descubrir por vosotros mismos tras su lectura.
Es una novela de acción y aventuras que mezcla elementos que podemos considerar realistas con otros algo más fantásticos, como toda novela de este género que se precie. Entra dentro de ese tipo de novelas con intrigas religiosas, políticas y sociales que alterna investigación, escenas de acción, amor y casi todos los elementos típicos de este género. Autores como Dan Brown, David Baldacci o similares, mucho más conocidos que Luis Murillo manejan todos estos elementos, normalmente con maestría. Una de las cosas buenas de esta novela es que no se pierde demasiado en disquisiciones de otro tipo, las cosas se plantean desde el principio, de una forma rápida y abriendo una serie de interrogantes que se irán descubriendo a medida que leemos. El desarrollo es ágil y con algunas sorpresas, previsible en algunos momentos e inesperado en otros. A pesar de esta rapidez y agilidad la narración se para a veces en momentos descriptivos que para algunos lectores pueden parecer algo exagerados, me refiero a que el autor concreta todo de una manera exacta y precisa, mencionando marcas, colores, nombres de casi todo lo que aparece; recordándome a este respecto en algún momento a una novela de hace años, “American Psycho”, que también tenía esta forma de describir. Claro que lo que para algunos puede ser un leve defecto a otros puede gustarles mucho, eso ya es una cuestión muy personal. El estilo es directo, una forma de escribir que anima a leer, fundado sobre todo en la intriga de la historia y en las varias líneas por las que discurre que va alternando en los distintos capítulos, cortos y directos. Se nota su experiencia en la escritura de guiones tanto para televisión como para el cine, es fácil imaginárselo todo como si estuviésemos viendo la historia en la gran pantalla o en nuestra casa. La trama central juega con un tema religioso y la modernización de la Iglesia, una serie de avances propuestos por ese nuevo Papa que van a agradar a muchos y molestar a otros. Veremos como al final, como todos sospechamos en realidad, el mundo está controlado y dirigido por las grandes empresas y la política de alto nivel.
Los personajes están bien diseñados y todos ellos tienen una serie de características muy particulares. Dan Foster es el hilo conductor y el lector va descubriendo la trama casi al mismo tiempo que él. Para mí el más destacado, no solo por llevar la parte central de la historia, es el cardenal Mendoza, un hombre que se ve sorprendido por las circunstancias pero que, a pesar de su situación personal, ve que se le ofrece una oportunidad inigualable para cambiar las cosas y la visión que el mundo tiene de la Iglesia Cristiana. También tendremos antiguos agentes de la CIA metidos a sacerdotes con una aparición destacada, asesinos profesionales, médicos y políticos de alto nivel; todos ellos con una importante intervención en el desarrollo de los hechos.
A mí me pareció una lectura muy entretenida y se la he recomendado a varias personas. No es que aporte gran cosa al género, pero tiene suficientes elementos tanto como novela como en muchas de las cosas que dice, para resultar atractiva para el lector. Quizá una de las cosas que más me gustaron es que a pesar de jugar un poco con las polémicas sobre la Iglesia los argumentos que da para todos esos cambios no son un mero elemento de polémica, sino que están bastante bien argumentados y justificados, otra cosa será que esos argumentos convenzan al lector. La leí un poco obligado por la petición del autor, pero no me he arrepentido para nada de haberlo hecho, me enganchó bastante y me gustó. Quizá algunas de las cosas pueden resultar demasiado fantásticas (aunque este sea un elemento básico y constante de este tipo de novelas) y me refiero no al argumento, sino a otro tipo de elementos que tampoco quiero desvelar para no estropearle la lectura a nadie. 
Recientemente Luis Murillo acaba de publicar su segunda novela, “Curriculum Mortis” con Adhara Editorial, segunda entrega de lo que él mismo denomina saga de Dan Foster. De nuevo una novela de suspense internacional en la que el protagonista viaja a Estados Unidos para realizar una investigación sobre una serie de misteriosos asesinatos, un virus, la desaparición de una famosa doctora, la aparición de un nuevo amor en su vida, extrañas organizaciones secretas e incluso relaciones con el asesinato de Kennedy o la muerte de Marilyn Monroe. La historia no tiene mala pinta, así que no dudéis de que algún día aparecerá por aquí.

domingo, 9 de octubre de 2011

"No abras los ojos", de John Verdon




 En el mes de enero de este mismo año comentaba la primera novela de este autor. Un hombre ya mayor que una vez jubilado había tomado el camino de la novela por primera vez. La novela era “Sé lo que estás pensando” y el autor John Verdon. En aquel momento ya decía que había firmado un contrato de tres novelas con el mismo personaje con su editorial. La segunda ha aparecido recientemente y se titula “No cierres los ojos”, que es la que voy a comentar hoy. Decía en aquel momento que era una historia englobada dentro del género negro y que había tenido muy buenas ventas en todos los países en los que se había publicado. No estaba mal, me había entretenido bastante y hasta me enganchara un poco, metido en una trama que resultaba interesante y algo novedosa en algunas cosas. Ya de entrada voy a decir que este segunda no me ha gustado demasiado, no consiguió que tuviera ganas de seguir leyendo, de seguir avanzando en la historia y me llevó más tiempo del que esperaba, además de ser algo más larga que la anterior, que quizá fuera uno de sus méritos, concentrar una historia complicada en no demasiadas páginas para no cansar al lector con tantos interrogantes y líneas de investigación que no se sabía demasiado bien a dónde llevaban. Dentro del género no es que sea una mala novela, pero quizá no aporte demasiado al mismo, lo que no quiere decir que siempre haya que aportar algo, pero no repetir siempre los mismos esquemas. Al final de estas líneas me explicaré un poco más.

Del autor no voy a añadir nada más, me remito a la reseña anterior, ya que poco ha cambiado desde entonces. Como digo, firmó por tres novelas, esta es la segunda y seguramente en breve, aprovechando el tirón, aparecerá la tercera, que aunque no lo creo, espero que cambie un poco la línea marcada.
El personaje central es el mismo, el detective retirado Dave Gurney y se sitúa aproximadamente un año después de la resolución del caso de la novela anterior. La investigación surge del brutal asesinato de Jillian, una joven problemática que será degollada el día de su boda en una cabaña, cerca de la casa donde se celebra la misma. Iba a casarse con un renombrado psiquiatra, el doctor Scott Ashton, que además era el terapeuta de la fallecida. Las primeras y más claras sospechas recaen sobre Héctor Flores, un jardinero hispano que lleva un tiempo trabajando para el doctor Ashton, pero ya iremos viendo como nada es lo que parece. Dave Gurney vive con Madelaine, su mujer, en una casa en el campo, encargándose de las cosas de todos los días y, por qué no decirlo, aburriéndose un poco. En el fondo echa de menos la vida de detective y su mujer, aunque no le guste nada, es consciente de ello. Un día recibe la llamada del detective en activo Jack Hardwick, un personaje que ya tenía un papel importante en la historia anterior. Además de este varios serán los personajes de esa misma novela que repetirán en esta y sigo pensando lo mismo al respecto. Hay algunos que merecerían un desarrollo y una intervención mayor en la historia, pero que siguen quedándose en papeles secundarios, casi haciendo bulto y con una participación casi testimonial. Por sus características o personalidades me parecen interesantes, pero se quedan en eso, en peones dentro de una historia completamente al servicio de su protagonista. Cuando el detective Hardwick lo llama le comenta el caso que centra la historia y lo perdidos que están, le cuenta las circunstancias del mismo y lo desconcertante de las pistas que tienen. Además, por diferencias en el planteamiento, él ha sido relevado del caso, que ha sido asignado a otro grupo con el que no se lleva nada bien y que ha elaborado una serie de hipótesis que a él no le parecen nada lógicas. La madre de Jillian, Val Perry, está desesperada por la situación, han pasado varios meses desde el brutal asesinato y no se sabe nada todavía y el principal sospechoso está desaparecido. Así que Hardwick le comenta que le ha dicho a Val Perry que llame a Gurney para que este, como investigador privado, tome contacto con toda la documentación, a ver si él puede descubrir algo que a los demás se le ha escapado. Gurney ahora es famoso por el caso de la novela anterior, pero él sabe que a su mujer no le va a hacer ninguna gracia que acepte el encargo. Pero las circunstancias del asesinato serán un nuevo desafío para él que será incapaz de no aceptar, así que se dará un plazo de dos semanas para descubrir algo, si en ese tiempo no logra avances importantes lo dejará. Claro que esto a su mujer no le va a hacer ninguna gracia, aunque sabe que él es el mejor y que su capacidad de deducción y de atención a los detalles lo hacen alguien especial no quiere que vuelva a una vida que solo conseguía que se alejara de ella y de los suyos. Una novia que aparece con la cabeza cortada puesta encima de una mesa, un rastro que acaba de forma misteriosa y una serie de personajes que parecen esconder algo, ninguno parece ser como realmente es. Este será el nuevo desafío que aceptará Dave Gurney, que lo sacará de su retiro para entrar en una historia llena de interrogantes, de pistas que parecen no llevar a ningún lado, de piezas que no encajan de ninguna manera, ¿cuál será la pieza que falta?
Este es más o menos el argumento de la historia intentando no desvelar nada a los lectores, claro. ¿Por qué no me gustó demasiado? Por un lado la respuesta es fácil, muchas de las cosas que comenté cuando hablaba de la novela anterior como interesantes podrían aplicarse de la misma forma a esta. Me quedé con la sensación en más de una ocasión de estar leyendo casi lo mismo. Elementos como la intervención de su mujer, algunos personajes secundarios o los interrogantes que surgen a lo largo de la historia, cosas que me gustaron algo en la otra, se repiten de tal manera en esta que en más de una ocasión incluso me cansó. Tenía la impresión de estar leyendo algo tan parecido que no me enganchaba, leía un poco y no me pasaba como con otras, podía dejarla encima de la mesa con toda tranquilidad y ponerme a dormir para seguir al día siguiente. Además la resolución, como suele ocurrir en algunos casos, es demasiado rápida, tras un montón de páginas de planteamientos más o menos aceptables, todo se resuelve en unas pocas páginas de una forma algo, para mí, casi casual. En este caso, además, una de las cosas que me gustaron de la otra, la intervención de su mujer planteándole interrogantes o preguntas para echarle una mano queda algo más reducida, Gurney se lo resuelve él solo casi todo y esa intervención me parecía interesante. Incluso el personaje de Jack Hardwick pierde también algo de fuerza. Creo que se concentra demasiado en el protagonista y sigue sin sacar demasiado de los personajes secundarios. El caso a investigar es interesante y curioso, pero es como si ya nos lo supiéramos. Cosas raras, personajes extraños y situaciones que no tienen una explicación lógica son la constante, pero claro, eso ya pasaba antes en otra. Hay autores con sagas muy extensas centradas en los mismos personajes que se preocupan de darle alguna sorpresa al lector, aún manteniendo un esquema saben y dominan la historia y sabes que siempre encontrarás algo nuevo e interesante. A mí esto no me está pasando con John Verdon, la verdad. Incluso hubo cosas que no me cuadraron demasiado, que parecían metidas a la fuerza para introducir más interrogantes en la historia e incluso me quedó la sensación de que algunas cosas quedaban como colgadas, sin que fueran demasiado claras para el lector.
¿La recomendaría? Bueno, como una lectura leve sin demasiadas pretensiones a lo mejor sí, pero si se quiere leer algo interesante, ameno y con una intriga de verdad no estaría dentro de mis primeras elecciones si alguien me pregunta. Tampoco creo que sea mala, simplemente me pareció floja, mucho más que “Sé lo que estás pensando”. Me da la impresión de que hay más de aprovechamiento del tirón de ventas de este y que fue escrita con bastante rapidez, ya que salió a los pocos meses, así que veo más marketing que otra cosa. Para los verdaderos aficionados a la novela negra creo que no es demasiado interesante. ¿Leeré la siguiente? Posiblemente, pero tampoco lo tengo demasiado claro, eso siempre dependerá de el momento en que me pille y la lista de lecturas pendientes que tenga, aunque suelo ser de los que siempre dan otra oportunidad, nunca se sabe, siempre te pueden sorprender. Como siempre esto es una opinión personal, no sé si estaréis de acuerdo o no, pero me gustaría saberlo.