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miércoles, 30 de diciembre de 2015

"El pasajero" y "La línea negra", Jean Christophe Grangé

Como en alguna ocasión anterior hoy os dejo dos novelas en un mismo comentario, más que nada porque las leí casi seguidas y son del mismo autor. No es un escritor muy reciente, aunque sí de hoy, su primera novela es del año 2000 y este mismo 2015 publicó la última hasta el momento. No había leído nada suyo, pero sí recuerdo ver una película hace ya unos años que me había gustado bastante, “Los ríos de color púrpura”. El autor es Jean Christophe Grangé y de entre su producción hoy pondré algunas cosas sobre “El pasajero” y “La línea negra”. Como casi todas su obras está relacionada con el género de la novela negra, pero siempre con algunos elementos que la hacen ligeramente distinta, siempre con algo especial o relacionado con lo fantástico pero sin escapar de lo creíble.

Jean Christophe Grangé es un autor francés nacido en París en 1961. Es licenciado en Letras por la Universidad de La Sorbona e inicialmente se dedicó a la redacción publicitaria y al periodismo de forma libre, colaborando con conocidas publicaciones como “National Geographic”, “Sunday Times” o “Paris-Match”, hasta que fundó L&G, su propia agencia de prensa. Durante su trabajo como reportero viajó por todo el mundo y recibió algunos importantes premios por su labor. Su primera novela aparece en 1994, “El vuelo de las cigüeñas”. La que le dará más nombre, pese a ser su segunda publicación fue “Los ríos de color púrpura”, de 1999 y que, como ya dije, fue llevada al cine (como buena parte del resto de sus historias) en una cinta protagonizada por Jean Reno y que estaba realmente bien, y en la que el autor actuó como guionista. De esta en concreto hubo una continuación. Además de adaptaciones de sus relatos también es autor de un guión original, “Vidoq”, una excelente película, inquietante y extraña, protagonizada en este caso por Gerard Depardieu. Las dos de hoy son del 2004, “La línea negra” y del 2011 “El pasajero”. Prácticamente todas pueden encontrarse en castellano en la editorial Grijalbo. Las más recientes son “Lontano” y “Kaiken”, que creo que de momento no están traducidas.

“El pasajero” es una de las novelas más inquietantes y desconcertantes que he leído en los últimos años y la primera que leí de este autor y que me animó a hacerlo con el resto, que irán cayendo poco a poco, que tampoco es cuestión de empacharse y ventilarlas todas de un tirón. La historia gira en torno a dos personajes principales. Uno es una policía, Anaïs Chatelet, una joven que quiere ganarse el respeto de sus compañeros de profesión, con un pasado algo oscuro que la tiene levemente torturada y que se verá metida en una espiral de violencia y asesinatos que le hará ver muchas cosas de otra manera. Y para que haya un policía tiene que haber un sospechoso, que en este caso es el psiquiatra Mathias Freire. El comienzo de la novela ya es una gran incitación para seguir leyendo esta larga novela que no se hace nada pesada. En una estación de tren aparece un cadáver desnudo de un joven con una cabeza de toro incrustada en el torso, una especie de recreación del mito del Minotauro. En las cercanías aparece un hombre como perdido, misterioso y manchado de sangre que pronto será detenido. Pero como parece estar en un extraño estado es llevado al hospital donde trabaja Mathias, que tras algunas entrevistas le diagnostica una “fuga disociativa”, una enfermedad relacionada con la amnesia en la que la persona además de olvidar su vida pasada crea otra, una nueva identidad llena de detalles y convencido de que esta nueva identidad creada por su mente es la real. Desde ese momento los dos protagonistas se verán metidos en un mundo de asesinatos relacionados con la mitología, perfectamente recreados y llenos de violencia. Y además es algo que no es reciente, ya que empiezan a aparecer casos en el pasado. Y no puedo ni debo contar más, porque como suele ocurrir en estos casos lo mejor de la novela y en esta más, es ir descubriendo poco a poco qué es lo que pasa, qué viven y ven nuestros personajes, en un desarrollo tan entretenido como sorprendente. La historia está perfectamente desarrollada, los personajes están muy bien diseñados y la prosa es fluida y muy fácil de leer, además es la propia historia la que te pide seguir leyendo, porque no podrás dejarla en muchos momentos, deseando saber más, hasta un final sorprendente. Por cierto, acabo de ver, buscando información sobre el autor y su obra, que hay una miniserie de 6 episodios del año pasado, de producción francesa, basada en esta novela. Estaré pendiente a ver si la ponen en alguno de los canales que tenemos.

“La línea negra” puede llegar a tener algunos elementos en común con la anterior, ya que en todas sus obras hay una serie de cosas comunes que marcan la forma de escribir de este autor y el desarrollo de sus historias. Aun así es completamente distinta y no tiene demasiado que ver, aunque sigue siendo una novela negra, pero en este caso hay algo más. Es de esas en las que conocemos al asesino de la historia casi desde el principio, aunque no estará exenta de sorpresas, claro. En este caso nos centramos de nuevo casi exclusivamente en dos personajes, protagonista y antagonista (o eso parecerá desde el principio). Por un lado tenemos a Jacques Reverdi, un ex campeón mundial de inmersión libre que se fue a vivir a Asia para montar una especie de academia de buceo. Pero ya al principio de la novela vemos como es detenido en unas circunstancias más que claras tras el brutal asesinato de una mujer. Tras esto es encerrado en  una cárcel de Malasia y descubrimos que es un asesino en serie muy violento y especial. Mientras en París descubrimos a Marc Dupeyrat, un periodista que ha pasado por casi todo. Del periodismo “normal” al de persecución de famosos. Ahora, escaldado del mundo del famoseo, se dedica a las crónicas de sucesos y a la investigación de los casos de asesinos en serie. No voy a contar el porqué de esta vertiente que toma, porque está muy relacionada con su pasado y tendrá gran influencia en su presente. Cuando conoce el encarcelamiento de Reverdi decide ponerse en contacto con él, pero sabe que si lo hace como él mismo no podrá conseguir nada. Así que se inventa una historia, una trampa, para poder contactar con él y escribir un artículo sobre las razones que llevan a una persona a convertirse en un asesino en serie, sobre todo uno como este, brutal y con un extraño ritual. Y como en el caso anterior no cuento nada más porque lo bueno es ir leyendo, viendo como Marc se va metiendo en un viaje geográfico, pero también dentro de sí mismo y dentro de Reverdi, implicando a terceras personas que nada tienen que ver con ellos dos.

Muchos hablan de Grangé como el Stephen King de la novela negra francesa, tanto por su capacidad para publicar best sellers como para hacerlo en muy poco tiempo. Sigo diciendo que cuando una historia entretiene, tiene calidad y, sobre todo, consigue que te enganches a cada página deseado leer la siguiente, esto no tiene nada de malo. Es un buen autor de thrillers, un buen creador de historias y, sobre todo, de personajes inquietantes que siempre esconden algo. No te puedes fiar de ninguno y en  ocasiones los papeles se cambian en giros que serán toda una sorpresa para el lector. ¿Qué más se puede pedir? Yo creo que nada más. Sus novelas están bien escritas, te metes dentro de la historia y al estar muy relacionado con la industria del cine, son muy visuales, siendo fácil imaginar todo lo que está ocurriendo. Las historias están bien resueltas y llenas de sorpresas y sigo pensando que ahora, a estas alturas, suelo leer para entretenerme y pasar el rato, y mejor si además es algo bien escrito (no suelo dejar novelas a medias, pero últimamente me está pasando con algunas). Además en ambas novelas, cada una con su historia, se nota que el autor se preocupa por documentarse. Si sus personajes son policías, psiquiatras, periodistas, buceadores..., todo está contado notándose que el autor sabe de qué está hablando.

Dos historias que os recomiendo mucho, merecen la pena y se leen con mucho agrado e interés. No creo que sean las únicas que lea de este autor, seguramente alguna más aparecerá por aquí.

lunes, 14 de diciembre de 2015

"El marciano", Andy Weir

Hace años era muy lector de novelas de ciencia ficción, los clásicos pasaron todos por mis manos y era un buen seguidor de los autores más conocidos, Assimov, Clarke y todos los de ese tipo. Después de esa panzada pocos más llegaron a mis manos y los que lo hicieron no me gustaron demasiado, así que fue un género que quedó un poco aparcado durante bastante tiempo. La verdad es que llegó un momento que me cansó un poco, o todo era muy parecido a lo que habían escrito los grandes o en muchas ocasiones era un sinsentido total. Hace no demasiado tiempo vi un trailer de una nueva película en el cine que me llamó mucho la atención, aunque no doy sacado tiempo para ir a verla y tal como va la cosa tengo la impresión de que habrá que esperar a que salga en DVD o la pongan en alguno de los canales de televisión. Pero luego, investigando un poco, descubrí que estaba basada en una novela de ciencia ficción de publicación reciente, así que intenté dar con ella y ponerme con su lectura. Tanto la película como la novela tienen el mismo título y todos podréis reconocerla porque tuvo bastante éxito de público. Me refiero a “El Marciano”, una película protagonizada por Matt Damon y dirigida por Ridley Scott y que tiene los suficientes elementos de todo tipo para estar en lo más alto de las listas de público entre los estrenos de estos últimos meses. El autor de la novela es Andy Weir, y podemos darnos una idea del éxito que tuvo en su versión escrita al ver el poco tiempo que pasó entre su primera publicación y que el señor Scott se decidiera a hacer una película basándose en ella.

Andy Weir nació en California en 1972. Su trabajo habitual es el de ingeniero de software y desde no hace mucho también novelista. Es hijo de un físico y una ingeniera y a los quince años ya trabajaba como programador en Sandia National Laboratories. Después estudió Ciencias Informáticas en la Universidad de San Diego, aunque no se graduó. Trabajó como programador en varias compañías de software como AOL, Palm, llegando a trabajar también en el conocido juego “Warcraft”. Desde siempre fue un gran lector de los clásicos de la ciencia ficción, sobre todo de los que mencioné en el párrafo anterior y se nota mucho su influencia, con una mezcla entre seriedad y entretenimiento que es una de las cosas que yo más valoraba en este tipo de relatos. A los veinte años empieza a publicar sus primeros trabajos a través de su página web. El primero de ellos que tuvo una cierta repercusión se tituló “El huevo”, un cuento que fue adaptado con bastante éxito a través de una serie de vídeos en youtube. “El marciano” es su primera novela, también publicada por entregas por él mismo a través de su página web. De ahí pasó a venderse en Amazon por 0.99 céntimos y tuvo un gran éxito. Tanto que al poco tiempo la Editorial Crown alcanzó un acuerdo con el autor para publicarla en formato libro, alcanzando durante mucho tiempo los primeros puestos de los más vendidos en las listas, por ejemplo, del “New York Times”. Se editó en Estados Unidos en 2011 y pronto fue traducida a varios idiomas. En castellano aparece en el 2014 en Ediciones B. Para muchos críticos es la mejor novela del género en los últimos años. Ahora está trabajando en su segunda novela, inicialmente titulada “Zheck”, de la que él mismo dice que es una novela del género más tradicional.

El protagonista de la historia es Mark Watney, un biólogo que participa en una misión que tiene como destino Marte, donde junto con el resto de la tripulación tiene encargadas una serie de tareas. Llegan a Marte, descienden y se instalan, pero la llegada de una fuerte tormenta de arena obliga a la capitán de la misión a suspender todo y volver a la nave que los llevaré de vuelta a la Tierra. Pero Mark tiene un pequeño accidente y sus compañeros de misión lo abandonan en el planeta rojo convencidos de que ha muerto. Pero no es así, está vivo y se encuentra solo en Marte, algo que en un principio parece una completa sentencia de muerte. Pero no está dispuesto a desaparecer sin pelear, tiene conocimientos, tiene algunos materiales que puede aprovechar y, sobre todo, tiene mucha inteligencia e iniciativa, tanta que algunas veces le puede costar cara. Al principio la cosa puede parece complicada pero tiene que intentar lo que sea por difícil que sea su situación. Con comida para un tiempo limitado, sin posibilidad inicialmente de contactar con la Tierra, en un entorno que no le es familiar y pensando que por mucho que haga es muy complicado que cualquier rescate pueda llegar a tiempo. Estará convencido que va a ser el primer habitante de Marte y el primero en morir allí, un marciano en toda regla. Pero tras ese planteamiento inicial va a poner toda la carne en el asador para intentar sobrevivir. Lo primero en lo que tiene que pensar es en la comida, luego en ver cómo podría ponerse en contacto con la Tierra para dejar claro que está vivo y ver de qué manera puede hacer una serie de cosas que le permitan sobrevivir y volver a casa. Lo mejor que tiene son sus ganas, si ingenio y habilidades y sus conocimientos de botánica, con todo esto afrontará casi cualquier obstáculo que le va apareciendo, que no serán pocos. Sus ganas de sobrevivir son tantas que casi nada lo podrá parar.

Está claro que el autor se documentó a conciencia antes de enfrentarse a la escritura de la novela, tanto en lo que se refiere al tema de los viajes espaciales, la tecnología utilizada, la botánica y un buen montón de elementos que circulan por toda la historia. La historia está llena de momentos de tensión, de problemas que el lector no sabe cómo podrá solucionar, de éxitos y fracasos que parece que van a acabar con la paciencia de Mark. Pero él tiene un arma que le hará sobreponerse a casi todo, el sentido del humor. Un humor que está presente en todo momento y que le funciona como la medicina ante las decepciones y los problemas, que hace que se ría y se pare a pensar en cómo podrá solucionar todo lo que impide su supervivencia. Y serán muchos momentos así, en los que parece que todo lo que pueda hacer solo estará enfocado a que viva unos cuantos días más pero sin posibilidad de salir de allí en ningún momento. No quiero contar mucho más porque los que no hayan visto la película o leído la novela tienen derecho a pasarlo tan bien como yo haciéndolo. La verdad es que es de esas novelas que te dejan satisfecho, en la que en todo momento está pasando algo y hacen que no puedas dejarla aunque te venza el cansancio. No podrás dejar solo a Mark en su aventura en Marte, porque tras solucionar el primer problema vendrá una larga lista de aciertos y fracasos que harán que en todo momento estés en tensión, esperando a ver qué pasa a continuación. Y como acabo de decir casi siempre tendrás como lector una sonrisa en la boca esperando a ver por dónde sale ahora y qué va a hacer.


Al principio la cantidad de terminología, de trajes, de aparatos, de conceptos técnicos, de cuestiones químicas, físicas o botánicas puede hacer que te pierdas un poco entre tanta palabra y concepto nuevo. Pero poco a poco vas metiéndote en la historia y hasta eso entre dentro de la normalidad, del mundo que estás compartiendo con nuestros simpático protagonista. El autor consigue que esta historia esté de pleno dentro del género de la ciencia ficción de aquellos relatos que no siendo reales podrían serlo porque todo (o casi todo lo que pasa) es creíble o posible, pocas cosas hay que te harán decir que eso no podría ser así llegado el momento. Como muchos han dicho no deja de ser una revisitación en formato ciencia ficción de “Robinson Crusoe”, Mark no deja de ser un náufrago en una isla desierta con formato de planeta. Pero aún así tiene tal cantidad de elementos originales que solo hará que pienses en la otra novela muy al principio, porque no tendrán nada que ver en buena parte de su desarrollo.


Una novela bien construida, muy bien planteada y desarrollada y con un protagonista al que recordaré durante mucho tiempo. Una historia que enganchará a cualquiera, sea aficionado o o al género, porque se puede leer incluso sin que te guste demasiado este tipo de historia. Creo que la película sigue bastante fielmente la historia de la novela, a ver si consigo verla un día de estos. Muy recomendable.