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domingo, 27 de marzo de 2011

"Huérfanos del mal", de Nicolás D´Estienne D´Orves


Muchas son las novelas que aprovechan hechos históricos para desarrollar a partir de ellos relatos que mezclan la realidad y la ficción. Esta fórmula puede darnos novelas realmente entretenidas y otras que no lo son tanto, algo que siempre depende de la maestría del autor para cautivarnos con la historia que nos está contando y con sus personajes. Muchas de ellas son también las que aprovechan ciertas épocas que, aunque bien conocidas, dejaron muchos hechos, datos o momentos ideales para que el autor deje volar su imaginación y la de sus lectores. Y una de las épocas que podemos decir que más aprovechan esto que estoy diciendo es la Segunda Guerra Mundial y todo lo que tiene que ver con los nazis, sus ideas, comportamientos, experimentos, etc. De todas las que hay, que son muchas, pienso que son pocas las que realmente merecen la pena y destacan por encima de la media. Una de las que más recuerdo es “Los niños del Brasil”, que dio lugar también a una buena película; menciono esta porque podemos decir que está muy relacionada con la que voy a comentar hoy, aunque pienso que no está para nada a la misma altura. Es evidente que todo lo que tiene que ver con este tema puede dar lugar a novelas de ficción, algunas más cerca de la realidad que otras, pero es un mundo muy fértil para la literatura. Aun así creo que me quedo con aquellas que tienen más de histórico que de ficticio, aunque estas segundas no están mal para pasar un buen rato. La novela de hoy es “Huérfanos del mal” de Nicolás D´Estienne D´Orves y ya digo que, en varias cosas, me recordó mucho a la que mencioné antes, aunque esta comentada hoy cae en algunos momentos, para mí, en aspectos demasiado fantásticos que pienso que estropean un poco una novela que no está mal del todo.

El autor es francés, nacido en 1974. Licenciado en Filosofía y Letras por la Sorbona y especializado en literatura moderna. Se pasó al mundo del periodismo, colaborando con varias revistas y diarios de su país. En el año 2001 comenzó su carrera como escritor. En el 2002 ganó el premio “Roger-Nimier por su novela “Othon ou l´Aurore immobile” y en el 2003 el premio Jacques Bergier con “Fin de race”. Tiene publicadas ocho novelas de ficción y tres ensayos. Una de sus grandes aficiones es la música, sobre todo la clásica y la ópera, algunos ensayos tratan sobre este tema y tiene un blog centrado en el mundo de la música. “Huérfanos del mal” es el resultado de dos años de investigación sobre el tema, fue una de las novelas más vendidas en Francia en el año de su publicación, 2007, y también tuvo buenas ventas en los demás países en los que se publicó.

La historia transcurre en tres épocas diferentes, alternando entre ellas pero evidentemente todas relacionadas por algo. Parte de una idea real del militar nazi Himmler, los “Lebensborn”, una especie de clínicas donde buscaban los nacimientos de alemanes de pura raza aria, usando hombres y mujeres de raza “pura” para conseguir a los hombres y mujeres que dominarían el mundo cuando el III Reich triunfara. Así tenemos a una serie de personajes que desarrollan su historia a partir de 1938, otros alrededor de 1987 y la historia actual, que transcurre en el 2005. En esa época actual tenemos a Anaïs Chouday, una chica joven que trabaja como periodista y novelista para otras personas a través de una editorial. Un día recibe la llamada de su jefe para comentarle que tiene para ella un encargo muy lucrativo, una cantidad que no va a poder rechazar. Todo para escribir un libro sobre esos “Lebensborn” por encargo de una persona algo misteriosa. Así conoce a Vidkun Venner, un holandés fascinado por la Alemania nazi, comprador de todo lo que tenga que ver con ella, coleccionista y millonario. Su casa es un auténtico museo de cosas del nazismo y su comportamiento está lleno de preguntas sin respuesta. En realidad lo que quiere es que Anaïs lo ayude a investigar cuatro misteriosos suicidios que sucedieron en Alemania, todos el mismo día y de la misma manera y que tienen que estar relacionados. Además las autoridades silenciaron todo el asunto, otra cosa que molesta al señor Venner, que recibió una caja con cuatro manos cortadas que parecen pertenecer a esas cuatro personas. En un principio duda de meterse en ese asunto, que además a medida que avanzan los días, parece más peligroso, pero poco a poco su curiosidad y la fascinación que ejerce sobre ella este personaje harán que se vea inmersa en una historia que supera cualquier cosa que pudiera imaginar. Comenzarán un viaje por varias zonas de Francia y Alemania que parecen tener relación con estas cuatro personas y descubrirán otros misteriosos asesinatos sucedidos en el pasado que también parecen estar relacionados con esos suicidios. A esto sumamos las desapariciones también en Alemania de varios niños disminuidos psíquicos que traen a la policía de cabeza. Poco a poco irán apareciendo en su investigación muchos de los elementos más importantes del nazismo de la Segunda Guerra Mundial, relacionados directamente con todo lo que van a descubrir, poniendo más de una vez su vida en peligro. Cada paso que dan los acerca más a la verdad, una verdad aterradora. A todo esto le podemos sumar que Anaïs tiene una muy mala relación con su padre, la intervención de Clément, un medio novio que tiene y la atracción que cada vez es más fuerte por el señor Venner, que esconde más de lo que parece, algunas cosas sabidas y otras no tanto.

La novela es entretenida y no está mal. Consigue que el lector quiera saber cada vez más qué es lo que pasa. Va alternando entre las tres épocas e historias para ir tejiendo un paño de horror y experimentos con seres humanos. Personajes misteriosos que poco a poco van desvelando sus misterios, cambios de identidad, huidas y bastante movimiento. Los dos protagonistas, Anaïs y Vidkun son bastante interesantes y están bien diseñados. La intriga está bien montada e iremos poco a poco descubriendo cosas, algunas esperadas y otras no tanto, que alguna sorpresa tiene. En algún momento hay que prestar atención al baile de personajes entre las tres épocas, más que nada para no perderse entre algunos cambios de nombre y cosas parecidas. Los personajes históricos, que son varios, todos ellos relacionados directamente con el nazismo, están bien metidos dentro de la historia y, si tenemos en cuenta que dice que estuvo dos años investigando, responden bastante a la realidad que podemos conocer de otras novelas o de la propia historia. Y el resto de los de ficción son todos bastante buenos y tienen parte importante en la historia. Aun así hay algunos de los principales que no terminaron de convencerme completamente, como si les faltara algo, como si su forma de comportarse o actuar no estuviera del todo clara para el lector, pero no voy a decir cuáles, por supuesto.

La novela no está mal, aunque no deja de ser una más de las muchas que hay sobre el mismo tema. Yo diría que estaría en un término medio, con algunas cosas destacables y otras no tanto. Para los aficionados a este tipo de tramas o época histórica puede ser más atractiva o interesante, pero creo que no aporta demasiado. Además para mí tiene un gran problema, dicho desde mi perspectiva y gustos, y es el final. Durante todo el desarrollo de la novela asistimos a una historia más o menos creíble, con sus cosas, claro, pero podemos decir que es verosímil. Pero las últimas páginas me decepcionaron un poco, no voy a comentar nada directamente, pero no era la explicación final que esperaba para las cosas que pasaron hasta llegar a ese momento. A veces tengo la sensación de que hay autores a los que los finales, la resolución, se le escapan algo de las manos y no saben muy bien cómo dar una explicación a todo lo que pasó (algo que a veces tampoco es imprescindible) y optan por soluciones algo “peregrinas”. Pues algo así me pasó con esta, fue un final decepcionante y una explicación de la trama que pienso que no se corresponde con el desarrollo, pero eso es algo que tendréis que descubrir por vosotros mismos, además de ver si coincidís conmigo o no. ¿Recomendable? Bueno, solo a medias, para pasar un rato entretenido, algo intrigado e intentando juntar las piezas de un puzzle bastante bien hecho. Espero vuestras opiniones.

domingo, 20 de marzo de 2011

"Lentejuelas", de Gary Jennings



Hoy otra novela, y además es la tercera vez que una obra de este autor aparece por aquí, así que esta vez os remito a la biografía que apareció en el primero de los comentarios. Como dije en aquel momento un autor al que no conocía de nada y que llegó a mí por un préstamo de una amiga, que me dejó “Azteca” de Gary Jennings. Este autor está especializado en el género histórico y las dos novelas que leyera de él antes de la de hoy giraban alrededor de la civilización azteca y la época de la conquista de los españoles. Me gustaron mucho, por un lado por ser una realidad relativamente desconocida y por otro porque están muy bien escritas, de un modo muy fluido y ameno, que para mí son dos cosas fundamentales en este género, sobre todo porque suelen ser novelas extensas, que pueden caer en hacerse pesadas para el lector, defecto que no tienen las de Jennings. También escribí en aquel momento que pensaba leer todas las que había escrito y la de hoy será la tercera, el resto poco a poco, que hay que ir alternando autores, géneros y demás.

En este caso la novela se titula “Lentejuelas” (publicada en el año 1987 y reeditada en 1995), título que viene porque el núcleo de esta historia transcurre en el mundo del circo. Creo que es la primera novela que leo relacionada con este mundo y todo lo que gira a su alrededor. En ese sentido tenemos ya la primera curiosidad, todos los protagonistas de la historia pertenecen al mundo circense, un mundo hoy algo en decadencia pero que tuvo momentos de gran importancia antes de la llegada de otros entretenimientos populares. Hablamos del circo tradicional, el de toda la vida, el de los payasos, saltimbanquis, equilibristas, malabaristas, jinetes, domadores...; ese que todos los que tenemos, pienso yo, más de cuarenta años, hemos visto más de una vez en nuestra infancia y del que, por lo menos yo, guardamos un buen recuerdo. Un recuerdo algo difuminado, porque el último que vi hace ya unos años, daba auténtica pena y tristeza y poco tenía que ver con el de mi infancia, mucho más colorido, animado y espectacular. Con esta excusa el autor va a desarrollar una historia centrada en los últimos años del siglo XIX contándonos de paso la mayor parte de los acontecimientos históricos importantes del mismo. En un comentario anterior referido a la última novela de Umberto Eco ya decía que en algunas situaciones e historias coincidía con esta, teniendo momentos prácticamente idénticos, sobre todo en la parte que en ambas novelas transcurre en el París de finales del siglo XVIII, ya digo que esta de hoy me entretuvo mucho más.

La historia comienza en Estados Unidos al término de la Guerra de Secesión con dos soldados confederados que no saben demasiado bien qué van a hacer con su vida ahora que terminó la guerra y ellos, además, están en el bando perdedor. Son el Coronel Zack Edge y su amigo, el sargento Obie Yount. A poco de comenzar la historia encuentran a Brutus, un elefante que parece perdido pero no, pertenece el “Floreciente Florilegio de las Maravillas de Florián”, que es el rimbombante nombre del circo del tal Florián. Con un pequeño circo ambulante que anda por los Estados Unidos escapando de la guerra y bastante mermado, pero aún así sus funciones en pequeñas ciudades tienen un cierto éxito, sobre todo por el mérito de sus artistas. Así los dos soldados pasarán unos días con Florián (el director del circo); Tiny Tim Trimm (el enano); Monsieur Roulotte (acróbata y ventrílocuo francés); el capitán Hotspur (jinete y domador holandés); Abdullah (malabarista y cuidador del elefante, elefanta en realidad, y se llama Peggy); Madame Solitaire (jinete acrobática) que además tiene una hija que sigue sus pasos, Clover Lee; Maggie Maggie Hag (una viuda, adivina y española); el Salvaje de la Selva, el león Maximus (un pobre animal que resiste más mal que bien, pero aguanta)... Por supuesto, todos estos nombres son artísticos, cada uno tiene el suyo de verdad, pero casi no los usan. Estos son los que conforman el circo inicialmente, pero a medida que avance la historia veremos como algunos por causas diversas (violentas muchas, la verdad), van desapareciendo y aparecen otros, casi en cada país que paran tenemos a alguno nuevo. Los dos militares no tienen nada claro su futuro, y además tienen caballos, algo que Florián considera más que interesante para añadirlos a su espectáculo, necesitado de más animales para poder dar una función, por lo menos decente. Así que estos dos decidirán marchar con el circo, casi primero en plan de prueba, pero ya veremos como sobre todo el Coronel Edge será uno de los personajes fundamentales, descubriendo muchas facetas suyas que desconocía, sobre todo la de valer para actuar en un circo delante del público. Así, como además tiene armas y es un buen tirador, Zack pasará a ser conocido como el tirador del circo, el Coronel Ramrod, encargado de espectáculos de tiro al blanco; y el sargento, un hombre de buen tamaño, pasará a ser el forzudo, el Hacedor de Terremotos, con números muy aparentes, pero todos con truco, claro. A partir de aquí van a actuar por los pueblos por donde van pasando, pero las cosas no están bien en esa zona del país y el objetivo de Florián es marchar a Europa, el sitio donde tiene que triunfar un circo de verdad, sobre todo en París.
Pero él sabe que necesita números nuevos, nuevo material y, sobre todo, dinero, y esas pequeñas actuaciones serán las que le puedan dar esas cosas. Una de las cosas que harán que se decidan a marchar con ellos será el asesinato de Abraham Lincoln, ya que piensan que las cosas se van a poner algo feas, así que como se les ofrece una buena oportunidad, deciden aprovecharla y allá van. No saben nada del circo, ni de actuar ni de fingir, pero todos van a acogerlos y ayudarlos, pero por lo menos tienen un techo y alguien con quien hablar. Van pueblo tras pueblo y recogen gente que les puede valer para actuar con ellos y aumentar la espectacularidad y sobre todo la cantidad de números, ya que van un poco justos. Recogen a Abner Mullenax, que les va a traer una de las más grandes atracciones del circo, un globo aerostático y unos cerdos amaestrados, así que será Barnacle Bill y sus salvajes jabalíes de Tasmania (ya veremos como la mayor parte del espectáculo no son más que deformaciones fantásticas de la realidad para atraer al público). En una casa señorial del sur van a “rescatar” a la tía Phoebe Sims, la cocinera negra de la familia, y sus trillizas y un niño, que pasarán a formar parte del espectáculo como “los hotentotes felices” o también ellas serán “las tres pigmeas blancas”, que casi todos valen para más de una cosa, y que, en realidad se llaman Domingo, Lunes y Martes. La suerte hace que encuentren escondido un furgón lleno de dinero yanqui, ahí estará su pasaporte para Europa. Antes, recogen a dos mujeres más que actuaban en otro circo como equilibristas, Pimienta y Paprika. Su camino por los Estados Unidos termina en Baltimore, donde cogen un barco de vapor que los llevará a Livorno, Italia. Antes también van a unirse a ellos tres chinos que encuentran de casualidad y que no hablan nada más que su idioma, pero aún así se van a ir con ellos. Y aquí comienza un viaje lleno de aventuras, peligros, alegrías, dramas, tristezas, inteligencia para resolver los problemas que se les van presentando y participando en casi todos los grandes acontecimientos de la historia de Europa de esa época. Pasarán por Pisa, Florencia, Siena, Bolonia y algunos sitios más de este país. De ahí pasarán, escapando de los conflictos bélicos a Austria, Baviera, Munich, pasarán una buena temporada en Viena..., Budapest y llegarán incluso a Rusia, actuando en Kiev, Moscú o San Petersburgo. Todo está pensado para terminar en París, el lugar que Florián considera cuna del circo y donde debe triunfar todo circo que quiera ser conocido y reconocido. Y así llegarán a París, donde transcurre buena parte del final de la historia. En el medio pasan muchas cosas y de todo tipo, huidas, muertes, nacimientos, enfermedades..., la verdad es que no paran de pasar cosas y la historia es, como mínimo, movida. Gran cantidad de personajes históricos tendrán relación con ellos, todos muy conocidos, pero eso es mejor que lo leáis, que yo no os lo voy a contar, sería demasiado.

La novela es amena y entretenida, aunque no me gustó más que “Azteca” y pienso, por otras opiniones que tengo, que no es su historia más destacada. Aun así la cantidad de datos que nos va a dar es enorme y todos bien metidos dentro de la historia. A mí no se me hizo larga ni pesada, aunque a veces toda la historia de los ensayos, del montaje y desmontaje del circo puede hacerse algo lenta y repetitiva. También resulta interesante si uno quiere saber algo más de cómo se forma un artista de circo, de sus trucos y costumbres, de los ensayos y de la creación de nuevos números. En este sentido me pareció muy interesante, aunque uno tiene que tener algo de interés por el tema, porque sino puede cansar un poco. Decir que es un autor que siempre documentó muy bien sus novelas. Para esta en concreto estuvo un buen tiempo trabajando en un circo de gira por Europa, así que sabe perfectamente y de primera mano lo que nos está contando. Sigo pensando que es un autor que escribe muy bien y consigue atrapar al lector en su hilo, o en su montón de hilos, porque en este caso hay una buena cantidad de personajes e historias cruzadas, aunque todos están en un círculo muy pequeño. Los datos históricos están muy bien metidos dentro de la historia, aunque la parte que transcurre en París, con la guerra entre Francia y Alemania quizá sea algo larga de más, a lo mejor también porque está al final de la novela. Veremos cómo ese pequeño circo que no es ni de provincias va creciendo hasta llegar a ser un gran circo, famoso y que llena la carpa por Europa adelante todos los días, un proceso que está muy bien contado. Habrá de todo a lo largo de la historia, en ese sentido es bien variada y tiene momentos para todo, para reír, para angustiarse, para la tristeza y también para más de una muerte que podemos calificar, en varios casos, de muy violentas y poco agradables. Algo que ya vi en las otras dos novelas, las muertes violentas suelen ser bastante “llamativas” por decirlo de alguna manera. También destacaría su capacidad para las descripciones en pocas líneas. Le llegan pocas palabras para reflejar monumentos, ciudades, trayectos, domina perfectamente el tema y con dos trazos es capaz de hacer que el lector imagine a la perfección cualquiera de las cosas que describe.

A mí me gustó bastante, y entraría dentro de las recomendadas en, digamos, segunda línea, más que nada porque como digo algo más arriba, todo este mundo circense puede llegar a ser algo repetitivo y si no es algo que te llame la atención puede perder interés entre todo lo que ocurre en la historia. Los personajes están todos muy bien, pero dos destacan por encima de todos. El primero es Florián, un francés metido a director de circo, siempre dispuesto, siempre preparado para afrontar cualquier problema con una solución inteligente y rápida, que vale para todo y todo lo hace bien, su sueño es convertir al “Florilegio” en uno de los más grandes circos de la época y que la gente lo recuerde pasados los años. El otro protagonista central es el Coronel Edge, que formará pareja con Florián y descubrirá que vale para mucho más de lo que él pensaba y que en su interior lleva un hombre de circo y del espectáculo, aunque tardará un poco en darse cuenta. Alrededor de ellos una buena cantidad de personajes muy peculiares; pienso que merece la pena que los conozcáis, y que si me hacéis caso os guste, claro.

domingo, 13 de marzo de 2011

"Ladrón de guante blanco"


Volvemos a la televisión, que ya iban varios libros y algunas películas seguidas, así que hoy va a tocar una serie relativamente reciente, aunque están emitiendo en este momento la segunda temporada en Fox, y pienso que aún no pasó por las otras cadenas, pero anotadla porque merece bastante la pena. Se llama “Ladrón de guante blanco” (“White collar” en inglés, una expresión que puede usarse para referirse a trabajos hechos con elegancia y estilo, más o menos).

Parece lo de siempre, pero pienso que tiene elementos originales suficientes como para verla con mucho agrado. En algún comentario anterior hablaba de que hay series buenas, medias y directamente malas. Esta estaría en un puesto intermedio entre buena y media, no tiene la originalidad, estilo u otros elementos para estar dentro del primer grupo, pero al mismo tiempo tiene elementos bastantes como para situarla algo por encima de muchas del mismo estilo. También introducía una categoría propia, la de televisión de “palomitas”, pues ahora voy a dividirla en dos, las que son hechas en el microondas y las que pueden hacerse en la sartén, escuchando cómo explotan y van creciendo, que hay que reconocer que están mucho más ricas. Pues esta de hoy estaría dentro de esta categoría, la de las palomitas de verdad, las que merecen la pena.

Entra dentro del género policial pero no es exactamente una serie de policías, los protagonistas con un ladrón de alto nivel centrado en estafas y obras de arte y un agente del FBI. Los creadores de la misma admiten que se inspiraron en una conocida película de Steven Spielberg con Leonardo DiCaprio y Tom Hanks como protagonistas, “Atrápame si puedes”, una cinta en la que DiCaprio interpretaba a un estafador profesional que era capaz de hacerse pasar por cualquier cosa y Hanks era el agente que lo perseguía por casi todo el mundo, muy entretenida. Pues aquí tenemos algo parecido, pero distinto, una serie que en el momento de su estreno a finales del 2009 en Estados Unidos tuvo muy buenas críticas y un gran éxito de público. Ahora están emitiendo aquí, como dije, la segunda temporada en el canal Fox.

Neal Caffrey es un ladrón de guante blanco, un hombre elegante, ingenioso, refinado y con estilo, siempre impecable y elegante, casi como un James Bond de los primeros tiempos en sus ademanes, formas de actuar y de comportarse. Solo roba obras de arte, es un experto falsificador y uno de los más conocidos en el mundo en el que se mueve, reconocido y respetado. Pero se encontró con el perfecto rival, el agente del FBI Peter Burke, el único hombre que consiguió meterlo en la cárcel, no una vez, sino dos. La serie comienza cuando Caffrey escapa de la prisión para impedir que su novia, Kate, se marche sin él por una serie de razones misteriosas que iremos descubriendo a medida que avancen los episodios. Pero de nuevo el agente Burke es capaz de encontrarlo y volver a meterlo en la cárcel. Para poder seguir en la calle, Caffrey acepta la oferta del agente, que se quede con él, vigilado claro, y con un localizador en el tobillo para ayudarlo a atrapar a otros ladrones, estafadores y falsificadores como él. Acepta la oferta porque es la única manera de permanecer fuera de prisión para poder buscar a su novia. Alrededor de ellos tendremos a otros personajes que van cogiendo protagonismo episodio a episodio. Uno de los mejores es el amigo y misterioso ayudante de Caffrey, Mozzie, todo un personaje, del que sabemos poco, siempre preparado para todo, que ve conspiraciones en todas partes y al que no le gusta nada que su amigo trabaje para el Gobierno. Luego tenemos también a la mujer del agente Burke, Elizabeth, que también tendrá su dosis de protagonismo. Y el resto del equipo del FBI veremos como poco a poco pasarán casi de ser meros acompañantes a tomar en más de una ocasión la parte principal del desarrollo de la historia.

Por lo que podéis ver tampoco es que sea nada demasiado espectacular, una más de ladrones, policías y agentes del gobierno pero la verdad es que tiene algo que hace que destaque por encima de las demás que pueden seguir la misma línea. Por un lado sus protagonistas enganchan por su personalidad. Tanto Caffrey como el agente Burke podrían parecer tópicos pero no lo son. Tienen dos personalidades bien distintas pero completamente complementarias y no podemos decir bien quién es el verdadero protagonista. Como dice uno de mis hermanos, por una vez el amigo del protagonista no es un mero acompañante o comparsa medio tonto, no, tienen los dos casi el mismo protagonismo. El ladrón me parece el ágil de mente, listo, pero el agente es el inteligente y ambos se complementan perfectamente en todos los campos. Para mí son de lo mejor en este tipo de series que tengo visto en bastante tiempo. Y no hablemos del amigo Mozzie, un saco de sorpresas y de simpatía con una forma de comportarse y actuar realmente divertida y también inteligente, siempre dispuesto a ayudar a su amigo, aunque para eso a veces, también, con gran dolor de su corazón, tenga que ayudar al Gobierno. Este es uno de esos personajes que al principio parece que van a salir poco pero que cada vez coge más parte en la acción, y además e algo que como espectador estás deseando, a mí me encanta. Siempre aparece algo nuevo, alguna sorpresa inesperada en sus capacidades, formas de actuar y también con intervenciones en los diálogos bien divertidas.

Los guiones son ingeniosos, inteligentes y sobre todo ágiles, la serie sin contar con demasiadas escenas digamos espectaculares (casi no hay persecuciones, peleas o disparos) no deja un momento de respiro, es un juego de inteligencia, de ganas y coger a los delincuentes intentando ser más listos que ellos y esta es una de las mejores cosas de la misma. Los diálogos, sobre todo entre ellos dos, me parecen geniales y a medida que van teniendo más trato y confianza son aún mejores. Entre ellos se va estableciendo una relación de amistad, casi de dependencia con unas conversaciones llenas d dobles sentidos y siempre consiguen que el espectador sonría más de una vez. Es una serie muy entretenida y amena, al mismo tiempo que divertida e interesante. No pasará como otras a la historia de la televisión, pero siempre es de agradecer un entretenimiento bien hecho, con inteligencia y, sobre todo, clase, y que trate al espectador con esa misma inteligencia. Los argumentos son bastante originales y aunque pueda parecerlo no son nada repetitivos, siempre tienen algo que los hace distintos e interesantes y que hacen que estés pendiente del desarrollo de la acción para ver en qué termina todo. Intrigas resueltas siempre con elegancia y estilo, nada de fuerza bruta, la misma elegancia y estilo que tiene el amigo Caffrey en su vida diaria, en su ropa, gustos caros y actividades. Mucho se habla del carisma del protagonista y es cierto que lo tiene, pienso que hay pocos actores capaces de lucir ese look que tiene estilo “rat pack” casi como un Sinatra de los años 50 y con su sombrero casi siempre puesto. De todos modos yo personalmente me quedo con el personaje del agente, a mí me gusta un poco más. De todos modos lo bueno es la mezcla entre los dos, haciendo una pareja casi perfecta y resolviendo las cosas siempre entre los dos, nuca queda uno por encima del otro y eso es destacable.

Neal Caffrey es un actor casi desconocido, Mathew Bomer, de momento con pocas cosas en su currículum. Hasta ahora solo lo vi haciendo un papel secundario de superespía en una serie que ya pasó por aquí, “Chuck”, pero me parece que puede tener una buena carrera, ya lo veremos. El agente Burke es el actor Tim DeKay, una cara algo más conocida, sobre todo de la televisión. Buzzie es Willie Garson, también una cara conocida de varias series y algunas películas, siempre en papeles secundarios. El personaje de Elizabeth es una cara conocida, salida de una serie clásica de hace unos años y que parece que quiere volver a la fama, Tiffani Thiessen, una de las protagonistas de “Sensación de Vivir”. El resto de los agentes también pueden resultar conocidos a los aficionados a la televisión.

Pienso que podéis darle una oportunidad, es buena para pasar cuarenta minutos muy entretenidos y amenos, como dije con buenos guiones y diálogos, filmada además en la ciudad de Nueva York con todos sus elementos característicos. En ella prima la inteligencia y la agilidad de las tramas sobre la acción, que también la hay, pero menos que en otras del mismo estilo. Además los capítulos tienen todos ese hilo común de saber qué pasa con Kate, la novia de Caffrey, y una serie de personajes que giran alrededor de ellos, con misterios que irán resolviéndose poco a poco o introduciendo otros nuevos, lo que hace que tenga más interés al no centrarse solamente en los casos que se desarrollan en cada episodio. A veces hará que dudemos de algunos personajes, quedando con una cierta intriga para el capítulo siguiente, que tampoco está mal. Como dije, para mí bastante recomendable por muchas cosas, si me hacéis caso espero que no os decepcione si sois aficionados a este tipo de tramas e intrigas, merece la pena.

lunes, 7 de marzo de 2011

"¡Indignaos!", de Stéphane Hessel




Pienso que hace tiempo que tan pocas páginas podían conseguir tanta reflexión, o por lo menos que uno se pare a pensar en algunas cosas que no por evidentes pasan últimamente por nosotros como si no pasara nada. No es que nos vaya a decir nada nuevo, por lo menos a la mayor parte de la gente, sobre todo de una cierta edad, pero sí que pienso que era necesario que alguien hiciera que recordáramos una serie de cosas, hechos y realidades sociales de hoy en día que tendrían que provocar más reacciones de las que provocan. Este reseña de hoy no es de una novela y casi ni de un libro, es un librito (por tamaño que no por contenido y dicho con todo el cariño) de poco más de treinta páginas que está provocando una cierta revolución en casi todos los países en los que se está publicando, no una revolución física, pero sí que podemos hablar de una cierta revolución mental, haciendo que mucha gente reflexione sobre la realidad de este siglo que no está tocando y de muchas, no todas, las injusticias que se están produciendo y, sobre todo, de cuál es la actitud de la mayor parte de la población sobre estas realidades. Hablo de “¡Indignaos!” de Stéphane Hessel. En este caso la publicación del mismo en gallego no es que sea reciente, sino que es de hace pocos días, un tanto más que se acaba de anotar la editorial Faktoría K de libros que consiguió los derechos de este libro bastante esperado. También podéis encontrado en castellano editado por Destino.

Curiosamente el prólogo de la edición en gallego es del autor de la novela que comenté antes de esta, Manuel Rivas, que también en pocas páginas y bajo el título de “La nueva conquista del pan” deja también unas palabras llenas de contenido provocadas por las reflexiones de Hessel. En su estilo habitual, partiendo de la idea de que las palabras tuvieron mejores tiempos que ahora, unos tiempos en los que querían decir algo y provocaban reacciones, tiempos en los que servían para algo más que llenar las bocas de la gente. Ahora llega Hessel con otras palabras que quieren decir algo y provocar reacciones, ese pan que alimenta a una gente deseosa de más cosas en sus vidas que las que nos están ofreciendo. Pienso que es un buen prólogo para preparar lo que viene después.

Stéphane Hessel me parece una persona más que interesante de conocer, uno de los últimos que quedan de una generación que vivió de cerca el gran conflicto de la Segunda Guerra Mundial y todo lo que trajo consigo antes, durante y después. Tomó parte directa en muchos de los acontecimientos fundamentales del siglo XX y es esa forma de ver la vida en aquel momento una de las cosas que provocaron estas breves reflexiones sobre le hombre actual y su forma de ver la vida y las cosas. Nació en Berlín en 1917, diplomático, embajador, combatiente de la resistencia francesa, preso en campos de concentración..., una vida llena en todos los sentidos. En 1924 se establece en París con su familia, participando del ambiente cultural de esta ciudad en esa época. Desde 1937 es ciudadano francés y en 1939 tuvo que interrumpir sus estudios a causa de la guerra. En 1941 se une al general De Gaulle en Londres donde trabajó en labores de contraespionaje. A finales de marzo de 1944 entra de forma clandestina en Francia para trabajar en labores de espionaje con vistas al desembarco de los aliados. En julio de ese año es arrestado por la Gestapo y acabó en el campo de concentración de Buchenwald, en Alemania. El día anterior a morir ahorcado consigue cambiar su identidad con la de otro preso que había muerto y con un nuevo nombre es transferido al campo de Rottleberode. Escapa de este, pero vuelven a capturarlo y lo llevan al campo de Dora, de donde escapa de nuevo, uniéndose a las tropas aliadas y reuniéndose en París a continuación con su mujer y sus tres hijos. En 1946, convencido de que tenía que comprometerse con ese nuevo mundo que surgía después de la guerra, entra en el cuerpo diplomático, destinado en primer lugar a las Naciones Unidas. Así llegará a participar de primera mano en la comisión encargada de la redacción de lo que sería la Declaración Universal de Derechos Humanos, él será uno de los doce miembros que la redactaron. Las Naciones Unidas la aceptaron en diciembre de 1948. Abandona las Naciones Unidas desencantado por una nueva generación de funcionarios más preocupados por las remuneraciones que por los ideales que lo llevaron a él a estar ahí. Fue nombrado representante de Francia en varias instituciones internacionales y posteriormente embajador de Francia en varios países. Ahora, a los 93 años, como él mismo dice, ya al final de la última etapa él mismo recuerda y quiere hacernos pensar a todos, en las cosas que él cree y descubrió en cierto momento de su vida, en los valores y principios que hicieron de él lo que es y de las cosas que piensa que hoy están muy lejos de esos mismos principios y valores.

Su vida hace que la perspectiva que tiene de la vida hoy esté muy influenciada por aquello, para él es imposible ver las cosas que están pasando ahora en casi todos los campos de la sociedad y ver que casi nadie hace nada para que estas cosas cambien y no sigan siendo como son. No entiende cómo en una época en las que hay muchas más facilidades para todo que en otras que no están tan lejos las cosas sean más complicadas y kan gente no haga casi nada por cambiarlas. Eso es lo que quiere, la indignación de la gente, que es lo único que piensa que puede llevar a un cambio de la situación actual. No puede ser que las sociedades no aprendieran nada del pasado y sigan repitiendo muchos de los errores de ese pasado, más graves ahora precisamente porque son repeticiones de situaciones que no se deberían repetir. La indignación, el enfado y la reacción (eso sí, siempre no violenta, que es algo que quiere dejar claro) es lo que busca de una sociedad que piensa que está aborregada, que no hay casi nada que la haga reaccionar y esa reacción es lo que busca. No se puede entender que en una época en la que hay más dinero y recursos que nunca las diferencias entre los ricos y los pobres sean cada vez más grandes, por no decir abismales en muchos casos. Cómo vivimos en una sociedad en la que unos pocos marcan la senda a seguir de muchos, cómo los bancos y las grandes fortunas son los que realmente gobiernan y dirigen a los gobernantes. Habla de unos medios de comunicación que están al servicio del poder, que no son imparciales y con informaciones reales, veraces y objetivas, algo que en la época de la Resistencia pensaban que era fundamental, la libertad de prensa. Cómo es posible que uno trabaje toda la vida para quedarse al final con una pensión mucho menor de lo que ganaba trabajando, cómo la seguridad social no es algo universal y real para toda la humanidad. Reflexionar sobre cómo es posible que tantos puntos de esa Declaración de Derechos Humanos estén quedando en casi nada, poco Universal y poco humana.

Pocos capítulos breves en los que desarrolla una idea central en cada uno pero todos ellos relacionados, buscando siempre la indignación y el compromiso. El mayor mal de nuestra sociedad es la indiferencia, que nos lleva a no hacer nada y ver las cosas pasar por delante de nosotros como si nada. Por suerte la situación no es irreversible, las Organizaciones no Gubernamentales crecen pero no son la solución única a tanto problema, porque las soluciones tienen que venir de los gobiernos, de todos y al mismo tiempo. Defiende la no violencia y la insurrección pacífica, aunque también puede hacer pensar en algún momento que hay situaciones en las que esto no llega.

Así, con estas breves pero profundas ideas que desarrolla lo suficiente para que el lector tenga que poner algo de su parte y no darle todo masticado, lleva vendidos más de dos millones de ejemplares en su país y en todos los que se publica. De todas formas no está exento de críticas, sobre todo referidas a sus posturas propalestinas, que visitó la franja de Gaza en dos ocasiones y le dedica un capítulo concreto a este problema con opiniones personales sobre el mismo.

¿Y qué pienso yo de esta lectura? La verdad es que me provocó sentimientos encontrados. Por un lado es cierto que tiene razón en muchas cosas, sobre todo en la idea de que la sociedad actual está un poco “resignada” o indiferente ante muchos problemas, no toda, pero sí una grandísima parte de la misma, siempre hay unos pocos que luchan contra muchas de estas situaciones, pero es casi como una lucha entre don Quijote y los gigantes de la economía que son los que en realidad manejan los hilos. Cierto es que las sociedades modernas parece que aprendieron muy poco de los errores de la historia, sobre todo de la más reciente y parece inevitable que siempre tropecemos en las mismas piedras. Sobre todo ahora, sumergidos en una crisis económica en la que los que ganan dinero quieren seguir ganando lo mismo o más que en las épocas de bonanza, cosa bien difícil y de la que parece que no se quieren dar cuenta. Por otro lado tengo la impresión, triste impresión, de que va a quedar casi como una anécdota, como un “bestseller” más que llama la atención por todo lo que dice, pero que no puede hacer que las cosas cambien, podéis llamarme pesimista, pero como dice el prólogo, las palabras hoy cada vez tienen menos peso, por eso el viento se las lleva con facilidad.

Además hay otra cosa a tener en cuenta. Para poder entender plenamente o casi totalmente las palabras de Hessel hay que tener unos ciertos conocimientos culturales, económicos, sociales y, sobre todo, históricos sin los cuales sería imposible saber qué es lo que está intentando decirnos. Quiero decir con esto que los lectores (en general, que siempre hay excepciones) que estén por debajo de una cierta edad es difícil que entiendan las cosas que nos está contando, y pienso hacer la prueba. Creo que va a ser una lectura a realizar con mis alumnos, quiero evaluar el resultado, saber qué es lo que les dice y lo que no, saber si hay algo que les llama la atención o que destaquen o si simplemente queda todo en la idea de que es un rollo más por el que les hago pasar. A mí me dijo bastantes cosas y pienso que es una lectura que se debe hacer más de una vez, pero espero a ver qué pasa con ellos. Para vosotros, pienso que tenéis que leerla y ya me contaréis qué os pareció y qué os dijo.