

“O espello do mundo” es una novela
a medio camino entre el género histórico, el epistolar y el resultado de una
trabajosa y complicada investigación sobre la vida en los monasterios fundamentalmente
femeninos entre los siglos XI y XII. La historia gira en torno a dos personajes
fundamentales del pasado y una especie de hilo conductor que los descubre y nos
va contando esas historias. Martiño es un joven profesor de historia que recibe
un tesoro en forma de una caja con unos documentos que pide que investigue,
interprete y decida si tienen algún valor. Gracias a ellos descubriremos la
vida en un monasterio femenino San Pedro de Ramirás (Ourense), centrado sobre
todo en la figura de su superiora, Ona Guiomar. En ella descubriremos una mujer
fuerte, en plena lucha con sus obligaciones como la persona que tiene que
encargarse de todo en el monasterio, desde lo material hasta lo espiritual. Alrededor
de ella una serie de monjas, sacerdotes, campesinos…, muchas cosas que la
llevarán al límite en muchas ocasiones, teniendo que tomar decisiones que a
veces no le gustan pero que son necesarias para la buena marcha del convento. Pero
además de esto Martiño también descubre que había tenido una comunicación
epistolar con otra monja alemana que desempeñaba su misma labor pero a muchos
quilómetros de distancia. Así descubriremos a Hildegarda von Bingen, un
personaje complejo, sorprendente y adelantada a su tiempo. Solo conoceremos las
cartas que esta segunda le enviaba a la primera, ya que son las únicas que se
conservan. Pero a través de ellas podemos percibir las preocupaciones de las
dos, sus inquietudes, sus problemas y los múltiples consejos que ambas se
enviaban.

La obra es breve pero la cantidad
de información que vamos a poder sacar de su lectura es mucho mayor que el
número de páginas que tiene. Además de lo dicho al final del párrafo anterior
sabremos mucho sobre la vida dentro y fuera de un monasterio básicamente
femenino en la Edad Media tanto aquí como en Alemania. La difícil convivencia
con el sexo masculino ya sea en forma de sacerdotes, trabajadores, comerciantes
y demás. Los problemas entre ellas, la cantidad de posesiones y tierras que
tenían que gestionar, la economía o los enfrentamientos con otros monasterios
cercanos. Un mundo lleno de problemas diarios que resolver. E inmerso en ellos
el personaje de Martiño, a veces un poco perdido tanto dentro de su vida como
en la investigación que está realizando.
La novela está muy bien escrita,
concentrando gran cantidad de información e imágenes con muy pocas palabras. La
prosa fluya para el lector con gran facilidad y la obra gusta tanto por las
historias que cuenta por cómo las cuenta. Parece mentira que un narrador novel
pueda dominar de esa manera la forma de contar, concentrando tanto en tan poco.
Claro que detrás hay todo un mundo de lecturas, de reflexiones, de estudios que
tuvieron que ayudarle mucho. Como le dije a él mismo la cantidad de envidia
sana que iba sintiendo a medida que pasaba las páginas era casi tan grande como
lo que estaba disfrutando con ellas. La mayor pena que me quedó fue que se me
hiciera tan corta. Casi acabas de empezarla y casi sin darte cuenta estás
llegando a las últimas páginas. Y te queda esa sensación de que querías leer
más, saber más cosas de Martiño, de ona Guiomar y de Hildegarda, pero te quedas
con las ganas. No es exagerar ni hacer la pelota decir que me gustó mucho y que
disfrute enormemente de la lectura. Así el comentar una novela de un amigo se
convierte en algo mucho más fácil, sabiendo además lo mucho que le costó, la
cantidad de horas dedicadas a investigar, escribir y corregir; pero al final es
tiempo más que bien invertido porque el resultado es espléndido. Os dejo
también el booktrailer, realizado por Iago Nicolás, hijo del autor, así todo
queda en casa, pero también hay que
decir que es muy bueno.
Enhorabuena Ramón por esta
primera incursión en la narrativa.