Antes de
dejaros la receta dejar claro que no hay una fórmula mágica, una receta para
todo tiempo y momento, una unión perpetua de ingredientes que garantice el
éxito. Y que tampoco será válida para todo el mundo, porque nunca mejor dicho
aquello de que “cada maestrillo tiene su librillo”. Así que aquí os dejo la
receta base para ser profesor hoy, algo siempre se podrá quitar o añadir, eso
irá ya a gusto de cada uno y a los resultados que quiera y pueda conseguir. Lo bueno
y lo malo de este receta es que no siempre sale bien y por mucho que pongas a
veces hay elementos externos que hacen que no funcione, pero aun así hay que
seguir intentándolo y más de una vez saldrá perfectamente. Otras no lo hará,
pero eso no puede hacer que no lo sigas intentando.
INGREDIENTES:
Lo primero y más necesario es tener un buen bol de vocación donde mezclarlo
todo, cuanto más grande mejor, eso es fundamental porque con él tienes buena
parte del resultado conseguido. Pero no llega solamente con eso, así que además
tendremos que añadir, casi a partes iguales, lo siguiente:
-
Cercanía emocional (para entender, o intentarlo,
a todos y cada uno de las personas con las que vas a tener que trabajar, seres
individuales cada uno con su forma de ser)
-
Distancia emocional (importante, y no opuesto al
anterior; es la única manera de que las cosas no te las lleves siempre para
casa, aunque es complicado y a veces imposible, porque cada día te vas a
encontrar con nuevos problemas de tu alumnado, y no solo docentes)
-
Conocimientos (de este ingrediente no podemos
pecar ni por exceso ni por defecto; con algunos tendrás que añadir más y con
otros menos, pero siempre poco a poco, al ritmo que podamos ir marcando entre
todos y lo más lejos posible del famoso concepto de “lección magistral”)
-
Sabiduría para transmitirlos (este ingrediente
está directamente relacionado con el anterior, de nada vale saber mucho si no
eres capaz de comunicarlo)
-
Alegría (que nada te deje caer en la monotonía
ni el aburrimiento, no vas a clase a entretenerlos, pero siempre habrá mejor
ambiente si tú estás disfrutando, tranquilo y contento)
-
Optimismo (importante para no dejarse vencer por
las constantes dificultades que tendrás que afrontar)
-
Paciencia (igual de este hay días que tienes que
echar un poco más que otros, o momentos del día en los que te va a hacer más
falta, como se gasta antes hay que tener una buena cantidad guardada)
-
Comprensión (no todos somos iguales todos los
días en todo momento, este te hará falta para capear temporales, para educar y
corregir en vez de castigar)
-
Capacidad crítica (en las dos direcciones, de
ellos y ellas hacia ti y viceversa, tú tienes que serlo contigo mismo y ellos
consigo mismos, que aprendan a razonar y pensar por sí mismos; eso es algo que
también se aprende, no les pongamos los peces en el sedal, que lleguen a pescar
ellos mismos)
-
Respeto (al igual que el anterior en dos
direcciones, o incluso en tres: de ellos hacia ti, de ti hacia ellos y también
entre ellos)
-
Adaptación metodológica (estar al día es
fundamental para ir mejorando la receta día a día, la receta de hace diez años
no puede ser la misma que la de ahora o la de dentro de otros diez)
-
Innovación y cambio (los tiempos avanzan que es
una barbaridad, al igual que con el ingrediente anterior hay que ir buscando
nuevos caminos, nuevas vías, nuevos métodos…)
-
Profesionalidad (es tu trabajo y debes
realizarlo con la mayor seriedad posible, ser consciente de que estás formando
personas y no solo enciclopedias, son individuos que un día saldrán fuera del
centro y tendrán que enfrentarse al mundo, cuanto más y mejor los prepares para
todo lo que puedan encontrar mejor les irá)
-
Flexibilidad (para poder entender mejormuchas
cosas, ser rígidos y demasiado estrictos no nos llevará a un buen resultado)
-
Individualidad (fundamental saber que quien va a
recibir todo esto es una persona individual, a unos les gustará más una cosa y
a otros otra, unos tendrán necesidad de más ración y otros de menos, pero sin
olvidarnos de ninguno)
ELABORACIÓN
Mezclamos todos los ingredientes más o menos a partes iguales hasta
obtener una buena mezcla, homogénea y consistente. Tenemos que ser conscientes
de que esta es una receta no solo diaria, sino que puede variar de un momento a
otro, de un grupo a otro. Por eso tenemos que tener una buena cantidad de todos
los ingredientes para ir añadiendo o quitando ciertas cantidades de uno u otro
en base a lo que puedas necesitar en cada momento. Eso es algo que irás
aprendiendo con la experiencia, pero no te puedes dejar ninguno o el resultado
no será equilibrado ni sabroso.
Todos ellos deberán ir aderezados con un buen descanso (las ocho
famosas horas de sueño), una buena ducha y un reparador desayuno. Todo eso nos
ayudará a preparar la receta en las mejores condiciones posibles.
Hay que tener cuidado con la mezcla para que no predominen unos sabores
sobre los otros. Hay que tender a buscar el equilibrio perfecto entre todos
ellos. Si en un momento dado abusamos demasiado de alguno podemos estropear el
resultado y convertirnos en un robot escupe conocimientos o en algo cercano a
un payaso de circo.
Es fundamental que el preparado les dé seguridad en ellos mismos y la
capacidad para ser individuos que sean capaces de pensar por ellos mismos, de
sacar sus propias conclusiones y no repetir todo como borregos. No es solo una
receta de conocimientos, sino de formación de personalidades.
Esta receta, como casi todas, es susceptible de ir mejorando con el
tiempo y debe hacerse. Aprendemos cosas que podemos ir incorporando, vemos
cosas que funcionan y otras que no tanto, así que tendremos que ir añadiendo y
quitando, pensar que siempre puede haber ingredientes nuevos.
Al mismo tiempo cada comensal necesitará mayor o menor cantidad de
alguno de estos ingredientes. Las proporciones no dependen del cocinero, sino
de la persona que recibe el plato. Casi cada uno necesitará su propia receta y
no hay recetas universales. Esto a veces no es fácil, sobre todo si tienes que
cocinar para un grupo grande. Evidentemente a unos les gustará más que a otros,
pero la señal de que eres un buen cocinero viene años después. Viene cuando te
encuentras a esos comensales y te saludan con una sonrisa en la boca, cuanto te
cuentan cómo les va la vida y compruebas que el sabor de ese plato que les has
puesto a muchos aún les provoca grandes sensaciones, como si no se hubiera ido
nunca de sus bocas.
FUENTES
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