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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Shameless


Otra vez con trailer en inglés, no lo encontré en castellano

Hoy volvemos al mundo de la televisión. Aprovecho que leí hace unos días que Canal+ va a emitir en breve la segunda temporada de la serie que voy a comentar hoy para recomendarla, así que si no la visteis procurad hacerlo y los que ya la vieron que estén pendientes del momento en que podamos ver la continuación. Hablo de “Shameless”, una serie que, además de distinta, me ha parecido realmente buena en todos los sentidos, tanto en la historia que nos cuenta como, sobre todo, por la calidad de las actuaciones de todos y cada uno de los actores y actrices que aparecen en ella. La traducción del título sería algo así como “descarado, desvergonzado, descocado, impúdico, cínico”, que se ajusta bastante también a lo que vamos a ver, porque cara no es precisamente lo que le falta a la mayor parte de los personajes y vergüenza tienen bastante poca; todos esos significados se le pueden aplicar a la historia.
Al igual que en el caso de una de las últimas series que comenté, hablamos de una versión americana de una serie originalmente inglesa con el mismo título, en este caso estrenada por su país en el año 2004 y que no sé si llegó a emitirse por aquí, pero si lo hizo a mí se me pasó. El guionista y creador de la misma es Paul Abbott, y viendo los datos de ambas deben de ser muy parecidas, ya que los americanos contaron con los mismos guiones. La serie parece cualquier cosa menos americana, creo que es la serie menos americana que he visto, tanto por la historia como por lo directo de las imágenes, ya digo de entrada que esta sí que no es demasiado apta para menores, con escenas explícitas sobre todo de sexo, que no son nada habituales en las series de esa procedencia. Creo que no recuerdo ninguna vista en televisión con estas características, se nota mucho que parte de un original inglés, algo menos discretos con cierto tipo de escenas y situaciones. Pero no solo por eso, la historia es muy dura en todos los sentidos, pero tratada de una manera que provoca más de una sonrisa, unas veces de pena y otras por situaciones quizá demasiado esperpénticas, pero no demasiado alejadas de la realidad. Es más, quizá en algunos momentos sea demasiado realista y podamos reconocer muchos comportamientos de gente y familias que nos rodean.
Nos va a contar la historia de la familia Gallagher, una familia muy estructurada por un lado y muy poco por otros muchos. La madre los abandonó unos años antes de que empecemos a ver su vida diaria. El padre, Frank, es un alcohólico, estafador, vividor y ya no sé qué más poner; no se preocupa demasiado por sus hijos y su vida es un ir y venir al bar, beber y conseguir dinero de donde sea, menos, eso sí, trabajando, algo a lo que es alérgico. Tiene una pensión de invalidez que consiguió fingiendo accidentes laborales, pero el poco o mucho dinero que consigue es solo para él, casi nada entra en la casa familiar. Tiene seis hijos, cada uno con unas características muy determinadas pero no se les puede negar que la situación que viven los ha llevado a vivir de una forma algo especial pero siempre con una unidad y solidaridad entre ellos que hace que sean capaces de sobrevivir a cualquier cosa, y eso que lo pasan realmente mal. Todos ellos intentan colaborar de alguna manera a la economía familiar con pequeños trabajos temporales y sacando dinero hasta debajo de las piedras. Fiona es la hermana mayor, el verdadero y único punto central de toda la familia, ella se encarga absolutamente de todo, incluso de su padre, renunciando a su propia vida, vive para ellos y nada se le puede poner por delante, haciendo cualquier cosa por cualquiera de sus hermanos. Lip es el siguiente, un joven superdotado que contribuye a la economía familiar presentándose por otras personas a los exámenes de acceso a la universidad, un negocio muy rentable, además de otros pequeños trabajos de muy diversa índole que realiza. Ian es el tercero, trabaja como dependiente en una tienda, además de estar metido dentro de una especie de academia militar para personas de su edad; es gay, aunque al principio muy pocas personas de la familia lo sabe, aunque lo sospechan, una homosexualidad que le traerá más de un problema. Luego tenemos a Debbie, una niña algo tocada por la situación pero también muy inteligente, debatiéndose siempre entre el amor que siente por su padre y las cosas que ve, lo que le trae también muchos problemas. Carl es el siguiente, obsesionado por las explosiones, quemar cosas y provocar destrozos. Y por último el pequeño Liam, un bebé de color con el que siempre nos preguntaremos si es posible que sea hijo de los mismos padres que los demás y con el que todos tienen que turnarse para poder cuidarlo. Además de ellos tenemos algún personaje fijo más. Una pareja, Verónica y Kevin, que viven al lado de los Gallagher y que son sus mejores amigos, ayudándolos siempre que pueden, él es dueño del bar donde van habitualmente. Forman una pareja alegre, descocada pero que esconde mucho más de lo que parece. Y luego tenemos a la familia formada por Sheila y Eddie Jackson y su hija Karen. La madre padece agorafobia y lleva mucho tiempo sin salir de casa, Eddie es un fanático religioso que colecciona payasos y la hija es amiga de los hijos Gallagher.
Ya podéis ver que no es que respondan precisamente al arquetipo de familia ideal de las series americanas, no tiene nada que ver, beben, fuman porros, engañan, estafan y hacen lo que sea con tal de conseguir ir sobreviviendo día a día. Eso es lo que iremos viendo en cada capítulo, el día a día de los integrantes de esta extraña familia, sus problemas, sus alegrías, los malos y los buenos momentos. Podría ser un tremendo drama que nos hiciera soltar mareas de lágrimas, pero todo está tratado desde una óptica de humor, de humor negro, sarcástico, cínico, duro y, en muchas ocasiones, inesperado. Muchas de las situaciones que veremos nos parecerán exageradas o fuera de lugar, pero siempre serán entendidas desde el punto de vista de la realidad que viven, que está más cerca de muchas de lo que parece. Los trabajos que tienen que hacer, los problemas en los que continuamente los mete Frank con su inconsciencia y sus continuas meteduras de pata. Pero nada puede con ellos, la unidad que hay entre todos los hermanos, la solidaridad con la que se comportan, siempre ayudándose unos a otros en lo que sea demuestra que el amor y el cariño es capaz de ayudar a sobrellevar cualquier problema. Multitud de temas son tratados aprovechando esta situación, el alcoholismo, la drogadicción, la homosexualidad, la delincuencia, la pobreza..., pero también la felicidad, la lucha por la supervivencia, el amor y la solidaridad..., con un equilibro perfecto entre ambos extremos.
De los actores y actrices de la serie solo puedo decir que están absolutamente todos realmente geniales, la mayor parte de ellos no son demasiado conocidos, pero creo que tienen un buen futuro por delante. La credibilidad que aportan a cualquier situación es impresionante y comunican con absoluta perfección una gran cantidad de cosas en cada escena. Dos actores muy conocidos aportan su buen hacer y, como siempre, bordan sus papeles. Frank, el padre golfo, alcohólico y egoísta es William H. Macy, uno de esos secundarios impresionantes que siempre dejan huella con sus actuaciones, pues aquí no es menos, tanto que hasta le llegas a coger cariño. Joan Cusack, otra gran actriz, interpreta a Sheila, esa mujer que no se atreve a salir de casa y que hace que todos los que entran en la suya tengan que descalzarse y ponerse unas bolsas en los pies, un personaje que irá creciendo a medida que pasen los capítulos de una manera más que destacable. Otros dos ejemplos de grandes actores de cine que se pasan a la televisión, manteniendo toda su calidad interpretativa. Pero por encima de estos dos destacaría al que, para mí, es el personaje principal, Fiona, interpretado por Emmy Rossum, ella lleva buena parte del peso de cada capítulo, ella es el centro de la historia, el núcleo que mantiene a todos unidos, que evita que la familia se disgregue y cada uno se vaya por su lado, incluso luchando contra los Servicios Sociales en algún momento. Renunciando a su vida, a su estado físico y a lo que haga falta para conseguir que cada día sus hermanos hagan lo que tienen que hacer y puedan tener algo de comida en el plato. A mí es de las que más me impresionaron, pero todas las actuaciones son realmente de una gran altura, no soy capaz de pensar en ninguno de ellos, ni principal ni secundario, que no cumpla con creces el papel que le corresponde.
La historia de una familia disfuncional que al final no lo es tanto porque están más unidos que otras que parecen más normales o con menos problemas y funcionan mejor. Una serie donde todos los personajes tienen mucho más que decir de lo que parece cuando vemos los primeros capítulos. Es una historia dura, tanto por lo que cuenta por cómo lo cuenta, la verdad es que no se cortan un pelo y todo es bien directo y visible y quizá ese sea uno de sus mayores méritos, que dice y cuenta lo que quiere y como quiere, pero todo es perfectamente razonable y comprensible si lo pensamos un poco. En algunos momentos puede parecer exagerada, pero si le damos un par de vueltas veremos como no lo es tanto. Darle ese toque de humor negro no hace que lo contado parezca menos grave, no lo ridiculiza ni se ríe de las situaciones, sino que hace que nos fijemos aún más. A pesar de ese tono de comedia negra da mucho que pensar. Espero que os guste, ya me diréis algo.
Y os dejó una canción navideña interpretada por todos los actores que sirve como promoción de la segunda temporada.

viernes, 16 de diciembre de 2011

"Acero puro"




Este último fin de semana tocó sesión de cine, y teniendo en cuenta como anda la cartelera en estas fechas que se aproximan, de vacaciones, fiestas navideñas y esas cosas, no quedó más remedio que ponernos delante de una película de esas que se llaman de “cine familiar”, vamos, una que valiera para todos los públicos y de paso entretener a toda la unidad familiar. Al final la película resultó entretenida y cumplió con creces su objetivo, así que puede ser de las más o menos recomendadas si queréis simplemente pasar un buen rato en el cine sin demasiadas complicaciones. Hablo de un estreno reciente, titulado “Acero puro”.
La historia en sí la hemos visto infinidad de veces planteada de muchas maneras, pero siempre con la misma base. Padre que de repente tiene que hacerse cargo de su hijo al que no ve desde hace tiempo porque su madre murió. Muchas historias parten de este supuesto, en unas es el padre, en otras la madre y en algunas más un pariente más o menos cercano. Todos sabemos perfectamente cómo va a acabar, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de una historia pensada para todos lo públicos. Esta línea argumental luego se adereza con distintas circunstancias para convertirla en una comedia, un drama o incluso, como es el caso de esta, una historia más o menos de acción. Eso sí, los elementos típicos de superación personal, establecimiento de nuevos lazos familiares, cambios en las relaciones o en las formas de ver la vida están presentes también en esta. Aún así, sin aportar casi nada nuevo ni distinto, consigue entretener bastante y tiene algunos buenos momentos.
Estamos en el año 2020, una época en la que los combates de boxeo entre personas ya no se celebran, ahora se sustituyen por combates entre robots en el mismo tipo de ring y con el mismo tipo de público, apuestas y emociones. Charlie Kenton es un ex-boxeador que ahora se dedica a ir con un robot buscando buenas peleas con las que sacar algo de dinero. De todos modos es el típico caso de perdedor encantador, con deudas, engaños, préstamos no devueltos y ese tipo de cosas. Ahora con el único robot que tiene va por las ferias de los pueblos de Estados Unidos intentando dar algo de espectáculo. Al principio va a enfrentarse a un gran toro de rodeo en una de esas ferias. Recibe la noticia de que su ex-mujer murió y tiene que ir a un juicio en el que se le solicita que renuncie a la tutela de un hijo al que no ha visto desde hace tiempo para que la tía del niño pueda hacerse cargo de él. Charlie no quiere tenerlo con él, ve que puede sacar algo de dinero y a cambio de una buena cantidad, que le permitirá comprar un nuevo y más decente robot, se compromete a hacerse cargo de Max durante dos meses (ya que el marido de su tía quiere ese tiempo para hacer un viaje). Por supuesto los inicios de la relación no van a ser fáciles, como es de esperar. Por el medio está también Bailey Tallet, la hija del antiguo entrenador de Charlie, con la que mantiene un cierta relación sentimental y que dirige el gimnasio en el que este entrenaba, además de dedicarse a echarle una mano con las reparaciones y mantenimiento de los robots. Con el dinero conseguido compra un nuevo y flamante robot, pero su ambición hace que la jugada le salga mal. Tras esto entran en un almacén de piezas para intentar repararlo, y ahí Max encontrará a Atom, un antiguo robot de una generación muy anterior a los usados en ese momento. Entre estos dos personajes se va a establecer una relación especial, Max quiere entrenarlo y usarlo para luchar en los rings, algo que Charlie no ve nada claro. A partir de aquí más o menos todos podemos suponer por donde irán los tiros.
El director es Shawn Levy, un especialista en este tipo de cine con unos resultados que voy a calificar de medios, sin destacar demasiado pero casi siempre con producciones entretenidas. De su dirección salieron las dos “Noche en el museo”, “La pantera rosa” o “Doce en casa”. En cuanto a los actores quizá sorprende un poco ver en el papel protagonista a uno de los actores más conocidos de Hollywood, Hugh Jackman (entre otros papeles importantes, el Lobezno de la Patrulla X), que está muy bien en el papel de ese antiguo boxeador golfo, simpático, timador, siempre buscando el dinero y dejando un poco de lado los sentimientos (aunque en el fondo los tenga, claro) intentando recuperar antiguas sensaciones y lavar algunas frustraciones. La verdad es que su participación, partiendo de que es una historia de ficción, le da algo más de credibilidad al papel. Max es el joven actor Dakota Goyo, salido fundamentalmente de la televisión. Y el papel femenino es para otra conocida actriz televisiva, Evangeline Lilly, la Kate de “Perdidos”.
La historia está basada en un relato de Richard Matheson, un clásico de la ciencia ficción al que muchos conocerán como autor de novelas y relatos cortos, “El hombre menguante” o “Soy leyenda” (con dos adaptaciones para el cine) quizá sean sus historias más conocidas. Decir “basada”  quizá sea algo exagerado. El relato del que parte se titula “Acero”, una historia corta que leí después por curiosidad. De esta toma la idea de los combates de boxeo entre robots, pero nada de nada más, salvo ese detalle casi no tiene nada que ver la historia de Matheson con la de la película, eso y algunos elementos relacionados con el boxeo. Así que vamos a decir que está “muy, pero que muy libremente” basado en el citado relato, que de todos modos recomiendo, es cortito pero curioso.
En cuanto a la película, como ya dije es entretenida, un mero pasatiempo recomendable para pasar hora y media sin pensar en mucho más. Las interpretaciones responden bien a lo esperado. Creo que tiene la dosis justa de acción y emociones, en ningún momento exagera para convertirse en algo, digamos, lacrimógeno ni excesivamente sentimental. Como todos esperamos la relación padre-hijo tendrá su hilo de unión a través de los combates de robots, en un proceso de aprendizaje para ambos. Por otro lado las escenas de acción son bastante buenas, por momentos incluso podremos olvidar que lo que estamos viendo son robots generados por ordenador y casi pensaremos que son reales. Estas escenas están muy bien conseguidas y son bastante espectaculares. Como dije la originalidad no es su mayor virtud, incluso recordaremos en más de un momento varias de las películas más conocidas del género pugilístico, desde “Rocky” hasta “Toro salvaje” por poner dos ejemplos, casi pensando más en un cierto homenaje del director hacia este género. Por lo que leí incluso imitan golpes de boxeadores famosos, como Cassius Clay o George Foreman, recreando momentos de algunas de sus peleas. También podemos ver una gran influencia del mundo de los videojuegos (no sé si ya lo hay, pero casi seguro que aparece uno basado en la película), tanto en la estética como en la forma, así como en algunas conversaciones. Por supuesto tiene los suficientes momentos de comedia para relajar algunas situaciones, algunos esperables y otros no tanto, resultando divertidos la mayor parte de ellos.
Lo dicho, una mezcla de géneros buscando el público familiar que no resulta demasiado mal. Buena para una tarde de invierno si queremos simplemente pasar un buen rato. Aquí aparece como calificada para todos los públicos, por su país de origen, debido a las escenas de violencia (las peleas de robots), lo fue para mayores de 13. Tal y como está la cartelera en las fiestas no es que haya demasiado donde elegir, sino siempre podréis dejarla para cuando salga en DVD, en cine gana algo por los efectos especiales, pero creo que se puede ver en la TV sin perder demasiado.


viernes, 9 de diciembre de 2011

"El prisionero del cielo", de Carlos Ruiz Zafón



La verdad es que esperaba con bastantes ganas la publicación de la novela que voy a comentar hoy, y no solo yo, creo que muchos lectores estaban en la misma situación y queda demostrado por ser en este momento una de las más vendidas. El autor ya apareció por aquí, hacia el mes de junio del año pasado con un breve comentario de algunas de sus novelas escritas para público más joven, pero no había comentado nada de la tetralogía a la que pertenece esta de hoy, que hace la número tres en la saga. Hablo de Carlos Ruiz Zafón y la reciente “El prisionero del cielo”. Tengo que decir que me enganchó desde el principio y que me gustó mucho, dándole una nueva perspectiva a la anterior, “El juego del ángel”, tanto que ha hecho que me ponga a releerla con ojos renovados ante la información aportada en esta nueva. Creo que va a hacer que la vea de otra manera, algo que me da la impresión de que le va a pasar a más lectores, teniendo en cuenta la ligera decepción que tuve en el momento de leerla por primera vez.
Carlos Ruiz Zafón nació en Barcelona en 1964. Se educó en el Colegio de los Jesuitas de Sarria y posteriormente cursó estudios de periodismo, dedicándose después a la publicidad. En 1992 decide dejar su trabajo como director creativo y dedicarse a la escritura. Su primera novela es del año 1993, “El príncipe de la niebla”, con la que obtuvo el Premio Hederé de literatura juvenil. Con lo ganado decide marcharse a vivir a Estados Unidos, a la ciudad de Los Ángeles, donde reside desde 1994, dedicándose además de a la escritura al trabajo de guionista cinematográfico. En 1994 publica “El palacio de la medianoche” y “Las luces de septiembre” en 1995. Estas tres son novelas pensadas para un público juvenil y en el año 2007 se reunieron en un volumen titulado “La trilogía de la niebla”. En 1999 aparece “Marina” (que es la que estoy leyendo ahora). En el año 2001 aparece su primera novela no pensada para un público juvenil, “La sombra del viento”. La novela fue finalista del Premio Lara del año 2000 pero no ganó, aunque las bases indicaban que solo se publicaría la novela ganadora la Editorial Planeta decidió hacer una excepción teniendo en cuenta la calidad de la novela. No tuvo éxito rápidamente, sobre todo a nivel de crítica, pero a través de las recomendaciones de los propios lectores llegó a ser un auténtico fenómeno literario. Pronto llegó la fama a otros países y tres años después fue traducida a cuarenta idiomas. Obtuvo el Premio José Manuel Lara a la obra más vendida en España; la biblioteca de Nueva York la seleccionó como “libro para recordar” y fue reconocida en Francia como la mejor novela extranjera del año. Consiguió también un buen éxito por parte de la crítica. En el 2008 llevaba 247 semanas en la lista de libros más vendidos en España y vendió unos 10 millones de ejemplares en todo el mundo. En ese mismo año apareció “El juego del ángel”, en el que retomaba algunos aspectos de la novela anterior, y que también fue un gran éxito tanto en España como en muchos otros países. “El prisionero del cielo”, publicada hace muy poco tiempo, es la tercera novela con esta misma línea, que teóricamente culminará con una cuarta.

El curso pasado tenía un buen grupo de 4º de ESO y la última lectura que tuvieron que hacer conmigo fue “La sombra del viento”, que por cierto les gustó bastante. Eso hizo que volviera a leerla tras algunos años y creo que la disfruté más que la primera vez. Sigo pensando que es una de las novelas más entretenidas que he leído, tanto por la historia como por la forma de contarla, con suficientes elementos originales como para formar parte de mis favoritas. Cuando leí “El juego del ángel”, como dije hace unas líneas, quedé un poco, digamos, decepcionado. Me parecía mucho más caótica, en algún momento poco comprensible y con una historia algo más retorcida y extraña. Tras la lectura de “El prisionero del cielo” me decidí a releerla, porque creo que hay varias cosas que me perdí o que no entendí demasiado bien y no quiero quedarme así. Hay una serie de personajes, de situaciones y casi de explicaciones que creo que van a hacer que la percepción que tenía de la misma cambie algo, aunque tampoco lo sé con seguridad, es algo que descubriré cuando la termine. Muchos lectores opinaron lo mismo y no sé si tras la lectura de la nueva historia tendrán la misma tentación que yo, ya me lo diréis.
En esta nueva historia retoma a los personajes principales de la primera. De nuevo estaremos ante Daniel Sempere, Fermín Romero de Torres, Bea y algunos más de los que protagonizaban “La sombra del viento”. La historia empieza poco antes de las fiestas navideñas de 1957, poco más de dos años después de la primera. Daniel y Bea están casados y tienen un hijo, sigue trabajando en la librería de su padre y contando con la ayuda de Fermín. En cierto momento, por algo que pasa, nos trasladaremos a 1939. En esta época conoceremos algo más de la historia de Fermín y también del personaje protagonista de “El juego del ángel”, Daniel Martín. Pronto veremos como casi todos los personajes principales de esta serie están estrechamente relacionados, montando poco a poco el puzzle que Zafón tiene en la cabeza hasta terminarlo, espero, en la cuarta entrega. Esta nueva novela se centra sobre todo en esos dos personajes, Fermín y David, en su pasado y su relación con los demás y el presente. Y, por supuesto, tendremos de nuevo la aparición del Cementerio de los Libros Olvidados, un referente central en toda la historia y uno de esos elementos que creo que forman parte ya de la imaginación de todos los buenos lectores. No voy a contar mucho más, creo que lo mejor, como siempre, es que sean los lectores los que vayan acompañando a estos personajes en su devenir por las calles de Barcelona y descubran que más nos tiene que contar el autor sobre ellos.
Si hay algo que no me gustó de esta nueva entrega es que se me hizo demasiado corta, en comparación con las otras dos es una novela mucho más breve y quizá menos oscura, algo menos siniestra y con una historia mucho más simple, dicho desde el más absoluto respeto. Quiero decir con esto que no tiene demasiado que ver con las anteriores en el sentido de que la historia es algo más lineal, más directa y con unos interrogantes más fácilmente comprensibles para el lector, sobre todo el que ya haya leído las anteriores. En algunos sitios leí que algunos pensaban que podía leerse sin haber tenido contacto con las otras dos, una afirmación que no me parece adecuada. Claro que puede leerse así, pero el nivel de comprensión y entendimiento de los entresijos de la historia se va a perder. No solo porque aparecen personajes que el lector debería ya de conocer para saber muchas cosas, sino porque el juego real del autor me parece ese, dejar que el lector que las lee por orden vaya imaginando cosas o estableciendo relaciones que después se verán confirmadas o desmentidas a medida que avance en la historia. Quizá la segunda sea la menos comprensible, pero como ya he dicho, adquiere una nueva dimensión tras la lectura de esta.
El Cementerio de los Libros Olvidados me parece una de las creaciones más originales de los últimos años, tanto en la forma como en el planteamiento que hace del mismo. Creo que todos los que las hemos leído daríamos algo por visitarlo una sola vez y todos nos hemos imaginado haciéndolo alguna vez. Pero otra creación de este autor que destaca por encima de las demás, para mí, es el personaje de Fermín Romero de Torres. Su aparición en la primera novela creo que eclipsa casi a todos los demás personajes, simpático, socarrón, cínico, siempre con las palabras oportunas y pendiente de todos los demás. Creo que es otro de esos personajes a los que todos hemos imaginado alguna vez y que también nos gustaría conocer. Muchos queríamos saber más cosas de él y esta entrega nos dará muchas de esas respuestas, de las que tampoco voy a contar nada, eso también tendréis que leerlo. Pero de todos modos creo que descubrir sobre él lo que descubrí fue una de las razones por las que esta novela me gustó.
Y otra de las cosas que más me gusta de Zafón, además del original planteamiento y esa capacidad que tiene para jugar con algunos tópicos del género de terror, gótico o negro, haciendo que la mezcla sea algo completamente nuevo, es su estilo, su forma de contar y conseguir imágenes novedosas, expresiones impactantes y nuevas formas de jugar con el lenguaje. Además de ser muy cinematográfico a la hora de contar, siempre sin caer en grandes y extensas descripciones, consigue que el lector no solo se adentre en una historia fascinante, sino en un mundo lingüístico donde la forma de contar, de escribir, es tan importante como la historia que estamos leyendo. Es fácil cerrar los ojos durante la lectura y llegar a sensaciones a través de la palabra escrita, creo que consigue no solo que imaginemos los lugares o los personajes, sino que casi sintamos lo mismo que ellos sienten o padecen, sufriendo en algunas ocasiones, riendo en otras o, simplemente, soñando. Creo que es evidente que me gusta mucho este autor, pero eso es algo que ya comenté cuando apareció por aquí la primera vez al hilo de sus primeras obras.
Un paso más dentro de la historia que empezó a contarnos hace ya unos años, y en este caso un buen paso, quizá algo más simple que los anteriores, pero no por ello menos apasionante. A mí me resultó muy entretenida además de interesante. Se nota el cariño que tiene por sus personajes, todos ellos, y por la ciudad de Barcelona en la que se desarrolla la historia, que se convierte en un personaje más que actúa con ellos y en algunas ocasiones casi por su cuenta. Lo mejor que puedo decir de ella es que se me hizo muy corta y me dio pena terminarla, quería más y espero con ganas el final de esa historia que nos va contando poco a poco, descubriendo algunas cosas al mismo tiempo que abre otros interrogantes y misterios. ¿Cuál será el final de Daniel Sempere, su familia, Fermín Romero y algunos más?

miércoles, 30 de noviembre de 2011

"Semanas, meses", de Reko e Tina Lundan


 Hace pocos días que terminé de leer la novela que voy a comentar hoy y tuve que dejar un cierto tiempo para poder pensar, reflexionar un poco sobre ella, y sobre todo dejar que pasara un poco ese regusto entre triste y amargo que me dejó. Estamos ante una historia dura, más dura cuando conocemos el final desde que iniciamos la lectura y sobre todo cuando sabemos que lo que vamos a leer no es el fruto de la imaginación de un novelista, sino que es algo completamente real, quizá para algunos lectores demasiado real, y aún así yo no la dejaría pasar. Su lectura hizo que durante la misma y después de terminarla tuviera que pensar un poco en una serie de cosas, en la vida y su desarrollo, en las personas, en cómo queremos que sea nuestro día a día. Pero no me voy a poner demasiado filosófico y dejaré que cada uno piense sobre lo que quiera cuando la lea. Debe de ser al primera novela de nacionalidad finlandesa que he leído y en algunos aspectos veremos como tiene un aire distinto, peculiar en el desarrollo del día a día de la gente de ese país. Hablo de una novela escrita entre dos personas, marido y mujer, que tienen que enfrentarse a una realidad que se interpone entre ellos como un muro de grandes dimensiones, algo de lo que no pueden escapar y que cambiará muchas cosas. Los autores son Reko y Tina Lundán y la novela se titula “Semanas, meses”. Es de edición muy reciente y además publicada simultáneamente en gallego y castellano por Faktoría K de Libros en su colección NarrativaK. Comentar también que la traducción al gallego es de las primeras novelas finlandesas traducidas a esta lengua y fue realizada por Jarna Piippo y por mi compañero de trabajo y amigo, Ramón Nicolás, y esta fue la base para la traducción al castellano. Una traducción que no fue fácil, primero por el lenguaje del original y luego porque no es sencillo adaptar no solo la lengua, sino la forma de ver la vida de una cultura europea algo distinta de la nuestra.
Reko Lundán nació en 1969 en Janakkla (Finlandia) y murió en octubre del 2006 en Helsinki. Es un novelista y dramaturgo con una carrera muy prometedora, fue uno de los más premiados y reconocidos en su país. Comenzó sus estudios en la Academia de Teatro, donde se licenció en 1994. Además era un hombre muy implicado en cuestiones económicas y sociales, trabajando también como comentarista de televisión y guionista en este mismo medio. Su primera novela recibió el Premio Finlandia en 2002. También fue nominado para el premio de mejor dramaturgo nórdico en el 2002. Es autor de tres novelas y nueve obras de teatro. Todas ellas con un trasfondo de denuncia social más o menos claro. Concebía su trabajo como una forma de entretener, pero también consideraba que tenía que hacer algo más, remover las conciencias y denunciar esos mismos problemas que comentaba en televisión. A principios del año 2004 le fue diagnosticado un tumor cerebral que terminó con su vida dos años después. Continuó trabajando hasta el momento de su muerte y esta obra que comento hoy es una buena muestra de ello.
Tina Lundán nace en 1970. Estudió musicología y literatura finlandesa en la Universidad de Helsinki. Actualmente trabaja en un canal de televisión en su país. Tras la publicación de esta novela que comento hoy publicó “El primer verano” en el año 2008 centrada en el año de luto tras la muerte de su marido.
“Semanas, meses” no es exactamente una novela al uso, es el diario de dos personas, de los dos integrantes de una pareja tras la casi sentencia de muerte que le dan a él cuando le diagnostican un tumor cerebral en un estado muy avanzado. Por eso decía al principio que desde que uno empieza conoce el final, aunque esto no sea lo importante. Es el diario que van escribiendo Reko y Tina desde el día que empiezan un camino duro, difícil, doloroso en todos los sentidos, un camino en el que siempre aparece de alguna forma la esperanza, la confianza en un milagro (más en uno que en otro) o el no querer ver la realidad, porque ambos saben cuál será el final de ese camino en común. Vamos a leer las confesiones de Aki (Reko Lundán) y Minna (Tina Lundán), dos “personajes” que esconden a los autores reales, quizá intentando poner un poco de distancia entre la realidad y la ficción, aunque en este caso la realidad es la que hay y no creo que haya nada de ficción. Además veremos como reaccionan ante la situación no solo amigos y familiares, sino también las dos hijas de la pareja, la pequeña Kerttu y su hermana mayor Saara, que verán como su día a día cambia, como sus padres no se comportan de la misma manera que antes hasta llegar al momento final. La historia irá alternando las narraciones de uno y otro, de tal forma que veremos casi las mismas cosas pero desde dos ópticas ligeramente distintas. Por un lado el punto de vista del enfermo y por otro el de la persona que tiene que atenderlo y realizar además muchas otras tareas, dos puntos de vista a veces enfrentados por parte de dos personas que se quieren profundamente. Desde el momento del diagnóstico empiezan un camino, muy lleno de esperanzas que se van desvaneciendo poco a poco, con más momentos de caída que de subida, donde un pequeño avance irá seguido del más profundo retroceso. No quiero contar mucho más, porque aún conociendo el final, asistir al proceso que van sufriendo es realmente emocionante.
No estamos ante dos personajes literarios, estamos ante dos personas reales, de carne y hueso, con sus miedos que todos podemos entender, sus frustraciones, sus esperanzas... Esa realidad es la que le da, creo yo, el gran mérito al desarrollo de la historia. No hay nada de idílico, de maravilloso, casi ni de consuelo y casi al final de la historia descubrimos algo que hará que la piedra que tenemos en el pecho durante la lectura pese todavía más. El relato es duro por esa credibilidad y realidad, no hablo de verosimilitud, sino de realidad, cruda y dura. Es tremendo leer como ella en más de un momento está realmente harta de la situación, como no puede soportarlo más y su mayor deseo en este mundo es pasar una noche tranquila sin tener que atenderlo, pero más tremendo es reconocer que muchos de nosotros en su misma situación pensaríamos y sentiríamos casi lo mismo porque en el fondo estamos hablando de seres humanos, no de personajes de ficción. A través de este relato confrontado veremos lo que piensa y siente él ante las cosas que le pasan, ante los tremendos efectos secundarios de todos los tratamientos que recibe y como también aparecerá como un ser egoísta en más de un momento, más preocupado por su trabajo que por otras cosas, cuando ese trabajo no es más que una forma de intentar seguir estando vivo. Y luego veremos casi lo mismo pero desde la óptica de ella, lo que piensa y siente ante las mismas situaciones, descubriendo que muchas veces son casi puntos de vista y reacciones distintas, pero siempre muy humanas y comprensibles. 
Por otro lado, en algún momento, la historia puede caer en algo de frialdad, casi como si intentaran ver las cosas desde fuera, pero también influenciados por una forma de ser, como decía al principio, distinta de la nuestra. Sobre todo al principio de la historia tenemos una serie de notas a pie de página que ayudan a entender un poco que en los países nórdicos viven la vida de otra manera. Una de las que más me chocaron fue la que hace alusión al “día de los caramelos”, explicando que en Finlandia los niños, por norma, solo comen caramelos o chucherías un día a la semana, que suele ser el sábado. Todas estas notas ayudan al lector a entender mucho mejor ciertos aspectos de la historia que pueden resultar sorprendentes para un lector de países menos fríos en todos los sentidos. La muerte está siempre presente en la historia, pendiendo sobre ellos como algo imposible de evitar, pero al mismo tiempo está llena de vida, no solo de deseos de vida porque las pequeñas esperanzas que surgen (aunque el lector sepa cómo va a terminar) son las que llevan a la pareja protagonista a intentar no asumir que les va a tocar renunciar a la propia vida y a la de un ser muy querido demasiado pronto, algo que a sus ojos es tremendamente injusto.
Faktoría K nos acerca, además en gallego y castellano, una novela que posiblemente de otra manera no hubiera llegado a nosotros, de una literatura creo que algo desconocida y de un país, además, en el que la lectura es una actividad muy habitual. A mí me gustó a pesar de su dureza y de que no es una historia excesivamente optimista. Creo que es una lectura que deberíamos de hacer, que puede hacernos pensar mucho, reflexionar sobre una serie de aspectos de nuestras vidas que igual necesitan un proceso de cambio o que puede ayudarnos a ver muchas cosas con otra perspectiva. Para mí recomendable.
Como final os dejo un fragmento:
“Minna
No sé por qué se me ocurrió preguntar cuánto tiempo le quedaba. Inmediatamente me di cuenta de que había sido un error. Aki palideció y temí que le diese un nuevo ataque. Metí la mano en su bolso y saqué una latita de caramelos que contenía tranquilizantes. La píldora se quedó rodando en su boca. Yo ya conocía el sabor harinoso y nauseabundo de un valium seco cuando se pega al paladar. Las palabras de la doctora me golpeaban todavía en la cabeza. ¡Qué poco tiempo de vida le había dado a mi marido!
Aki
¿Qué sentido tiene comenzar a escribir una novela al regresar a casa desde el hospital, después de saber que te quedan semanas o meses de vida? Ni siquiera bajo el efecto eufórico de la cortisona será posible acabar a tiempo la tarea. Y, ¿por qué extraña razón yo debo escribir hasta agotar mis últimas fuerzas? ¿No es más importante leerle todas las noches un cuento para dormir a Kerttu? ¿Hablar con Saara sobre cómo le ha ido el día?”

miércoles, 23 de noviembre de 2011

"The Killing"



Hoy toca otra recomendación televisiva, una serie que estoy viendo en este momento. Llevo diez capítulos de los trece que la componen (por lo menos en su primera temporada, porque estoy viendo que tiene una segunda) y no sé si darme un atracón para terminarla de una vez, porque el grado de tensión e intriga que me está generando es bastante alto. Vamos, que quiero saber ya quién es el asesino o asesina, además de algunas otras cosas. La verdad es que está bastante bien, dándole un giro algo distinto a lo que estamos habituados, sobre todo en lo que se refiere al aspecto visual y al ritmo de los acontecimientos. Hablo de “The Killing”, que esta semana pasada terminó de emitir FoxCrime, aunque también se puede ver desde hace poco en algún otro canal. En concreto yo estoy viendo la versión americana, ya que en realidad parte de una serie danesa, “Forbrydelsen” que tuvo gran éxito en su país y que los americanos, en coproducción con los canadienses, decidieron adaptar, aunque como comentaré dentro de unas líneas, de una forma un tanto especial. 
Estamos ante una serie que entraría dentro del género del thriller, de investigación pero algo alejada de las habituales de este momento, poco tiene que ver con los distintos CSI o todas estas que ahora se centran en la investigación forense, dejando un poco de lado el aspecto digamos “tradicional” de la simple y mera investigación policiaca, del trabajo de la policía sin tener en cuenta elementos científicos, pruebas de ADN y ese tipo de cosas que ahora vemos como algo casi habitual. En ese sentido tiene un aire de serie de hace años, de aquellas que veía cuando era algo más joven pero con una temática y un aspecto más moderno y más directo en muchos momentos. 
La historia se centra en una inspectora joven que el último día de trabajo en la policía de Seattle se encuentra con el asesinato de una adolescente que aparece en el maletero de un coche que sacan de un lago. Por un lado tenemos a la inspectora Sarah Linden, a punto de marcharse a vivir a Sonoma (California) junto con su hijo Jack y Rick, el hombre con el que tiene pensado casarse. Pero estos planes se ven rotos cuando Rosie Larsen desaparece tras un fin de semana y una fiesta en el instituto. En ese momento también un nuevo policía llega a la comisaría, Stephen Holder, procedente de la brigada de narcóticos. Sarah tiene que irse, pero inicia la investigación de la desaparición de la chica como un último favor hacia su jefe y también para iniciar a Stephen en las formas de trabajar en su nuevo destino. Pero ve algo en su nuevo compañero que no le gusta demasiado, su forma de trabajar, su manera de interrogar a los testigos, algo que no le da buena espina. Esto, sumado a la aparición del cadáver, hace que posponga ese marcha, pero las cosas se van a complicar y ese traslado se va demorando cada vez más, trayendo consigo, además, una serie de problemas personales. Al mismo tiempo tenemos una auténtica guerra por la alcaldía de Seattle, un enfrentamiento entre dos candidatos en el que todo vale con tal de conseguir el objetivo, ser alcalde. Además estos personajes también se verán metidos dentro de la investigación. Por un lado tenemos a la persona que tiene el cargo en este momento, el alcalde Lesley Adams; por el otro, con mucha mayor presencia en la historia, el aspirante, Darren Richmond y su equipo. Dentro de este destacan por encima de todos sus dos ayudantes más directos, una mujer que mantiene una relación sentimental con Richmond, Gwen Eaton y Jamie Wright, el hombre capaz de cualquier cosa con tal de alcanzar los objetivos que quiere. De todos modos, junto con los dos investigadores, otra pareja centra la acción, los padres de Rosie, Stan y Mitch Larsen, destrozados por un acto que no entienden, descubriendo cosas sobre su hija que tampoco alcanzan a entender. Ella mucho más afectada que él, tanto que incluso descuida a sus dos hijos pequeños, pero es incapaz de reaccionar. Quiere saber por encima de todo qué pasó, quién fue el asesino de su hija y, junto con esto, irá descubriendo otras cosas que más le valdría no saber. Todos estos y alguno más forman el núcleo del argumento y partimos de la base de que alguno ha asesinado a Rosie, aunque tampoco sepamos, supongo que hasta el final, por qué. 
Para algunos críticos recuerda en algunos momentos a un clásico de la televisión, la conocida y famosa “Twin Peaks” que en su momento dirigió David Lynch. Creo que aquella era algo más innovadora y distinta, sobre todo en lo que se refiere al ambiente y al desarrollo, pero es posible que alguna relación pueda tener. Como dije está basada en una serie danesa (que solo tiene una temporada que yo sepa) y se nota bastante que intentaron mantener un poco el aire “europeo”. Hay que tener en cuenta por lo que he visto, que han contado con la mayor parte del equipo que hizo el original e incluso para algunos episodios han recurrido a una directora europea con cierto renombre, Agniezska Holland e incluso a algún actor que tampoco es norteamericano. Por eso no tiene para nada el típico aire de serie americana, no es nada espectacular en ningún aspecto, no hay persecuciones, enfrentamientos físicos, mucho movimiento; todo lo contrario, es una historia basada en buenas interpretaciones y un guión impecable que continuamente juega con el espectador llevándolo en todo momento por donde quieren los guionistas. Es una serie lenta, muy lenta en cuanto al desarrollo de la acción, pero eso no la hace aburrida en absoluto. Consigue crear un grado de tensión bastante alto y tiene más de un momento realmente brutal. Casi podría decir que tiene un aire muy realista, casi como si estuviéramos viendo un documental pero metiéndose mucho en la piel de los personajes. Los finales de cada capítulo son como los de esas novelas que terminan siempre con tal grado de incertidumbre que no puedes dejarlo y tienes que leer el siguiente. En este caso lo malo, claro, es que para el siguiente tendrás que esperar una semana; eso si no haces como yo, que los grabé todos y ahora los veo día a día, y algunos días nos costó un poco no ver el siguiente, no lo hicimos por un lado por la hora que era y por otro porque casi estábamos convencidos de que eso nos llevaría a ver más de dos, porque siempre pasa lo mismo.
Creo que merece mucho la pena verla. Los guionistas juegan con el espectador, de una forma cercana, algunos críticos lo han señalado, a las novelas de Agatha Christie. Prácticamente todos los personajes en algún momento pueden llegar a ser sospechosos, y alguno parece evidente tal y como se desarrollan los acontecimientos, de una forma muy clara. Cada episodio avanza un poco, encendiendo unas luces y apagando otras, pasando de un posible asesino a otro. Además no hay un solo personaje que sea claro y transparente, todos esconden algo, son mucho más de lo que parecen ser. Todos ellos tienen alguna historia en su pasado que ahora, con la tensión de este asesinato, sale  a la luz. Durante mucho tiempo uno se pregunta por qué ese personaje hace eso, qué le lleva a actuar como lo hace o qué se esconde tras ese pequeño movimiento. Este es un aspecto más para tener la atención del espectador de forma continua.
Por otro lado los actores están todos realmente bien. La mayor parte, salvo un par, son caras para mí desconocidas, pero creo que más de uno promete. Los papeles principales están todos impecables. La policía, una mujer pequeña de estatura, tan llena de problemas como de fortaleza, borda a esa inspectora que se enfrasca en el caso y deja todo de lado, hasta su complicada vida familiar, y se obsesiona en su resolución, sin que haya nada que pueda pararla. Su nuevo compañero, uno de los más misteriosos, lleno de claroscuros, también me gustó mucho. Los padres de Rosie, él intentando llevar una vida normal tras el disgusto y atender a sus dos hijos, mientras la tristeza y el tormento van más por dentro que por fuera. Su mujer, que queda completamente destrozada por el brutal hecho, centrada en su sufrimiento y en los recuerdos. El candidato a alcalde, honrado unas veces y no tanto otras y los asesores que lo rodean, envueltos en un mundo donde todo vale con tal de conseguir el objetivo político. Y no dejemos de lado a la ciudad de Seattle, gris, donde no para de llover en casi todo el día, siniestra y también llena de lugares que, como los personajes, parece esconder mucha más violencia de lo que parece.
Como os dije al principio yo estoy viendo la versión americana, y creo que voy a llegar al último capítulo y quedarme casi como estaba, pero con más interrogantes, porque veo que tiene una segunda temporada y algunos personajes coinciden, así que me da la impresión de que vamos a tener que esperar a la segunda para saber quién mató a Rosie Larsen y por qué. El original danés, por lo que he visto, creo que tiene una sola temporada, así que los que hayan elegido esta sí podrán descubrirlo. Sea una u otra yo os la recomendaría, si ya la habéis visto, estáis en ello o la veis en un futuro ya me diréis que os parece.

domingo, 13 de noviembre de 2011

"Pagagnini", una producción de Yllana


Hoy vamos por el lado de las producciones teatrales. Antes de nada darle las gracias a mi hermano (el tercero) y a mi cuñada (su mujer) por empeñarse en que fuéramos a ver a este grupo, ellos ya habían ido varias veces y no hacían más que insistir en que teníamos que ir a verlos alguna vez, pues fue ayer sábado cuando por fin nos decidimos, y no nos arrepentimos en absoluto. Agradecimiento por partida doble, además, porque al coger las entradas hace más de un mes estábamos empeñados en que era a finales de noviembre, y no ayer día 12, así que un breve mensaje de su parte nos hizo el favor de recordárnoslo, porque sino se nos hubiera pasado, adiós entradas y adiós a un espectáculo que nos dejó maravillados, pasmados, atónitos y cansados de reír. Hablo de una producción de la compañía Yllana, titulada en este caso “Pagagnini”. 
Yllana es una compañía nacida en 1991, partiendo de la idea del humor gestual como base de sus espectáculos. Desde hace unos años diversificó un poco su actividad y ahora ofrece distintos tipos de obras siempre dentro del mundo de las artes escénicas y lo audiovisual. Ahora es una empresa que se dedica sobre todo a la creación, producción y distribución de espectáculos. La premisa fundamental de todos ellos es el humor, un humor universal que los ha llevado a escenarios de todo el mundo. Desde sus inicios produjeron dieciséis espectáculos, representados en más de 2000 ocasiones en 32 países, más de un millón de espectadores han disfrutado de los mismos. Han participado en muchos festivales internacionales con gran éxito. Además ofrecen asesoramiento artístico a ayuntamientos y empresas para la organización de eventos culturales. Gracias a una buena labor la lista de premios que han recibido es muy extensa. Podéis ampliar esta información en su página web http://www.yllana.com/.
“Pagagnini” es el primer espectáculo que vemos de esta compañía, y os puedo garantizar que no será el último, creo que iré a ver cada producción suya que se acerque por esta zona porque lo hemos pasado realmente bien. En hora y media de actuación reúne el humor y la música clásica (y otros géneros más actuales) de una manera magistral, entretenida, musicalmente impresionante y, al mismo tiempo, realmente divertida. Vamos a asistir a un concierto de música clásica un tanto especial, interpretado por un cuarteto de cuerda, tres violines y un chelo, con obras (interpretadas de forma magistral e impresionante en todos los sentidos) de, entre otros, Sarasate, Vivaldi, Mozart, Falla, Boccherini...que de repente pueden transformarse en flamenco, blues, rockabilly e incluso una fascinante interpretación con violín eléctrico del clásico de U2 “With or whithout you”. Desde el principio la movilidad en el escenario es continua, las risas arrancan desde el primer momento y es de esos espectáculos en los que uno sale cansado, agotado de tanto reír; pero en este caso a eso le voy a sumar la interpretación de unos músicos que también me dejaron la mandíbula cansada de tener la boca abierta ante sus interpretaciones y su forma de tocar. Una buena complicidad con el público, aprovechando muchos momentos para dirigirse a él. Un número en el que dos espectadores entrarán a formar parte de la orquesta, la risa sonora de alguno que provoca miradas de odio en los músicos, una tos que interrumpe una interpretación, todo enfocado a que la gente lo pase fenomenalmente bien al mismo tiempo que disfruta de un grandioso concierto.
Cuatro músicos, tres de ellos menos conocidos más un invitado de renombre que además es el coproductor del espectáculo. Fernando Clemente (violín), Eduardo Ortega (violín) y Gartxot Ortiz (violonchelo) son los tres músicos de la compañía. En la página dedicada a la obra ,http://www.pagagnini.com/, podréis encontrar más datos sobre ellos, con unos currículum interesantes y diversos que no voy a reflejar aquí para no extenderme demasiado. Evidentemente no soy un gran entendido en interpretación musical, pero sí se valorar algo cuando me gusta y cualquiera de ellos, además de ser muy simpáticos encima del escenario, me han parecido grandes músicos. Todos ellos tienen algún momento a lo largo del concierto para su lucimiento personal desde el punto de vista musical, y tengo que decir que me impresionaron.
Dejo para un aparte al cuarto integrante del grupo, un virtuoso real y conocido del violín que consiguió que recuperara el gusto que tenía hace años por un buen concierto de música clásica. Es un verdadero gustazo escuchar un concierto de esta música y en concreto el sonido del violín en directo es algo que siempre me fascinó. Ara Malikian es, creo, el centro de esta producción, en el sentido de que la idea central es suya. Hace unos días leía una entrevista en un diario con un titular que la encabezaba y que creo que tiene toda la razón: “En la música clásica hay una arrogancia inexplicable”. Yo no soy de los que tienen un concepto “sagrado” de este tipo de música y creo que espectáculos como el que comento hoy hacen mucho por recuperar el gusto o atraerlo de mucha gente hacia este tipo de música. También matiza que todos ellos tienen un gran respeto por la música y que en ningún momento se ríen de ella, sino con ella. Vendrá esto a cuento de algunas críticas a lo que ellos hacen durante la función, pero yo no creo que sea una falta de respeto, más bien un acercamiento, una forma nueva y distinta de hacer que la gente recupere algo este género musical. Malikian es un músico libanés de ascendencia armenia nacido en 1968. Empezó a tocar muy joven y a los doce años dio su primer concierto. Ganó numerosos premios y estudió en las más prestigiosas escuelas. Además de participar en este tipo de espectáculos da conciertos de música clásica que tiene como objetivo acercarla a todo tipo de públicos. Tiene un programa sobre este tema en la 2 de Televisión Española. Su idea para el desarrollo de esta obra era mezclar el humor y la música clásica, demostrar que se puede hacer música bien hecha dándole un toque de alegría, sobre todo para acercarla al gran público. La idea, además de brindar un buen concierto y entretener, es alejar un poco a los clásicos de la sobriedad y la solemnidad. El currículum de este músico es impresionante, tocó con todas las grandes orquestas del mundo, tiene varios discos grabados y está muy centrado en el tema de los conciertos didácticos y espectáculos familiares con la idea de acercar y descubrir la música clásica para todo el mundo, sobre todo los más jóvenes. Podéis encontrar más datos e información en http://www.aramalikian.com/.
Yo creo que cumplen con creces todos sus objetivos. A mis hijos mejor no les hables de música clásica, porque les suena como a rollo y a algo aburrido. Ayer disfrutaron mucho, lo pasaron bien, se rieron y además tuvieron la oportunidad de escuchar a un cuarteto de cuerda interpretando una serie de obras clásicas muy conocidas, algo que creo que no habrían hecho si no fuera por esta función. La respuesta del público fue alucinante, los aplausos durante todo el espectáculo fueron tan constantes como las risas y la ovación final fue larga y más que merecida. El número de despedida fue algo impresionante y dejó un sabor de boca excelente, con ganas de más, porque la hora y media que duró se nos pasó a todos en un suspiro. Musicalmente me parecieron algo fuera de serie y como actores, teniendo en cuenta que todos ellos son músicos profesiones y no actores cómicos, muy expresivos, con ese humor que todo el mundo puede entender y disfrutar, centrado en gestos, miradas o movimientos básicos en el humor gestual, pero tan bien interpretados y metidos dentro del concierto que parecían completamente nuevos y con más de una sorpresa inesperada. Junto con el comentario os dejo unos vídeos, quizá algo largos pero que creo que merece la pena que veáis enteros, no es lo mismo que escucharlo en directo, pero sí que sirve para que os hagáis una idea. Un divertidísimo concierto, desconcertante y hasta un poco didáctico. Si tenéis la oportunidad de ir a verlo no la dejéis pasar, vais a disfrutar de unas interpretaciones magistrales (sigo sin entender cómo se puede tocar el violín de esa manera moviéndose como se mueven por el escenario), de muy buena música y de un espectáculo realmente entretenido y divertido, no os vais a arrepentir. En su página tenéis las próximas actuaciones, por si queréis echar un ojo. A ver si alguien tiene la oportunidad y me dice qué le pareció.





domingo, 6 de noviembre de 2011

"In vino veritas", de Francisco Castro



Hablando de los detectives privados: “Y ya que estamos lanzados y ya que no le tenemos ningún respeto a este (mi) nuestro personaje ni al oficio detectivesco, diremos ahora lo peor de lo peor de las cosas que hace a diario porque no le queda más remedio y porque hay que comer, a saber, perseguir adolescentes con granos para saber si están en clase o no. No tenéis ni idea de la cantidad de jóvenes que, como siempre se hizo (y no pasaba nada), cuelgan clase y andan por ahí haciendo cualquier cosa en vez de polinomios, análisis sintácticos o comentarios de texto, es decir, todas esas cosas inútiles y absurdas y prescindibles con las que nos amargaron la infancia, la adolescencia, y en definitiva, los mejores momentos de nuestras inocentes y manipulables vidas. La diferencia con el pasado es que ahora hay padres que ponen detectives para saber si el niño o la niña van a clase o andan fumando canutos por ahí tirados, en fin, algo tristísimo, lo de los padres más que lo de los hijos, ponerle un detective a un hijo debería ser motivo más que sobrado para que un juez les quitase la custodia, porque hay que hablar más, hay que comunicarse más con ellos, no ponerles un fulano detrás para saber a dónde van y que es lo que hacen cuando (piensan que) nadie los ve”.
Sobre la televisión actual: “Es lo que voy a llamar, porque me da la gana, Televisión 2.0. Por eso la gente graba cosas con su móvil y las envía sin perder un minuto a los canales de televisión o las sube a llutú, sobre todo si tienen  la suerte de grabar una desgracia, o sea, que tienen razón los viejos, antes había valores y había más respeto, antes, cuando ocurría algún desastre en la calle, la gente corría a echarte una mano, ahora, cuando pasa una tragedia, la gente tira de móvil y graba por si acaso, porque saben (son listos) que están haciéndose con unos minutos de televisión gracias a esa grabación horrenda y probablemente perversa y absurda que no debería salir,...
Espero que el autor de la novela, escrita originalmente en gallego, no se moleste por esta libre traducción al castellano con el único objetivo de mostrar dos de los muchos fragmentos de su novela que me gustaron y llamaron la atención.
Tengo varias novelas pendientes de comentar, y normalmente sigo un orden casi de lectura a la hora de publicarlos, pero esta novela de hoy me llamó tanto la atención que no me resisto a ponerla por delante de otras que he leído antes. Hace poco que la acabé y me dejo una gran sensación, me gustó mucho en varios sentidos que procuraré plasmar aquí. Creo que de lo que llevo leído en estos últimos tiempos es de las que más me han gustado, una historia que no está nada mal, pero sobre todo por la forma de contarla, por cómo está escrita y por todas las reflexiones que nos va dejando el autor sobre una serie de temas (muchos, la verdad), casi siempre a través de su personaje principal, un simpático y peculiar detective. Es una novela publicada recientemente en gallego, el autor es Francisco Castro y el título “In vino veritas”, que podéis encontrar en la Editorial Galaxia.
Francisco Castro es un autor nacido en Vigo en 1966. Es licenciado en Filosofía y trabaja en la enseñanza, además de dedicarse a la gestión cultural y la comunicación. Imparte Talleres Literarios por toda Galicia, tanto para niños como para adultos, además de trabajar como director del Taller Literario Caixanova y del Taller de Poesía Caixanova. Actualmente trabaja en la Editorial Galaxia. En 2010 fue elegido presidente de la Asociación Galega do Libro Infantil e Xuvenil. Aunque tiene alguna obra en castellano la mayor parte de su producción está en gallego. Uno de los elementos fundamentales de su narrativa es la originalidad con la que aborda diversos tipos de géneros. En 1991 publica “Amor de cinema” y en 1997 gana el Premio Lueiro Rey de novela corta con “Play-Back”. Es autor del libro de relatos eróticos “Xeografías” o de “A canción do náufrago”, ambos en el año 2001, o del relato histórico “Memorial do infortunio” (2003), traducida al año siguiente al castellano. En 2004 publicó “Xeración perdida”, en la que se acerca al tema de las drogas. “Un bosque cheo de faias” ganó el Premio Frei Martín Sarmiento, otorgado por alumnos y alumnas de toda Galicia. En 2006 ganó el Premio Blanco Amor de novela con “Spam”. En 2007 gana el Premio de Novela Manuel García Barros con “As palabras da néboa” y en el mismo año publica “O ceo dos afogados”, finalista del Premio Fundación Caixa Galicia y que recibirá el Premio Frei Martín Sarmiento como mejor libro del año. Gran parte de su producción entra en el campo de la literatura infantil y juvenil. Así es autor de “Chamádeme Simbad” (2009) y también de “O segredo de Marco Polo” (2010), que aparecerá en breve traducida al castellano y al catalán. “In vino veritas” es, por el momento, su última novela pensada para público adulto. Además tiene un blog, que podréis ver en: http://www.franciscocastro.blogaliza.org/
El propio autor dice que “In vino veritas” es una novela furiosa, bajo la apariencia de una novela negra, una historia de detectives, aprovecha para hacer una crítica feroz y despiadada no solo a los medios de comunicación (sobre todo la televisión) sino también de los espectadores y seguidores de cierto tipo de programas. Xulio Míguez es un detective privado, pero uno de verdad, de esos que poco tienen que ver con los de las novelas americanas o las películas en blanco y negro. Un hombre normal, con sus miserias, sus casos con muy poco glamour, sus tristezas y, como única afición, la enología y bastante entendido en el tema. Lleva una vida algo gris, casi tanto como su trabajo. Marta Ruiz es su amiga desde la infancia, enamorado perdidamente de ella, fantaseando con cosas que podrían ser pero nunca serán, y aún siendo consciente de ello sus sentimientos no desaparecen. Además Marta es la presentadora de uno de esos programas de cotilleos y marujeos que tan de moda están en este momento, esos que explotan las miserias de los famosos, las mentiras, las fotos y situaciones escandalosas robadas pero que al final no lo son tanto. Incluso al principio de la novela recibe un importante premio como la mejor comunicadora del año, otro sarcasmo de los muchos que aparecen en la historia. Xulio es contratado por Carolina Vilabranca, dueña de una de las bodegas más importantes de la zona, para que encuentre a Lois Durán, su marido desaparecido. Carolina recibe unas explícitas fotos de su marido con una desconocida realizando unas fuertes prácticas sadomasoquistas y hace días que no aparece por casa ni por el trabajo. Así nuestro detective empieza a buscar, aunque no sabe bien por dónde hacerlo. No es que sea un investigador avezado, sus casos suelen ser tan sencillos como seguir a maridos o esposas que engañan a sus parejas, a adolescentes que faltan a clase y con padres preocupados y cosas más o menos sencillas y muy lejanas de las historias del cine o las novelas. Sus primeras investigaciones lo llevan a buscar información por internet sobre ese tipo de prácticas sexuales, alucinando con la cantidad de resultados y la cantidad de cosas que hace la gente. Pronto se verá inmerso en una historia que va a tardar en comprender, algo más complicada de lo que parece y llena de sorpresas, sobre todo para él.
La novela es, entre otras cosas, una parodia de las novelas negras, una desmitificación del personaje del detective privado, convirtiéndolo en una persona más de verdad, más real, sin tanta parafernalia literaria y con todos los problemas diarios, con sus amores y desamores. Xulio vive solo, se alimenta de comida congelada que no le convence nada, pero entra dentro de ese medio aire de vagancia que domina su vida, realmente solo disfruta de una cosa, de los buenos vinos que se toma en casa o fuera con un auténtico ritual previo. No es un enólogo profesional, pero sabe disfrutar de un vino, los compra y los toma con auténtico deleite, hace cursos y comparte su afición con otro personaje de la novela, el doctor Campos, forense de la policía. Es más, el vino se convierte casi en un personaje más de la novela. Ese aire de novela negra viene remarcado además porque está dividida en diez bloques de varios capítulos cada uno, y cada uno de ellos se inicia con cada uno de los puntos del “Decálogo de la novela policial” escrito por un clásico del género, Raymond Chandler. Estos puntos podrán verse reflejados en lo que nos va a contar a continuación, ¿Cumpliéndolos?, sí, pero muy a su manera. Del mismo modo juega con casi todos los tópicos del género; tenemos al detective (solo le falta el sombrero y beber whisky en vez de vino), la amiga del protagonista, la mujer fatal (la dueña de la bodega, casi como una Lauren Bacall moderna), los misterios y algunas cosas más que no voy a mencionar para no destripar demasiado la historia. La verdad es que este personaje central es genial y sobre todo hace que el lector se sienta muy cerca de él, al estar contada la mayor parte de la novela en primera persona, es él mismo el que nos va contando todo lo que pasa. Alterna con un narrador que se centra en aquellas partes en las que no interviene Xulio, dándonos una perspectiva completa de todo lo que pasa en cada momento.
Novela negra en la línea argumental, la investigación de una desaparición. Pero en realidad es una novela crítica, ácida, cáustica, feroz y con muy mala uva. Otro de los personajes principales es la presentadora de televisión y amiga de Xulio, Marta Ruiz. A través de ella y de los pensamientos del detective tomamos contacto con una crítica contra la programación televisiva actual, movida solo por la audiencia y el beneficio económico. Llena de programas que explotan las miserias reales o inventadas (todo vale con tal de lograr audiencia) de famosos, famosillos o gente famosa en un fugaz momento de sus vidas. Pero el autor no se queda solamente ahí, también es criticable la actitud del espectador de estos programas, la de la gente de la calle que parece preocuparse más por conseguir ese minuto de fama que por el precio que podría pagar a cambio. Más preocupada por la posibilidad de ganar un dinero fácil que por ayudar a una persona en peligro, por poner un ejemplo. Y de paso traspasa la crítica a otros muchos aspectos de la sociedad actual, una sociedad que nuestro detective no entiende demasiado bien, que no sabe hacia dónde va ni a dónde llegará, algo que le preocupa casi más que resolver su caso.
Además de la historia quizá lo que más me gustó es cómo está contada, la forma que tiene Francisco Castro de usar las palabras, de trabajarlas y de mezclarlas me pareció fascinante. Largas frases de adjetivos seguidos, sin una sola coma (en algún caso seis o más de un tirón) le dan no solo una gran rapidez a la acción, sino que llega un momento que las sensaciones que tiene uno como lector van creciendo de una manera alucinante. Además establece en más de una ocasión una relación directa con el lector, casi dirigiéndose a él como autor (recuerdo perfectamente una frase en la que pone cinco verbos seguidos de una manera perfecta y él mismo lo comenta, como si fuera una gran hazaña como escritor -que lo es-), haciendo que el lector no solo se sienta partícipe de la historia, sino también del trabajo del autor como tal. Y todo contado con mucha sorna, con mala leche y con un tono y una forma que hizo que en algún momento no solo me sonriera durante la lectura, sino que más de una vez esa sonrisa se transformó en una sonora carcajada.
Esta vez me estoy pasando con la extensión y aún hay alguna cosa más que me gustaría comentar, pero voy a ir parando. Es la primera novela de Francisco Castro que leo, pero puedo garantizaros que no será la última. Como dije al principio de lo mejor que he leído en estos últimos meses, así que más que recomendable. Mis lectores en gallego lo tienen fácil, para los que me leen en castellano aún no sé si aparecerá traducida a otras lenguas, pero por si acaso dejadla anotada y si lo hace intentad leerla, estoy prácticamente seguro de que no os va a decepcionar.


El ilustrador de "Me llamaba Simbad" from NidodeContenidos on Vimeo.

martes, 1 de noviembre de 2011

"Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio"


Hoy volvemos al cine, que ya hace casi un mes desde la última vez. Parece que no salimos del tema de los héroes de cómic, porque hoy le toca a otro. Los últimos comentarios de cine eran de superhéroes salidos de este medio, hoy vamos a decir que es un héroe de cómic, uno de los más conocidos dentro del panorama europeo, concretamente belga. La última película que hemos ido a ver fue la esperada adaptación de este personaje, “Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio”.
Varias producciones afrontaron antes la adaptación de este personaje de cómic, tanto en forma de dibujos animados como alguna con actores reales. Esta de hoy no es ni una cosa ni la otra, se queda a medio camino, ya que usa una técnica utilizada en algunas películas anteriores pero que en esta llega a extremos realmente impresionantes, la captura de imagen de actores reales para convertirlos luego en una cinta de animación. Todas las anteriores resultaron algo fallidas y no tuvieron demasiado éxito, cosa que no parece que vaya a pasar con esta, que casi antes de su estreno ya tenía el éxito de público garantizado. El creador del personaje, Georges Remi, nombre real de Hergé, publicó entre 1930 y 1976 veinticuatro álbumes con este personaje como protagonista. Poco antes de su fallecimiento parece ser que llegó a decir que el único director al que veía realmente capacitado para llevar a su creación al cine era a Steven Spielberg, que ya en aquella época empezaba a destacar como un renovador del cine de aventuras. Ahora le llegó el momento y esta cinta, dirigida por él y producida por uno de sus “discípulos”, Peter Jackson parece que iba a ser la película definitiva sobre Tintín, el capitán Haddock, Milú, Hernández y Fernández y todos los personajes y situaciones características de los cómics. No voy a hacer una reseña sobre Spielberg, uno de mis directores favoritos y con una buena cantidad de películas destacadas a sus espaldas, casi todas ellas buenas cintas de acción y aventuras y algunas que pasarán ya a la historia del cine por su gran calidad y buen hacer en todos los sentidos. Peter Jackson creo que quedará como el director que fue capaz de llevar al cine algo tan difícil como “El señor de los anillos” en una trilogía que también me pareció impresionante y ahora está en pleno trabajo para la adaptación de otra obra de Tolkien, “El hobbit”; aunque una de sus películas que más me gustó fue una de las primeras, “Criaturas Celestiales”. También parece ser que será el director de una segunda entrega con el mismo personaje que la que comento hoy, algo que era de esperar teniendo en cuenta el éxito de público que está teniendo.
La película no parte de una de las historia gráficas, sino que coge elementos de tres de ellas para conformar un guión que me convenció solo a medias. El conocido reportero se encuentra en un mercadillo con la maqueta de un barco, el Unicornio, que le llama la atención y se hace con ella. Pero pronto vemos que hay alguien más por ahí que anda detrás del citado barco, en busca de una serie de pergaminos que ocultan el lugar donde naufragó un barco que iba cargado con un gran tesoro a finales del siglo XVI. Pronto se verá inmerso en una serie de misterios y persecuciones e incluso un secuestro. Conocerá al capitán Haddcok, uno de los personajes de los que se hará inseparable y que correrá con Tintín todas sus aventuras, que también está retenido en el barco. Detrás de todo esto está Ivanovich Sakharine, que pretende hacerse con los tres pergaminos escondidos en las tres maquetas del mismo barco y que darán las claves para encontrar ese fabuloso tesoro. Todo viene de sus antepasados, de este Ivanovich y del capitán Haddock, un enfrentamiento que viene de aquella época y que tendrá su continuación en este momento. Esta búsqueda llevará a nuestros protagonistas a viajes en barco, avión, automóviles o camellos por varias partes del mundo en una espiral de movimiento y acción que no parará hasta el final, siempre acompañados por el fiel compañero de Tintín, Milú. Disparos, persecuciones, peleas y muchas escenas de acción, algunos diálogos simpáticos y algunos momentos de comedia, la mayor parte protagonizados por los agentes Hernández y Fernández, centrados en la captura de un carterista muy hábil. Tres pergaminos que esconden un acertijo para poder saber en dónde está el fabuloso tesoro que transportaba el barco, para poder saberlo hacen falta todos, ¿Quién los conseguirá y cómo? Eso tendréis que verlo en la pantalla del cine (porque esta es para ver en cine, no en la pequeña pantalla de un televisor), ya sea en 3D o no, eso va a gusto del espectador. Nosotros la vimos en formato normal, el de toda la vida, y me da la impresión de que el 3D está cansando un poco, no sé si por precio o por la técnica en sí, pero nuestra sala estaba llena, la otra creo que no tanto.
Antes de seguir tengo que reconocer que nunca fui demasiado seguidor de Tintín. Leí todos los cómics, creo que porque en aquel momento leía todo lo que podía, pero nunca me atrajo demasiado. Las historias, los desarrollos y el resto de los personajes sí, pero él en sí no me gustaba demasiado, no sé, me parecía demasiado listo, demasiado serio y con un comportamiento un poco por encima de su edad. Digo esto con todo el respeto para sus seguidores, que los tiene en todo el mundo. La verdad es que dentro de su mundo siempre me quedaba mucho más con los demás personajes antes que con él. El capitán Haddock me parecía mucho más simpático y más entretenido y, sobre todo, más espontáneo. Hernández y Fernández tenían sus momentos, pero más de una vez me he reído con ellos. Otro que me gustaba mucho y que en esta no aparecía pero creo que en la siguiente sí, era el profesor Tornasol, ese sabio despistado me caía bien también. Le reconozco un gran mérito a Hergé, sus argumentos estaban bien elaborados y los dibujos eran realmente excepcionales, pero su personaje central creo que no me caía bien, aún así lo leía, era entretenido y bastante ameno. Y creo que a la película le pasa algo parecido, me da la impresión de que a Spielberg también le caía mejor Haddock, que para mí es casi el protagonista de la historia. Su personaje está realmente bien, impresionante en todos los matices de caras, gestos y creo que lleva el peso de la historia, algo más que Tintín, algo más seco y serio. 
¿Qué me pareció la película? Por aquí todos coincidimos en una cosa. Es uno de los espectáculos visuales más impresionantes que hemos visto en cine en mucho tiempo. A nivel técnico impresiona por todas partes. Las escenas de acción son rápidas, llenas de elementos, de matices y es difícil disfrutarlas por completo por la cantidad de cosas que aparecen. Las caras, los gestos, el pelo, los movimientos..., genial. Antes ya hemos visto alguna otra cinta que usaba esta técnica de la captura de movimiento, pero en este caso Spielberg echó el resto y creo que hizo algo difícil de superar, desde el principio la espectacularidad es lo que más llama la atención. Las calles, las casas con todos sus elementos, escenas como la del barco al anochecer entrando en el puerto, la parte que transcurre en el desierto, la persecución, son varios los momentos que harán que uno ponga una cierta cara de asombro, lo cual teniendo en cuenta como está el mundo de los efectos especiales en este momento ya es difícil. Por lo que parece aún hay gente que está dispuesta a ir un poco más allá y sorprender al espectador. En este sentido no tengo nada que decir, me dejó completamente alucinado y fascinado y me quitó el sombrero ante el trabajo en este sentido del señor Spielberg. Pero tras todo esto hay un pero. Me pareció, dentro de todo este espectáculo, algo aburrida, no sé si es la historia que no me convenció demasiado, algo previsible y con pocas sorpresas que puedan hacerte mantener la atención en ella. En algún momento me pareció, como he dicho, impresionante en la parte de fuera pero eché algo en falta en el argumento, que no está a la altura de la técnica. Aún así creo que es Tintín en estado puro y quizá no ser un fan completo del personaje tenga algo que ver con esta opinión. De todos modos ayer en el cine había varias familias con niños pequeños y pude ver que los que tenían algo menos de ocho o diez años se cansaban un poco, no entendían demasiado bien la historia y se aburrían un poco. También creo que los cómics de Tintín estaban pensados para gente algo más mayor y quizá el problema sea ese, que se ha promocionado como algo adecuado para todo el mundo pero creo que los más pequeños todavía no pueden disfrutar de este tipo de planteamientos. Claro que esta, como siempre, es mi opinión personal, otros seguro que tendrán otras completamente distintas. Como dije antes en el momento en que el Haddock entra en escena la cosa gana bastante, pero hasta ese momento casi me preocupaba más de las imágenes que de la historia en sí.
Por lo que he leído por ahí a la mayor parte de los fans de Tintín les ha gustado bastante, en ese sentido ya digo que yo no lo soy, pero sí que creo que Spielberg ha respetado bastante el espíritu tanto del personaje como de las historias que protagoniza. Quizá el tema del argumento tenga también algo que ver con que no es nada novedoso ni fuera de lo habitual, uno de mis hijos decía que era “lo de siempre”, pero eso era Tintín, aventuras e investigación con algún toque de humor por parte de otros personajes. Creo que merece la pena verla, sobre todo por la parte técnica que es impecable. La duración, poco más de hora y media, hace que no sea posible cansarse y se pasa con bastante rapidez, sobre todo porque desde la primera media hora los personajes no paran de moverse, viajar, escapar y correr. Id a verla, así podréis opinar y decirme si coincidís conmigo o no, espero vuestros comentarios.

domingo, 23 de octubre de 2011

"La ley de Harry", "Harry´s Law"


Disculpas de nuevo, para esta tampoco encontré ningún vídeo decente que no estuviera en inglés.
Hoy volvemos a la televisión. Hace unos días un amigo publicaba en su blog, “Caderno da crítica” que aparece además dentro de “Mi lista de blogs” un comentario en gallego que está muy relacionado con la introducción del mío de hoy, se titula “De “Fringe” a “Sons of anarchy”: a importancia dos guionistas”. Mucho nos fijamos siempre en los actores, la ambientación y claro está, en la historia, pero creo que van a ser pocos los nombres de los guionistas que podamos recordar, cuando la realidad es que ellos son el alma de estas series que vemos casi a diario. En alguno de mis comentarios he mencionado estos nombres, y aún así pocos podríamos nombrar. Muchas de estas series tienen guiones maravillosos, bien elaborados y preparados y como dice ese post que menciono, muchos de ellos no tienen razón para estar lejos de las mejores producciones literarias. Creo que, ya lo he dicho alguna vez, que hoy la televisión es el sitio al que muchos actores y guionistas recurren escapando un poco del cine, sobre todo en Estados Unidos. Me cuesta recordar en estos últimos años más de una docena de películas que realmente destaquen por sus historias y por cómo están contadas, mientras que puedo pensar en muchas series que están muy por encima de la media de un cine que hoy está inmerso en un mundo de efectos especiales, nuevas versiones de otras más antiguas o incluso de intentos de recuperar viejas series para la gran pantalla (casi todas ellas con resultados fallidos). También muchos de los grandes actores de ese cine se están pasando a la pequeña pantalla, como si fuera el reducto donde poder desarrollar de verdad su capacidad, no voy a mencionar a ninguno en concreto, pero estarán en la cabeza de muchos de mis lectores. Toda esta introducción viene a cuento del guionista principal y la actriz protagonista de la serie que voy a comentar hoy, “La ley de Harry” (que puede aparecer también por ahí con su título original en inglés, “Harry´s Law”).
El guionista de la serie es David E. Kelley, un nombre de esos que casi nadie conocerá, especializado en series de abogados que tan habituales son por USA, pero en este caso, siempre con los suficientes elementos interesantes como para hacerlas estar por encima de la media. En todas ellas hay siempre un elemento de crítica, sobre todo hacia la sociedad americana, que en unas es más clara y evidente que en otras, y también con un gran componente de humor que yo creo que ayuda todavía más a hacer llegar esas críticas al espectador. Seguro que el nombre no os dice nada, pero en cuanto mencione algunas de sus series surgirá esa cara de “¡Ah, es ese!”. De su pluma salieron “La ley de Los Ángeles”, “Picket Fences”, “Ally McBeal”, “El abogado”, “Profesores de Boston”, la para mí genial e imprescindible “Boston Legal” y esta de hoy, que por el momento es la última. Muchas de ellas son casi clásicos del medio y en todas, como dije anteriormente, hay suficientes elementos no solo para el entretenimiento, sino también para la reflexión y el debate.
La protagonista de “La ley de Harry” es Kathy Bates, una de las grandes actrices, impecable siempre y maravillosa muchas veces, o aterradora si pienso en uno de sus papeles más destacados, la protagonista de “Misery”, aquella mujer que secuestraba al escritor de sus novelas favoritas y al que torturaba de una manera sádica porque no le gustaba cómo terminaba su última novela. Impresionante en “Eclipse total” y entrañable en “Tomates verdes fritos”. Gran cantidad de películas, muchas de ellas en papeles secundarios siempre importantes, ganadora de un Óscar y de muchos más premios. A mí siempre me gusta y una película suya casi siempre es garantía de que vamos a ver algo decente. Como dije muchas de estas actrices han encontrado en la televisión un magnífico vehículo para seguir trabajando, con un cine dominado por mujeres mucho más jóvenes y con pocos papeles que realmente merezcan la pena. Participó en algunas producciones televisivas, pero es la primera vez que casi se le prepara una serie a su medida, ella es el centro de la serie y la que lleva el peso. Y realmente merece la pena verla, porque la cantidad de sentimientos que es capaz de comunicar a veces con una sola mirada es algo realmente digno de mención. La serie no es nada novedosa, aunque tiene suficientes elementos como para gustar, pero verla en el papel de la abogada Harriet Korn es algo que merece la pena.
La primera temporada consta de 12 episodios y fue emitida por Calle 13. Ahora están emitiendo en Estados Unidos la segunda, muestra de que ha tenido un cierto éxito. Se centra en las andanzas como abogada de Harriet, una mujer que llevaba una vida más o menos fácil y ganando mucho dinero como jurista especializada en patentes que es despedida de su trabajo. Como algunas otras de este guionista tiene una serie de elementos en la historia un tanto humorísticos o exagerados. Cuando sale de su despacho en ese primer episodio un joven negro le cae encima (este joven empezará trabajando con ella después de este suceso) y un joven abogado algo cansado de su trabajo la atropella con su coche (y este también se irá a trabajar con ella). Ve todo esto que le pasa como una señal y decide montar un bufete en un barrio problemático y marginal para defender casos criminales que siempre tienen algún componente de crítica social y que pueden generar una cierta polémica, casi siempre con protagonistas de la calle, gente corriente que no podría recurrir nunca a un abogado con un cierto prestigio. Alquila un local que era una antigua zapatería de lujo en la que todavía están la mayor parte de los zapatos, así que tendrá un doble negocio. Tiene un bufete en el que se venden zapatos de prestigiosas marcas, que es lo que le dará algo de dinero, ya que la mayor parte de sus clientes son personas con poco o ningún dinero. Pasará del mundo frío y más tranquilo de las patentes al de la violencia callejera, las bandas, los asesinatos o los problemas sociales, algo completamente desconocido para ella pero que supone un desafío que le dará una nueva vida, una nueva perspectiva y muchas ganas de seguir trabajando en el mundo de la abogacía. Casi sin quererlo se verá inmersa en este nuevo mundo, lo que la hará casi renacer, encontrar un nuevo y gran motivo para seguir adelante, viendo la abogacía de otra forma completamente distinta y con muchos quebraderos de cabeza, sobre todo por cuestiones éticas. En uno de los capítulos hace un discurso sobre los abogados y a dónde están yendo que es realmente interesante y que da para una buena discusión. Todos los casos tienen siempre algún componente polémico que se puede extrapolar al campo de la crítica social y de la situación actual no solo de ese país, sino de otros muchos. En ese sentido creo que destaca por encima de la media y muchos de ellos serían ideales para hacer un buen debate, no solo, por ejemplo, en un aula, sino también incluso en una buena tertulia entre amigos.
Otra de las cosas destacadas son los personajes, dejando a un lado el central que lleva la parte más importante del argumento. Cuatro o cinco son los fundamentales y más de uno irá cogiendo importancia a medida que avanzan los capítulos. Adam Branco (interpretado por Nathan Corddry) es el joven abogado que ve el trabajo con Harry como un nuevo reto, escapando de una exnovia y de un trabajo que no le satisface. Harry al principio no ve claro que pueda quedarse con ella, parece un joven inseguro, tímido y poco capaz, pero pronto veremos como no es así. Malcolm Davies (el actor Aml Ameen) es otro chico joven, pandillero y exdrogadicto pero muy listo, tanto que poco a poco irá descubriendo en la abogacía un mundo que le convence, descubriéndose como un miembro fundamental del equipo. Jenna Backstrom (Brittany Snow) es uno de los elementos femeninos de la historia, la que será medio secretaria medio vendedora de zapatos, una mujer que puede parecer un poco frívola, pero que ya veremos como no lo es tanto. Damien Winslow (Johnny Ray Gill) es el único de estos personajes que pertenece al barrio, es como un protector del mismo, pero en este caso protege a los demás de las pandillas, de los malos rollos, de los delincuentes, violento pero al mismo tiempo consciente de que muchas veces no le queda más remedio que hacer lo que hace. Y de los fijos dejo para el final a mi favorito, a Tommy Jefferson (interpretado por Christopher McDonald); es el abogado mediático, ese que se anuncia en la televisión y que es capaz de cualquier cosa para conseguir dinero y fama. Al principio se hace odioso, faltón, maleducado, prepotente, pero poco a poco su personaje va tomando un camino que hace que lo veamos distinto, cogiendo algo más de protagonismo, no quiero desvelar más porque es mejor ver por dónde va.
En general está bien y creo que recomendaría bastante que la vierais. En algún momento cae un poco en historias sentimentales que parecen romper un poco la buena dinámica que lleva, como queriendo darle otros caminos además del de los casos a defender, creo que eso la hace decaer un poco en esos momentos. Pero, en general, mantiene una buena media de calidad y entretenimiento, además de ese elemento de crítica que quizá sea lo que más me gustó. Tiene momentos realmente divertidos, otros fuertes, algunos violentos y otros tristes, en ese sentido sabe alternar bastante bien diversas situaciones para conseguir la atención del espectador. No es la serie ideal y las hay mejores, pero creo que podréis verla sin que os decepcione. A mí, además de estar bastante bien interpretada (destacando por encima de todos la señora Bates y el personaje de Tommy Jefferson) me gustó bastante y espero la llegada de la segunda temporada.