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domingo, 25 de marzo de 2012

"Intocable"


Tras algún tiempo volvemos al tema del cine, que la última película que apareció por aquí fue ya hace unos meses. Ya apetecía, así que este fin de semana, tras echar un ojo a la cartelera y llegar a un acuerdo familiar allá nos fuimos. Y mereció mucho la pena, una cinta con bastante que decir, que nos gustó mucho a todos y de esas que hay que ver. Es de esas en las que sales del cine viendo las cosas de otra manera, pensando que lo que hay que hacer es dejar de lamentarse y disfrutar todo lo posible de la vida, sacando partido a todo y sin dejarse llevar demasiado por los malos momentos, los pequeños o grandes tropiezos que se nos van poniendo delante. Aún así todos somos conscientes de que lo que hemos visto es ficción, aunque esta es de esas que al principio pone “inspirado en una historia real”. Hablo de una película estrenada hace creo que tres semanas pero que yo recomendaría que si tenéis opción vayáis a verla, no creo que os decepcione. El título es “Intocable”.
Cuando vi los trailers en la televisión ya me llamó la atención. Avalada por dieciocho millones de espectadores en su país de origen, Francia, una de las cintas más taquilleras de su cinematografía y con varios premios tanto dentro como fuera de su país. Además algunos conocidos y conocidas cercanos que habían ido a verla me comentaron que era de lo mejor que habían visto en los últimos meses. Teniendo en cuenta que la cartelera estaba llena en este momento de historias poco apetecibles no había demasiado donde elegir y además a esta le teníamos ganas. Vimos varias comedias francesas de estos últimos años y en mayor o menor medida todas nos habían gustado mucho, sobre todo las de esta línea, la de tratar en tono de comedia cosas que no parecen ser demasiado simpáticas o divertidas. 
A causa de un accidente Philippe, uno de los protagonistas, se quedó tetrapléjico. La historia comienza cuando está buscando una persona para que esté con él todo el día, trabajando como enfermero, asistente, ayudante y para todo lo que le haga falta. Es millonario y vive en una gran casa rodeado de todo tipo de lujos pero además de su enfermedad hay otras cosas en su vida que hacen que viva sumido en una profunda tristeza y amargura. Un hombre culto, gran lector, aficionado a la música clásica y con una vida anterior por lo que entendemos más que apasionada e interesante. Al principio de la historia vemos como está seleccionando entre varios candidatos a esa persona, ya que ya tuvo varios y ninguno le dura demasiado, entre el mal humor y lo exigente que es todos acaban marchándose. Aparece entonces Driss, un joven de color que veremos como vive en las afueras de París, con muchos problemas sociales y de adaptación, delincuente y rodeado de un ambiente que no deja entrever nada bueno para él ni para su familia. Driss solo quiere que le firmen el papel del paro rechazándolo para que pueda seguir cobrando, pero es evidente que eso no va a pasar. Driss se comporta ante Philippe con naturalidad, diciendo las cosas como le salen, casi sin pensar y sin darse cuenta de las limitaciones que este tiene. A Philippe esto le gusta, le hace gracia y decide contratarlo a prueba durante un mes a ver qué pasa. Driss alucina con la casa en la que va a vivir, con las cosas que hay y, sobre todo, con algunas de las cosas que tendrá que hacer como parte de su trabajo. Lógicamente a partir de ese momento, y poco a poco, la vida de los dos va a cambiar, sobre todo la de Philippe, que por fin encuentra a alguien que no lo trata con lástima, con condescendencia, sino que intenta dentro de lo posible tratarlo como una persona más. Pero no es solo el trato, desde el principio veremos como Driss es una persona enormemente alegre, capaz de sacarle una sonrisa a cualquiera con sus palabras o sus formas de actuar, una alegría que será contagiosa para todos los que viven en esa gran mansión.
Parece que vamos a ver la historia de siempre, persona con problemas que consigue cambiar, redimirse o ver la vida de otra manera gracias a una persona que sale en su ayuda y con la que no parece tener demasiado que ver. En cierto sentido lo es, no lo voy a negar, pero al mismo tiempo tiene algo especial, distinto, algo que hace que se aleje ligeramente de este tipo de historias. No hay redención, no hay un momento mágico donde todo cambie radicalmente, son pequeños cambios, pequeñas cosas que van descubriendo ambos, más Philippe, evidentemente. Su vida no va a cambiar, pero sí y mucho la forma de verla, la forma de hacer muchas cosas, de disfrutar de las cosas que quizá antes no viera o no quisiera ver, de dar pequeños pasos adelante para, desde su situación, hacer cosas que no es que no quisiera hacer, es que no se le habían ocurrido. Y sobre todo aprenderá a reírse, de sí mismo y de los demás, a reírse con Driss que es capaz de ver con humor casi cualquier situación. Pero lo que la hace más distinta es el tono general de la historia. En ningún momento la historia busca la lágrima fácil, la emotividad forzada o esas situaciones que casi hacen que el corazón esté apretado en un puño. Es una historia emotiva y optimista, alegre por encima de todo, llena de humor en todo momento. Pocas situaciones están presentes para despertar la compasión, sino todo lo contrario, busca la alegría. Tiene muchos momentos de humor negro (no voy a contar ninguno, mejor verlos) realmente inesperados y originales, chistes que incluso podrían parecer de mal gusto pero que dentro del contexto en el que se producen no pueden más que provocar una sonora carcajada. Incluso los momentos en los que predomina el sentimiento son suaves, leves, casi pasando de puntillas y nunca buscando el sentimentalismo. No voy a decir que sea realista, pero casi parece más creíble que muchas otras del mismo tipo. Tiene momentos realmente geniales, pero la media alta se mantiene durante toda la historia. La visita a una pinacoteca o una conversación sobre la música clásica que están escuchando son dos de los más destacados en este sentido para mí, pero habría muchos otros.
Es la quinta película que dirigen y escriben a medias Eric Toledano y Olivier Nakache. El papel de Philippe está interpretado por un conocido y destacado actor francés, François Cluzet, realmente genial en el papel del hombre obligado a vivir en una silla de ruedas y que solo puede mover la cabeza, nada fácil pero solo con sus ojos y su expresión es capaz de transmitir desde una profunda tristeza a la mayor de las alegrías, sus sonrisas o sus ojos llorosos hacen que el espectador comparta esos mismos sentimientos con él. Driss está interpretado por un actor con bastantes películas en su país y al que vi hace poco en otra cinta que me gustó mucho, “Micmacs”, Omar Sy. Impresionante de verdad, premiado con el César en Francia al mejor actor por este papel. La energía que transmite, siempre energía positiva, sus actitudes, sus formas de hablar o de moverse son de lo mejor de la historia. Consigue reflejar tal cantidad de sensaciones, de sentimientos, de optimismo que hacen que hasta el espectador se contagie. Me encantó, de verdad, y me pareció en todo momento que conseguía con creces lo que se pretendía. No solo en esos momentos, sino también en los que tiene que estar más serio, triste o preocupado, una de las interpretaciones más completas que he visto en los últimos meses, más que destacable. El resto de los actores también están realmente bien. Sacando a los dos protagonistas me gustaría destacar también el papel de Yvonne (interpretado por Anne Le Ny), la mujer algo mayor que se encarga de la casa y de estar pendiente de todas las necesidades de la misma; la presencia de Driss en su vida también hará que cambie algunas cosas y decida tomar las riendas de algunos aspectos de su vida diaria.
Creo que es una película completamente recomendable, aquí nos gustó a todos muchísimo y sobre todo, como dije, por tratar algo que parece lo de siempre pero de una manera algo distinta. Es un optimismo contagioso, unas ganas de vivir y disfrutar que harán que después le demos algunas vueltas a ciertos aspectos de nuestras vidas. La sonrisa es casi permanente a lo largo de las casi dos horas que dura (que se nos pasaron en un suspiro) y las carcajadas estarán presentes en más de un momento. No sé por qué pero tengo la impresión de que va a ser de esas que en breve tendrá su versión americana (posiblemente innecesaria), esperemos que no se la carguen y sean capaces de mantener ese mismo aire.



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