No debe de ser nada fácil pensar en una segunda novela cuando la primera que has escrito tuvo un gran éxito, supongo que pesará la responsabilidad, las ganas de conseguir más o menos lo mismo y al mismo tiempo la idea de darle al lector algo más, algo parecido pero distinto que le guste. A veces es complicado y los resultados no son demasiado buenos y otras veces se consigue, el autor esperará como agua de mayo las críticas, los resultados de las ventas y las opiniones de los lectores. Viene esto a que hoy os voy a dejar mi comentario personal sobre una historia que responde a este presupuesto. Allá por junio del 2010 os dejaba un comentario de la primera novela de María Dueñas, “El tiempo entre costuras”. Cerca de dos años hemos tenido que esperar por la segunda historia de esta autora, titulada “Misión Olvido”, de muy reciente aparición editorial. Para consultar algún dato biográfico me remito al comentario sobre su primera novela.
Estamos en julio de 1999. La protagonista, Blanca Perea, casada, madre de dos hijos, profesora de Universidad... Pero toda esta aparente vida completa se ve deshecha y rota por una serie de acontecimientos. Su marido la deja por otra mujer, sus hijos ya son mayores y están algo alejados de ella. La noticia de su separación cae sobre ella como una enorme losa que no se ve capaz de levantar sin escapar del pequeño mundo que la rodea. Antes de empezar el curso solicita alguna plaza lejos de su ciudad para poder estar sola e intentar recomponer un poco su cabeza. Aparecen varias oportunidades, pero elige la más lejana, aquella que ponga una buena cantidad de tierra de por medio. Es un trabajo para alguien mucho menos cualificado que ella, pero ese es un detalle sin importancia, lo fundamental es que está lejos, al otro lado del océano. Aparece un trabajo en una universidad de Estados Unidos, un trabajo que no parece tener demasiados alicientes ni económicos ni intelectuales, pero de nuevo eso es lo menos importante. Se irá varios meses a la Universidad de Santa Catalina, en California, para rescatar y catalogar el archivo bastante abandonado de un antiguo profesor español, fallecido bastantes años antes, Andrés Fontana. Nada más llegar conocerá a la gente que allí trabaja, todos dispuestos a echarle una mano. Además de eso se tendrá que enfrentar a un almacén lleno de una documentación que lleva años allí guardada, de forma caótica y desordenada, un trabajo ingente que tendrá que afrontar. Rebeca Cullen estará dispuesta siempre a ayudarla, y Fanny será una especie de secretaria y chica para todo, con una misteriosa y seca madre. Dos hombres aparecerán en esta nueva etapa de su vida, el jefe del departamento para el que trabaja, Luis Zárate, y un estudioso de la literatura española, Daniel Carter.
Entre todos estos personajes se va tejiendo una historia formada por muchos elementos. Varios hilos conforman la trama, teniendo a estos personajes como núcleo de casi todos ellos en mayor o menor medida. A ello añadimos la construcción de un gran centro comercial en una zona que buena parte de los habitantes de Santa Cecilia quieren conservar. También la historia de las misiones franciscanas en California, conocidas como las misiones del Camino Real. De repente nos veremos trasladados a la España de los años del franquismo en un viaje de uno de los protagonistas que se nos irá contando poco a poco a medida que avanzamos en los capítulos. Extrañas relaciones, historias de amor, desencuentros, engaños, cosas que parecen no ser lo que son... Toda una trama que parece más complicada de lo que en realidad es al final. Un trabajo que para ella funcionaba como un escape se va a ir convirtiendo en algo más, en mucho más de lo que ella esperaba en un principio.
La primera novela de María Dueñas recibió críticas de todo tipo, pero en general el público la acogió muy bien, sus ventas fueron realmente buenas e incluso algo sorprendentes para ser una primera obra de una autora desconocida. Las recomendaciones entre los lectores funcionaron de maravilla y llegó a ser durante mucho tiempo una de las novelas más vendidas y leídas. Incluso en breve se estrenará una serie de televisión basada en ella. A mí personalmente me gustó bastante. Me pareció una historia entretenida, bien planteada, a medio camino incluso entre la realidad y la ficción. Y creo que bien escrita, con una prosa trabajada y al mismo tiempo fluida, que se leía con agrado y casi sin darte cuenta.
Con esta segunda novela al principio me pasó lo mismo. Su inicio fue creo que muy bueno, subjetivamente hablando me gustó mucho esa dedicatoria a toda la gente que se dedica a la enseñanza. El primer tercio de la novela me convenció. El planteamiento de la historia era bueno, los personajes tenían un buen desarrollo y me estaban convenciendo. La prosa de la autora seguía pareciéndome buena, cercana, fácil de leer y bien desarrollada. Pero a partir de ese momento mi opinión sobre la misma fue cambiando poco a poco. Dejo claro desde un principio que esta es una opinión completamente subjetiva, de un lector más que opina sobre su lectura, sin ánimo de sentar cátedra en absoluto. Creo que la historia se va perdiendo poco a poco. Va ganando en irregularidad y diluyéndose entre demasiadas cosas sin centrarse en ninguna de ellas. Casi pasa por encima de algunos personajes o algunas situaciones mezclando demasiadas cosas en pocas páginas. La parte que transcurre en la España de la dictadura juega con elementos originales y otros demasiado tópicos, cercanos al costumbrismo que hasta cierto punto pueden responder a la realidad de la época, y en otros no tanto. Creo que incluso se aleja poco a poco en algunas situaciones de un cierto aire de verosimilitud que parece querer darle. Creo que son demasiadas cosas las que pasan y algunas quedan poco creíbles dentro de esa historia de ficción. Me resultaron interesantes historias como las de las misiones, los estudios sobre autores españoles de posguerra o el trabajo de investigación documental, pero en más de una ocasión me gustaría más que hubiese profundizado sobre estos u otros aspectos y menos en otras cosas. Poco a poco la historia no es que dejara de interesarme, tenía ganas de saber qué pasaba, pero se iba convirtiendo en algo bastante previsible, casi como si supiera qué iba a pasar a continuación, y no solía equivocarme. No deja demasiadas puertas abiertas a la sorpresa, a que de repente el lector lea algo inesperado y esa situación haga que su interés por la lectura aumente.
No creo que sea una mala novela, en absoluto, pero desde mi punto de vista esperaba algo más a medida que iban avanzando las páginas. Sigo diciendo que me gusta mucho cómo escribe, pero la historia no queda todo lo bien que podría si se eliminaran algunas cosas y se refuerzan otras. Algunos personajes que prometían me dejaron al final algo indiferente, como si pasaran de repente de conocidos a desconocidos, como si esperaras algunas cosas de ellos que al final no llegan.
Una ligera decepción, aunque no completa, creo que tiene algunas cosas buenas pero quedan desdibujadas con otras que no me lo parecieron tanto. No fue suficiente como para que dejara la lectura y no terminara la historia, pero al final me costaba un poco ponerme con ella. Con todo esto espero no desanimar por completo a nadie, es más, espero que los que la hayan leído o la vayan a leer me dejen por aquí sus impresiones, a ver si coinciden o no con las mías.
Pues a mí me ha pasado lo contrario que a tí. Me ha gustado esta muchísimo más que entre costuras. La verdad es que la historia de las misiones me daba igual. Lo que me ha emocionado muchísimo es la relación entre Blanca y Daniel, cómo se van conociendo y enamorando sin darse apenas cuenta, o sin querer reconocerlo. Cómo ella va saliendo de la tristeza, cómo de pronto comprende que lo que le está tocando vivir le ha tocado y punto, igual que le podría haber tocado a su ex quedarse plantado. Cómo vuelve a creer en el amor cuando quema el poema de Salinas.Me ha emocionado muchísimo el brindis de Acción de gracias de Daniel. Y aunque se supone que es un hombre ya bastante maduro, me ha parecido irresistible... espero que a nadie se le ocurra hacer una peli y ponerle cara, porque no acertarían.
ResponderEliminarPerdón, perdón, quise decir Cernuda donde dije Salinas. Otra cosa que me ha gustado muchísimo ha sido el título. Si yo fuera Dueñas, habría tenido una doble intención con él, y si algún día puedo, se lo preguntaré.
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