Curiosamente mientras en televisión o cine soy de risa fácil, cualquier chorrada me hace sonreír o carcajear, en literatura no me pasa lo mismo. Son contadas las novelas con las que me puede pasar lo mismo y últimamente cada vez menos. No hace mucho tiempo fueron las primeras novelas de David Safier las que lo consiguieron, pero creo que desde esas me sobran los dedos de una mano para recordar otras. Pero de repente apareció otro autor que lo volvió a conseguir tanto con su primera novela como con la segunda. En marzo de 2013 comenté por aquí “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”. Una historia que consiguió que durante toda la lectura estuviese con alguna sonrisa en la boca y más de una carcajada, llena de buenos momentos, sorpresas, mucho humor negro y mucho cinismo. Vamos, lo que más me gusta. Tenía pendiente desde hace tiempo la segunda historia de este autor, Jonas Jonasson, y este verano me decidí a leerla ya. “La analfabeta que era un genio de los números”, publicada en el año 2013.
Como en el caso anterior el planteamiento de la historia es de lo más histriónica, ridículo y extraño; vamos, en absoluto creíble. Pero como en el caso anterior en toda ella trasciende un sentido crítico muy fuerte, escondido entre situaciones que buscan hacer reír al lector, volvemos a encontrar una profunda crítica hacia muchos estamentos de la sociedad, sobre todo a los políticos de cualquier clase, país o tendencia. El mismo humor negro que tan bien maneja el autor en una historia que tiene el mismo aire y al mismo tiempo es completamente distinto.
En este caso la protagonista se llama Nombeko Mayeki, una joven de Soweto, un rincón dejado de la mano de Dios y sumido en la más absoluta pobreza en Johannesburgo. Allí la conoceremos trabajando en un lugar destinado al vaciado de letrinas, con un jefe y una vida que solo la puede llevar a desaparecer a una edad muy temprana. Pero Nombeko tiene algo que hará que pueda escapar de ese destino que parece tener marcado desde su nacimiento. Además de ser muy espabilada e intentar sobrevivir a toda costa es un genio con los números, capaz de realizar las operaciones más complicadas en un tiempo récord, mucho antes que cualquiera de las personas que la rodean o que aparecerán en su vida a lo largo de la historia. Esa genialidad y el azar la llevarán a poder escapar a ese destino que conocemos al principio, para pasar por tal cantidad de aventuras que parecerá imposible que todo ello pueda pasarle a la misma persona. Su destino va a estar marcado por una línea llena de curvas, de altibajos, de sorpresas inesperadas y de personajes que se irán cruzando en su camino, sobreviviendo y ascendiendo siempre; pero también con malos y difíciles momentos. Así por su vida irán pasando desde un falso especialista en física nuclear, dos agentes del Mossad, tres chinas que se dedican a las falsificaciones, dos hermanos gemelos suecos que curiosamente tienen el mismo nombre, el rey de Suecia o dirigentes de países completamente alejados de la realidad en la que nace la protagonista. Así recorrerá un camino lleno de aventuras, llegando casi a ser pieza clave en la supervivencia de la humanidad y para el equilibrio político mundial y terminando su vida en un lugar y una situación con la que ella ni el lector podrían soñar en ningún momento.
Mantiene el mismo aire que su primera novela, pero a mí particularmente, aunque por poco, me gustó algo más esta. Me parece más divertida en muchos momentos, más ágil en cuanto a las situaciones que desarrolla, más movida y se lee avanzando casi sin darte cuenta. Una historia completamente desenfadada, llena de momentos tan ridículos que casi se los puede uno creer. Son muchos los momentos que sorprenderán al lector, que está esperando algo y lo que se produce es o lo contrario o algo que no tiene casi nada que ver. Personajes que parece que ya no van a tener importancia vuelven a aparecer como por arte de magia para tomar de nuevo parte importante en la historia. Situaciones que parecen irresolubles encuentran siempre un camino de salida en la imaginación del autor. Cierto es que el aire, la forma de contar, de escribir y de solucionar muchas cosas es completamente similar a aquella historia del abuelo centenario que un día decide escapar del asilo y se encuentra una maleta llena de dinero. También que los personajes tienen ese aire entre ridículo y real que tenían muchos de los de la anterior novela. Y aún así, coincidiendo en muchas cosas con la otra, tiene suficientes elementos como para seguir sorprendiendo al lector y entreteniéndolo de una forma muy efectiva.
Una historia que se desarrolla de una forma rápida, muy original y buscando siempre la sorpresa y la sonrisa del lector, llena de momentos que harán que posiblemente el lector pare un momento para digerir la situación. Unos personajes, del primero al último, realmente simpáticos y nada planos, cambiantes para adaptarse a las situaciones con las que se van encontrando. Una carga tremenda de humor negro, de cinismo, de crítica política sobre todo enfocada a los manejos y los acuerdos, a cómo juegan los políticos con las situaciones buscando la mayor parte de las veces más su propio bien que el bien común. Creo que es una lectura muy recomendable si queréis pasar un buen rato con algo que además de divertido tiene un fondo más que apreciable e interesante.
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