Ya dije que uno de los géneros literarios que más me gustan cuando están bien hechos es la novela histórica y hoy voy a escribir alguna cosa sobre una de las novelas históricas que más me gustaron. La verdad es que no es una novela reciente, pero para aquellos que me leen os recomiendo que intentéis conseguirla, porque realmente merece mucho la pena. El título es “Bizancio” y el autor Stephen R. Lawhead. Llevo muchos años siendo socio del Círculo de Lectores y allá por el año 1998 (que ya llovió) aparecía esta novela en su revista, no conocía de nada al autor, pero el tema de la novela y el resumen que aparecía me llamó la atención y como no había nada demasiado apetecible pues la pedí. Cuando empecé a leerla descubrí que fue una decisión completamente acertada.
Es un novelista nacido en Nebraska, Estados Unidos, en el año 1950. Fue profesor durante cinco años en la Universidad de Chicago y al mismo tiempo publicó diversos artículos y ensayos en revistas universitarias. Su interés por la cultura celta lo llevó a irse a vivir a Gran Bretaña, donde se dedicará exclusivamente a la literatura. Es autor de varias novelas que conforman ciclos, como el “Ciclo de Perdigón” o la trilogía “La canción de Albión” que lo convirtieron en uno de los autores más reconocidos de la literatura fantástica inspirada en leyendas arterias (reconozco que aún no leí ninguna de estas, pero también están en la lista de próximas lecturas), además de la serie de “Las cruzadas celtas” o las del “Rey Raven”. También escribió varias novelas infantiles también en varios volúmenes como las “Historias de Riverbank” o la serie “Howard”. “Bizancio” fue su primera incursión en la novela histórica, publicada en inglés en el año 1996. Tras esta otras dos obras del mismo género como “Avalón. La historia del rey Arturo” (1999), “Patrick” (2003) o “El señor del bosque” (2006). Por si a alguien le interesa tiene una página web, en inglés, claro:
“Bizancio” está inspirado en la vida de San Aidano y relata el viaje realizado por este místico irlandés a las lejanas tierras de Oriente. Un viaje lleno de peligros y sorpresas que lo llevarán a contemplar la impresionante belleza de la capital bizantina y descubrir un mundo nuevo, dentro y fuera de él mismo. El protagonista es un monje, Aidan Mac Cainnech, que cree tener el don de ver el futuro en sueños. En uno de ellos contempla su propia muerte y no duda ni por un momento de la veracidad del mismo. Acabará sus días con sufrimiento y miedo en una lejana y hermosa ciudad llamada Bizancio. Cuando su abad lo selecciona para formar parte de un séquito de once monjes irlandeses que partirían hacia el Imperio Bizantino supo que su destino empezaba a correr hacia él y no iba a hacer nada por evitarlo. Parte con la misión de entregar al Emperador un valioso regalo, el Libro de Kells. Estamos en el siglo XI, los mares están llenos de vikingos y él nunca podrá imaginar que va a caer en manos de esos bárbaros. Este va a ser su primer contratiempo en su fascinante viaje. Será esclavo, embajador, espía, falso sarraceno..., y continuará su camino hacia el esplendor de las doradas cúpulas de Bizancio. Pero a medida que avanza va descubriendo que no todo está escrito, y mucho menos aún su destino, y que en muchas de las cosas que tendrá que hacer no se reconocerá a sí mismo.
La novela es tremendamente entretenida y fluida. La narración está hecha en primera persona y el monje es el personaje principal, tanto es así que a los demás igual les falta algo de profundidad, aunque tampoco es que sea demasiado necesaria y no estropea para nada la fascinación de la lectura, de las aventuras y, sobre todo, de los distintos grupos, sociedades y formas de vida con las que se va encontrando en su viaje, y la tensión argumental se mantiene perfectamente a lo largo de algo más de setecientas páginas. Esta narración en primera persona refleja perfectamente las contradicciones, las dudas que surgen en el protagonista, su evolución en su forma de ver la vida, la sociedad y a sí mismo. Quizá un defecto es que al final todo se resuelve algo más rápidamente de lo deseado, como si el autor pensara que ya se estaba alargando demasiado y decidiera terminar, pero esto no empaña demasiado la maravillosa lectura que estamos realizando.
El ritmo narrativo es trepidante y engancha rápidamente al lector y la historia es sencilla y directa, una lectura que se hace con facilidad y gusto, disfrutando de cada página y deseando constantemente ver qué va a pasar a continuación.
No es habitual que lea una novela más de una vez, pero esta la leeré dentro de poco por el buen recuerdo que tengo de ella. Os recomiendo si no la conocéis que intentéis haceros con ella, estoy seguro de que os va a encantar.
No había vídeo adecuado, así que os dejo uno sobre una de las últimas obras de este autor, a ver si también os animáis, yo pienso leerla.
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