En 1993 Steven Spielberg revolucionó de nuevo el cine de entretenimiento con una película que es ya un clásico para todos dentro de este género. No voy a descubrir ahora a nadie al director, desde mi punto de vista, que más ha hecho por el cine concebido como espectáculo y siempre con algo de calidad. Creo que solo un par de sus películas me han decepcionado un poco y la mayor parte de ellas figuran entre las más taquilleras de la historia del cine. Además son de esas que pasados unos años vuelves a ver con bastante agrado y siempre con una pequeña sonrisa de nostalgia en la boca, recordando lo mucho que habías disfrutado en el cine cuando la estrenaron. De entre todas ellas “Parque Jurásico” ocupa, para mí, un lugar especial. La cara de asombro que se te quedaba mientras avanzaba el metraje casi nos pudo llevar a algunos a desencajarnos la mandíbula, porque cada escena superaba a la anterior. Cada momento de tensión era seguido de otro aún mayor, y todo ello explicado y concebido de una forma tan lógica que casi parecía cierto. Aquellos dinosaurios para nosotros estaban completamente vivos, nada de efectos digitales ni cosas de esas, te lo creías a pies juntillas. Visto todo lo que se hace ahora en este campo aún tiene más mérito el trabajo realizado en aquel momento, donde las cosas aún eran un poco más difíciles. Para los que la vimos en aquel momento en el cine es difícil olvidar aquel Tiranosaurio Rex o, por supuesto, los malvados velocirraptores.
Viene todo esto a que este último fin de semana tocó cine, que hacía tiempo que no pisaba una sala y la película que fuimos a ver fue la recientemente estrenada secuela de esta primera, “Jurassic World” (es que ahora parece más moderno mantener los títulos en inglés...). Cuando vi el trailer la verdad es que me llamó bastante la atención y viendo las cifras del estreno y el éxito de público me animé a verla, aunque en el fondo tenía bastantes ganas.
A ver, no aporta nada de nada al cine y, por supuesto, tampoco mejora en ningún momento al “Parque Jurásico” de los 90. Aún así es una película muy entretenida, las dos horas que dura se me hicieron realmente cortas, y merece la pena. Para el espectador actual, acostumbrado a ver de todo o casi todo en cuanto a efectos especiales, quizá no le sorprenda ni le diga demasiado. A mí personalmente me sigue pareciendo espectacular todo lo que se puede hacer ahora en ese campo, aunque en muchos momentos echo de menos los más artesanales de toda la vida, aunque se notaran un poco más. Para los que fuimos fans del original aún tiene más alicientes. La película está llena de guiños al espectador de aquellos años. Un edificio, una camiseta, un jeep... Pero por encima de todo destaca la genial y épica banda sonora de John Williams, compositor de una buena cantidad de muy recordadas bandas sonoras. Suena de fondo en muchos momentos, desde la espectacular presentación inicial del parque hasta otros de más tensión o que pueden recordar al original, no voy a decir cuáles, porque el que la vaya a ver, como yo, con el gran recuerdo de la primera los descubrirá con mucha facilidad.
La historia tampoco es nada del otro mundo, sigue la misma línea que la otra. Ser consciente de que no podemos dominar la naturaleza y mucho menos a unos grandes animales creados artificialmente y contra los que no es que estemos demasiado preparados. Vamos, que uno se descontrola y se lleva por delante todo lo que encuentra mientras nuestros héroes intentan que todo vuelva a la normalidad con el menor número de víctimas posible. Lo mismo pero cambiando un poco la situación, los personajes y poco más. Tampoco es que pueda dar mucho más de sí, es más de lo mismo, pero sigue siendo igual de entretenido y espectacular.
El director es Colin Trevorrow, un desconocido para mí y que poco más ha dirigido. De todos modos se nota perfectamente que detrás está la mano de Spielberg, que debió de estar a su lado casi en todo momento. El mismo tipo de escenas, de juegos con el espectador buscando el impacto o el salto en la butaca, el mismo tipo de humor para romper la tensión de algunas escenas... No está exactamente detrás de la cámara, pero sí muy cerca.
Y los actores tampoco es que sean demasiado conocidos. Alguno ya aparecía en la primera, pocos, claro. El resto son actores en crecimiento que se van buscando el sitio. El protagonista es Chris Pratt, al que pudimos ver, por ejemplo, en otro de los éxitos de estos últimos años, “Los guardianes de la galaxia”. La verdad es que está bastante bien en ese papel de galán aventurero muy al estilo de las películas antiguas, capaz de solucionar cualquier cosa. El papel femenino es para Bryce Dallas Howard, una actriz con algo más de cine a sus espaldas. En su caso pasó de no gustarme demasiado al principio a ir mejorando poco a poco a medida que avanza la película. Y a su lado un par de niños que dan el toque desvalido y a los que hay que ayudar y, por supuesto, los dinosaurios (y de entre todos ellos, como ya pasó antes, los raptores se comen a todos los demás, tanto en sentido cinematográfico como literal).
Lo que más me gustó es que en cuanto al diseño del parque, a la idea del mismo y como podría haber sido, mantiene la idea inicial de los 90 y se acerca bastante a cómo sería si no se hubiera producido el desastre. Está muy por encima de las dos secuelas que tuvo en 1997 (“El mundo perdido”, que aunque la dirigía Spielberg era regular) y en 2001 (“Parque Jurásico III”, que no me gustó demasiado) y quizá esta sería la mejor secuela que podíamos esperar. Aunque me temo que viendo alguna cosita del final quizá esta también tenga una continuación. Los dinosaurios tienen el mismo aspecto que en los 90, no cayendo en la tentación de intentar mejorar algo que los fans consideramos inmejorable. Quizá lo mejor de la película sea ese respeto a la estética de los 90 en casi todos los sentidos, y eso fue una de las cosas que más me gustaron y más me hicieron disfrutar de la historia.
A mí me gustó mucho, me pareció muy entretenida y con momentos realmente buenos. De todos modos sigo pensando lo mismo que ya he comentado en otras ocasiones. Cada día que pasa el cine de Hollywood está cayendo más en las continuaciones, en la filmación de nuevo de historias que ya no son nuevas, de volver a hacer lo mismo pero solo dándole algo más de espectacularidad. Cuando vimos esta nos pusieron el trailer de “Los Cuatro Fantásticos” y veo que, de nuevo, nos van a contar la misma historia de cómo se gestaron esos superhéroes. Por favor, no me volváis a contar la génesis, contadme una historia nueva que esa ya la vi no hace tanto tiempo. Lo mismo se puede aplicar a otras recientemente estrenadas, cosas como “Mad Max” o, como leí el otro día, una nueva versión de un clásico del cine de terror de mi juventud, “Poltergeist” (que también tenía guión de Spielberg, por cierto). Me parecen completamente innecesarias, seguiré con mis series de televisión, donde sigo pudiendo ver cosas más originales y con más calidad.
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