En septiembre del año pasado dejé un comentario de una novela que me había gustado mucho y a la que había llegado a través de artículos de prensa. La historia se titulaba “Nos vemos allá arriba” y destacaba tanto por su originalidad en el planteamiento de la historia como en la forma de contarla. A raíz del éxito de esta novela empezaron a publicarse en nuestro país algunas de sus novelas anteriores y como quedó entre esos autores a los que seguir no hace demasiado que terminé la que os dejo hoy aquí. El año de publicación en Francia es el 2009, pero por aquí apareció a lo largo del año pasado, aprovechando, como dije, el tirón de la primera que menciono. En este caso nos encontramos ante una historia a medio camino entre el thriller y la novela negra, frontera a veces difícil de distinguir y que yo muchas veces no tengo demasiado clara. El género negro es donde más destacó en Francia Pierre Lemaitre, el autor de hoy, y la novela es “Vestido de novia”.
En su momento dejé ya la reseña biográfica de este autor francés de reconocido prestigio en su país y que está teniendo bastante éxito fuera de sus fronteras. Especializado desde el principio en novelas policiacas, de investigación y negras, con una serie de cuatro que tiene al mismo protagonista y algunas más que se salen de esa saga. “Nos vemos allá arriba” fue la primera novela que se alejó de ese género, entrando en otros terrenos completamente distintos. Esperaremos a ver por dónde va la siguiente, pero tengo claro que estará entre los autores que leeré habitualmente.
La protagonista de la historia es Sophie Duguet, a la que conoceremos en uno de los peores momentos de su vida. Cuando empieza la novela se dedica a cuidar de un niño, pero una mañana aparece muerto en su propia habitación. La puerta está cerrada, sus padres no están. Cuando despierta y lo ve lo primero que le le viene a la cabeza es que la asesina solo ha podido ser ella. La puerta está cerrada, no parece haber ningún signo de violencia ni de que nadie pueda haber entrado en la casa sin que ella se entere. Agobiada por su pasado decide escaparse rápidamente e intentar empezar una vida fuera de allí sin que nadie pueda atraparla. ¿Por qué esta reacción? A partir de aquí iremos conociendo su vida. Al principio es una mujer completamente normal, con una vida feliz, un marido que la quiere, un buen trabajo... Pero un día todo este escenario empieza poco a poco a desmontarse. Primero son pequeños despistes, olvidos sin importancia que poco a poco van siendo cada vez más preocupantes. Montones de cosa que no recuerda haber hecho. Robos en tiendas, reservas canceladas o cambiadas de día, envíos de fotos por internet que no sabe que hizo, problemas en el trabajo, correos electrónicos extraños... Todo esto hará que empiece a tomar calmantes cada vez más fuertes, a ir a médicos para que la ayuden, pero nada de esto parece tener buenos resultados, al revés, cada vez es peor. Y de aquí en adelante la muerte empieza aparecer a su alrededor. Empieza a matar gente sin ser consciente de ello ni recordar nada en absoluto. ¿Qué es lo que ocurre? Pues eso, evidentemente, no os lo voy a contar. Procuro siempre contar lo justo, pero en este caso a poco más que ponga ya sería desvelar demasiado. Tendréis que leerla para poder saber qué le pasa a Sophie, qué le lleva a hacer muchas de las cosas que hace y si es culpable o no de las que parece bien claramente que ha hecho.
La novela consta de tres partes y la primera es en la que se desenvuelve la mayor parte de lo que os he contado. En las otras dos cambiará el tono, la idea que tenemos irá por derroteros llenos de sorpresas y emoción, de momentos que harán que paremos de leer un momento para poder respirar y entender bien todo lo que está pasando. Es un thriller de esos en los que tras cada página puede aparecer una sorpresa más que inesperada, y aunque algunas cosas las vamos a suponer muchas veces, por lo menos yo, nos equivocaremos bastante en lo previsto. La novela está llena de trampas para el lector y busca tenerlo en tensión, y creo que lo consigue bastante bien. Un inicio potente y lleno de trampas para el lector, un nudo en el que la historia da un giro y un desenlace en el que, de nuevo, las cosas cambiarán de forma poco esperada.
Es una historia muy bien narrada y muy bien desarrollada. Los personajes centrales no son demasiados, pero tampoco es necesario que haya más, porque el relato se centra de modo claro en esas historias (tampoco diré cuántas para no descubrir mucho más). En ocasiones el lector se sentirá desconcertado, sin saber qué le pasa a la protagonista, aunque quizá en ocasiones este desconcierto pueda ser demasiado grande. Cuando se despejan un poco las cosas tenemos casi otra historia distinta, pero tan buena o mejor que la primera. Hay algún punto bajo en la parte central, pero llegado cierto momento la historia sube para no volver a bajar hasta las últimas páginas, que tendrás que leer casi de un tirón porque no podrás dejarlo para el día siguiente. Algunas críticas la tildan de excesiva, casi de ridícula y patética (críticas, por cierto, de esas que hacen que te ahorres leer la novela, porque en este caso te lo cuentan todo y así pierde por completo la gracia). Puedo coincidir en parte en que a veces la historia puede parecer exagerada, incluso en algún punto increíble; pero si nos ponemos en la piel de los protagonistas y pensamos un poco en muchas noticias periodísticas, quizá no nos lo parezca tanto. No nos olvidemos nunca de que estamos leyendo una historia de ficción y como tal hay que afrontarla. Puede estar más o menos cerca de ciertas realidades, pero aunque a mí personalmente no me parezca del todo increíble, tampoco podemos comentar una novela sin ser conscientes de lo que en realidad es, una historia de ficción que pretende, por encima de todo, entretener al lector. Y en este sentido lo consigue con creces. A mí me gustó mucho, me mantuvo con el libro en las manos a veces mucho más tiempo del que tenía, pero era imprescindible saber que le pasaba a Sophie y si en realidad había hecho todo eso que pasaba a su alrededor. Leedla, no os va a decepcionar en absoluto.
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