No es el verano una buena época para la televisión, todas las cadenas se llenan de reposiciones y pocas novedades hay. Comprensible en cierto modo, por lo menos desde su punto de vista, la gente está de vacaciones y ve menos la televisión. Aún así a veces es desesperante sentarse por la noche con la intención de ver algo y no encontrar nada de nada, incluso en las cadenas de pago, que aunque alguna novedad presentan, lo hacen con cuentagotas. Así que tirando de las cosas que tenía grabadas sin ver me encontré con la serie que os dejo hoy, “Memphis Beat”.
Dos temporadas de diez episodios cada una y cancelada al terminar la segunda. Hay cosas con los temas de la audiencia que no acabo de entender. Hay series que sin aportar nada de nada nuevo continúan hasta lo incomprensible, diez o más temporadas viendo siempre lo mismo. Cierto es que algunas van introduciendo elementos nuevos y hacen que aún partiendo de lo mismo parezcan distintas. Estaba pensando ahora en la temporada 12 de “CSI Las Vegas”, que con unos cambios de actores y de guiones, tiene un aire renovado y más entretenido. Mientras, otras que no están mal, como es el caso de la de hoy, desaparecen del mapa casi sin darte cuenta. No es que esta serie sea algo especial, distinto o aporte algo nuevo a las otras del mismo tipo, pero sí tiene bastantes elementos como para merecer, creo yo, algo más y no desaparecer por la puerta de atrás, quedándose en unos escasos veinte episodios. Puede deberse a la falta de éxito o al desgaste de los guionistas, no lo sé. Solo sé que llevo vistos unos siete capítulos y me está resultando muy entretenida y atractiva, sobre todo por una serie de cosas que contaré después.
Tema central, el de infinidad de series americanas, la policía. En este caso estamos en la ciudad que indica el título, Memphis, la cuna de Elvis Presley, el rey del rock y de buena parte de las grandes estrellas de la música americana. Y aquí una de las novedades del planteamiento de la serie y la que más me gusta. La música y el personaje de Elvis son elementos centrales de las historias. El protagonista es un inspector de la policía, Dwight Hendricks, que podemos decir que está obsesionado con esta gran figura (uno de mis favoritos musicalmente hablando). El salón de su casa está íntegramente dedicado a él, fotos, figuras, portadas de discos y casi cualquier cosa que podáis imaginar. Pero no solo eso, además de trabajar en el departamento de policía Dwight se dedica a cantar, sobre todo canciones de su ídolo. Así en cada episodio, en una o dos ocasiones, una siempre al final, lo veremos en el escenario del típico bar americano interpretando alguna de estas canciones. Más homenajes, los títulos de cada uno de los capítulos también lo son de canciones conocidas de Elvis. Pero no solo eso, la música es una constante en la serie, sonando siempre de fondo o como acompañamiento de las escenas de cada capítulo. Grandes clásicos del rock, del soul o del blues irán apareciendo poco a poco. Ya los títulos de crédito iniciales son una declaración de intenciones, con una buena canción de fondo y un homenaje estético a los 60 y lo que los rodea. El protagonista conduce un coche clásico de la época, un Pontiac GTO de 1964 e incluso su apariencia, sin llegar a caer en el ridículo, parece un poco “pasada de moda”. En otras escenas tendremos unos fabulosos riffs de guitarra que también merece la pena escuchar. No lo voy a negar, Elvis me encanta y la estética de los 60 también, así como los otros géneros musicales que mencioné, así que esa debe de ser una de las razones fundamentales para que me esté gustando esta serie.
Tampoco es que sea, en general y como dije, nada nuevo, otra más de la típica pareja de policías más o menos distintos que trabajan juntos. Casi todos los tópicos de este tipo de series está presente y pocas cosas nuevas nos encontraremos. La mayor parte de los casos que tienen que resolver presentan un cierto aire de denuncia social. No suelen ser los típicos asesinatos o robos relacionados con mafias, drogas o cosas de ese tipo. Vamos a encontrarnos con abusos infantiles, violencia de género, abusos a personas mayores, problemas familiares... Este quizá sea otro de los elementos que la hacen un poco distinta al resto, pero tampoco demasiado. Los dos protagonistas son muy simpáticos, como siempre dos personalidades distintas. Dwight es el sensible, reflexivo y muy intuitivo, preocupado por todo el mundo y buscando siempre la forma correcta de hacer las cosas, con una idea algo especial de la justicia. Su compañero es Charlie “Whitehead” White, algo mayor que el otro y un poco más seco, serio y directo. Como siempre en estas series aparecerá el enfrentamiento con su jefe, en este caso la teniente Tanya Rice, que acaba de llegar al departamento y quiere imponer su manera de hacer las cosas. Claro que verá que eso no es fácil y tendrá que llegar, al igual que sus subordinados, a un punto intermedio en el que trabajar de una manera correcta y adecuada. Y también tendremos al agente de uniforme que suele ser algo especial, en este caso es Davey Sutton, amigo de los protagonistas y con el que contarán en más de una ocasión.
Los casos están bien planteados y resultan interesantes, como siempre con varios sospechosos entre los que elegir para hacer más interesante el desarrollo. Me gusta ese planteamiento digamos social de todos ellos, implicando casi siempre a gente normal y no a verdaderos delincuentes como pasa en otras series. Ese aire de denuncia social también me parece interesante y muchas veces son personas mayores, niños o gente desvalida o problemática los que sufren las consecuencias de una violencia no merecida o gratuita. El capítulo inicial de la primera temporada marca un poco las pautas y me pareció una historia realmente dura, tratada en todo momento desde el cariño y la sensibilidad. En general de todos los que llevo visto me gustó bastante ese aire que tienen. Además, para ser una serie policiaca, no es excesivamente violenta ni prima la acción sobre la trama. Los casos son duros, eso sí, pero sin cebarse demasiado en ellos. Es más lo que se supone y no se ve, que a veces es peor, que lo que contempla directamente el espectador.
En cuanto a los actores el más conocido es el protagonista. El papel de Dwight Hendricks está interpretado por Jason Lee, un actor que casi siempre me gusta. Conocido por algunas series anteriores, como la divertida “Me llamo Earl” y también con algunas apariciones en el cine. El resto son caras más o menos conocidas de la televisión y del cine, pero ninguna demasiado destacable. Como curiosidad comentar que uno de los productores de la serie es el conocido actor George Clooney. De paso también ya os digo que no es Jason Lee el que canta en la serie, le hicieron algunas pruebas pero la cosa no parecía ir demasiado bien, así que la voz se la pone un cantante poco conocido y que se llama Mark Arnell. También añadir que la serie tiene un disco con la mayor parte de las canciones de la misma, muy recomendable también. Me gustaría dejaros algunos vídeos más de los que pongo para ilustrar el comentario, pero la mayor parte están desactivados para insertarlos, supongo que a petición de la productora de la serie.
Veinte capítulos que quizá sepan a poco, a mí creo que me va a pasar eso. Sin ser una maravilla y sin aportar demasiadas cosas creo que merece la pena verla. Es una buena serie dentro del género de las parejas de policías, bastante bien hecha y con mucho ritmo. Centrada no solo en los casos que tienen que investigar, sino que también tiene momentos en los que conoceremos la vida de los protagonistas, sus problemas, amistades, familias y esas cosas. A mí me parece muy entretenida y los casos tienen muy buenos planteamientos. Si a eso le sumamos lo que he comentado sobre el tema de la música tenemos una buena forma de pasar cuarenta minutos entretenidos. Creo que aquellos a los que les guste ese tipo de música deben de intentar recuperarla de alguna manera, por aquí creo que de momento solo se emitió en canales de pago, en concreto en AXN. Si aparece por alguno de TDT no os despistéis, está algo por encima de la media del género.
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