No me resultaba nada fácil
afrontar el comentario de hoy por una serie de razones muy especiales. Hacía
tiempo que tenía conocimiento de esta novela y la verdad es que me daba un poco
de miedo ponerme a ello. Pero tras leerla todo eso desapareció, porque me
pareció realmente buena, muy bien escrita y con una historia que te atrapa
desde el principio, tanto es así que me duró realmente poco y volveré a leerla
con mucha más calma cualquier día de estos. Viene esta pequeña introducción a
cuento de que el autor de la misma es un compañero de trabajo desde hace muchos
años, pero por encima de todo es un buen amigo y siempre es una responsabilidad
comentar algo escrito por alguien que vas a ver al día siguiente de que
aparezca publicado. Ya de entrada dejo patente mi admiración y una cierta
envidia por haber sido capaz de afrontar una tarea como ponerse a escribir una
novela, sobre todo sabiendo que es una persona que no tiene todo el tiempo del
mundo, que siempre tiene sus compromisos, su familia, su trabajo…, tarea muy
complicada. Lo mejor que puedo decir de ella es que me quedó un gusto amargo al
acabarla, porque quería leer más, quería conocer más cosas de las historias de
sus protagonistas, llegar más allá. Se me hizo corta, muy corta. La novela es
completamente reciente, apareció a la venta el 9 de este mismo mes de junio,
una fecha que nunca olvidará su autor, eso seguro. La novela está escrita en
gallego y aunque creo que tendría su público tengo la impresión de que no lo
hará en castellano. El autor es Ramón Nicolás Rodríguez y la novela “O espello
do mundo”.
Ramón Nicolás es un conocido
crítico y estudioso de la literatura gallega desde hace varios años. Nació en
Vigo en 1966, Licenciado en Filología Galaico-Portuguesa y profesor de Lengua
Gallega y Portuguesa en varios institutos. También se dedicó algunos años a la
docencia universitaria. En este momento desempeña su trabajo docente en el IES
Valadares, en Vigo. Esta no es su primera obra publicada, ya que tiene un buen
bagaje detrás, pero sí la primera de narrativa original. Hasta este momento su producción
está dedicada a la crítica literaria dentro del mundo de la literatura gallega,
a las traducciones a esta lengua de otras novelas y también escribe
semanalmente en el suplemento cultural “Fugas” de “La Voz de Galicia”. Además de
todo esto, que no es poco, tiene un blog https://cadernodacritica.wordpress.com/
en el que va publicando diversos comentarios sobre nuevas publicaciones y otros
temas. Dirige la colección “Bibliotecas das letras galegas” de la Editorial
Xerais. Varios premios se añaden a este trabajo, el último el “Losada Diéguez
de ensayo” y el premio “AELG” al mejor ensayo de 2012 por la publicación de “Onde
o mundo se chama Celso Emilio Ferreiro” (2012). Con todo esto detrás y más
cosas que se podrían mencionar aparece ahora su primera obra narrativa
original, esperando que no sea la única. Sé lo que le costó, mucho tiempo y
mucho esfuerzo, pero creo que se puede sentir completamente orgulloso y
plenamente satisfecho del trabajo realizado.
“O espello do mundo” es una novela
a medio camino entre el género histórico, el epistolar y el resultado de una
trabajosa y complicada investigación sobre la vida en los monasterios fundamentalmente
femeninos entre los siglos XI y XII. La historia gira en torno a dos personajes
fundamentales del pasado y una especie de hilo conductor que los descubre y nos
va contando esas historias. Martiño es un joven profesor de historia que recibe
un tesoro en forma de una caja con unos documentos que pide que investigue,
interprete y decida si tienen algún valor. Gracias a ellos descubriremos la
vida en un monasterio femenino San Pedro de Ramirás (Ourense), centrado sobre
todo en la figura de su superiora, Ona Guiomar. En ella descubriremos una mujer
fuerte, en plena lucha con sus obligaciones como la persona que tiene que
encargarse de todo en el monasterio, desde lo material hasta lo espiritual. Alrededor
de ella una serie de monjas, sacerdotes, campesinos…, muchas cosas que la
llevarán al límite en muchas ocasiones, teniendo que tomar decisiones que a
veces no le gustan pero que son necesarias para la buena marcha del convento. Pero
además de esto Martiño también descubre que había tenido una comunicación
epistolar con otra monja alemana que desempeñaba su misma labor pero a muchos
quilómetros de distancia. Así descubriremos a Hildegarda von Bingen, un
personaje complejo, sorprendente y adelantada a su tiempo. Solo conoceremos las
cartas que esta segunda le enviaba a la primera, ya que son las únicas que se
conservan. Pero a través de ellas podemos percibir las preocupaciones de las
dos, sus inquietudes, sus problemas y los múltiples consejos que ambas se
enviaban.
Este segundo personaje central de
la novela es una figura histórica con mucha relevancia, a pesar de que mi
primer conocimiento sobre la misma vino cuando en el año 2012 el papa Benedicto
XVI la nombró doctora de la iglesias. Un personaje muy interesante, monja,
visionaria con profecías, creadora de un lenguaje, mística, médica, compositora…
Uno de los personajes más influyentes de la baja Edad Media. Antes o después de
la lectura de la novela os recomiendo dar un paseo por internet para saber algo
más de esta polifacética monja medieval. Ona Guiomar es una invención del autor,
pero aparece tan cercana y tan humana que tranquilamente podría haber existido.
Entre ambas se establece una relación que va más allá de los meros consejos
sobre cómo llevar a buen término su trabajo como abadesas. Una relación de
amistad e incluso de una cierta dependencia cuando alguna de ellas se encuentra
con un verdadero problema y espera el consejo o las reflexiones de la otra. Al final
de cada carta de Hildegarda con encontraremos con una serie de textos extraídos
de un libro de medicina que la monja alemana estaba preparando. Ahí leeremos
cosas realmente curiosas e interesantes sobre las propiedades que en la época
se le daban a diversas plantas, árboles, piedras o animales, capaces de curar
casi cualquier mal. Tras estos textos podemos ver, una vez más, el gran trabajo
de documentación que hay detrás de esta apasionante historia.
La obra es breve pero la cantidad
de información que vamos a poder sacar de su lectura es mucho mayor que el
número de páginas que tiene. Además de lo dicho al final del párrafo anterior
sabremos mucho sobre la vida dentro y fuera de un monasterio básicamente
femenino en la Edad Media tanto aquí como en Alemania. La difícil convivencia
con el sexo masculino ya sea en forma de sacerdotes, trabajadores, comerciantes
y demás. Los problemas entre ellas, la cantidad de posesiones y tierras que
tenían que gestionar, la economía o los enfrentamientos con otros monasterios
cercanos. Un mundo lleno de problemas diarios que resolver. E inmerso en ellos
el personaje de Martiño, a veces un poco perdido tanto dentro de su vida como
en la investigación que está realizando.
La novela está muy bien escrita,
concentrando gran cantidad de información e imágenes con muy pocas palabras. La
prosa fluya para el lector con gran facilidad y la obra gusta tanto por las
historias que cuenta por cómo las cuenta. Parece mentira que un narrador novel
pueda dominar de esa manera la forma de contar, concentrando tanto en tan poco.
Claro que detrás hay todo un mundo de lecturas, de reflexiones, de estudios que
tuvieron que ayudarle mucho. Como le dije a él mismo la cantidad de envidia
sana que iba sintiendo a medida que pasaba las páginas era casi tan grande como
lo que estaba disfrutando con ellas. La mayor pena que me quedó fue que se me
hiciera tan corta. Casi acabas de empezarla y casi sin darte cuenta estás
llegando a las últimas páginas. Y te queda esa sensación de que querías leer
más, saber más cosas de Martiño, de ona Guiomar y de Hildegarda, pero te quedas
con las ganas. No es exagerar ni hacer la pelota decir que me gustó mucho y que
disfrute enormemente de la lectura. Así el comentar una novela de un amigo se
convierte en algo mucho más fácil, sabiendo además lo mucho que le costó, la
cantidad de horas dedicadas a investigar, escribir y corregir; pero al final es
tiempo más que bien invertido porque el resultado es espléndido. Os dejo
también el booktrailer, realizado por Iago Nicolás, hijo del autor, así todo
queda en casa, pero también hay que
decir que es muy bueno.
Enhorabuena Ramón por esta
primera incursión en la narrativa.