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viernes, 13 de julio de 2012

"22/11/63", Stephen King



El autor de hoy creo que es de los que más aparecieron por este blog de momento, ya dije en varias ocasiones que era uno de mis novelistas favoritos escriba lo que escriba y que soy un fan incondicional de todas sus obras. Como todo autor bastante prolífico tiene de todo en su producción, pero hasta las que menos me gustaron superan con algo la nota media y creo que ninguna me decepcionó. Cierto es que en estos últimos años andaba un poco flojo, pero sus últimas historias me hicieron recuperar al autor del que tenía un gran recuerdo, con un aire a sus primeras y buenas novelas. Hablo de Stephen King y en este caso de su último libro, “22/11/63”, que me ha parecido realmente bueno dentro del género. Las dos últimas que comenté me habían gustando bastante, tanto “La cúpula” (que solo me dejó un poco frío al final) como los cuatro excepcionales cuentos de “Todo oscuro, sin estrellas” (esta más que la anterior) me hicieron volver a los años de sus grandes novelas, tanto en entretenimiento como en tensión. Con esta de hoy creo que King ha escrito una de sus mejores novelas de los últimos años, superior con mucho a la anterior, siempre hablando de sus novelas largas, no de las colecciones de cuentos, que siempre me han parecido realmente buenas.

En este caso estamos dentro del mundo de los viajes en el tiempo. Algo que parece que vuelve a estar de moda en varias novelas actuales, desde las comentadas aquí de Félix J. Palma a otras que irán apareciendo comentadas. Nos encontramos lógicamente con una novela del género fantástico, pero con un aire de verosimilitud y credibilidad bastante algo. En el epílogo final el autor habla del trabajo de documentación que hizo, bastante serio, para reflejar tanto la época como los acontecimientos que se narran, en gran parte basados en hechos históricos a los que King le da el punto perfecto de imaginación. Muchos de los personajes que aparecen en la novela, no los directamente protagonistas, son reales y nos va a contar algunos hechos, situaciones y momentos que ocurrieron en la realidad en esos años. Centrado en el asesinato de John Fitzgerald Kennedy en Dallas en la fecha que da título a la novela y en una persona que va a intentar evitarlo. Lee Harvey Oswald será uno de los personajes centrales, contándonos además la historia del mismo, una historia que en general desconocía, interesante y curiosa, con muchos elementos que me resultaron más que interesantes.
El protagonista es Jake Epping, un profesor de literatura inglesa en el pequeño instituto de Lisbon Falls, por supuesto en Maine (marco de gran cantidad de novelas del autor). Separado de su mujer, alcohólica, también imparte clases nocturnas para adultos. En una de esas clases les pide que le presenten una redacción en la que cuenten un acontecimiento que haya sido fundamental para el desarrollo de sus vidas. Nuca imaginará lo que va a leer poco después en las páginas que le presenta el conserje del instituto, un hombre cojo al que todos los alumnos vacilan y mortifican. Harry Dunning le contará como, en una noche de Halloween de cincuenta años atrás, su padre vuelve a casa (estaba separado de su madre) para matar con un martillo a su madre, su hermano y su hermana, un hecho que lo marcará de por vida y que dejará a Jake completamente impactado. Su forma de ver la vida cambiará y más lo hará poco después. Es habitual de una hamburguesería, que dirige su amigo Al y que se está quedando casi sin clientela con la sospecha de que las hamburguesas son demasiado baratas como para no esconder algo más que carne. Al le cuenta algo increíble, al fondo del almacén de su negocio hay un agujero en el tiempo, un sitio que te lleva siempre al mismo momento puntual y al mismo sitio, pero del año 1958. Durante mucho tiempo Al ha estado usándolo para ir al pasado e intentar cambiar algo que le obsesiona, evitar el asesinato de JFK en Dallas cinco años después. Pero ahora tiene un problema, un cáncer terminal que impide que lleve a cabo esa misión. Durante mucho tiempo estuvo recopilando datos, llevando un diario de lo que hizo, siguiendo a Oswald, sobre todo para saber antes de actuar si estaba solo o formaba parte de una conspiración para asesinar al presidente de los Estados Unidos. Sus días se acaban y quiere que Jake tome el testigo para llevar a cabo la misión. Lo mejor de todo es que pase el tiempo que pase en el pasado en el presente solo transcurren dos minutos. Jake duda de la historia, pero hace una entrada rápida y se encuentra de repente en otro lugar y otra época, en 1958, así que no le queda más remedio que creer la increíble historia. Además hay otra cosa que quiere hacer, intentar evitar también que el padre de Harry Dunning mate a toda su familia para poder darle a todos ellos un nuevo futuro. Convertido en George Amberson irá al pasado, vivirá en él, trabajará, convivirá con una época que casi llegará a gustarle más que la suya. Conocerá a mucha gente y siguiendo las notas de Al seguirá la trayectoria de Oswald hasta llegar al año 1963, pero todo lo que le pasará tendréis que leerlo, que no os lo pienso contar. ¿Conseguirá evitar el asesinato de Kennedy y cambiará el futuro?
Esta es la historia que nos deja King, una historia más que interesante, curiosa y, sobre todo entretenida, tanto que las cien últimas páginas me las tuve que leer hasta altas horas de la noche, no era capaz de dejarlo sin saber cómo iba a terminar la historia. Cambiar el pasado es algo que aparece en muchas historias y en todas ellas ese cambio tiene fuertes implicaciones para el presente desde el que se intenta cambiar. Pero en este caso el autor introduce un nuevo elemento, el pasado no se deja cambiar fácilmente y Jake se encontrará con continuos reveses en las cosas que pretende hacer y que le parecen sencillas en un principio. Irá aprendiendo a medida que avanza, poco a poco y con calma, intentando no cometer ningún error y mucho menos que alguien descubra que no es quien dice ser. En muchos momentos se encontrará con una vida que le gusta mucho más que la que lleva en su época real y las dudas, las ganas de quedarse, serán fuertes, así como la misión que Al le encargó, que a veces parece muy fácil y otras no tanto.
La ambientación es realmente genial. Estamos en los años sesenta en Estados Unidos, una época llena de fascinación en muchos momentos. Los grandes coches, la vida en las pequeñas ciudades americanas (pasará por varias y todas ellas distintas), la música, los jóvenes..., todo ello contribuye a darnos una idea realmente buena de cómo era la vida en esa época. Detalles que ayudan al marco, como por ejemplo que todo el mundo fuma y en todo momento (en ese sentido me recordó a la imprescindible serie “Mad Men”, ambientada a mediados de los sesenta y con la que tiene algunas cosas en común), algo a lo que Jake, que viene de un mundo distinto en ese sentido, tarda en acostumbrarse. Muchas ayudas para esta ambientación histórica, personajes del momento, músicos y canciones que muchos conocerán o hechos históricos son elementos fundamentales y muestran el trabajo del autor en ese sentido.
Para los fans del autor son, como casi siempre, múltiples las referencias a constantes de su obra o a momentos de otras novelas. La mención imprescindible al pueblo de Castle Rock, que aparece casi siempre en sus historias de un modo u otro. La prisión de Shawshank también se menciona, donde transcurría la genial “Cadena perpetua”. Asesinos disfrazados de payaso... Guiños para los habituales de sus novelas o sus cuentos.
Para mí la mejor novela que ha publicado en estos últimos años y creo que una de sus mejores historias. El planteamiento es perfecto y todo está hilvanado de un modo genial. Como siempre con ese estilo fluido, visual y a veces estremecedor por lo directo que es y que hace que no puedas dejar de leer en muchos momentos y tengas que seguir para ver qué va a pasar a continuación. Una fábula del tiempo, de las cosas que podríamos cambiar y los efectos que podrían tener si lo hiciéramos.  Con una perfecta conjunción entre los personajes de ficción y los históricos (que no son pocos y por lo leído en el epílogo con una fidelidad histórica bastante alta) que hace, como ya dije, que dentro de lo ficticio sea casi creíble. Una novela que podría gustar a todos aquellos que no sean demasiado aficionados a las historias de Stephen King, imprescindible para sus fans.

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