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domingo, 28 de marzo de 2010

Shutter Island


Hoy vamos al cine de nuevo, que de vez en cuando toca ver alguna película, y mejor si es buena, como es el caso de la que voy a comentar. Por lo que vi en internet esta cinta creó alguna polémica y hay gente a la que le parece estupenda y a otros no tanto. Yo voy a quedarme en un término medio pero tirando hacia arriba, ya que por momentos me tuvo un poco indiferente, pero a medida que va avanzando fue atrapándome hasta dejarme atónito en la última parte del metraje, tanto por la historia que desarrolla como por la forma de hacerlo.
Hablo de la última película del director Martin Scorsese. Nacido en 1942 en Nueva York y de sobra conocido para cualquier buen aficionado al cine. Es uno de los grandes y muchas de sus películas quedarán para siempre en la historia del cine. Hablamos del director de “El aviador”, “Gangs of New York”, “Casino”, “La edad de la inocencia”, “El color del dinero” o “Uno de los nuestros”. Es innegable su calidad a la hora de contar historias y además con un estilo bastante personal y muy imitado.
Esta es, de momento, su última cinta, estrenada hace poco, “Shutter Island”. Está basada en una novela de Dennis Lehane (que pienso leer en breve), autor al que podemos conocer por otra de sus novelas que también fue llevada al cine, “Mystic River” (estupenda novela y gran película, dirigida por Clint Eastwood).
Nos cuenta la historia del marshall Teddy Danniels que, junto a un nuevo compañero, es enviado a investigar el misterio de la desaparición de una peligrosa paciente de una institución para criminales dementes que está situada en la isla que da título a la cinta. Esta fue recluida por el asesinato de sus tres hijos, a los que ahoga en un lago. Allí se encontrarán con la sospechosa y casi siniestra actitud del director del centro, el doctor Cowley, un personaje entre afable y amenazante, frío y distante, misterioso. Es hasta aquí hasta donde puedo y debo contar, como se suele decir, porque lo mejor de la historia es cómo se va desarrollando en una mezcla de sorpresas, giros cambiantes, jugando con el espectador. Advierto antes de que la veáis que no cerréis los ojos ni por un momento, porque cada gesto, cada escena, cada momento puede esconder claves para desentrañar el misterio de Shutter Island y sus personajes.
Estamos ante una película de género, pero no nos engañemos, no es policiaca, está más cerca del género gótico, casi como una historia de Poe o con similitudes con muchas de las cintas del mago del suspense, Alfred Hitchcock, el director que mejor supo jugar con el espectador para llevarlo por donde él quería hasta llegar al sitio al que él quería llevarnos a base de trampas y sorpresas. Y digo género gótico porque está dominada por un ambiente oscuro, siniestro, de tormentas infernales, lluvia que entorpece la visión, acantilados, faros, pasillos largos y oscuros, laberintos (impresionantes las escenas en el pabellón C donde están los presos, perdón, pacientes, más peligrosos), bosques... de una isla que esconde más de un misterio.
El protagonista, Leonardo Di Carpio, nos ofrece una de las que considero sus mejores interpretaciones. A mí es un actor que me gusta mucho y que me parece más que bueno, pero tiene un problema aunque parezca una afirmación extraña. Es un actor limitado por su físico, sí, su atractivo hace que cuando le dan papeles de galán en películas que podemos considerar mediocres, baje muchos enteros. Es en cintas como esta o “Revolutionary Road”, “Infiltrados”, “Diamante de sangre” o “Red de mentiras” donde vemos al gran actor que es, con esas caras entre violentas, amargadas, atormentadas, un montón de matices que puede expresar con su mirada, sus facciones y sus gestos. No lo soporto, lo siento, en películas como “Titanic” o similares, donde pienso que está perdiendo el tiempo y su capacidad. Es en estas películas citadas, algunas de ellas también dirigidas por Scorsese que está haciéndolo uno de sus actores habituales, donde da la medida de lo que puede hacer y convence completamente al espectador.
Junto a él, en el papel del doctor que dirige el hospital-cárcel, tenemos a otro de los grandes actores desde hace años, Ben Kingsley, conocido sobre todo por su actuación hace ya años en “Gandhi”. Ahora está casi especializado en papeles siniestros, misteriosos y con mucho carácter. Solo su mirada en alguna de las escenas de esta cinta es capaz de quitar el sueño al más fuerte, porque es completamente desestabilizante. Una mezcla entre lo más amable del mundo y lo más oscuro, sin saber muy bien qué es lo que pretende, qué hace y quién es, la verdad es que en muchos momentos pone los pelos de punta a cualquiera. Ayudado además por otro actor clásico, Max Von Sydow, interpretando a un médico alemán que también parece encerrar más de un misterio (tengamos en cuenta que la acción transcurre en el año 1954, a poco de terminar la Segunda Guerra Mundial”. El resto del elenco también tiene unos papeles más destacados y algunos, aunque breves, impactan por lo que hacen, dicen o simplemente cómo miran, todos están perfectamente interpretados y dirigidos.
Desde la primera escena, con los dos policías subidos al barco que los lleva a la isla, quedamos atrapados por una historia que va avanzando por los caminos de la duda, de la sorpresa, de no saber muy bien qué es lo que estamos viendo, qué ocurre, quién dice la verdad y quién miente. Hacemos un viaje con los personajes hasta llegar a un final..., no debo decir nada más, cuando la veáis ya me lo diréis.

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