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lunes, 29 de marzo de 2010

Dexter


Hace poco terminé de ver la cuarta temporada de “Dexter”, serie televisiva que supongo que mucha gente conoce y que considero de las mejores que han pasado últimamente por las televisores. Evidentemente no voy a desvelar nada, porque aquí prácticamente acaba de empezar en el nuevo canal Fox Crime y supongo que en breve comenzará en Cuatro, que es la que emitió las temporadas pasadas. Y para los aficionados atentos a cuando empiece, porque me pareció la mejor de las cuatro, la verdad aun estoy un poco impresionado e intranquilo, una maravilla.
Para los que no la conozcan cuenta la historia de una persona algo especial, Dexter Morgan. Un hombre que de pequeño, tras una experiencia tremendamente traumática, es adoptado por Harry Morgan, un policía de Miami, que es donde se desarrolla la acción. Su padre adoptivo conoce pronto las tendencias homicidas de su nuevo hijo, su necesidad de matar (le dice: “Cuando el cuerpo te pida sangre, mata a los que son como tú”); por eso decide tratar de reconvertirlas y encaminarlas para satisfacerlas asesinando a asesinos, siempre respetando un rígido y severo “código” que lo lleva a la elección de los asesinados y a tener el máximo cuidado para no ser atrapado por la policía. Dexter es un miembro respetado de la sociedad, especialista en análisis de rastros de sangre para la policía de Miami, es uno de los mejores técnicos forenses de su laboratorio, especializado y muy efectivo en su trabajo. Es tanto o más meticuloso en su trabajo como en los asesinatos que comete, en ambos mundos es completamente aséptico y eficiente. Es el perfecto caballero, amable con los niños y siempre respetando las convenciones sociales que muchas veces no comprende (la voz en off que nos pone al día de sus verdaderos pensamientos es una de las mejores cosas de la serie). Se esfuerza mucho por simular emociones humanas que no siente y guardar las apariencias para aparecer como un ser humano socialmente responsable y comunicativo (esta es una de las cosas que más le cuestan, comunicarse). A esto le ayuda mucho su relación con Rita Bennet, una mujer con dos hijos que trata de recuperarse poco a poco de la brutal relación que mantuvo con su exmarido. Intentando mantener todo esto, el pasajero oscuro que habita en su interior, gracias a las indicaciones y enseñanzas de su padre adoptivo, canaliza esas necesidades homicidas buscando y asesinando brutalmente a criminales que consiguen escapar de la ley por diversos motivos. Debra Morgan es su hermana adoptiva, una policía de homicidios tan inteligente como insegura de sus capacidades tanto profesionales como personales, por lo que siempre recurre a su hermano para afianzar aquello que piensa.
Evidentemente no estamos ante un personaje moralmente impecable, estamos ante un asesino que queda “justificado” por sus traumas infantiles, que es lo que hace que pueda aparecer como el héroe de la serie, además de que mata asesinos crueles y despiadados; pero no nos engañemos, estamos viendo a un hombre que mata gente a sangre fría, sin demasiados remordimientos. Quizá este sea uno de los mayores méritos de la serie. Es una historia salvaje, dura y cruel. Consigue que simpaticemos con un hombre que mata (aunque aquellos a los que mata siempre son mucho peores que él, claro está), vamos a querer que se salve, que no lo cojan, hasta le cogemos cariño, que siga con su doble vida. Es toda una pesadilla moral en la que el “pasajero oscuro” que Dexter lleva dentro acaba atrapándonos en su dinámica y en su vida.
Es impagable la voz en off del protagonista, siempre analizando las dinámicas sociales de la gente entre la que se mueve, reflexionando sobre aquello que no entiende porque no es capaz de sentirlo, de la cantidad de ritos sociales por los que todos tenemos que pasar y que él no es capaz de comprender. Por encima, en esta cuarta temporada, además de ser padre adoptivo de los dos hijos de Rita tiene uno con ella, con lo que ahora pasa por todas las cosas que pasamos los padres de un recién nacido, el cansancio, las horas sin dormir, levantarse de madrugada para dar un biberón o calmar un llanto, salir a cualquier hora para comprar un medicamento..., ahora aún está más cerca de nosotros.
El protagonista, Michael C. Hall, ganador de varios premios por este papel, borda la actuación, tanto que sería complicado cruzarse con él y no sentir un estremecimiento. Recuerdo una entrevista con motivo de la presentación de la tercera temporada en el programa “El hormiguero” en el que el presentador, Pablo Motos, al principio reconocía estar un poco asustado, sobre todo cuando el actor le ponía ciertas miradas, y no era broma, que se le notaba.
Por último, por si alguien no lo sabe, esta serie está basada en unas novelas del escritor americano Jeff Lindsay y de las cuales hay, de momento, tres publicadas en castellano: “Dexter, el oscuro pasajero”, “Querido Dexter” y “Dexter en la oscuridad”. Para todos aquellos a los que les guste la serie, les recomiendo encarecidamente la lectura de las tres, aunque solo la primera está directamente relacionada con la televisión. Las novelas son mucho más negras, brutales y directas, el personaje es mucho más oscuro se cabe que el televisivo, menos convencional y las reflexiones y formas de actuar mucho más duras que en la serie, en la que hay que mantener un poco más las formas. De todos modos, recomiendo su lectura, intentadlo.

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