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lunes, 29 de marzo de 2010

Domingo Villar


Hoy tocan dos novelas por el precio de una. Son dos obras del mismo autor, una ya la había leído hace tiempo y la otra la terminé hace unos días. “Ojos de agua” y “La playa de los ahogados”, editadas por este orden, aunque yo las leí al revés, primero la segunda, son dos novelas de Domingo Villar. Antes de hablar un poco de ellas, decir que ambas son de muy recomendable lectura para pasar un rato más que entretenido y lo podéis hacer tanto en gallego como en castellano, ya que están publicadas en los dos, aunque su redacción original creo que fue en gallego.
Domingo Villar es un autor nacido en Vigo en el año 1971. Se trasladó a Madrid, donde reside actualmente, y trabajó como guionista de cine y televisión, además de colaborar en radio.
Hablamos en los dos casos de novelas de género, novelas negras que no es un género demasiado trabajado por estas tierras, la verdad, porque parece que solo los americanos pueden y saben escribir buenas novelas policiacas, claro que, en teoría, ellos inventaron el género. De todos modos ahora parece que está en auge y aparece nuevas y buenas novelas que va mereciendo la pena leer.
Ambas tienen en común a sus personajes principales. El protagonista es el inspector de la policía de Vigo Leo Caldas, el “patrullero de las ondas” (apodo que no le gusta nada, casi tan poco como su trabajo en una emisora local de radio en la que trabaja, trabajo que hace que lo conozca todo el mundo), que responde a las características más comunes de este tipo de personajes novelescos añadiéndole unas gotas del carácter gallego y de la vida en una ciudad como Vigo. Es un hombre tranquilo, con problemas matrimoniales y con una relación complicada con su padre, que no entiende demasiado su vida. Junto a él tenemos a su ayudante, Rafael Estévez, un aragonés que no encaja demasiado bien ni con su superior y casi con nadie. Es mucho menos reflexivo, más directo y casi brutal en ocasiones, no demasiado comprensivo y siempre dispuesto a solucionar las cosas por la vía más directa. Junto a ellos una serie de personajes que aparecen en ambos relatos y que contribuyen a darle un aire de credibilidad y cercanía, que quizá sea una de las mejores características de las dos novelas, todo transcurre de un modo creíble, cercano, cotidiano, muy lejos de las novelas del género y no digamos de las series televisivas que tocan este tipo de argumentos.
En “Ojos de agua”, publicada en el año 2006, el inspector Caldas tiene que investigar el cruel y brutal asesinato de un saxofonista que aparece en un apartamento de la isla de Toralla, en la ría de Vigo. Para eso tendrá que moverse entre el mundo nocturno de los clubes de jazz, las discotecas y los círculos de la alta burguesía de la ciudad.
“La playa de los ahogados”, publicada en el año 2009, parte de la aparición de un cadáver de un marinero en los acantilados de Monteferro, en Panxón. El misterio viene dado porque tiene las manos atadas y no hay rastro de su embarcación. Ahora Caldas y Estévez tendrán que moverse por una pequeña población marinera donde nadie quiere hablar y todo aparece rodeado de hechos insólitos, misterios y oscuridad, hasta desvelar una trama triste, sórdida y violenta.
Las novelas están bien contadas, enganchan al lector para que vaya avanzando, imaginando quien puede ser el asesino, y el autor nos va llevando, muy bien por cierto, hacia la resolución de los casos. No hay complicaciones estilísticas, y ese es uno de los méritos, lo que cuenta es la historia, los personajes, sus vidas y las razones que tienen para actuar como actúan. Además continuamente aparece un sentido del humor que hace imposible que el lector no esboce una sonrisa (la mayor parte de este sale del compañero de Caldas, Estévez, un aragonés que se siente impotente cuando, por ejemplo, pretende conseguir que alguna de las personas a las que interroga o pregunta simplemente sean capaces de darle una respuesta directa a la primera y, en ocasiones, ni a la sexta, lo que provoca su desesperación).
Además para los que somos de Vigo la lectura se hace como mucho más entrañable, situando mentalmente las acciones en los lugares en los que están pasando, siendo, gracias a su forma de escribir, fácil imaginarse a los personajes en ese mismo sitio y haciendo lo que estamos leyendo, la verdad es que es una sensación muy agradable.
Así que para todos aquellos que me lean y no leyeran estas dos novelas mi recomendación más grande, sobre todo para mis alumnos, porque estoy seguro de que les van a gustar, no solo por no ser nada complicadas, sino porque los va a enganchar hasta llegar a la última página, en la que se desvelan los misterios, no antes, como en toda buena novela negra que se precie. Y para los que no son alumnos míos, aplicaos lo mismo, os gustarán.

1 comentario:

  1. Tengo que reconocer que yo tambien he leido solo "La playa de los ahogados" y me encanto, ahora a ver si encuentro el otro libro. Por cierto la figura de Rafael Estevez y su punto de vista sobre los gallegos llega a tener momentos muy simpaticos que le dan un toque divertido y diferente a una novela policiaca, muy recomendables.

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