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jueves, 27 de mayo de 2010

"El clan Inugami", Seishi Yokomizo



Hace unos días aparecía por aquí la primera novela de un autor japonés, y decía yo que pensaba que no iba a tardar mucho en aparecer alguna más de otro del mismo país, lo que no sabía era que sería tan pronto, pocos días después, pero es que acabo de leer una novela que me gustó bastante y que me tuvo intrigado e interesado durante toda la lectura.. Llegó a mí por un regalo de uno de mis hermanos, y me sorprendió porque no conocía de nada al autor pero él tenía buenas referencias, y acertó. De paso también inauguramos un género nuevo en este blog, porque esta es una novela de detectives o, como califican algunos a este género especial y muy habitual dentro del mundo de los investigadores, una novela enigma, de esas en las que uno tiene que ir pensando junto con el protagonista en quién es el autor de los asesinatos que van apareciendo a lo largo de la historia. Por lo que vi es la única traducida al castellano de este autor, y eso que es uno de los más leídos en Japón y sus obras no son recientes, me extraña que no haya ninguna más, pero espero que la misma editorial se anime a hacerlo, porque por lo menos esta que yo leí merece la pena. Se titula “El clan Inugami” y el autor es Seishi Yokomizo. Ya digo que en castellano solo podemos disfrutar de esta, pero tiene muchos libros y es el autor de novelas de misterio más conocido de Japón y Asia, con adaptaciones cinematográficas y series de televisión basadas en sus novelas. Vendió más de 55 millones de ejemplares de sus historias.

Seishi Yokomizo nació en el año 1902 en Kobe y murió en 1981. De niño era aficionado a las novelas de detectives, y en 1921, mientras trabajaba en un banco, publicó su primera historia. Se graduó en el Colegio de Farmacéuticos de Osaka, e intentó montar una farmacia, pero no tuvo demasiado éxito debido a la competencia con la medicina tradicional. Se trasladó a Tokio, donde fue contratado por la Editorial Hakubunsha en 1926, renunciando en 1932 para dedicarse por entero a escribir. Desde el principio se sintió atraído por la novela de policías. En 1934, mientras se recuperaba de una tuberculosis, completó su primera novela, “Onibi”, publicada en 1935, aunque algunas partes fueron censuradas por las autoridades. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial tuvo problemas para publicar sus novelas y pasó por graves problemas económicos, lo que también afectó a su enfermedad. Pero al poco tiempo de terminar la guerra sus novelas tuvieron un gran éxito. Muchas fueron publicadas en forma de serial en revistas, eran historias de misterio al estilo de las de detectives occidentales. Hasta fue conocido como el “John Dickson Carr japonés”, un conocido autor de novelas de este tipo al que admiraba. Como todos los autores de este género tiene un personaje que aparece en la mayor parte de sus historias, como todos un hombre con ciertas peculiaridades y características. En su caso es el detective Kosuke Kindaichi. En el año 1980 se estableció un premio literario con su nombre para novelas de misterio inéditas.

“El clan Inugami” es una novela publicada originalmente en el año 1972. En castellano aparece en el 2009 en la editorial “La factoría de ideas” en su colección Best Sellers con el número 17. La historia parte de la muerte de Sahei Inugami, un hombre de negocios con mucho dinero y muy importante, con un vida agitada y con ciertos misterios. Un abogado, Toyoichiro Wakabayashi, intenta contratar al detective Kosuke Kindaichi (como dije, el protagonista de la mayor parte de las novelas del autor), pero este abogado muere de forma extraña y violenta poco antes de poder hablar con el detective. Aquí empieza el misterio y los asesinatos. Todo viene motivado por el testamento de Inugami, que todos sus descendientes quieren conocer lo más pronto posible, pero esta lectura no se puede hacer hasta la llegada de uno de los nietos del fallecido, Kiyo, que marchó a la guerra y aún no volvió. Inugami tuvo tres mujeres, aunque no se casó con ninguna de ellas y cada uno tuvo un hijo varón y las tres madres y los tres hijos esperan heredar el imperio económico que dejó. Pero por el medio tenemos también a Tamayo Nonomiya, la nieta de un monje llamado Daini que es fundamental en la historia y que fue el que acogió a Inugami en su infancia e hizo de él el hombre que fue después. Aparece Kiyo, con una máscara que le cubre la cara por las heridas recibidas en combate y se da lectura al testamento. Todos quedan atónitos por la decisión del fallecido, ya que la que sale más beneficiada es Tamayo, que no tiene nada que ver directamente con la familia y un elemento nuevo, Shizuma Aonuma, que también quedará muy beneficiado en ese testamento. En realidad la mayor heredera será Tamayo, pero para eso tendrá que casarse con uno de los nietos del muerto: Kiyo, Tomo y Také. Y aquí empiezan los asesinatos misteriosos y violentos que desconciertan a todos, policía, al detective Kindaichi y a la propia familia.

Puede parecer un argumento algo retorcido y posiblemente no demasiado bien contado, pero contar más sería desvelar cosas que el lector tiene que descubrir por sí mismo, porque lo mejor de estos relatos es ir poco a poco leyendo e imaginando quién puede ser el asesino y, en este caso, no hay mayordomo al que echarle la culpa. Hace años leí, como casi todos los que sean lectores, las novelas de Agatha Christie, pues muchas de ellas siguen el mismo esquema. Un grupo de gente reunida en un lugar más o menos cerrado en el que poco a poco algunos van muriendo y el lector tiene que ir pensando a ver quién es el que los mata entre todos los que van quedando. Y un final resuelto en una reunión de todos los protagonistas de la novela en el que todo queda aclarado. Como en ellas también tenemos al policía y al detective que es el que acaba por resolver todo al final, siempre sorpresivo y bien llevado. Pues lo mismo ocurre en esta, un clan familiar que esconde mucho más de lo que parece, marcados por un patriarca duro y cruel en muchas de las decisiones de su vida y que deja un testamento que lo único que hace es enfrentarlos a todos, ya que no todos pueden quedar beneficiados. Las envidias, las rivalidades, los odios y rencores, las mentiras entre todos ellos son una constante y todos tienen una serie de motivos ocultos que van saliendo a la luz a medida que avanzamos en la lectura. Si a esto le sumamos ese aire de las novelas japonesas, con ese estilo de vida tranquilo, reposado, en el que las cosas parece que pasan a cámara lenta, muy estético (pero advierto que el autor no se extiende en amplias y lentas descripciones, todo lo contrario, es conciso pero completamente suficiente para imaginar lo que estamos leyendo), lleno de rituales y costumbres. En este caso aparece también la simbología, fundamental en la cultura japonesa, con tres elementos que son el símbolo del clan: el hacha, el crisantemo y la cítara, tres pequeños objetos de oro por los que alguien llegará a matar.

Si el desarrollo de la novela recuerda a los de la mencionada escritora inglesa (y muchos otros, claro, pero por mencionar a la más conocida) no me puedo resistir a comentar algo también del detective Kosuke Kindaichi. Este tipo de personajes suelen tener algunas características especiales que los convierten en personas digamos peculiares. En este caso tenemos a un hombre desastrado en su vestir, tartamudo cuando se pone nervioso y que tiene otra costumbre que sorprende a todos los que están con él, cuando está pensando, no entiende algo o se sorprende, comienza a rascarse compulsivamente la cabeza, lo que hace que tenga siempre un aspecto algo extraño. Me resultó un personaje muy simpático, además de muy cinematográfico y no puedo evitar decir que me recordó a otro detective de la televisión de nuestros años jóvenes, los que recuerden al teniente Colombo podrán hacerse una idea aproximada de cómo es este, claro que cambiando la gabardina por un kimono. Y como el, siempre medio despistado, pareciendo que no se entera de nada, haciendo a veces preguntas tontas o sin sentido, pero al final demostrando que su cabeza estuvo funcionando perfectamente todo el tiempo y hasta el más pequeño detalle quedó recogido en su cabeza como una pieza de un puzzle que queda perfectamente montado al final.

Si os gustan este tipo de novelas yo no la dejaría pasar. Los personajes son todos interesantes, y solo mencioné a algunos de los principales, pero hay varios más que son fundamentales para la historia, pero desvelar sus nombres o su participación sería dar demasiados datos y mediatizaría a algún posible lector, así que es mejor que lo descubráis por vosotros mismos. La lectura se hace de un modo muy ágil, a mí me duró poco aunque no es una novela larga, unas 300 páginas, con capítulos cortos que siempre te incitan a pasar al siguiente para saber algo más. También habrá que acostumbrarse a los nombres, que al principio, por la falta de costumbre, pueden resultar algo confusos, pero para esto tenemos al principio un listado de todos para consultar si nos perdemos alguna vez. Venga, a ver si descubrís al culpable antes de llegar al final, yo no lo tenía claro hasta las últimas páginas.

Os dejo un vídeo de una de las versiones cinematográficas, la más reciente, que es del 2006, la pena es que está en japonés y subtitulado en inglés y la verdad es que no tengo ni idea de si llegó a estrenarse en España, aunque pienso que no.

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