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jueves, 3 de junio de 2010

Perdidos - Lost


Adiós “Perdidos”. Antes de nada advierto que podéis leer este post sin problemas, no voy a contar nada del final, por lo menos nada lo suficientemente importante como para sorprender a los que no lo vieron aún. Y eso que con la polémica que suscitó raro es el blog en el que no pone algo que podría mediatizar a los posibles seguidores que aún no lo vieron. Como ya veríais por otros comentarios que hago no me gusta nada eso de contar las cosas enteras, desvelar finales y cosas así, no creo que sea la función de estas páginas que deberían de limitarse a dar opiniones, resúmenes y esas cosas, pero nada más. Hay veces que si uno no tiene cuidado puede ahorrarse una lectura, una serie o una película, no puede ser, por lo menos es lo que pienso yo.

Ya podemos despedirnos de Jack, Kate, Hugo, Sawyer, Sayid, John Locke , Sun y Jin, Claire, Charlie, Desmond..., y también, porque no, de Ben Linus, uno de los personajes más siniestros que vi nunca en una serie de televisión y si me apuráis, hasta en el cine.

Hay series con calidad, simpáticas, buenas y malas y después están las que crean tal cantidad de seguidores que se convierten en fenómenos mediáticos que provocan, a veces, situaciones que incluso esperpénticas con gente que se reúne para ver la serie, que se disfraza, que va con la camiseta de propaganda... Algunas hacen que la gente las meta dentro de su vida y hasta, como pasó con esta sexta temporada, que el mismo presidente de los Estados Unidos, el señor Obama, tenga que cambiar la fecha de un discurso porque coincidía con la emisión en su país del primer episodio de lo que se publicitó como la “temporada final”. “Lost” es una de esas series que no deja indiferente a nadie, conozco gente que no fue capaz de engancharse a ella (poca, la verdad) y otros que si tenían la temporada completa eran capaces de ver cuatro episodios seguidos y dejarlo no porque no quisieran ver más, sino porque el cuerpo también tiene que descansar y hay que dormir (estos fueron más que los que no se engancharon, y algunos aparecían al día siguiente con una cara de sueño más que marcada preguntándome a ver qué más iba a pasar, pero yo no les contaba nada, claro). La cantidad de seguidores, de comentarios que suscita y suscitó supera con mucho a cualquier otra, baste hacer una búsqueda por internet para ver la cantidad de comentarios, páginas, vídeos y todo tipo de cosas que circulan sobre ella por todas partes.

Debo decir que a mí me gustó mucho, no tanto como para ver en directo y subtitulados a las tantas de la mañana los dos últimos capítulos pero sí como para verlos en castellano a la primera oportunidad que tuve de hacerlo. No la vi en su momento, allá por el año 2005 que fue cuando se estrenó en España la primera temporada, pero algunos años después la conseguí y ya me hice un fan incondicional. Las tres primeras tuve la suerte de conseguirlas enteras, con lo cual como mínimo caían dos diarios, eso estaba bien, porque las siguientes ya tenía que verlas de semana en semana, y a veces el nivel de ansiedad que provocaba era grande (aclaro que es una ansiedad controlable, claro, no se vaya a malinterpretar), que uno quería saber que más iba a pasar y tenía que esperar una semana entera, insufrible. Y no digo del tiempo que pasaba entre una temporada y otra, que no podía ser casi un año para poder seguir las aventuras de estos hombres y mujeres en la isla y fuera de ella, claro. Me gustó sobre todo porque tenía una cierta originalidad, porque creaba una serie de situaciones de tensión muy bien llevadas, porque siempre había unos interrogantes y unas cosas que animaban mucho la imaginación... Sobre todo me gustó por los personajes, bastante bien definidos pero siempre con alguna sorpresa en su forma de actuar, por lo menos los principales y algunos de ellos muy bien diseñados, la verdad. Y también me parece buena por la forma de realización, casi de cine, con escenas bien montadas, cambios de ritmo y una serie de elementos que la acercaban mucho al cine. De todos los personajes me quedo con dos que son mis favoritos, cada uno tendrá los suyos, porque hay bien donde elegir, pero para mí los mejores son Hugo y Desmond. Hugo, con un corazón tan grande como su cuerpo, creo que está presente en muchos de los mejores momentos de la serie, siempre de buen humor, con una sonrisa en la boca, y fue de mis preferidos desde el principio. Luego apareció Desmond, el pobre hombre que tenía que estar encerrado en un búnker marcando la serie de números que tanto nos desconcertó a todos hasta que supimos, más o menos, para que valía. Alí estaba él marcando 4, 8, 15, 16, 23, 42 cada ciento ocho minutos para que no pasara anda, sin saber lo que iba a pasar si lo dejaba. En las primeras apariciones no parecía que fuera importante, pero poco a poco fue cogiendo protagonismo.

Quedarán para siempre entre nosotros las aventuras de los pasajeros de uno de los vuelos más famosos de la televisión, por no decir el que más, el 815 de Oceanic Airlines en viaje de Sidney a Los Ángeles. Va a tener un accidente y caer en una isla del Pacífico, y quedan 48 supervivientes que tienen que intentar subsistir con lo que la isla puede ofrecerles. Al principio todo parece normal dentro de la tragedia, intentan apañarse como pueden, buscan comida, agua, refugio, todo va bien y van solventando todos los problemas que aparecen. Ya en los primeros capítulos vamos viendo cuáles van a ser los protagonistas, algunos toman el papel de líder del grupo y se van encargando de cosas. Pero poco a poco empiezan a pasar cosas extrañas, y no pocas. De repente esa isla que parecía desierta resulta que está más llena de gente que el metro de Madrid en hora punta. Están ellos, pero también están los que van a llamar “los otros”, pero no va a quedar aquí la cosa, que cada capítulo que pasa aparece más gente. Después tenemos las construcciones subterráneas, cada una con su función que iremos descubriendo poco a poco. Osos polares, ídolos gigantescos, la compañía Dharma, que parece llevar allí años haciendo experimentos y un montón de cosas más, de gente y por encima de todo, el humo negro ese que hace un extraño ruido y que acaba con todo lo que se le pone por delante. Es imposible poner aquí todo lo que les pasa, porque son infinidad de cosas, por no hablar de los saltos en el tiempo, hacia delante, hacia atrás, el presente (en algún momento no sabemos cuándo están pasando las cosas), pero aunque pueda parecer un lío, no lo es. El mayor mérito de la serie es precisamente que poco a poco aparecen respuestas, claro que muchas veces estas respuestas traen consigo muchas más preguntas, pero los guionistas supieron atrapar perfectamente al espectador. Los guiones estaban perfectamente montados para tener al espectador pendiente de cada frase, de cada gesto, de cada situación, de la gente que sale en cualquier lugar y en cualquier momento y uno está deseando pillar a los guionistas en un renuncio pero, por lo menos yo, no lo conseguí.

Y luego tenemos a Jacob y a su hermano, a los que por fin les dedican en esta sexta temporada un capítulo entero en el que podremos saber algo más de sus vidas, de dónde salieron y cómo vivieron hasta llegar al momento en el que los conocemos. Al final la serie no deja de ser la eterna lucha entre el bien y el mal, como en cualquier cuento casi infantil, pero con una complejidad que estos no tienen. Claro que Jacob es tan bueno que a veces da algo de pena, y el hermano, del que no conocemos el nombre, es malo por culpa de las circunstancias, así que tampoco es para tanto. En ellos dos está uno de los elementos centrales de la serie, de todo lo que pasa y de muchas de las explicaciones de las cosas que suceden.

Y hace unos días terminó, fueron seis temporadas llenas de emociones, dudas, misterios, maldades, bondades, incógnitas, viajes en el tiempo, casas, chozas, playas, islas y ciudades. A mí me encantó este final, y no coincido con muchos de los comentarios que circulan por la red. La verdad es que no sé qué esperaban, porque en primer lugar era imposible que absolutamente todo quedara resuelto y aclarado. Lo importante de la serie, por si alguien no se dio cuenta antes, eran las personas, los perdidos, personas perdidas en una isla, perdidas en sus vidas, perdidas en sus relaciones..., en casi todo. Y eso quedó resuelto, las relaciones entre ellos, las cosas que vivieron y sufrieron, las penas y las alegrías quedaron por fin terminadas. No quiero incidir más y quedará todo para comentarios, si los hay, o para correos, que sé que hay gente que aun no lo vio y está esperando, así que no les voy a desvelar nada, ya hablaremos después y espero que les guste tanto como a mí.

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