Supongo que todos tenemos una serie de autores preferidos, aquellos de los que leemos todo lo que publican y con los que siempre encontramos algo que nos guste en todo aquello que escriben. Pues el autor de la novela que voy a comentar hoy es, para mí, uno de esos desde hace ya mucho tiempo. Es curioso que no apareciera antes, pero no es más que una casualidad, más que nada porque la novela anterior no fue de las que más me gustaron de él y pienso que aún no me pusiera con estos comentarios o tenía otros pendientes que me parecían más interesantes. Pero recientemente apareció su, por el momento, última novela y la verdad es que me gustó mucho, quedando entre las cinco o seis suyas que más me gustaron. El autor es Paul Auster y la novela de hoy “Sunset Park”. Podéis encontrarla en castellano en su editorial habitual, Anagrama, o en gallego en la Editorial Galaxia, que últimamente publica sus obras al mismo tiempo que aparecen en castellano. Yo la leí en gallego, gracias a un regalo de un amigo que acertó de pleno, cosa que tengo que agradecer, de verdad.
Un autor más que conocido y reconocido, pero que como no apareció aún por aquí, como siempre, voy a dejaros una breve, aunque no es fácil, biografía. Nació en Newark (Nueva Jersey) en 1947, escritor, guionista y director de cine. Le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006. Escribe desde edad muy temprana. Entre 1964 y 1967 estudia en la Universidad de Columbia literatura francesa, italiana e inglesa. Por aquella época comienza a traducir a autores franceses e intentará trabajar en el cine, escribiendo guiones para películas mudas que nunca llegarán a rodarse, y que aparecen en su novela “El libro de las ilusiones”. En los años siguientes escribe artículos para revistas y comienza con sus primeras novelas. Llega a trabajar en un petrolero, vuelve a Francia, donde vive entre 1971 y 1974 y sigue con las traducciones de autores franceses, además de escribir algo de poesía y un poco de teatro. En 1976, con el pseudónimo de Paul Benjamin, escribe su primera novela, “Jugada de presión”, una novela negra que tuvo poco éxito. Se divorcia y la muerte de su padre le da algún dinero y escribe “La invención de la soledad”. En 1986, ya más conocido como novelista, publica “Ciudad de cristal” y a continuación algunas de sus mejores novelas, como “El palacio de la luna”, “Leviatán” (Premio Medicis en 1993) o “Mr. Vértigo” (1994). Vuelve al cine junto al director Wayne Wang con “Smoke” y “Blue in the face” y en 1997 dirige “Lulu on the bridge” que no tuvo buena acogida. Posteriormente novelas como “Tombuctú” (1999), “El libro de las ilusiones” (2002) o “Brooklyn Follies” (2005). En 2006 dirige una nueva película, “La vida interior de Martin Frost”. Sus últimas novelas son “Un hombre en la oscuridad” (2008), “Invisible” (2009) y la comentada hoy, “Sunset Park” (2010). Su producción es muy extensa y comprende no solo novelas, sino también algún libro de memorias, poesía, teatro, guiones cinematográficos, ensayos... Todos ellos con una serie de elementos comunes de los que no suele escapar y siempre con una línea muy marcada y unas características tanto de estilo como de temáticas muy suyas.
Esta de hoy es su última novela hasta el momento y ya antes de decir algunas cosas de ella añadir que de las últimas fue de las que más me gustaron. “Invisible”, la anterior, me dejó un poco desencantado por decirlo de alguna manera, no es que no me gustara, pero algo menos que otras, creo que le quedó una historia quizá demasiado circular y repetitiva, sin avanzar demasiado por momentos y sin tener una dirección demasiado clara. Si tengo que escoger algunas, lo que es difícil, creo que mis “favoritas” serían “Mr. Vértigo”, “Brooklyn Follies” (esta posiblemente porque escapa un poco de la tristeza y de la tremenda soledad de los protagonistas aunque también está presente, pero me pareció algo más optimista que el resto de sus novelas), “La música del azar” o “Un hombre en la oscuridad”, aunque ya dije que casi todas me gustaron mucho y todas aportaron algo y también más de una reflexión.
“Sunset Park” tiene como protagonista, por decirlo de alguna manera, porque pienso que más que el protagonista de la historia es el personaje alrededor del que circulan las historias de los otros más que también podemos considerar como protagonistas, a Miles Heller. Ya de entrada comentar que la técnica que tiene para contarnos la historia me parece genial, vamos a conocer la misma historia desde el punto de vista y la vida de varios de los integrantes de la misma, cada uno aportará algo a ella y así tendremos una visión completa de la vidas de varias personas. Al principio conoceremos a Miles Heller, que es el que menciono más arriba como centro del círculo de personas que giran a su alrededor. Un chico joven que tiene un trabajo de lo más triste y deprimente. Las primeras páginas ya nos van a dar una idea del ambiente de la historia, una de las constantes del autor, elementos como la soledad, la tristeza, la incomprensión, las complicadas relaciones humanas y los remordimientos que todos tenemos en algún momento por cosas que hicimos o dejamos de hacer. Trabaja en una cuadrilla de cuatro personas que van a casas embargadas para revisarlas, las cosas caras van para el banco, el resto se las reparten entre ellos. Pero él no se queda con nada, solo hace fotografías de todas las cosas que la gente va dejando atrás en sus vidas, algo parecido a lo que hizo él. Es un hombre de 28 años sin ambiciones, dejó la Universidad pero es un hombre brillante, vive dejando que la vida pase, sin esperanzas, casi sin nada, no necesita ninguna de las cosas que el resto de los hombres usan, vivir así también le supone un gran esfuerzo. Su vida se reduce a la mínima expresión, no fuma, no bebe, no come fuera ni tiene radio, televisión u ordenador. El coche y el móvil solo por necesidad. Su único lujo es comprar libros, leer es una necesidad, casi una adicción. Trabaja en Florida, pero piensa que ese soleado tiempo que tienen no es bueno tampoco, el sol no ilumina, sino que ciega a las personas para que no vean bien la realidad. La razón de todo esto, de que dejara a su familia, la Universidad y una buena vida que tenía, la muerte de su hermanastro, de la que se siente culpable, un lamentable accidente de coche en el que tuvo algo que ver, pero que aún así no dejó de ser un accidente.
Un día conoce a Pilar Sánchez, la casualidad hace que se vean leyendo el mismo libro en un parque (“El Gran Gatsby”), una chica más joven que él, 17 años, pero que tiene su vida mucho más clara que Miles. Está en el Instituto, es una alumna brillante y quiere ir a la Universidad y estudiar Enfermería. Es huérfana, sus padres murieron en un accidente de tráfico y vive con sus tres hermanas y el hijo de una de ellas. Su madurez e inteligencia calan hondo en Miles, y tras una resistencia motivada por su juventud, van a comenzar una relación e vivirán juntos. Así Miles verá una oportunidad de cambiar su forma de ver la vida, de tener un objetivo en la misma, de ser un estímulo para Pilar y conseguir que cambie la Enfermería por la Medicina. Su relación también tiene cosas que hacen que sea diferente a las demás, para poder llevarla a vivir con él casi tiene que “comprársela” a las hermanas, no tienen relaciones sexuales completas porque ella piensa que es demasiado joven para quedarse embarazada pero con estas y otras cosas Miles se siente después de mucho tiempo útil y vivo. Pero esto no durará mucho, ante las amenazas de una de las hermanas de Pilar tendrá que marcharse y dejarla por un tiempo, hasta que sea mayor de edad y así no tener problemas con la ley. Recibe una carta de su amigo Bing que le ofrece irse a vivir con él y alguna gente más como ocupas en una casa en Sunset Park, el lugar que dará título a la novela, oportunidad que aprovechará para irse de Florida y, entre otras cosas, pensar en intentar de nuevo tener contacto con su familia. Cuando se marchó dejó todo atrás y sus padres no supieron nada de él directamente, claro.
Aquí entrarán el resto de los personajes, todos ellos con una historia que contar, vamos a conocer por ellos mismos y por los demás toda su vida y las razones que los llevaron a ser cómo son o a vivir como viven. Hay historias que completaremos poco a poco, capítulo a capítulo, entrelazando lo que van contando todos, tanto del pasado como del presente, avanzando poco a poco en una trama que no tenemos muy claro a dónde nos va a llevar. Conoceremos a Bing Natham, el que tiene la idea de ocupar la casa y que vive de un negocio, el “Hospital de las cosas rotas”, donde arregla cosas de otra época: máquinas de escribir, plumas, radios de válvulas, juguetes de cuerda, como los hombres y mujeres de nuestra historia, seres rotos que necesitan que alguien los arregle. Con él viven Alice Bergstrom, trabajando en su tesis, y Ellen Brice, una pintora, aunque las dos tienen otros trabajos además de lo que realmente les gusta hacer. Conoceremos a Morris Heller, el padre de Miles, director de una editorial con problemas económicos en un momento no que los libros no son el mejor negocio. A Mary-Lee Swann, la madre de Miles, divorciada tiempo atrás de Morris, actriz de éxito internacional que está afrontando los últimos años de su carrera. A Willa, la madre adoptiva de Miles y madre de Bobby, el hermanastro muerto... Y algunos más que serán muy importantes de un modo o de otro en las vidas de todos estos ya mencionados. Sabremos muchas cosas de ellos, más que ellos mismos, a través de ellos, de lo que hacen y dicen y a través de los demás, porque en un momento u otro todos tendrán algo que ver.
Todas las constantes de las novelas de Auster están presentes en esta. El tema del béisbol, de que es un gran aficionado, aparece en varios momentos importantes, casi siempre para hablar de jugadores que, digamos, no tuvieron demasiada suerte en sus vidas y a los que el azar truncó grandes carreras, lo mismo que, sigamos, les pasa a los personajes de la novela, marcados casi todos por el azar. También el tema del cine, con una película de la que todos hablan o ven en algún momento, la cinta sobre la que Alice centra su tesis, un clásico del cine americano que si no visteis deberíais de ver, “Los mejores años de nuestra vida”, una premiada película de 1946 que cuenta la vida de varios soldados que vuelven a casa tras la Segunda Guerra Mundial. Y, sobre todo, el azar, siempre o casi siempre en negativo, que vuela sobre todos los hombres y mujeres de la historia. La soledad de la humanidad, la tristeza, las cosas que vamos dejando atrás para no volver nunca, lo difícil que es a veces afrontar lo que hicimos y decir la verdad en lugar de huir sin saber muy bien cuál sería el resultado en caso de quedarnos. Son muchos los temas que podríamos sacar de la lectura y de las vidas de los personajes que viven alrededor de Sunset Park, una casa en un barrio de la ciudad de Nueva York.
Reconozco que Auster no es un ejemplo de optimismo y felicidad, pero al mismo tiempo sus novelas siempre tienen algo que decirme, algo sobre lo que reflexionar aunque sea por oposición a lo que nos está contando. Además me tiene atrapado con su forma de escribir, un estilo que parece sencillo pero que no lo es, muy poético en muchos momentos y con formas de jugar con las palabras y las imágenes que no deja de sorprenderme nunca. Esa simpleza aparente esconde siempre una gran complejidad de la narración, con historias dentro de las historias, con vueltas hacia el pasado y mirando al futuro y, muchas veces, sorprendiendo al lector por lo que cuenta, cómo lo cuenta y como van avanzando las vidas de unos personajes que aunque dentro de la ficción aparecen para el lector muchas veces como personas de carne y hueso.
Pienso que es evidente que me gustó mucho y recomiendo su lectura, que estoy seguro de que será de vuestro gusto, tanto por la calidad literaria como por un entramado de historias que os cogerá y atrapará como una tela de araña, la tela en la que están Miles, Bing, Morris y todos los demás..., tendréis que ver si ellos podrán o no escapar.
Un autor más que conocido y reconocido, pero que como no apareció aún por aquí, como siempre, voy a dejaros una breve, aunque no es fácil, biografía. Nació en Newark (Nueva Jersey) en 1947, escritor, guionista y director de cine. Le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006. Escribe desde edad muy temprana. Entre 1964 y 1967 estudia en la Universidad de Columbia literatura francesa, italiana e inglesa. Por aquella época comienza a traducir a autores franceses e intentará trabajar en el cine, escribiendo guiones para películas mudas que nunca llegarán a rodarse, y que aparecen en su novela “El libro de las ilusiones”. En los años siguientes escribe artículos para revistas y comienza con sus primeras novelas. Llega a trabajar en un petrolero, vuelve a Francia, donde vive entre 1971 y 1974 y sigue con las traducciones de autores franceses, además de escribir algo de poesía y un poco de teatro. En 1976, con el pseudónimo de Paul Benjamin, escribe su primera novela, “Jugada de presión”, una novela negra que tuvo poco éxito. Se divorcia y la muerte de su padre le da algún dinero y escribe “La invención de la soledad”. En 1986, ya más conocido como novelista, publica “Ciudad de cristal” y a continuación algunas de sus mejores novelas, como “El palacio de la luna”, “Leviatán” (Premio Medicis en 1993) o “Mr. Vértigo” (1994). Vuelve al cine junto al director Wayne Wang con “Smoke” y “Blue in the face” y en 1997 dirige “Lulu on the bridge” que no tuvo buena acogida. Posteriormente novelas como “Tombuctú” (1999), “El libro de las ilusiones” (2002) o “Brooklyn Follies” (2005). En 2006 dirige una nueva película, “La vida interior de Martin Frost”. Sus últimas novelas son “Un hombre en la oscuridad” (2008), “Invisible” (2009) y la comentada hoy, “Sunset Park” (2010). Su producción es muy extensa y comprende no solo novelas, sino también algún libro de memorias, poesía, teatro, guiones cinematográficos, ensayos... Todos ellos con una serie de elementos comunes de los que no suele escapar y siempre con una línea muy marcada y unas características tanto de estilo como de temáticas muy suyas.
Esta de hoy es su última novela hasta el momento y ya antes de decir algunas cosas de ella añadir que de las últimas fue de las que más me gustaron. “Invisible”, la anterior, me dejó un poco desencantado por decirlo de alguna manera, no es que no me gustara, pero algo menos que otras, creo que le quedó una historia quizá demasiado circular y repetitiva, sin avanzar demasiado por momentos y sin tener una dirección demasiado clara. Si tengo que escoger algunas, lo que es difícil, creo que mis “favoritas” serían “Mr. Vértigo”, “Brooklyn Follies” (esta posiblemente porque escapa un poco de la tristeza y de la tremenda soledad de los protagonistas aunque también está presente, pero me pareció algo más optimista que el resto de sus novelas), “La música del azar” o “Un hombre en la oscuridad”, aunque ya dije que casi todas me gustaron mucho y todas aportaron algo y también más de una reflexión.
“Sunset Park” tiene como protagonista, por decirlo de alguna manera, porque pienso que más que el protagonista de la historia es el personaje alrededor del que circulan las historias de los otros más que también podemos considerar como protagonistas, a Miles Heller. Ya de entrada comentar que la técnica que tiene para contarnos la historia me parece genial, vamos a conocer la misma historia desde el punto de vista y la vida de varios de los integrantes de la misma, cada uno aportará algo a ella y así tendremos una visión completa de la vidas de varias personas. Al principio conoceremos a Miles Heller, que es el que menciono más arriba como centro del círculo de personas que giran a su alrededor. Un chico joven que tiene un trabajo de lo más triste y deprimente. Las primeras páginas ya nos van a dar una idea del ambiente de la historia, una de las constantes del autor, elementos como la soledad, la tristeza, la incomprensión, las complicadas relaciones humanas y los remordimientos que todos tenemos en algún momento por cosas que hicimos o dejamos de hacer. Trabaja en una cuadrilla de cuatro personas que van a casas embargadas para revisarlas, las cosas caras van para el banco, el resto se las reparten entre ellos. Pero él no se queda con nada, solo hace fotografías de todas las cosas que la gente va dejando atrás en sus vidas, algo parecido a lo que hizo él. Es un hombre de 28 años sin ambiciones, dejó la Universidad pero es un hombre brillante, vive dejando que la vida pase, sin esperanzas, casi sin nada, no necesita ninguna de las cosas que el resto de los hombres usan, vivir así también le supone un gran esfuerzo. Su vida se reduce a la mínima expresión, no fuma, no bebe, no come fuera ni tiene radio, televisión u ordenador. El coche y el móvil solo por necesidad. Su único lujo es comprar libros, leer es una necesidad, casi una adicción. Trabaja en Florida, pero piensa que ese soleado tiempo que tienen no es bueno tampoco, el sol no ilumina, sino que ciega a las personas para que no vean bien la realidad. La razón de todo esto, de que dejara a su familia, la Universidad y una buena vida que tenía, la muerte de su hermanastro, de la que se siente culpable, un lamentable accidente de coche en el que tuvo algo que ver, pero que aún así no dejó de ser un accidente.
Un día conoce a Pilar Sánchez, la casualidad hace que se vean leyendo el mismo libro en un parque (“El Gran Gatsby”), una chica más joven que él, 17 años, pero que tiene su vida mucho más clara que Miles. Está en el Instituto, es una alumna brillante y quiere ir a la Universidad y estudiar Enfermería. Es huérfana, sus padres murieron en un accidente de tráfico y vive con sus tres hermanas y el hijo de una de ellas. Su madurez e inteligencia calan hondo en Miles, y tras una resistencia motivada por su juventud, van a comenzar una relación e vivirán juntos. Así Miles verá una oportunidad de cambiar su forma de ver la vida, de tener un objetivo en la misma, de ser un estímulo para Pilar y conseguir que cambie la Enfermería por la Medicina. Su relación también tiene cosas que hacen que sea diferente a las demás, para poder llevarla a vivir con él casi tiene que “comprársela” a las hermanas, no tienen relaciones sexuales completas porque ella piensa que es demasiado joven para quedarse embarazada pero con estas y otras cosas Miles se siente después de mucho tiempo útil y vivo. Pero esto no durará mucho, ante las amenazas de una de las hermanas de Pilar tendrá que marcharse y dejarla por un tiempo, hasta que sea mayor de edad y así no tener problemas con la ley. Recibe una carta de su amigo Bing que le ofrece irse a vivir con él y alguna gente más como ocupas en una casa en Sunset Park, el lugar que dará título a la novela, oportunidad que aprovechará para irse de Florida y, entre otras cosas, pensar en intentar de nuevo tener contacto con su familia. Cuando se marchó dejó todo atrás y sus padres no supieron nada de él directamente, claro.
Aquí entrarán el resto de los personajes, todos ellos con una historia que contar, vamos a conocer por ellos mismos y por los demás toda su vida y las razones que los llevaron a ser cómo son o a vivir como viven. Hay historias que completaremos poco a poco, capítulo a capítulo, entrelazando lo que van contando todos, tanto del pasado como del presente, avanzando poco a poco en una trama que no tenemos muy claro a dónde nos va a llevar. Conoceremos a Bing Natham, el que tiene la idea de ocupar la casa y que vive de un negocio, el “Hospital de las cosas rotas”, donde arregla cosas de otra época: máquinas de escribir, plumas, radios de válvulas, juguetes de cuerda, como los hombres y mujeres de nuestra historia, seres rotos que necesitan que alguien los arregle. Con él viven Alice Bergstrom, trabajando en su tesis, y Ellen Brice, una pintora, aunque las dos tienen otros trabajos además de lo que realmente les gusta hacer. Conoceremos a Morris Heller, el padre de Miles, director de una editorial con problemas económicos en un momento no que los libros no son el mejor negocio. A Mary-Lee Swann, la madre de Miles, divorciada tiempo atrás de Morris, actriz de éxito internacional que está afrontando los últimos años de su carrera. A Willa, la madre adoptiva de Miles y madre de Bobby, el hermanastro muerto... Y algunos más que serán muy importantes de un modo o de otro en las vidas de todos estos ya mencionados. Sabremos muchas cosas de ellos, más que ellos mismos, a través de ellos, de lo que hacen y dicen y a través de los demás, porque en un momento u otro todos tendrán algo que ver.
Todas las constantes de las novelas de Auster están presentes en esta. El tema del béisbol, de que es un gran aficionado, aparece en varios momentos importantes, casi siempre para hablar de jugadores que, digamos, no tuvieron demasiada suerte en sus vidas y a los que el azar truncó grandes carreras, lo mismo que, sigamos, les pasa a los personajes de la novela, marcados casi todos por el azar. También el tema del cine, con una película de la que todos hablan o ven en algún momento, la cinta sobre la que Alice centra su tesis, un clásico del cine americano que si no visteis deberíais de ver, “Los mejores años de nuestra vida”, una premiada película de 1946 que cuenta la vida de varios soldados que vuelven a casa tras la Segunda Guerra Mundial. Y, sobre todo, el azar, siempre o casi siempre en negativo, que vuela sobre todos los hombres y mujeres de la historia. La soledad de la humanidad, la tristeza, las cosas que vamos dejando atrás para no volver nunca, lo difícil que es a veces afrontar lo que hicimos y decir la verdad en lugar de huir sin saber muy bien cuál sería el resultado en caso de quedarnos. Son muchos los temas que podríamos sacar de la lectura y de las vidas de los personajes que viven alrededor de Sunset Park, una casa en un barrio de la ciudad de Nueva York.
Reconozco que Auster no es un ejemplo de optimismo y felicidad, pero al mismo tiempo sus novelas siempre tienen algo que decirme, algo sobre lo que reflexionar aunque sea por oposición a lo que nos está contando. Además me tiene atrapado con su forma de escribir, un estilo que parece sencillo pero que no lo es, muy poético en muchos momentos y con formas de jugar con las palabras y las imágenes que no deja de sorprenderme nunca. Esa simpleza aparente esconde siempre una gran complejidad de la narración, con historias dentro de las historias, con vueltas hacia el pasado y mirando al futuro y, muchas veces, sorprendiendo al lector por lo que cuenta, cómo lo cuenta y como van avanzando las vidas de unos personajes que aunque dentro de la ficción aparecen para el lector muchas veces como personas de carne y hueso.
Pienso que es evidente que me gustó mucho y recomiendo su lectura, que estoy seguro de que será de vuestro gusto, tanto por la calidad literaria como por un entramado de historias que os cogerá y atrapará como una tela de araña, la tela en la que están Miles, Bing, Morris y todos los demás..., tendréis que ver si ellos podrán o no escapar.
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