Dos eran los géneros que más leía hace ya bastantes años, la ciencia ficción y el terror eran fundamentalmente lo que más pasaba por mis manos. Luego, con el tiempo, esto fue cambiando hacia un espectro mucho más amplio y ahora podemos decir que leo de casi todo, pero mis preferencias desde hace unos años van en la línea de lo que se llama novela histórica, aunque ya comenté en más de una ocasión que en este saco entran muchas cosas y está muy de moda desde hace ya algún tiempo, con muchas cosas destacables y otras, aunque de las que he leído las menos, prescindibles. Una de las novelas que me acercaron más a este género es del mismo autor que la que comento hoy y es de las que tengo un mejor recuerdo por lo entretenida, amena y por la cantidad de datos que me aportó. Una de las razones de mi gusto por este género viene por ahí, porque cuando está bien hecha y, sobre todo, bien documentada me aporta una buena cantidad de datos interesantes. Claro está, siempre y cuando tenga además una buena historia para seguir al mismo tiempo que se aprende algo. “Londres” llegó a mí de casualidad, era una novela bastante larga y de un autor que no me sonaba de nada, pero la historia tenía buena pinta y la verdad es que no me decepcionó, me gustó mucho, me entretuvo y me enseñó una buena cantidad de cosas de la historia de Inglaterra. La verdad es que al principio asustaba un poco, una historia que transcurría durante varios siglos alrededor de la fundación y desarrollo de la ciudad de Londres, me parecía algo inabarcable para una sola novela, pero el autor lo conseguía, y de una manera que me atrevo a calificar de magistral. Su última novela, de publicación reciente, es “Nueva York” en la que hace lo mismo trasladándose ahora a una de las ciudades más atrayentes del mundo y contándonos su historia. Ya digo de entrada que me gustó mucho, una lectura que he disfrutado y que me aportó una buena cantidad de cosas, algunas ya sabidas y otras no tanto. Por cierto, el autor es Edward Rutherfurd.
Este no es el nombre real del autor, por lo que he visto, es el apodo literario de Francis Edward Wintle, un novelista nacido en Salisbury (Inglaterra) en 1948. Tiene su propia página web, http://www.edwardrutherfurd.com, con bastante información sobre él y sus obras, eso sí, en inglés. Sus estudios los realizó en universidades de prestigio, como Cambridge o Stanford (California). Trabajó en el mundo de la política y la edición de libros. En 1983 abandona el mundo editorial y vuelve a su ciudad natal para escribir “Sarum”, una novela histórica que condensa casi diez siglos de historia alrededor de Stonehenge y Salisbury. Se publicó cuatro años más tarde y llegó a ser un bestseller en poco tiempo, permaneciendo durante casi cuatro meses en las listas del New York Times. Desde entonces escribió varias novelas más, todas ellas grandes éxitos y con un esquema similar. Son crónicas históricas desde un momento muy atrás en el tiempo hasta la actualidad, mezclando personajes ficticios y reales procurando hilar los acontecimientos alrededor de unas pocas familias que van creciendo a lo largo del tiempo. En 1991 publica “Rusos”, “Londres” en 1997, “El bosque” en el 2000, “Dublín: Fundación” (2004), “Irlanda” (2006) y la última por el momento la comentada hoy, “Nueva York” aparecida a finales del 2009. En estos años divide su tiempo entre su país y la ciudad de Nueva York y participa en varias asociaciones culturales en su país. Sus novelas han sido traducidas a más de 20 idiomas. Su última novela ganó el premio “Langum para historias de ficción americana” en el año 2010. Muchos hablan de él como un discípulo de otro gran autor del género, James Michener. Todas sus novelas tienen una gran extensión, acorde con la cantidad de tiempo en la que transcurren y el trabajo de documentación es exhaustivo y bastante serio, por lo que todas ellas merecen la pena. De momento solo leí esta última y la mencionada al principio, pero las restantes irán cayendo poco a poco porque si están tan bien como estas dos seguro que merecen la pena.
La historia comienza en 1664 y veremos como la mayor parte de los sucesos irán coincidiendo con las oleadas de emigrantes que van llegando a la ciudad. Al principio estamos en Nueva Amsterdam, asentamiento fundamentalmente holandés que coincide con lo que hoy sería Manhattan. Aquí aparece el primer personaje histórico, el gobernador Peter Stuyvesant. Dirk van Dyck y Margaretha de Groot serán los primeros protagonistas de la historia, un matrimonio en el que él se dedica al comercio de pieles con los indios además de venderles algo de alcohol de vez en cuando. Además tiene una hija con una india, Pluma Pálida, que aparece en los inicios de la historia. Margaretha es una mujer fuerte y ambiciosa que no va a permitir que su marido la engañe, y menos con una india. Durante este tiempo estaremos al tanto de los problemas de los holandeses que viven en esta zona con los ingleses, en continuas luchas por la hegemonía y el gobierno de ese nuevo y gran país. A estos se une Thomas Master, un inglés que estará entre los dos mundos, el inglés y el nuevo mundo. También conoceremos a Quash, uno de los esclavos negros de los van Dyck. Estos serán el núcleo de casi todos los personajes posteriores, cruzándose continuamente entre ellos, casi hasta llegar al siglo XX, además de otros nuevos que se irán incorporando a lo largo de los casi cuatro siglos en los que se desarrolla la novela. Tras la guerra entre los ingleses y los holandeses Nueva York pasará a manos de los primeros, dependiendo de la corona británica, lo que traerá también muchos problemas. En el siglo XVII la ciudad será territorio inglés. De aquí pasamos a 1735, tomando protagonismo la descendencia de las dos ramas de la familia Master. Eliot Master es un abogado de Boston que va a Nueva York con su hija Kate para visitar a su hermano, Dirk Master, un comerciante con dinero y a su sobrino, John Master, un vividor al principio de esta parte de la historia. También tendremos a Hudson, el hijo de Quash y a su familia. Ya en esta época Nueva York empieza a ser una gran ciudad, un centro social, cultural y, sobre todo, económico. Pasamos a mediados del XIX, en 1849 con una nueva oleada de emigrantes, en este caso los irlandeses, con nuevos personajes como Mary O´Donnell y su hermano Sean, que entrarán en contacto con descendientes de los anteriores. En esta época la ciudad ya supera el medio millón de habitantes. Llegará el momento de los problemas con la esclavitud y la mención a una novela que influyó bastante en la situación, “La cabaña del Tío Tom”, de Harriet Beecher Stowe. Antes de esto la guerra de la Independencia y luego la Guerra Civil americana, ambas con la presencia de todos los personajes históricos fundamentales en su desarrollo. A principios del siglo XX la emigración italiana, con la llegada de nuevos personajes, la familia Carusso que llega a Nueva York desde Italia para intentar llevar una nueva y mejor vida. Y desde aquí un largo camino hasta el siglo XXI, finalizando casi tras la destrucción de las Torres Gemelas. Antes pasarán por aquí las grandes referencias que casi todos conocemos de esta gran ciudad, el Edificio Dakota (testigo mudo del asesinato de John Lennon), el puente de Brooklyn, el Cotton Club, el Empire State y otros famosos rascacielos, la Estatua de la Libertad..., todos integrados como unos personajes más dentro del desarrollo de la historia. Solo se echa de menos una cosa, por lo menos yo, y es que tenemos a los holandeses, ingleses, irlandeses, italianos..., pero los chinos, también una gran oleada de emigración con presencia en la ciudad creo que no aparecen en ningún momento, habría que preguntarle al autor si tiene alguna razón para esto o simplemente no quería complicar más la historia.
La novela me gustó mucho, entretiene y aporta gran cantidad de datos. Las historias se van cruzando entre las distintas familias de una forma más que creíble y con situaciones muy cotidianas, problemas normales y con muy pocas cosas que no sean verosímiles. Creo que este autor maneja a la perfección, igual o mejor que otros más reconocidos dentro del género, una gran cantidad de personajes consiguiendo que el lector no se pierda entre todo ese maremagnum de historias cruzadas. Tiene un estilo fluido, sencillo pero no por eso fácil. Las descripciones de lugares, edificios, calles, ríos...es completa, con pocas palabras reconoceremos perfectamente esos sitios que hemos visto en infinidad de películas (y algunos seguramente conocerán de forma directa, claro) con un equilibro perfecto entre esas descripciones y la acción. Los datos históricos están muy bien engarzados dentro de la historia, de tal manera que no es fácil dejar la lectura, porque siempre querrás saber qué les pasará a continuación. Quizá algunos personajes tienen menos presencia de la que a algunos lectores les gustaría o parece que van a ser más importantes de lo que serán en realidad, pero también habrá otros que tendrán el efecto contrario. Es una novela de personajes y de lugares convertidos en personajes, ya que muchos de los mencionados y otros tendrán una parte importante dentro del desarrollo de la acción. Y junto con ellos una serie de personajes históricos de todo tipo: políticos, militares, escritores, pintores, músicos..., aportando mucho a la historia.
Ya tenía ganas de conocer esta ciudad pero ahora crecen hasta límites insospechados, de tanto verla en el cine y la televisión la lectura de esta novela es casi visual, porque las referencias son conocidas por casi todos. Es una novela larga, más de mil páginas, pero que no se hace nada pesada, todo lo contrario, a mí me enganchó desde el principio, la disfruté mucho y no tenía ganas de terminarla. Una lectura muy entretenida, amena e interesante al mismo tiempo, para mí completamente recomendable.
Y termino con una frase extraída del libro que puede resumir a la perfección creo que tanto la lectura como la realidad de Nueva York: “No hay apenas nada que uno no pueda encontrar en Nueva York”.
Este no es el nombre real del autor, por lo que he visto, es el apodo literario de Francis Edward Wintle, un novelista nacido en Salisbury (Inglaterra) en 1948. Tiene su propia página web, http://www.edwardrutherfurd.com, con bastante información sobre él y sus obras, eso sí, en inglés. Sus estudios los realizó en universidades de prestigio, como Cambridge o Stanford (California). Trabajó en el mundo de la política y la edición de libros. En 1983 abandona el mundo editorial y vuelve a su ciudad natal para escribir “Sarum”, una novela histórica que condensa casi diez siglos de historia alrededor de Stonehenge y Salisbury. Se publicó cuatro años más tarde y llegó a ser un bestseller en poco tiempo, permaneciendo durante casi cuatro meses en las listas del New York Times. Desde entonces escribió varias novelas más, todas ellas grandes éxitos y con un esquema similar. Son crónicas históricas desde un momento muy atrás en el tiempo hasta la actualidad, mezclando personajes ficticios y reales procurando hilar los acontecimientos alrededor de unas pocas familias que van creciendo a lo largo del tiempo. En 1991 publica “Rusos”, “Londres” en 1997, “El bosque” en el 2000, “Dublín: Fundación” (2004), “Irlanda” (2006) y la última por el momento la comentada hoy, “Nueva York” aparecida a finales del 2009. En estos años divide su tiempo entre su país y la ciudad de Nueva York y participa en varias asociaciones culturales en su país. Sus novelas han sido traducidas a más de 20 idiomas. Su última novela ganó el premio “Langum para historias de ficción americana” en el año 2010. Muchos hablan de él como un discípulo de otro gran autor del género, James Michener. Todas sus novelas tienen una gran extensión, acorde con la cantidad de tiempo en la que transcurren y el trabajo de documentación es exhaustivo y bastante serio, por lo que todas ellas merecen la pena. De momento solo leí esta última y la mencionada al principio, pero las restantes irán cayendo poco a poco porque si están tan bien como estas dos seguro que merecen la pena.
La historia comienza en 1664 y veremos como la mayor parte de los sucesos irán coincidiendo con las oleadas de emigrantes que van llegando a la ciudad. Al principio estamos en Nueva Amsterdam, asentamiento fundamentalmente holandés que coincide con lo que hoy sería Manhattan. Aquí aparece el primer personaje histórico, el gobernador Peter Stuyvesant. Dirk van Dyck y Margaretha de Groot serán los primeros protagonistas de la historia, un matrimonio en el que él se dedica al comercio de pieles con los indios además de venderles algo de alcohol de vez en cuando. Además tiene una hija con una india, Pluma Pálida, que aparece en los inicios de la historia. Margaretha es una mujer fuerte y ambiciosa que no va a permitir que su marido la engañe, y menos con una india. Durante este tiempo estaremos al tanto de los problemas de los holandeses que viven en esta zona con los ingleses, en continuas luchas por la hegemonía y el gobierno de ese nuevo y gran país. A estos se une Thomas Master, un inglés que estará entre los dos mundos, el inglés y el nuevo mundo. También conoceremos a Quash, uno de los esclavos negros de los van Dyck. Estos serán el núcleo de casi todos los personajes posteriores, cruzándose continuamente entre ellos, casi hasta llegar al siglo XX, además de otros nuevos que se irán incorporando a lo largo de los casi cuatro siglos en los que se desarrolla la novela. Tras la guerra entre los ingleses y los holandeses Nueva York pasará a manos de los primeros, dependiendo de la corona británica, lo que traerá también muchos problemas. En el siglo XVII la ciudad será territorio inglés. De aquí pasamos a 1735, tomando protagonismo la descendencia de las dos ramas de la familia Master. Eliot Master es un abogado de Boston que va a Nueva York con su hija Kate para visitar a su hermano, Dirk Master, un comerciante con dinero y a su sobrino, John Master, un vividor al principio de esta parte de la historia. También tendremos a Hudson, el hijo de Quash y a su familia. Ya en esta época Nueva York empieza a ser una gran ciudad, un centro social, cultural y, sobre todo, económico. Pasamos a mediados del XIX, en 1849 con una nueva oleada de emigrantes, en este caso los irlandeses, con nuevos personajes como Mary O´Donnell y su hermano Sean, que entrarán en contacto con descendientes de los anteriores. En esta época la ciudad ya supera el medio millón de habitantes. Llegará el momento de los problemas con la esclavitud y la mención a una novela que influyó bastante en la situación, “La cabaña del Tío Tom”, de Harriet Beecher Stowe. Antes de esto la guerra de la Independencia y luego la Guerra Civil americana, ambas con la presencia de todos los personajes históricos fundamentales en su desarrollo. A principios del siglo XX la emigración italiana, con la llegada de nuevos personajes, la familia Carusso que llega a Nueva York desde Italia para intentar llevar una nueva y mejor vida. Y desde aquí un largo camino hasta el siglo XXI, finalizando casi tras la destrucción de las Torres Gemelas. Antes pasarán por aquí las grandes referencias que casi todos conocemos de esta gran ciudad, el Edificio Dakota (testigo mudo del asesinato de John Lennon), el puente de Brooklyn, el Cotton Club, el Empire State y otros famosos rascacielos, la Estatua de la Libertad..., todos integrados como unos personajes más dentro del desarrollo de la historia. Solo se echa de menos una cosa, por lo menos yo, y es que tenemos a los holandeses, ingleses, irlandeses, italianos..., pero los chinos, también una gran oleada de emigración con presencia en la ciudad creo que no aparecen en ningún momento, habría que preguntarle al autor si tiene alguna razón para esto o simplemente no quería complicar más la historia.
La novela me gustó mucho, entretiene y aporta gran cantidad de datos. Las historias se van cruzando entre las distintas familias de una forma más que creíble y con situaciones muy cotidianas, problemas normales y con muy pocas cosas que no sean verosímiles. Creo que este autor maneja a la perfección, igual o mejor que otros más reconocidos dentro del género, una gran cantidad de personajes consiguiendo que el lector no se pierda entre todo ese maremagnum de historias cruzadas. Tiene un estilo fluido, sencillo pero no por eso fácil. Las descripciones de lugares, edificios, calles, ríos...es completa, con pocas palabras reconoceremos perfectamente esos sitios que hemos visto en infinidad de películas (y algunos seguramente conocerán de forma directa, claro) con un equilibro perfecto entre esas descripciones y la acción. Los datos históricos están muy bien engarzados dentro de la historia, de tal manera que no es fácil dejar la lectura, porque siempre querrás saber qué les pasará a continuación. Quizá algunos personajes tienen menos presencia de la que a algunos lectores les gustaría o parece que van a ser más importantes de lo que serán en realidad, pero también habrá otros que tendrán el efecto contrario. Es una novela de personajes y de lugares convertidos en personajes, ya que muchos de los mencionados y otros tendrán una parte importante dentro del desarrollo de la acción. Y junto con ellos una serie de personajes históricos de todo tipo: políticos, militares, escritores, pintores, músicos..., aportando mucho a la historia.
Ya tenía ganas de conocer esta ciudad pero ahora crecen hasta límites insospechados, de tanto verla en el cine y la televisión la lectura de esta novela es casi visual, porque las referencias son conocidas por casi todos. Es una novela larga, más de mil páginas, pero que no se hace nada pesada, todo lo contrario, a mí me enganchó desde el principio, la disfruté mucho y no tenía ganas de terminarla. Una lectura muy entretenida, amena e interesante al mismo tiempo, para mí completamente recomendable.
Y termino con una frase extraída del libro que puede resumir a la perfección creo que tanto la lectura como la realidad de Nueva York: “No hay apenas nada que uno no pueda encontrar en Nueva York”.
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