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sábado, 2 de abril de 2011

"The Defenders"


Hoy vamos con algo de televisión, que ya van varios libros seguidos y hay que alternar un poco. Si hiciéramos un ranking de sectores profesionales reflejados en las series de televisión pienso que los tres primeros puestos, y no me atrevo a darles un orden determinado, serían para los policías y forenses (de moda últimamente), los profesionales de la medicina y los abogados. Supongo que serán los que más juego dan para este medio, pero la verdad es que es complicado encontrar una serie que no tenga como centro a alguna de estas profesiones. Así que para no variar esta de hoy está dentro del mundo de los abogados, y se llama “The Defenders” (“Los defensores”), de reciente estreno en los canales de pago, concretamente emitida los jueves por la noche antes de “The good wife” en Fox.

Esta estaría dentro de las series nada más que entretenidas, sin muchas más pretensiones que esa, que como he dicho alguna vez, si lo consigue, ya es bastante. No es como otras que aparecieron por aquí dentro de la misma temática. No estamos hablando de un gran bufete de abogados con todos los medios posibles y enfrentándose a las grandes corporaciones, a las empresas de todo tipo o a casos que van a terminar en el Tribunal Supremo. Es algo mucho más cotidiano y casi pedestre, con casos pequeños y delitos que no van a terminar saliendo en los periódicos. Y tampoco tenemos a un montón de abogados y abogadas pululando por ahí, ayudando a ganar el caso; tampoco tenemos a inteligentes y espabilados investigadores que encuentran siempre la solución al caso para que el abogado gane y su cliente salga libre. No, estamos simplemente ante dos abogados de un pequeño bufete, ayudados por una abogada nueva y novata y una secretaria, digamos, algo especial. Los casos serán, normalmente, pequeños delitos, robos (en uno que vi recientemente robaban los zapatos de gamuza azul de Elvis), estafas de rango medio, deudas económicas, algún asesinato..., todos casos con los que se puede encontrar un abogado normal, porque eso es lo que son. Son normales, no buscan fama aunque sí dinero, claro, que es necesario para vivir. Se anuncian en grandes letreros de la ciudad, buscan clientes en los juzgados y de vez en cuando aparece un buen cliente que les va a dejar algo de dinero para sostener el despacho. Este quizá sea uno de los aspectos que hace que sea distinta, la forma de tratar la temática legal, de un modo mucho más simple, real y cotidiano que la mayor parte de las demás, siempre mucho más grandilocuentes y espectaculares en el tratamiento de los casos legales. Quizá este sea uno de los aspectos por lo que me gusta y me entretiene.

Los dos protagonistas son, además, bien distintos en su carácter, forma de comportarse y de hacer las cosas, también en la forma de ver la vida. Uno es más serio, formal y preocupado por su divorcio y su hijo, y el otro, que es más joven, es más golfo, ligón, jugador y gastador. El mayor de los dos es Nick Morelli, casi el fundador del bufete, trabajando para sostener el negocio y a su familia, divorciado de su mujer (aunque no contento con la situación) y con un hijo al que ve algo menos de lo que desearía. El joven es Pete Kaczmarek, atractivo, con elegancia y estilo, preocupado de sus clientes, pero también de disfrutar de la vida lo más posible; juega, bebe, sale y hasta en alguna ocasión es capaz de liarse con alguna clienta. Y trabajando con ellos la novata Lisa Tyler, una chica joven a la que contratan para que les eche una mano; trabajaba como bailarina de striptease en un club para pagarse la carrera y ellos, teniendo en cuenta su pasado, fueron los únicos que le dieron trabajo. Zoey Waters es la secretaria, siempre bien maquillada y pendiente de casi todo lo que pasa, teniendo que intervenir más de una vez en los casos y en las investigaciones. Estos cuatro llevan el peso de los argumentos, ya que el resto, en general, cambian en cada episodio.

Y la ciudad en la que transcurre la acción es otra de las protagonistas. Si hiciéramos de nuevo una clasificación de las ciudades americanas que más salen en el cine y en la televisión sin duda la primera sería Nueva York, y también sin dudarlo la segunda, muy cerca de la anterior, sería Las Vegas. Así es, son dos abogados que tienen su despacho en esta espectacular ciudad, que funciona como un personaje más ya que es la que provoca la mayor parte de los casos que tienen que defender. Muchos de ellos relacionados con estafas a casinos, deudas de juego, casos de prostitución, detenciones ilegales, algún asesinato (claro, no podían faltar), divorcios...; como decía hace unas líneas las cosas que deben de pasar en esta ciudad a todas horas y todos los días, la ciudad que nunca duerme es lo que tiene, que da pie para muchas cosas.

En lo que se refiere a los actores los dos protagonistas son bien conocidos, con una buena cantidad de cine y televisión en su currículum, algunas destacables y muchas no tanto, pero siempre guardando una cierta línea de entretenimiento y comedia. Nick Morelli es un actor bastante conocido, James Belushi, un veterano en estas lides que empezó en la televisión a finales de los años setenta, de ella pasó al cine durante una buena temporada con películas bastante conocidas y tras una época algo oscura volvió a la televisión, en la que parece haberse instalado definitivamente, aunque también con altibajos. Antes participó en el programa de comedia más famoso de la televisión americana, “Saturday Night Live”, una auténtica fábrica de actores cómicos. A mí me parece un buen actor para este tipo de cosas y aquí está bastante bien, la verdad es que para mí lleva el peso de casi todo lo que pasa y es el centro de la mayor parte de las historias. Pete Kaczmarek es el actor Jerry O´Connell, también muy conocidos de cara y que pasó mucho tanto por el cine como por la televisión. Curiosamente buscando datos me di cuenta de que era uno de los protagonistas de una de las películas que tengo entre mis favoritas, “Cuenta conmigo”, cambió tanto que no lo reconociera, que la película esta es del año 1986. También está bastante bien en ese papel de golfo simpático que le da un poco el contrapunto a su socio, que tiene que sacarlo más de una vez en los problemas en los que se mete. El resto son actores mucho más desconocidos.

La serie como dije al principio no está mal, no podemos incluirla dentro de las destacables y con calidad pero tiene buenos momentos y hace que uno esté entretenido y sonría más de una vez a lo largo de cada capítulo. Algunas situaciones pueden parecer algo ridículas, pero están tratadas intentando darle un cierto aire de realidad y verosimilitud. Los casos, a lo mejor por ser distintos a los de la mayoría de las series, son amenos e interesantes, casi siempre con alguna sorpresa en su desarrollo y haciendo que ambos abogados tengan que ser ingeniosos y ágiles para conseguir la libertad de sus clientes. Por el medio tenemos las cosas de ellos, los problemas familiares y personales de Nick y los líos en los que se mete Pete, que le dan también algo más de interés a la serie. Capítulos de cuarenta minutos en los que prima, como dije, el entretenimiento sobre las cuestiones legales, un pequeño giro para intentar hace algo distinto que convenza al espectador. Tiene buenos momentos y sabe conseguir la atención, así que es recomendable para alternar con esas otras que a lo mejor son más serias, más dramáticas o tienen más calidad. Un postre sabroso para terminar una buena comida, por ejemplo; o algo para picar cuando uno no tiene demasiada hambre. Espero que os resulte, por lo menos, tan entretenida y divertida como a mí, ya me diréis.
No encontré vídeo en castellano, así que tendrá que quedar en inglés, además de este que aparece a continuación, un anuncio en el que participan los protagonistas de la serie junto con los abogados reales en los que, en teoría, está basada.

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