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jueves, 24 de mayo de 2012

"El mapa del cielo", Félix J. Palma



Como lector suelo dejar un espacio en el tiempo entre novelas del mismo autor, manía o costumbre, no hay una razón determinada, pero del mismo modo tampoco suelo leer dos novelas seguidas del mismo género, a no ser que continúen y me hayan dejado tantas incógnitas que tenga que solucionarlas. Las trilogías están de moda últimamente y a veces no es fácil seguir esta tendencia, y con ciertos autores prefiero esperar a tenerlas todas antes de ponerme con la lectura, sobre todo para no olvidar situaciones, personajes y esas cosas. En el caso de la novela de hoy paso un poco por encima de lo dicho, no hace demasiado que leí la primera, que ya tenía un tiempo, y no pude resistirme a leer la segunda de esta “Trilogía Victoriana” de Félix J. Palma, que apareció recientemente. Lo cierto es que “El mapa del tiempo”, que comenté el mes pasado, me resultó una historia muy atrayente y tremendamente entretenida, así que tenía ganas de leer “El mapa del tiempo”, segunda entrega de la trilogía mencionada y publicada a principios de este 2012.

Muy reciente la reseña biográfica del autor, así que para ella me remito a lo publicado hace poco tiempo.

La verdad es que esperaba encontrarme algo muy parecido a la primera novela, pero tengo que decir que aún manteniendo el tono general en cuanto a estilo, historia y entretenimiento tiene suficientes elementos para hacerla completamente distinta. No es fácil comentar las líneas generales de la historia sin contar demasiadas cosas del argumento y sin desvelar nada a los futuros lectores (los que ya la haya leído entenderán esto perfectamente), intentaré hacerlo lo mejor posible. Quizá en esta novela las sorpresas o juegos del autor en cuanto a la historia sean menores. En este caso estamos ante una historia algo más plana en cuanto al relato, pero aún así llena de sorpresas para el lector, de juegos y de referencias no solo a la otra novela, sino a todo un mundo lleno de personajes reales e históricos mezclados con otros de ficción. De nuevo estamos ante un relato lleno de equívocos, de personajes que engañan al lector desde el principio y de situaciones que nos van a hacer evocar multitud de novelas o de películas que ya forman parte de los clásicos del género. A medio camino entre la novela de ciencia ficción y la de aventuras, con momentos que responden perfectamente a los cánones clásicos del primero de los géneros y con otros que se centran más en el segundo. Las referencias a otras historias anteriores, ya sean en papel o en celuloide son constantes pero no conforman un refrito, una mezcla o una copia, son un completo y enorme homenaje a grandes clásicos de ambos géneros, un homenaje que resulta perfectamente coherente y atrayente para el lector, por lo menos para mí lo fue. Entre todos esos elementos destacaría dos que están entre mis favoritos, tanto del cine como de la literatura. Varias son las referencias a una de las obras de Edgar Alan Poe que leí varias veces, la primera cuando era muy joven, pero es una novela que releo y que está entre mis mejores novelas de aventuras de siempre, “La narración de Arthur Gordon Pym”. Todos conocemos los relatos góticos o de terror de Poe, pero quizá esta novela de aventuras quedó algo eclipsada por las demás y creo que todo lector que se precie debe leerla al menos una vez, ahí queda la recomendación. La otra fuente de inspiración que tengo grabada es “La guerra de los mundos”, leída también en más de una ocasión, una de las mejores novelas de H. G. Wells y con una soberbia adaptación al cine del año 1953 que me gustó mucho más que la producida en el 2005 (que no es que estuviera mal, pero creo que le faltaba el encanto de la antigua, pero que aún así tenía buenos momentos y mantenía hasta cierto punto el aire de la novela de Wells). También es inevitable recordar durante la lectura la famosa historia de Orson Welles, cuando desde la radio en la que trabajaba, retransmitió una falsa invasión extraterrestre con tal convicción que muchos oyentes salieron aterrorizados a las calles pensando que todo era cierto, otro de esos originales genios que aparecen de vez en cuando.

“El mapa del cielo” contiene varias historias en una sola novela. Comenzaremos conociendo a Richard Adams Locke, un periodista americano que en el año 1835 publicó una serie de artículos en el “New York Sun” firmados por el astrónomo John Herschel. En ellos se hablaba de que la Luna estaba habitada por una serie de seres fantásticos que Herschel había visto desde el observatorio en el que trabajaba. Este astrónomo no sabía que su nombre estaba siendo usado en estos artículos pero los lectores creyeron a pies juntillas lo que Locke contaba, una historia que mantuvo durante bastante tiempo. Toda esta parte que Palma nos cuenta es real e histórica y los personajes también, será la que le sirva de pretexto para continuar con su relato. Locke crea un mapa en el que aparecen los planetas, las estrellas, los extraterrestres, un mapa que irá pasando generación tras generación por las mujeres de su familia como un elemento al que recurrir cuando es necesario soñar un poco y escapar de la realidad cotidiana. De ahí pasaremos a conocer a Emma Harlow, la biznieta de Locke, otra mujer descontenta con su tiempo, lejos de las convenciones que se le piden a una dama de la sociedad americana de la época, asediada por una gran cantidad de pretendientes, aunque ninguno la convence demasiado como para casarse con él. Uno de ellos es el millonario Montgomery Gilmore, profundamente enamorado de ella y capaz de cualquier cosa para conseguir que los sentimientos sean correspondidos. A Emma todos le parecen insoportables, colmándola de regalos y atenciones que ella no desea, ella quiere un hombre que se salga de lo normal, una persona que sea capaz de hacer soñar al mundo como lo hizo su bisabuelo y que escape de lo convencional. Gilmore es uno de los más constantes en sus atenciones, pero al mismo tiempo es de los que ella menos soporta. ¿Cómo librarse de él?, pidiéndole un imposible. Le dice que se casará con él si es capaz de hacer soñar al mundo, tendrá que representar la invasión marciana que H. G. Wells recientemente describe en su novela “La guerra de los mundos”. Parece imposible, pero el amor es más fuerte que todas las cosas y Montgomery Gilmore se pondrá manos a la obra para conseguir el corazón de Emma Harlow (tendréis que leerla para saber si lo consigue o no).

De nuevo nos encontraremos con H. G. Wells como personaje. Acaba de publicar con bastante éxito “La guerra de los mundos” y pasado un tiempo recibe una carta de un autor americano que escribió una continuación titulada “Edison conquista Marte”, su autor es Garrett Putnam Serviss. Como va a visitar Londres le pide que queden en algún lugar para charlar un poco. Wells considera esa continuación como una aberración que poco tiene que ver con las intenciones que él tenía al escribir su novela, que ve como una crítica a varios aspectos de la sociedad, así que su idea es criticarlo todo lo posible, por eso acude a una cita que no le apetece nada. Pero desde el principio Serviss le cae bien y la charla que sostienen se vuelve amena e interesante, además de aderezada por buenas cantidades de alcohol. En un momento dado Serviss le habla de una cámara secreta de la que él tiene una llave, una cámara en el Museo Británico en la que el Gobierno guarda cosas que considera que el pueblo todavía no puede conocer. Entre ellas está una nave extraterrestre y el cadáver de su piloto. Muy animados por el alcohol y con un Wells muy intrigado se cuelan en el museo y entran en la cámara, donde podrá ver con sus propios ojos que todo lo que le ha contado Serviss es cierto, allí está lo que este le había dicho, algo inconcebible y que lo deja completamente atónito.

Pero Palma no nos va a dejar con la intriga de la procedencia de estos dos elementos de fuera de la Tierra. De nuevo cambiaremos de época y lugar para que el narrador nos cuente la historia del Annawan, un barco que viaja a la Antártida en una expedición en busca del agujero que puede llevar al centro de la Tierra. Tras un complicado y arduo viaje llegan a las heladas tierras, pero el barco se queda anclado en el hielo y toda la tripulación intenta llevar la situación lo mejor que puede. Será aquí en donde aparezca la nave extraterrestre y su tripulante, en una estremecedora historia con un final trágico.

Y de aquí pasaremos a la tercera historia, que va a mezclar elementos de todas las anteriores y que será de la que menos cuente. El protagonista será Wells y su novela “La guerra de los mundos” en una historia a medio camino entre la originalidad y el homenaje, llena de momentos de acción, humor y amor.

De nuevo varias historias conforman esta nueva novela del autor, todas ellas perfectamente engarzadas y dirigidas con maestría. El mismo narrador más que omnisciente que aparecía en “El mapa del tiempo” nos acompaña ahora casi como un maestro de ceremonias que nos va presentando toda la acción, los personajes, las relaciones entre ellos y todo aquello que el lector quiere saber e incluso algunas cosas que sería mejor que no supiera. Creo que este narrador es uno de los mayores aciertos de la historia, entre director de orquesta y contador de cuentos, ameno y divertido. También en este caso desde el punto de vista de este contador de historias me gustaron mucho todas las nuevas reflexiones que hace sobre el autor de novelas, de su función y su forma de concebir la realidad y todo lo que la rodea. Si en la novela anterior hablaba sobre algunas cosas en esta se centra en el novelista como uno de los integrantes fundamentales de la sociedad en tanto en cuanto tiene como una de sus misiones centrales ayudar a la gente a soñar con sus relatos, a vivir vidas y realidades lejanas a ellos, una maravillosa vía de escape para la realidad cotidiana. Una idea con la que coincido bastante y que creo que es una de las funciones más importantes de la literatura de todos los tiempos.

Ciencia ficción, aventuras a raudales, acción casi continua, mucho y buen humor y también el amor como elementos centrales del relato. La verdad es que tiene de todo y muy bien plasmado sobre el papel. En algunos aspectos me gustó más la anterior, pero en otros esta. Aún siendo parecidas son distintas, coinciden en el tono general del relato, en la forma de contarlo pero tienen suficientes elementos para hacerlas ligeramente distintas, cada una con sus méritos. Comentar cuáles sería decir demasiado y es mucho mejor que sea el lector el que descubra esas diferencias y opine cuál de ellas le gustó más. Sigue teniendo ese aire de novela clásica de aventuras, uniendo perfectamente lo antiguo y lo nuevo, no en vano al principio de la novela la califica de “folletín” como aquellos por entregas tan de moda hace ya muchos años y que casi nacieron en la época en la que transcurre la historia. La fascinación de Palma por Wells es patente, uno de los grandes autores del género y un genio imaginativo y creador. Hace poco leí una biografía suya y descubrí la enorme cantidad de novelas y relatos que escribió, me he dado cuenta de que solo leí sus novelas más conocidas, habrá que ponerle remedio.

Una lectura recomendable para pasar un buen rato en cualquier momento. En algún sitio leí que no era necesario haber leído la anterior para leer esta, siento disentir, para mí es imprescindible haber leído “El mapa del tiempo” antes de ponerse con esta. Ya os digo que hay una serie de personajes con los que volveremos a coincidir en mayor o menor medida en cuanto a su importancia dentro de esta historia, pero tampoco os voy a decir cuáles, tendréis que leerla.

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