“Decidí adoptar a Margueritte. Pronto celebrará sus ochenta y seis años, más vale no esperar demasiado. Los viejos tienen una ligera tendencia a morir.
Así, si le pasa algo, no sé: caerse al suelo en la calle o que le roben el bolso dándole un empujón, ahí estaré. Podría llegar enseguida y separar a la gente del medio y decirles:
¡Vale, venga, ya está, ahora marchaos de aquí!, ya me encargo yo, es mi abuela”
A finales de agosto del año pasado comenté en este blog una película que me había gustado mucho por varias razones. Cuando salí del cine tenía en la cabeza hacerme con la novela en la que se basaba, pero la verdad es que no la encontré y luego fue algo que quedó un poco olvidado. Recientemente llegó a mis manos y no perdí la oportunidad de leerla y, sobre todo, de gozar con esta lectura. Aunque la adaptación cinematográfica es excelente, cosa que no suele ocurrir demasiadas veces, la lectura del libro fue toda una experiencia y, aún conociendo la historia, no dejó de sorprenderme, emocionarme, sonreír y hasta reprimir unas pequeñas lágrimas. En un comentario que alguien me dejó de la película decía que “sensible” era la palabra que mejor la definía, es cierto, pero la cantidad de sensaciones que pueden llegar a conseguir las palabras que nos cuentan la historia no se pueden comprimir en una sola, cualquiera que elijamos se quedaría corta. Hablo de una novedad reciente por parte de la Editorial Galaxia en su colección Costa Oeste, “Tardes con Margueritte”, de Marie-Sabine Roger. También la podéis encontrar en castellano en Duomo Editorial, del año 2009.
Curiosamente me costó bastante encontrar datos biográficos sobre esta autora, muy conocida en su país, pero parece que algo menos fuera de él. Es una mujer nacida en Burdeos (Francia) en 1957. Comienza a escribir a finales de los años 90, dejando su trabajo hasta ese momento como profesora de educación infantil. La mayor parte de su producción son relatos cortos y libros ilustrados para niños, en este apartado podemos hablar de casi cien obras, todas ellas pensadas para este público. La novela que comento hoy la publicó en el año 2009, con el título original de “La tête en friche”, que vendría a ser algo así como “La cabeza en barbecho”, que refleja perfectamente la historia que nos va a contar, luego me explicaré algo más. Prácticamente es su primera obra pensada para unos lectores algo más adultos, luego publicó dos más pensadas para este tipo de lectores que espero que aparezcan en algún momento por aquí, me gustaría leerlas.
Es la historia de Germaine Chazes y la mujer que va a cambiar su vida, Margueritte. Es un hombre que vive en un pueblo francés, no es demasiado inteligente o eso parece, pero lo que realmente le falta es cariño, amor, sentimientos y vivencias que por una serie de razones no tuvo y que va a tener a rías de su encuentro con esta entrañable viejecita que le va a enseñar tal cantidad de cosas que nunca se lo podrá agradecer como se merece. En ningún momento de su vida tuvo a alguien que realmente se encargara de él, que lo dirigiera, que le enseñara todas las cosas que son necesarias para vivir como una persona plena. Su madre, como él dice, nació sin instinto maternal y su relación con ella siempre fue complicada, por decir algo, casi podemos decir que fue una relación inexistente. No conoce a su padre, es fruto de una relación de una noche, cosa que ella le recordará siempre. Nunca fue muy espabilado, en el colegio tampoco nadie tuvo la paciencia suficiente para enseñarle algo. Vive trabajando en lo que puede, siendo blanco de bromas por parte de sus amigos, sobre todo por esa falta de inteligencia que tiene, pero lo que más le falta es inteligencia para captar y desarrollar sus emociones. Va al bar y charla con Marco, Julien o Landremont..., pero eso no es vida. Su madre está en la casa familiar, mientras él vive en una caravana que un antiguo novio dejó allí, incapaz de convivir con ella bajo el mismo techo. Tiene la costumbre de ir al parque e sentarse allí en un banco a contar palomas, a las que hasta les pone nombre para poder identificarlas y distinguirlas. Pero un día, en su banco, encuentra a una mujer mayor y se pone a hablar con ella, es Margueritte; es entonces cuando va a descubrir todo lo que hasta ese momento se perdiera, sobre todo porque nadie quiso encargarse de enseñárselo. Su vida va a cambiar, su forma de ver las cosas también, va a descubrir no solo los libros y las palabras, el diccionario...; el mayor descubrimiento de todos serán los sentimientos, el amor con mayúsculas y una serie de cosas que harán que su vida y sobre todo su forma de ver las cosas que lo rodean cambien radicalmente. Gracias a ella va a pensar en cosas que antes ni se le habían pasado por la cabeza, incluso la relación que mantiene con Anette, una chica del pueblo con la que se ve de vez en cuando, cambiará de tal modo que pasará casi de ser un pobre hombre a medias a un hombre completo.
El título del original francés me parece perfecto, Germaine no es un tonto, no es una persona muy inteligente, pero la falta de atención y de cariño durante todas su vida hace que sea un poco más lento que los demás y sobre todo más directo, menos delicado, con una forma de ver la vida un tanto especial. Su cabeza y su corazón están descansando, esperando, reposando hasta que alguien ponga la semilla para que germine en un terreno perfecto para hacerlo. Cuando Margueritte pone esas cosas en la cabeza y en el corazón de Germaine todo crece y se desarrolla tan rápidamente que todos los que están a su alrededor no pueden creer lo que ven, el gran cambio que se produce en él no solo a un nivel cultural, sino sobre todo desde un punto de vista personal, comportándose de un modo que desconocen y haciendo cosas que muchos no creían que pudiese hacer, pensar o decir.
Ya dije en su momento que la película me pareció espléndida, llena de sentimientos y sensibilidad sin caer para mí en ningún momento en tópicos ni en intentar conseguir la lágrima fácil. Ahora que leí la novela creo que es una más que buena adaptación del texto escrito, la idea central está presente en la cinta y el desarrollo de la misma sigue bastante bien la historia que leemos. Solo le voy a encontrar un par de carencias, que no defectos, porque siempre tenemos que tener claro, por lo menos yo, que una cosa es la novela, la palabra escrita y otra la película, lo visual; no es sencillo muchas veces llevar las palabras a la imagen. La novela refleja perfectamente como Germaine descubre las palabras y su significado, que es lo que más llama la atención en la película, pero es maravilloso leer los significados en el papel de las palabras que Germaine desconoce y que va metiendo en sus diálogos diarios. Una de las primeras cosas que Margueritte le regala es un diccionario, así en el texto cuando aparece una palabra que no conocía, vamos a leer también su definición, como dejando claro que a partir de ese momento va a saber usarla. En la cinta parece que todo el proceso de cambio de Germaine es gracias a las palabras y la lectura, y otras cosas quedan un poco más diluidas en el argumento. En la novela esto también es fundamental, pero el cambio del protagonista viene sobre todo por cómo lo trata Margueritte, por cómo habla con él, por la paciencia que tiene. Lo fundamental es eso, que habla con él, intenta entenderlo, comprenderlo y enseñarle cosas que hasta ese momento no conocía. Le descubre el mundo y los sentimientos por la gente, por las cosas, por los actos, por todo lo que está a su alrededor y, sobre todo, que él también es una persona como las demás, que puede hacer lo mismo y que puede ser incluso mejor que muchos de los que le rodean. No va a hacer de él una buena persona, porque eso es algo que ya estaba en él, pero ella sabrá cómo sacar todo lo que Germaine tiene dentro, que es mucho. Lo mejor de la novela es ir leyendo cómo se va produciendo ese cambio, porque además es algo perceptible a medida que uno lee, la forma de redactar, de pensar del protagonista va cambiando a medida que avanza el texto, genial.
Se nota que es una autora que escribió mucho para niños. La forma de plasmar todos esos sentimientos y sensaciones es fantástica. Hay líneas y líneas que merecen la pena, que quedarán grabadas en la mente de lector y recordará más adelante. El modo de hablar y de comportarse de Germaine va cambiando y el lector asiste a ese proceso de cambio, de germinación, casi de nacimiento de un hombre que pasó de pasmar por el mundo a formar parte activa de él. Está escrito con una delicadeza casi magistral, con un lenguaje y unas imágenes que llaman la atención y que harán que más de una vez una sonrisa asome a nuestros labios, y en otras ocasiones la emoción será también grande, haciendo que una pequeña lágrima, normalmente de felicidad, aparezca también. Los dos personajes centrales tienen tantas cosas dentro de sí mismos que es imposible que el lector no se sienta a gusto con ellos y desee que todo salga bien para ambos.
No quiero hacer una comparación, nada más lejos de mi intención y diré que ambas merecen mucho la pena, es más, si uno ya vio la película debería leer la novela, y viceversa. Y si no hicisteis ninguna de las dos cosas, animaos, estoy seguro de que no os va a decepcionar e incluso podréis aprender algunas cosas sobre vosotros y los que os rodean, igual que Germaine. Y pienso también que no solo es recomendable para lectores adultos, queda anotada como una posibilidad de lectura para el curso siguiente, pienso que alguno de mis grupos va a leerla.
Así, si le pasa algo, no sé: caerse al suelo en la calle o que le roben el bolso dándole un empujón, ahí estaré. Podría llegar enseguida y separar a la gente del medio y decirles:
¡Vale, venga, ya está, ahora marchaos de aquí!, ya me encargo yo, es mi abuela”
A finales de agosto del año pasado comenté en este blog una película que me había gustado mucho por varias razones. Cuando salí del cine tenía en la cabeza hacerme con la novela en la que se basaba, pero la verdad es que no la encontré y luego fue algo que quedó un poco olvidado. Recientemente llegó a mis manos y no perdí la oportunidad de leerla y, sobre todo, de gozar con esta lectura. Aunque la adaptación cinematográfica es excelente, cosa que no suele ocurrir demasiadas veces, la lectura del libro fue toda una experiencia y, aún conociendo la historia, no dejó de sorprenderme, emocionarme, sonreír y hasta reprimir unas pequeñas lágrimas. En un comentario que alguien me dejó de la película decía que “sensible” era la palabra que mejor la definía, es cierto, pero la cantidad de sensaciones que pueden llegar a conseguir las palabras que nos cuentan la historia no se pueden comprimir en una sola, cualquiera que elijamos se quedaría corta. Hablo de una novedad reciente por parte de la Editorial Galaxia en su colección Costa Oeste, “Tardes con Margueritte”, de Marie-Sabine Roger. También la podéis encontrar en castellano en Duomo Editorial, del año 2009.
Curiosamente me costó bastante encontrar datos biográficos sobre esta autora, muy conocida en su país, pero parece que algo menos fuera de él. Es una mujer nacida en Burdeos (Francia) en 1957. Comienza a escribir a finales de los años 90, dejando su trabajo hasta ese momento como profesora de educación infantil. La mayor parte de su producción son relatos cortos y libros ilustrados para niños, en este apartado podemos hablar de casi cien obras, todas ellas pensadas para este público. La novela que comento hoy la publicó en el año 2009, con el título original de “La tête en friche”, que vendría a ser algo así como “La cabeza en barbecho”, que refleja perfectamente la historia que nos va a contar, luego me explicaré algo más. Prácticamente es su primera obra pensada para unos lectores algo más adultos, luego publicó dos más pensadas para este tipo de lectores que espero que aparezcan en algún momento por aquí, me gustaría leerlas.
Es la historia de Germaine Chazes y la mujer que va a cambiar su vida, Margueritte. Es un hombre que vive en un pueblo francés, no es demasiado inteligente o eso parece, pero lo que realmente le falta es cariño, amor, sentimientos y vivencias que por una serie de razones no tuvo y que va a tener a rías de su encuentro con esta entrañable viejecita que le va a enseñar tal cantidad de cosas que nunca se lo podrá agradecer como se merece. En ningún momento de su vida tuvo a alguien que realmente se encargara de él, que lo dirigiera, que le enseñara todas las cosas que son necesarias para vivir como una persona plena. Su madre, como él dice, nació sin instinto maternal y su relación con ella siempre fue complicada, por decir algo, casi podemos decir que fue una relación inexistente. No conoce a su padre, es fruto de una relación de una noche, cosa que ella le recordará siempre. Nunca fue muy espabilado, en el colegio tampoco nadie tuvo la paciencia suficiente para enseñarle algo. Vive trabajando en lo que puede, siendo blanco de bromas por parte de sus amigos, sobre todo por esa falta de inteligencia que tiene, pero lo que más le falta es inteligencia para captar y desarrollar sus emociones. Va al bar y charla con Marco, Julien o Landremont..., pero eso no es vida. Su madre está en la casa familiar, mientras él vive en una caravana que un antiguo novio dejó allí, incapaz de convivir con ella bajo el mismo techo. Tiene la costumbre de ir al parque e sentarse allí en un banco a contar palomas, a las que hasta les pone nombre para poder identificarlas y distinguirlas. Pero un día, en su banco, encuentra a una mujer mayor y se pone a hablar con ella, es Margueritte; es entonces cuando va a descubrir todo lo que hasta ese momento se perdiera, sobre todo porque nadie quiso encargarse de enseñárselo. Su vida va a cambiar, su forma de ver las cosas también, va a descubrir no solo los libros y las palabras, el diccionario...; el mayor descubrimiento de todos serán los sentimientos, el amor con mayúsculas y una serie de cosas que harán que su vida y sobre todo su forma de ver las cosas que lo rodean cambien radicalmente. Gracias a ella va a pensar en cosas que antes ni se le habían pasado por la cabeza, incluso la relación que mantiene con Anette, una chica del pueblo con la que se ve de vez en cuando, cambiará de tal modo que pasará casi de ser un pobre hombre a medias a un hombre completo.
El título del original francés me parece perfecto, Germaine no es un tonto, no es una persona muy inteligente, pero la falta de atención y de cariño durante todas su vida hace que sea un poco más lento que los demás y sobre todo más directo, menos delicado, con una forma de ver la vida un tanto especial. Su cabeza y su corazón están descansando, esperando, reposando hasta que alguien ponga la semilla para que germine en un terreno perfecto para hacerlo. Cuando Margueritte pone esas cosas en la cabeza y en el corazón de Germaine todo crece y se desarrolla tan rápidamente que todos los que están a su alrededor no pueden creer lo que ven, el gran cambio que se produce en él no solo a un nivel cultural, sino sobre todo desde un punto de vista personal, comportándose de un modo que desconocen y haciendo cosas que muchos no creían que pudiese hacer, pensar o decir.
Ya dije en su momento que la película me pareció espléndida, llena de sentimientos y sensibilidad sin caer para mí en ningún momento en tópicos ni en intentar conseguir la lágrima fácil. Ahora que leí la novela creo que es una más que buena adaptación del texto escrito, la idea central está presente en la cinta y el desarrollo de la misma sigue bastante bien la historia que leemos. Solo le voy a encontrar un par de carencias, que no defectos, porque siempre tenemos que tener claro, por lo menos yo, que una cosa es la novela, la palabra escrita y otra la película, lo visual; no es sencillo muchas veces llevar las palabras a la imagen. La novela refleja perfectamente como Germaine descubre las palabras y su significado, que es lo que más llama la atención en la película, pero es maravilloso leer los significados en el papel de las palabras que Germaine desconoce y que va metiendo en sus diálogos diarios. Una de las primeras cosas que Margueritte le regala es un diccionario, así en el texto cuando aparece una palabra que no conocía, vamos a leer también su definición, como dejando claro que a partir de ese momento va a saber usarla. En la cinta parece que todo el proceso de cambio de Germaine es gracias a las palabras y la lectura, y otras cosas quedan un poco más diluidas en el argumento. En la novela esto también es fundamental, pero el cambio del protagonista viene sobre todo por cómo lo trata Margueritte, por cómo habla con él, por la paciencia que tiene. Lo fundamental es eso, que habla con él, intenta entenderlo, comprenderlo y enseñarle cosas que hasta ese momento no conocía. Le descubre el mundo y los sentimientos por la gente, por las cosas, por los actos, por todo lo que está a su alrededor y, sobre todo, que él también es una persona como las demás, que puede hacer lo mismo y que puede ser incluso mejor que muchos de los que le rodean. No va a hacer de él una buena persona, porque eso es algo que ya estaba en él, pero ella sabrá cómo sacar todo lo que Germaine tiene dentro, que es mucho. Lo mejor de la novela es ir leyendo cómo se va produciendo ese cambio, porque además es algo perceptible a medida que uno lee, la forma de redactar, de pensar del protagonista va cambiando a medida que avanza el texto, genial.
Se nota que es una autora que escribió mucho para niños. La forma de plasmar todos esos sentimientos y sensaciones es fantástica. Hay líneas y líneas que merecen la pena, que quedarán grabadas en la mente de lector y recordará más adelante. El modo de hablar y de comportarse de Germaine va cambiando y el lector asiste a ese proceso de cambio, de germinación, casi de nacimiento de un hombre que pasó de pasmar por el mundo a formar parte activa de él. Está escrito con una delicadeza casi magistral, con un lenguaje y unas imágenes que llaman la atención y que harán que más de una vez una sonrisa asome a nuestros labios, y en otras ocasiones la emoción será también grande, haciendo que una pequeña lágrima, normalmente de felicidad, aparezca también. Los dos personajes centrales tienen tantas cosas dentro de sí mismos que es imposible que el lector no se sienta a gusto con ellos y desee que todo salga bien para ambos.
No quiero hacer una comparación, nada más lejos de mi intención y diré que ambas merecen mucho la pena, es más, si uno ya vio la película debería leer la novela, y viceversa. Y si no hicisteis ninguna de las dos cosas, animaos, estoy seguro de que no os va a decepcionar e incluso podréis aprender algunas cosas sobre vosotros y los que os rodean, igual que Germaine. Y pienso también que no solo es recomendable para lectores adultos, queda anotada como una posibilidad de lectura para el curso siguiente, pienso que alguno de mis grupos va a leerla.
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