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miércoles, 4 de mayo de 2011

"Thor"


Siempre me gustó leer tebeos y cómics, cuando era más joven siempre tenía uno a mano, compartiéndolo, eso sí, con algún libro, que en la variedad está el gusto. Llegado cierto momento mis gustos se inclinaron por los superhéroes y creo que leía casi todo lo que salía del género, no voy a listarlos aquí porque sería demasiado largo, pero pienso que de los que había en aquel momento no hubo uno que no leyera. Ahora los leo menos, la verdad, no por ninguna razón en concreto, sobre todo por una cuestión de tiempo, porque me siguen gustando. Desde hace unos años muchos de estos personajes ya clásicos se están pasando al cine, en general con adaptaciones decentes, unas mejores que otras, unas más entretenidas, pero la verdad es que no perdono una. De momento me gustaron prácticamente todas y alguna ya apareció comentada por aquí. Viene esta introducción al comentario de la última película que vimos en el cine, estrenada recientemente, y a la que le tenía ganas, la verdad, y no me decepcionó en absoluto, “Thor”.

Cuando hacen estas adaptaciones siempre me entra un poco de miedo. La razón es que muchos de los directores o guionistas pretenden convertir un género de entretenimiento en un cine profundo, serio, como si quisieran darle trascendencia e importancia a los personajes para hacerlos algo más “serios”. Yo creo que en este tipo de cine debe primar el entretenimiento, la espectacularidad y la acción, aderezada con algunos momentos de humor leve, no nos olvidemos de que son cómics, nada más y nada menos. También es cierto que los originales en papel en algunas ocasiones también se han convertido en eso (en mi juventud no eran así), con disquisiciones morales sobre la responsabilidad del héroe, su alma torturada por no poder llevar en muchas cosas una vida normal y todo ese tipo de elementos casi filosóficos. Esta línea ya no me gusta tanto, pero qué le vamos a hacer. Claro que el personaje de esta cinta, Thor, tiene casi implícito un carácter serio, no deja de ser el hijo del dios Odín y no un mutante cualquiera. La verdad es que no era uno de mis favoritos, quizá porque era demasiado serio y formal, pero también era de los que leía bastante. Además en aquel momento una de las cosas que más quería en este mundo eran o el escudo del Capitán América o Mjolnir, el martillo de Thor, que eran ambos una pasada...

Creo que es de los pocos superhéroes que yo considero clásicos que faltaban en la gran pantalla (junto con el Capitán América, pero creo que tiene ya estreno en salas en breve). Cuando leí que la película la iba a dirigir Kenneth Branagh la verdad es que me entró un poco de miedo. Es un actor y director que me gusta mucho, aunque hace algún tiempo que no se sabía demasiado de él. Especializado desde sus principios en interpretar o dirigir adaptaciones de Shakespeare, siempre con muy buenos resultados. No tenía ninguna duda de su capacidad, pero lo que me daba miedo está relacionado con lo que comentaba un poco más arriba, con la idea de que quisiera convertirla en algo demasiado serio y trascendental. Está claro que tener ideas preconcebidas es malo, porque en este caso me equivoqué. La verdad es que, dentro del género, me pareció una de las mejores adaptaciones que he visto hasta el momento, sobre todo porque conjuga perfectamente la seriedad de la historia con los dioses y todo eso con ciertos momentos cómicos (casi todos esperables dentro de la historia pero que resultan divertidos y rompen un poco con la seriedad de la historia) bien introducidos. Se nota su mano y en una entrevista que leí hace poco le preguntaban si no pensaba que dirigir una película de este género no era como rebajarse un poco, a lo que él contestaba que por supuesto que no (también, qué iba a decir, que sí...), que hasta en una historia como esa había elementos que podían recordar los dramas y las obras de Shakespeare que tanto le gustan, y es cierto, hasta tiene un cierto tono de obra clásica en muchos momentos.

La historia no es nada complicada, por supuesto. Como en todos los casos esta primera (porque se supone que habrá más, aunque solo sea la aparición del personaje en la película de “Los vengadores”) es una especie de presentación del personaje de Thor, de sus capacidades, carácter y de cómo llega a la Tierra, porque es hijo de un dios; en este caso no es un héroe resultado de una mutación, de una explosión de rayos solares o rayos gamma o cualquiera de las explicaciones habituales de los cómics. Thor y Loki son los dos hijos de Odín y viven en Asgard, uno de los siete reinos que están bajo su mando y protección, entre los que también se encuentra la Tierra. Los gigantes del hielo son los grandes enemigos del reino, con los que ahora están en paz, pero con los que lucharon encarnizadamente hace tiempo. Odín ya está algo mayor y Thor será su sucesor, pero en plena coronación de este como rey aparecen varios gigantes del hielo para intentar robar la reliquia que les da su mayor poder. Los invasores son eliminados, pero la coronación se interrumpe. Thor es un hombre con fuerte carácter, siempre con ganas de luchar y sobre todo de acabar con esos enemigos lo más pronto posible. Odín piensa todo lo contrario y su objetivo es mantener la paz, por lo que se ve obligado a frenar a su hijo en su sed de venganza y lucha. Pero Thor no le hace caso y viaja a través del Puente del Arco Iris al reino de los gigantes para pedir explicaciones por esa imprevista invasión acompañado de cuatro de sus mejores amigos y de su hermano Loki. La batalla comienza, pero aparece Odín e interrumpe la lucha. Ya en Asgard Thor es condenado al destierro por desobedecer una orden directa de su padre, y por ello es enviado a la Tierra sin poderes divinos y sin Mjolnir, el martillo forjado a partir de una estrella caída y que acrecienta su poder. Tendrá que quedarse en ella hasta que sea digno de empuñar de nuevo el martillo y ser perdonado por su padre. En la Tierra se encontrará con una serie de personajes que le ayudarán, sobre todo con la investigadora Jane Foster y sus amigos.

No olvidemos el tipo de cine que estoy comentando. Desde ese punto de vista me pareció una buena película, muy bien hecha, muy entretenida y muy espectacular. Las casi dos horas que dura se me pasaron con bastante rapidez, lo que es siempre buena señal, pero ya aclaré que soy fan incondicional de este tipo de cine. La historia transcurre en dos mundos, una parte en Asgard y la otra en la Tierra. La parte terrestre es más suave, entretenida y ligera en todos los sentidos y cumple perfectamente ese papel. La que transcurre en Asgard es espectacular, el diseño de casi todo es impresionante y ya sé que ahora con la tecnología digital se pueden hacer maravillas, pero no deja de asombrarme y sorprenderme. Tiene momentos realmente buenos e incluso originales teniendo en cuenta todo lo que podamos haber visto en otras películas. Queda muy clara la diferencia entre el mundo de los dioses y el de los hombres, dos mundos completamente distintos. En el de los dioses prima la formalidad y la imaginación, hasta las formas de hablar y de comportarse son diferentes con respecto a la Tierra. Mientras el reino de los gigantes de hielo es un lugar frío, oscuro y tenebroso, no en vano son los personajes malvados de la historia.

En cuanto a los actores, frente a otras adaptaciones, en este caso para el papel protagonista eligieron a un actor prácticamente desconocido, pero que creo que recrea perfectamente al personaje. Mantiene bastante bien la idea de seriedad del hijo de un dios cuando está en Asgard y ese aire de estar como un pulpo en un garaje cuando se encuentra en la Tierra, con un físico de esos que impresionan. Con el traje, la capa roja y el martillo en sus manos me parecía estar viendo la portada de infinidad de cómics que pasaron por mis manos. Se llama Chris Hemsworth, y en plan cotilleo es la actual pareja de Elsa Pataky. Además de este suelen siempre aparecer en este tipo de películas una serie de actores más conocidos, quizá para darle también un cierto aire de producción seria. En este caso tenemos a la última ganadora del Óscar a la mejor actriz por “Cisne negro”, Natalie Portman, interpretando a Jane Foster, la investigadora que se encontrará sin quererlo con Thor y todo lo que él trae consigo. El papel de Odín se lo dieron a Anthony Hopkins, uno de mis actores favoritos y que aquí mantiene la imagen de todopoderoso, de padre férreo y duro, pero que al mismo tiempo sabe que está haciendo lo mejor por su hijo. Y junto a ellos otros actores más o menos conocidos, pero todos están bastante bien.

Cine de entretenimiento puro y duro, pero muy bien hecho, por encima de muchas otras producciones que buscan estos mismos objetivos. Me gustó mucho, lo reconozco, pero también que soy un fan casi incondicional de este tipo de personajes y de cine. Para los aficionados a los superhéroes es imprescindible, no creo que ninguno la deje pasar y estoy casi seguro de que les va a gustar. No es necesario conocer al personaje o ser aficionado a estos héroes para poder disfrutar de la historia, estoy casi seguro que si vais a verla podréis pasar un buen rato, mucho mejor que con otras cosas que andan por la cartelera últimamente. Recomendable y creo que añadiría que debe verse en cine, porque en la pantalla del televisor se van a perder muchas escenas espectaculares, por mencionar solo una por ejemplo, la cabalgada por el Puente del Arco Iris, pero podría mencionar varias más. Impresionante la imagen del personaje de Heimdall, el guardián del puente. Si este fin de semana queréis ir al cine, pasar un buen rato y no tenéis claro por qué optar id a ver esta, creo que no os va a decepcionar.

Nota: y si vais no os marchéis de la sala hasta que terminen todos los títulos de crédito, como en todas estas dejan par después una pequeña escena final como un adelanto de lo que va a venir en la siguiente o siguientes películas. Se hace un poco pesado porque es una buena espera, pero los que fueran a ver las anteriores ya saben que esto pasa siempre.

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