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lunes, 23 de mayo de 2011

"Noah Barleywater escapa da casa", de John Boyne


“Allí había colores que nunca antes había visto; colores que ni siquiera sabría nombrar. A mano izquierda había un reloj de madera que estaba pintado no de verde exactamente, sino de un color que querría ser verde si tuviera alguna imaginación. Y por allá, al lado del lapicero, había un juego de tablero cuyo color predominante no era el rojo, sino otro color que haría que el rojo tuviese envidia y se ruborizase de vergüenza ante su propio aspecto triste. Y las letritas de madera, en fin, alguien diría que estaban pintadas de amarillo y azul, pero solo lo dirían sabiendo que unas palabras tan simples serían un horrible insulto para los colores de aquellas letras”.

Este es un fragmento del librito que voy a comentar hoy, uno de los muchos que podría escoger por su originalidad a la hora de jugar con las palabras, por la capacidad que tiene para en unas pocas letras transmitir tantas cosas, por su sensibilidad, por muchas cosas... Está extraído de la última novela de John Boyne, “Noah Barleywater escapa de casa”, editada en gallego por FaktoriaK como una auténtica primicia, ya que aparece antes en gallego que en castellano, una nueva felicitación para esta editorial gallega siempre preocupada por ofrecer productos interesantes y atrayentes para los lectores gallegos. Por cierto, traducida esta lengua por Carlos Acevedo. Es evidente que hablamos de una novedad reciente salida al mercado editorial este mismo mes de mayo.

John Boyne es un autor que ya apareció por aquí en dos ocasiones, así que la reseña biográfica ya la hice en el primero de esos comentarios, por eso no la voy a repetir. En el comentario de “El motín de la County” ya aparecía el título de esta de hoy, que hasta el momento es su última novela. Como siempre pienso que tiene una sensibilidad especial a la hora de escribir, una forma de redactar que sabe transmitir sentimientos de un modo mucho mejor que otros muchos autores, provocando siempre en el lector un montón de sensaciones de muy diversos tipos. En este caso pasaremos por momentos de gran alegría, de profunda tristeza, risas, caras de sorpresa..., muchas cosas contenidas en poco más de doscientas páginas, que no está nada mal. Otra cosa que me sorprende de este autor es la forma que tiene de tratar a los niños en sus libros. Siempre recuerdo una frase del famoso director de cine, Alfred Hitchcock creo, que decía que se negaba a trabajar con niños y animales, porque era la cosa más complicada e imprevisible que había. Boyen convierte a niños en protagonistas de sus historias y consigue siempre reflejar niños reales, sin caer en demasiados tópicos, sin hacerlos demasiado listos ni demasiado repipis ni tontos, no, son niños casi de verdad que hablan com lo haría un niño a nuestro alrededor cualquier día; tampoco son superniños que son capaces de salir de cualquier problema, y aún metiéndolos en mundos de fantasía como esta novela de hoy, parecen de carne y hueso.

La historia es sencilla, pero no por eso poco compleja. Noah Barleywater, el protagonista, es un niño de ocho años que decide escaparse de casa. Su objetivo es tener alguna aventura y hacer algo importante en su vida. Así un día, muy de mañana, sale de su casa, dejando atrás a sus padres y emprende un camino que va a estar lleno de sorpresas y algunas dificultades. Piensa que a sus ocho años de vida ya tendría que haber hecho algo más, ya que hizo una lista de sus logros, que se reducen a cinco, lo que le parece muy poco para “tantos años”. Al fin, leyó catorce libros enteros, ganó una medalla de bronce en una carrera de quinientos metros, sabe cuál es la capital de Portugal, es el séptimo más listo de la clase y es un fenómeno con la ortografía. Esos cinco puntos le parecen demasiado poco, así que esa mañana sale de casa en busca de aventuras, echando solo una pequeña mirada hacia atrás para ver por última vez su casa y la chimenea echando humo. Pero cuando sale de ese mundo “normal” y emprende su camino va a entrar en otro mundo completamente distinto, donde todo cobra vida y nada es lo que parece. Su viaje va a tener lugar por tres pueblos, aunque en el que pasará más tiempo será en el tercero. Pero ya al principio empezará a ver cosas que no tienen nada que ver con su realidad. Árboles que se mueven solos, noticias que aparecen en los diarios al momento de producirse, perros salchicha que hablan o burros con un hambre incontrolable. En el tercer pueblo encuentra una juguetería y en ella a un viejecito que será con el que pase más tiempo. Noah le contará algunas cosas de su vida y de su madre, el centro de su mundo, al jugueteo y el viejo le contará a Noah buena parte de las que él pasó en su larga vida. Este será el núcleo de la historia, y no voy a desvelar más, tendréis que leerla.

A mí me encantó la historia, tanto por cómo está contada (de un modo fascinante) como por las cosas que cuenta y lo que hará pensar al lector. No tengo claro si es una novela infantil, juvenil o para adultos o si es las tres cosas a la vez. Dependiendo del lector tendremos una lectura distinta, adecuada, pienso yo, para cualquiera de los tres grupos de edad. Un niño tendrá delante una historia mágica donde todo cobra vida y tiene algo que decir. Los jóvenes podrán profundizar un poco más en muchos aspectos y pienso que podrá hacerles reflexionar sobre varios temas y les dará más de un consejo y orientación para algunas cosas de la vida. Peor también pienso que quien podrá sacarle todo el contenido a la historia será un lector adulto, que no pasa nada por leer cosas fantásticas y aparentemente sencillas, porque de sencillo no tiene casi nada aunque lo parezca. Un lector de cierta edad podrá comprender perfectamente la historia, con sorpresas que no quiero ni debo desvelar, pero seguro que cuando la terminéis una sonrisa a medio camino entre la sorpresa y la satisfacción quedará en el rostro del lector. Además conseguirá que muchos lectores hagan un viaje a su juventud y a las lecturas que hicieron en aquel momento. Con esto no quiero decir, tengo que avisarlo antes, que sea una copia de nada, sino que las sensaciones y sentimientos que me provocó la lectura me recordaron a muchos de los que hace tiempo que no tenía con un libro, aquellos que aparecían hace años cuando leía novelas de autores como Michael Ende, “Alicia en el país de las maravillas” y muchos de los cuentos de nuestra infancia. Tiene tanto de ellos como de originalidad, por eso digo que en ningún momento quiero que se extraiga de este comentario que hablo de imitación o inspiración en esas novelas de hace tantos años, no, hablo de sentimientos, de las sensaciones que tenía en aquella época y que esta lectura de Boyne me trajo de nuevo, la verdad es que fue genial.

Disfruté mucho de esta lectura y queda entre los libros que volveré a leer en algún momento y de los que recomendaré a mucha gente, tanto a los que tengan hijos e hijas como a los que no, creo que todo el que se considere un buen lector debería sacar un ratito para leer esta novela, que tiene mucho más contenido que páginas. Como muchos sabéis me dedico a la enseñanza dentro de las materias de letras, cada año llegan a nosotros las editoriales con las novedades para que nuestros alumnos y alumnas lean. La mayor parte de ellas, subjetivamente hablando, no me gustan demasiado, son excesivamente sencillas y simples, aunque siempre hay alguna excepción, pero de verdad que en muchas ocasiones es complicado elegir algo que realmente merezca la pena. Esta de hoy podría ser de las más que recomendables para cualquiera de los grupos, casi seguro que les iba a gustar a todos y daría pie para muchas reflexiones, debates y conversaciones sobre la vida de Noah Barleywater y su huida de casa, las razones que lo van a llevar a esto tendréis que descubrirlas por vosotros mismos con la lectura de sus aventuras y desventuras.

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