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martes, 10 de mayo de 2011

"El factor humano", de John Carlin / "Invictus"



La relación entre el cine y la literatura siempre fue y será muy estrecha, muchas películas parten de novelas, con resultados desiguales en ocasiones, pero muchas veces interesantes. Esto viene porque hoy voy a comentar un dos en uno, una película y la novela en la que se basó la misma, aunque ya adelanto que la película se centra en los hechos que forman el núcleo de la novela y no en toda ella, porque sería realmente complicado. La película es “Invictus”, sé que no es reciente y aún siendo un fan incondicional de Clint Eastwood, en su momento no pude verla en el cine, así que la vi hace poco en casa, me encantó. La novela en la que se basa es “El factor humano”, del periodista John Carlin, que también acabo de leer recientemente, y que también me gustó mucho. Tras estas dos experiencias creo que si hoy por hoy me hacen la típica pregunta de a qué personaje famoso me gustaría conocer no dudaría en la respuesta, Nelson Mandela, tiene que ser una experiencia inolvidable e impactante, la verdad.

No voy a comparar en absoluto novela y película, no creo que sea lo mejor que se puede hacer. La cinta parte de los hechos fundamentales de la novela, pero esta es mucho más compleja y extensa, mientras que la película se centra en el tema del rugby y Mandela como la forma de unir de nuevo a una nación dividida y enfrentada por muchos sitios. La novela es una crónica de una época histórica realmente dura y en ese sentido la historia de todo ese proceso que pasó Sudáfrica durante la estancia en la cárcel de Mandela y su posterior liberación y llegada al poder es mucho más interesante y aclaratorio que la historia que escogió Eastwood y su manera de contarla. Creo que en esta ocasión ambos productos merecen la pena y deberían de leerse con poca distancia en el tiempo, cada uno que elija qué prefiere antes, la letra escrita o la imagen.

John Carlin es, fundamentalmente, periodista. Nació en Londres en 1956, hijo de padre escocés y madre española. Estudio en la Universidad de Oxford Lengua y Literatura Inglesa, pero desde siempre mostró una fuerte inclinación por el periodismo. Su carrera como tal comenzó en 1981 trabajando para el “Buenos Aires Herald” y, posteriormente, fue corresponsal en países como México, El Salvador, Sudáfrica y Estados Unidos; trabajando para la BBC, “The Times”... Ganó el Premio Ortega y Gasset de periodismo en el año 2000. Entre sus obras podemos destacar “Heroica tierra cruel” (2004) donde reúne crónicas y reportajes realizados durante su estancia en Sudáfrica o “Los ángeles blancos” (sobre el Real Madrid de fútbol y sus jugadores). Vive en España desde 1998, trabajando para el diario “El País” y colabora habitualmente con “The Observer” o “The New York Times”. “El factor humano”, publicada en el año 2008 en más de quince países con gran éxito, tanto de crítica como de público, ya que permaneció durante bastante tiempo en las listas de los más vendidos. En ella va a reflejar, entre otras cosas, todo su trabajo en los años que estuvo de corresponsal en Sudáfrica, entre los años 1989 y 1995. Como curiosidad comentar que en el año 1997 escribió un artículo titulado “Adiós a las armas” sobre la guerra de información e internet, que iba a ser convertido en un guión cinematográfico, suspendido tras el ataque a las Torres Gemelas. Años después este artículo fue la base de “Jungla de Cristal 4”, la película de la conocida saga de acción protagonizada por Bruce Willis. De todos modos el propio Carlin reconoce solo una cierta fidelidad a su artículo en esta cinta.

El título original de esta novela es “Playing the enemy: Nelson Mandela and the game that made a nation” que vendría a ser algo así como “Jugando con el enemigo: Nelson Mandela y el juego que construyó una nación”, simplificado en su edición española simplemente como “El factor humano”.  Para escribirlo partió no solo de su experiencia como corresponsal en ese país durante seis años, sino también en una serie de entrevistas que hizo entre el año 2000 y el 2007 a casi todos los protagonistas políticos y deportivos de la historia en esos años. Así vamos a tener conocimiento de todo lo que pasó antes, durante y después de la estancia en la cárcel de Mandela. Todos los movimientos políticos, sociales, militares y deportivos de esos años vistos desde todos los ángulos y perspectivas de los grupos de la época. El apartheid en Sudáfrica fue algo tremendo y que podría haber derivado en una auténtica y cruenta guerra civil que podría durar hasta hoy, pero en el medio apareció la figura de Nelson Mandela, preocupado solo por encontrar vías de convivencia pacífica en su país para terminar de una vez por todas con las injusticias. Veremos como, en 1985 Mandela sale de la cárcel con una idea central en la cabeza, conquistar a todos en su red de perdón y de paz, de olvido, de un nuevo comienzo sin tener en cuenta nada de lo sucedido antes. Él era uno de los muchos que podría tener en la cabeza una revolución violenta, una guerra contra los que los habían oprimido durante años, maltratado, segregado y tratado como si fueran auténticos animales. El problema es que no tenía que convencer solo a los que se oponían a él, sino a sus propios compañeros de raza, ya que muchos de ellos querían una auténtica venganza contra los blancos, una venganza contra años de violencia, de asesinatos, de opresión brutal. Lo bueno es que todos tenían miedo, fueran blancos o negros y Mandela tenía que convencer a todos, con los muy distintos bandos que había en cada lado, de que había que olvidarlo todo y partir de cero. Una de las cosas que uso para conseguir ese objetivo fue el rugby y el equipo nacional sudafricano, integrado casi exclusivamente por blancos y que la población autóctona de Sudáfrica no consideraba como nada suyo. Es más, cuando jugaban contra equipos de otros países animaban a los rivales y no al equipo sudafricano. Pero esa fue otra de sus conquistas, con mucha sabiduría, paciencia, control y perdón consiguió algo que parecía imposible, una transición pacífica hacia una situación de una cierta convivencia tras años y años de enfrentamientos. Sabía que tenía que conseguir que se unieran buscando un elemento emocional y lo encontró en el deporte, consiguiendo su objetivo. De todos modos la novela de Carlin no está centrada en estos hechos, sino que aparecen muchos más. Vamos a conocer perfectamente la situación antes de este milagro, todo lo que pasó mientras Mandela estaba en la cárcel y los abusos y la violencia eran continuos y todo lo que pasó tras su salida de la cárcel y su nombramiento como presidente.

Decir que no es exactamente una novela, es más una crónica narrada por el autor partiendo de sus propias experiencias y de las entrevistas que mantuvo con muchos de los implicados en ese momento histórico y en todo lo que pasó. Desde ese punto de vista es una narración, sin diálogos, un poco seca y concisa a veces pero siempre interesante y apasionante. La cantidad de personajes es muy grande, porque muchos fueron los que desde varios sitios, momentos y puntos de vista intervinieron en toda esta historia. Veremos como Mandela, de una manera u otra, fue conquistándolos a todos con su magnetismo, su calma y su capacidad para hacer que la gente viera las cosas de una manera completamente distinta a la que tenían originalmente. A mí me pareció un relato muy interesante, ameno en muchos momentos y muy emocionante en otros. La conclusión que puedo sacar es que es una pena que solo haya un Mandela, porque con algunos más como él muchas situaciones internacionales podrían terminar de una manera mucho mejor para todos.

En cuanto a la película de Eastwood está centrada solamente en la parte en la que Mandela usa el rugby y el Campeonato del Mundo como una forma de conseguir su objetivo, unir a todos. En ese sentido es mucho más simple que la novela de Carlin, ya que sería imposible abarcar todo lo que el autor nos cuenta. Me pareció una película magnífica, con esa habitual calma y sensibilidad de Clint Eastwood, con esas tomas habituales en él y el piano sonando de fondo en muchas escenas. La interpretación de Morgan Freeman es impresionante, clavando al verdadero Mandela en todos los sentidos, un actor que siempre me puede sorprender y con tal cantidad de registros que hace de él uno de los imprescindibles. Matt Damon da vida al capitán de los Springboks, François Pienaar, muy bien también en el papel de ese hombre sobre el que recae la responsabilidad de llevar al equipo a la victoria, sabiendo que esos partidos son mucho más que un mero juego, ya que Mandela se encarga de hacerle saber lo que puede conseguir. Me pareció una película estupenda, con un montón de escenas que se te quedan grabadas, de esas que luego dan para hablar y hablar sobre una escena, un momento, una frase o un diálogo. De todos modos me quedo con un par de escenas casi al final que resumen casi todo con esa maestría y simplicidad de las que en este momento solo parece capaz este director. Mientras se celebra el partido un niño negro ronda un coche con dos policías blancos mientras recoge botellas. En un primer momento los policías lo echan de malos modos, pero a medida que avanza el partido se va acercando poco a poco a ellos, son escenas de unos segundos pero que marcan un momento, hasta que al final acaba sentado en el capó del coche, escuchando el partido con ellos y celebrándolo al final, me pareció realmente genial.

Podría extenderme más, pero creo que ya ha sido bastante. Creo que con lo dicho está claro que ambas, novela y película, son muy recomendables, yo casi las calificaría de imprescindibles para los que les guste la novela, la historia, el cine... Creo que son la novela y película que mejor pueden ejemplificar el tema del perdón, un perdón incondicional con un objetivo, la convivencia pacífica. Mucho se podría aprender de todo esto.

1 comentario:

  1. Buena peli, sí señor. Tal vez la mejor que he visto este año. Aunque La Carretera también me ha gustado, y Camino a Casa, y...

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