No hace mucho que llegó a mis manos el libro que voy a comentar hoy y fue una lectura que me sorprendió muy gratamente. No hablo estrictamente de novela porque es un conjunto de tres relatos más o menos cortos dentro del mismo volumen, con una cierta conexión entre ellos que es la que da título al mismo. Es un nuevo autor dentro del panorama literario en lengua gallega y, por lo que he leído me da la impresión de que promete bastante. Me ha gustado mucho en la forma de trabajar la técnica narrativa, con algunas innovaciones curiosas y sorprendentes que me llamaron mucho la atención, una forma de contar las historias que además no es similar en los tres relatos y que parece que puede aportar algo un género narrativo donde no es fácil hacer cosas nuevas y, al mismo tiempo, atrapar y agradar al lector. El autor es Ignacio Silva y la novela se titula “Cara B”, publicada con Edicións Xerais de Galicia en febrero de 2011.
José Ignacio Silva Reguera, nacido en Carballo (A Coruña) en 1978. Es licenciado en Derecho por la Universidad de A Coruña. Ha recibido varios premios como narrador con sus relatos. En 2006 el Premio GZcrea en la modalidad de relato, convocado por la Dirección Xeral da Xuventude e Solidariedade por la historia titulada “Alén dos sentidos”. Con “Catro esquinas” ganó el Premio Ourense de Contos para a Mocidade en 2008, premio convocado por la Casa da Xuventude e a Agrupación de Libreros de Ourense. Su relato “Tic-Tac” fue segundo premio del Certame Os Viadutos en 2008, convocado por la Concellaría da Xuventude de Redondela. En ese mismo año ganó la séptima edición del Certame Literario Valle Inclán, convocado en A Pobra do Caramiñal por la Asociación de Amigos do Museo Valle Inclán con la novela “Cela aberta”. En 2009 fue ganador del II Premio de Novela Curta Cidade Centenaria, convocado por el ayuntamiento de Riveira con “Vertixes” e do II Premio de Micronovela Concello de Soutomaior por “Escintileos”. “Cara B” reúne sus tres novelas premiadas y es la primera obra suya que aparece en la colección Xerais Narrativa.
Este libro reúne esos tres relatos premiados en algunos de los más importantes concursos que hay en Galicia y en gallego en estos momentos, un dato a tener en cuenta. Su lectura puede darnos una idea de lo que Ignacio Silva puede aportar a partir de este momento a la narrativa gallega. Tres historias completamente distintas, pero todas ellas relacionadas por una serie de aspectos, tanto técnicos en lo que se refiere a la forma de narrar como argumentales, en lo que se refiere a la situación a la que llegan los protagonistas de los mismos y cómo reaccionan ante ella. Son relatos cortos, pero en todos ellos el protagonista central va a encontrarse en una situación límite que hará que reaccionen de maneras que ni ellos mismos esperan, actuando de una manera que no parece corresponderse con lo que en realidad son o con su actitud diaria ante la vida. Estas situaciones harán que salga de ellos una parte escondida y oscura, algo que está muy dentro de su interior y que solo aparece cuando están ante algo con lo que nunca pensaron que iban a tener que enfrentarse. De ahí el título, esa cara B que posiblemente todos tenemos, pero que a lo mejor no aparece en ningún momento a lo largo de nuestras vidas, o sí, eso nunca se sabe porque no sabemos que nos deparará el día de mañana.
“Cela aberta” es un relato muy breve. Nos va a contar la historia de un hombre racional, un intelectual que se ve encerrado en una celda por cuestiones políticas. Sus captores jugarán con él como si fuera una rata de laboratorio, llevándolo a extremos que ni él mismo podría imaginar.
“Vertixes” se centra en una historia de amor y desamor, Daniel y Ana son los protagonistas de la misma. Contada de una forma que al principio puede desconcertar un poco, alterando el tiempo de la narración y con continuas idas y venidas del presente al pasado, descubriremos como nace, se desarrolla y termina esa relación.
“Escintileos” es la tercera narración del conjunto, una historia de violencia, guardias civiles, enfermos mentales y algunas cosas más. Contada también de una forma original y algo desconcertante también al principio, llena de secretos y rincones oscuros y con unos personajes tan oscuros como la trama.
No puedo deciros cuál de los tres me gustó más porque todos tienen algo que los hace especiales y distintos a muchas de las cosas que tengo leído últimamente. Destacaría, sobre todo, la originalidad a la hora de narrar, rompiendo la línea habitual del relato y haciendo que el lector tenga que poner un poco más de su parte de lo que puede ser habitual en una serie de relatos cortos. Eso no quiere decir que sea complicado o difícil de entender, en absoluto, pero precisamente es necesaria la colaboración del lector para llevarlos a buen puerto. Quizá el más simple en ese sentido sea el primero, pero no por ello está por debajo de los demás, en absoluto, aún ahora cuando recuerdo su lectura se me ponen los pelos de punta y las sensaciones que me deja son bastante dolorosas, por decirlo de alguna manera. Todos tienen más de un elemento que les confiere una cierta originalidad, sobre todo, como he dicho, por la forma de narrar y contarnos las historias. De todos modos os puedo garantizar que la lectura de cualquiera de ellos no os va a dejar indiferentes. Son historias negras, oscuras, violentas y al mismo tiempo bastante racionales, comprensibles y casi cotidianas. Es difícil no ponerse en la piel de los protagonistas y pensar que reaccionaríamos de alguna otra manera. Siempre es fácil decir “yo no haría eso”, pero es más complicado pensarlo fríamente y ser capaz de ponerse de verdad en esas situaciones límite que pueden llevarte a hacer cosas de las que no te creerías capaz en absoluto.
El estilo es directo y al mismo tiempo muy sensitivo, es muy fácil imaginar las situaciones, sentir lo mismo que sienten los personajes y sufrir casi lo mismo que pasan ellos. La dureza de las historias queda perfectamente reflejada en las palabras, en los recursos que usa el autor para comunicar esos sentimientos y todos ellos llegan directamente al lector, llegando a poner los pelos de punta en más de una ocasión, sin llegar en ningún momento a situaciones exageradas o que puedan parecer increíbles, quizá eso es lo que le da más dureza a las historias.
Un nuevo autor dentro del panorama de las letras en gallego, para mí una lectura recomendable en varios sentidos. Las historias merecen la pena, la forma de contarlas me gustó mucho y su brevedad ayuda más todavía a darle intensidad. Espero leer pronto alguna cosa más de Ignacio Silva, creo que no me va a decepcionar. Hace unos días, viendo una serie de televisión, escuché esta frase, que se puede aplicar perfectamente a cualquiera de estos relatos: “Afortunado es el hombre que nunca ha tenido que enfrentarse a lo que realmente es capaz de hacer”.
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