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lunes, 23 de mayo de 2011

"Noah Barleywater escapa da casa", de John Boyne


“Allí había colores que nunca antes había visto; colores que ni siquiera sabría nombrar. A mano izquierda había un reloj de madera que estaba pintado no de verde exactamente, sino de un color que querría ser verde si tuviera alguna imaginación. Y por allá, al lado del lapicero, había un juego de tablero cuyo color predominante no era el rojo, sino otro color que haría que el rojo tuviese envidia y se ruborizase de vergüenza ante su propio aspecto triste. Y las letritas de madera, en fin, alguien diría que estaban pintadas de amarillo y azul, pero solo lo dirían sabiendo que unas palabras tan simples serían un horrible insulto para los colores de aquellas letras”.

Este es un fragmento del librito que voy a comentar hoy, uno de los muchos que podría escoger por su originalidad a la hora de jugar con las palabras, por la capacidad que tiene para en unas pocas letras transmitir tantas cosas, por su sensibilidad, por muchas cosas... Está extraído de la última novela de John Boyne, “Noah Barleywater escapa de casa”, editada en gallego por FaktoriaK como una auténtica primicia, ya que aparece antes en gallego que en castellano, una nueva felicitación para esta editorial gallega siempre preocupada por ofrecer productos interesantes y atrayentes para los lectores gallegos. Por cierto, traducida esta lengua por Carlos Acevedo. Es evidente que hablamos de una novedad reciente salida al mercado editorial este mismo mes de mayo.

John Boyne es un autor que ya apareció por aquí en dos ocasiones, así que la reseña biográfica ya la hice en el primero de esos comentarios, por eso no la voy a repetir. En el comentario de “El motín de la County” ya aparecía el título de esta de hoy, que hasta el momento es su última novela. Como siempre pienso que tiene una sensibilidad especial a la hora de escribir, una forma de redactar que sabe transmitir sentimientos de un modo mucho mejor que otros muchos autores, provocando siempre en el lector un montón de sensaciones de muy diversos tipos. En este caso pasaremos por momentos de gran alegría, de profunda tristeza, risas, caras de sorpresa..., muchas cosas contenidas en poco más de doscientas páginas, que no está nada mal. Otra cosa que me sorprende de este autor es la forma que tiene de tratar a los niños en sus libros. Siempre recuerdo una frase del famoso director de cine, Alfred Hitchcock creo, que decía que se negaba a trabajar con niños y animales, porque era la cosa más complicada e imprevisible que había. Boyen convierte a niños en protagonistas de sus historias y consigue siempre reflejar niños reales, sin caer en demasiados tópicos, sin hacerlos demasiado listos ni demasiado repipis ni tontos, no, son niños casi de verdad que hablan com lo haría un niño a nuestro alrededor cualquier día; tampoco son superniños que son capaces de salir de cualquier problema, y aún metiéndolos en mundos de fantasía como esta novela de hoy, parecen de carne y hueso.

La historia es sencilla, pero no por eso poco compleja. Noah Barleywater, el protagonista, es un niño de ocho años que decide escaparse de casa. Su objetivo es tener alguna aventura y hacer algo importante en su vida. Así un día, muy de mañana, sale de su casa, dejando atrás a sus padres y emprende un camino que va a estar lleno de sorpresas y algunas dificultades. Piensa que a sus ocho años de vida ya tendría que haber hecho algo más, ya que hizo una lista de sus logros, que se reducen a cinco, lo que le parece muy poco para “tantos años”. Al fin, leyó catorce libros enteros, ganó una medalla de bronce en una carrera de quinientos metros, sabe cuál es la capital de Portugal, es el séptimo más listo de la clase y es un fenómeno con la ortografía. Esos cinco puntos le parecen demasiado poco, así que esa mañana sale de casa en busca de aventuras, echando solo una pequeña mirada hacia atrás para ver por última vez su casa y la chimenea echando humo. Pero cuando sale de ese mundo “normal” y emprende su camino va a entrar en otro mundo completamente distinto, donde todo cobra vida y nada es lo que parece. Su viaje va a tener lugar por tres pueblos, aunque en el que pasará más tiempo será en el tercero. Pero ya al principio empezará a ver cosas que no tienen nada que ver con su realidad. Árboles que se mueven solos, noticias que aparecen en los diarios al momento de producirse, perros salchicha que hablan o burros con un hambre incontrolable. En el tercer pueblo encuentra una juguetería y en ella a un viejecito que será con el que pase más tiempo. Noah le contará algunas cosas de su vida y de su madre, el centro de su mundo, al jugueteo y el viejo le contará a Noah buena parte de las que él pasó en su larga vida. Este será el núcleo de la historia, y no voy a desvelar más, tendréis que leerla.

A mí me encantó la historia, tanto por cómo está contada (de un modo fascinante) como por las cosas que cuenta y lo que hará pensar al lector. No tengo claro si es una novela infantil, juvenil o para adultos o si es las tres cosas a la vez. Dependiendo del lector tendremos una lectura distinta, adecuada, pienso yo, para cualquiera de los tres grupos de edad. Un niño tendrá delante una historia mágica donde todo cobra vida y tiene algo que decir. Los jóvenes podrán profundizar un poco más en muchos aspectos y pienso que podrá hacerles reflexionar sobre varios temas y les dará más de un consejo y orientación para algunas cosas de la vida. Peor también pienso que quien podrá sacarle todo el contenido a la historia será un lector adulto, que no pasa nada por leer cosas fantásticas y aparentemente sencillas, porque de sencillo no tiene casi nada aunque lo parezca. Un lector de cierta edad podrá comprender perfectamente la historia, con sorpresas que no quiero ni debo desvelar, pero seguro que cuando la terminéis una sonrisa a medio camino entre la sorpresa y la satisfacción quedará en el rostro del lector. Además conseguirá que muchos lectores hagan un viaje a su juventud y a las lecturas que hicieron en aquel momento. Con esto no quiero decir, tengo que avisarlo antes, que sea una copia de nada, sino que las sensaciones y sentimientos que me provocó la lectura me recordaron a muchos de los que hace tiempo que no tenía con un libro, aquellos que aparecían hace años cuando leía novelas de autores como Michael Ende, “Alicia en el país de las maravillas” y muchos de los cuentos de nuestra infancia. Tiene tanto de ellos como de originalidad, por eso digo que en ningún momento quiero que se extraiga de este comentario que hablo de imitación o inspiración en esas novelas de hace tantos años, no, hablo de sentimientos, de las sensaciones que tenía en aquella época y que esta lectura de Boyne me trajo de nuevo, la verdad es que fue genial.

Disfruté mucho de esta lectura y queda entre los libros que volveré a leer en algún momento y de los que recomendaré a mucha gente, tanto a los que tengan hijos e hijas como a los que no, creo que todo el que se considere un buen lector debería sacar un ratito para leer esta novela, que tiene mucho más contenido que páginas. Como muchos sabéis me dedico a la enseñanza dentro de las materias de letras, cada año llegan a nosotros las editoriales con las novedades para que nuestros alumnos y alumnas lean. La mayor parte de ellas, subjetivamente hablando, no me gustan demasiado, son excesivamente sencillas y simples, aunque siempre hay alguna excepción, pero de verdad que en muchas ocasiones es complicado elegir algo que realmente merezca la pena. Esta de hoy podría ser de las más que recomendables para cualquiera de los grupos, casi seguro que les iba a gustar a todos y daría pie para muchas reflexiones, debates y conversaciones sobre la vida de Noah Barleywater y su huida de casa, las razones que lo van a llevar a esto tendréis que descubrirlas por vosotros mismos con la lectura de sus aventuras y desventuras.

lunes, 16 de mayo de 2011

17 de mayo, Día das Letras Galegas

El “Día de las Letras Gallegas” se celebra desde 1963, instituido por la Real Academia Gallega para homenajear a aquellas personas que destaquen por su creación literaria en idioma gallego o por defender esta lengua. Cada año se dedica a un autor o autora diferente. La elección de esta fecha viene dada por la publicación en ese mismo día en el año 1863 en La Habana de la obra “Cantares Gallegos” de la poetisa Rosalía de Castro, una obra que marcó el principio del renacimiento cultural del gallego.

Este año está dedicado al poeta Lois Pereiro, nacido en Monforte de Lemos en 1958 y fallecido en A Coruña en 1996. Es el autor más reciente en el tiempo al que se le dedica este día, aunque una de las condiciones para tal dedicatoria es que hayan pasado más de diez años desde su fallecimiento. Un poeta considerado de culto dentro de la literatura gallega.

Os dejo unos poemas en gallego, con la correspondiente traducción al castellano, espero que os gusten.

“XXV
Déixate devorar por quen te escolla
agora que es unha luz evadida           
da escuridade que te tiña capturado.

Déixate devorar
e impide feramente
que te volva habitar e te contagie
a túa latente sombra irrevocable.”


(Déjate devorar por quien te escoja
ahora que eres una luz evadida
se la oscuridad que te tenía capturado.

Déjate devorar
e impide fieramente
que te vuelva a habitar y te contagie
tu latente sombra irrevocable)

“IF I DIE BEFORE I WAKE...

O pasado apodrece baixo terra
e o presente non flúe,
é un río morto.

Pero esta vez non haberá resurrección
e o futuro é por forza alleo a min.”


(El pasado se pudre bajo la tierra
Y el presente no fluye,
Es un río muerto.

Pero esta vez no habrá resurrección
Y el futuro es por fuerza ajeno a mí.)

“Cuspídeme enriba cando pasedes
por diante do lugar onde eu repouse,
enviándome unha húmida mensaxe
de vida e de furia necesaria”.


(“Escupidme encima cuando paséis
por delante del lugar donde yo repose,
enviándome un húmedo mensaje
de vida y de furia necesaria”.)

martes, 10 de mayo de 2011

"El factor humano", de John Carlin / "Invictus"



La relación entre el cine y la literatura siempre fue y será muy estrecha, muchas películas parten de novelas, con resultados desiguales en ocasiones, pero muchas veces interesantes. Esto viene porque hoy voy a comentar un dos en uno, una película y la novela en la que se basó la misma, aunque ya adelanto que la película se centra en los hechos que forman el núcleo de la novela y no en toda ella, porque sería realmente complicado. La película es “Invictus”, sé que no es reciente y aún siendo un fan incondicional de Clint Eastwood, en su momento no pude verla en el cine, así que la vi hace poco en casa, me encantó. La novela en la que se basa es “El factor humano”, del periodista John Carlin, que también acabo de leer recientemente, y que también me gustó mucho. Tras estas dos experiencias creo que si hoy por hoy me hacen la típica pregunta de a qué personaje famoso me gustaría conocer no dudaría en la respuesta, Nelson Mandela, tiene que ser una experiencia inolvidable e impactante, la verdad.

No voy a comparar en absoluto novela y película, no creo que sea lo mejor que se puede hacer. La cinta parte de los hechos fundamentales de la novela, pero esta es mucho más compleja y extensa, mientras que la película se centra en el tema del rugby y Mandela como la forma de unir de nuevo a una nación dividida y enfrentada por muchos sitios. La novela es una crónica de una época histórica realmente dura y en ese sentido la historia de todo ese proceso que pasó Sudáfrica durante la estancia en la cárcel de Mandela y su posterior liberación y llegada al poder es mucho más interesante y aclaratorio que la historia que escogió Eastwood y su manera de contarla. Creo que en esta ocasión ambos productos merecen la pena y deberían de leerse con poca distancia en el tiempo, cada uno que elija qué prefiere antes, la letra escrita o la imagen.

John Carlin es, fundamentalmente, periodista. Nació en Londres en 1956, hijo de padre escocés y madre española. Estudio en la Universidad de Oxford Lengua y Literatura Inglesa, pero desde siempre mostró una fuerte inclinación por el periodismo. Su carrera como tal comenzó en 1981 trabajando para el “Buenos Aires Herald” y, posteriormente, fue corresponsal en países como México, El Salvador, Sudáfrica y Estados Unidos; trabajando para la BBC, “The Times”... Ganó el Premio Ortega y Gasset de periodismo en el año 2000. Entre sus obras podemos destacar “Heroica tierra cruel” (2004) donde reúne crónicas y reportajes realizados durante su estancia en Sudáfrica o “Los ángeles blancos” (sobre el Real Madrid de fútbol y sus jugadores). Vive en España desde 1998, trabajando para el diario “El País” y colabora habitualmente con “The Observer” o “The New York Times”. “El factor humano”, publicada en el año 2008 en más de quince países con gran éxito, tanto de crítica como de público, ya que permaneció durante bastante tiempo en las listas de los más vendidos. En ella va a reflejar, entre otras cosas, todo su trabajo en los años que estuvo de corresponsal en Sudáfrica, entre los años 1989 y 1995. Como curiosidad comentar que en el año 1997 escribió un artículo titulado “Adiós a las armas” sobre la guerra de información e internet, que iba a ser convertido en un guión cinematográfico, suspendido tras el ataque a las Torres Gemelas. Años después este artículo fue la base de “Jungla de Cristal 4”, la película de la conocida saga de acción protagonizada por Bruce Willis. De todos modos el propio Carlin reconoce solo una cierta fidelidad a su artículo en esta cinta.

El título original de esta novela es “Playing the enemy: Nelson Mandela and the game that made a nation” que vendría a ser algo así como “Jugando con el enemigo: Nelson Mandela y el juego que construyó una nación”, simplificado en su edición española simplemente como “El factor humano”.  Para escribirlo partió no solo de su experiencia como corresponsal en ese país durante seis años, sino también en una serie de entrevistas que hizo entre el año 2000 y el 2007 a casi todos los protagonistas políticos y deportivos de la historia en esos años. Así vamos a tener conocimiento de todo lo que pasó antes, durante y después de la estancia en la cárcel de Mandela. Todos los movimientos políticos, sociales, militares y deportivos de esos años vistos desde todos los ángulos y perspectivas de los grupos de la época. El apartheid en Sudáfrica fue algo tremendo y que podría haber derivado en una auténtica y cruenta guerra civil que podría durar hasta hoy, pero en el medio apareció la figura de Nelson Mandela, preocupado solo por encontrar vías de convivencia pacífica en su país para terminar de una vez por todas con las injusticias. Veremos como, en 1985 Mandela sale de la cárcel con una idea central en la cabeza, conquistar a todos en su red de perdón y de paz, de olvido, de un nuevo comienzo sin tener en cuenta nada de lo sucedido antes. Él era uno de los muchos que podría tener en la cabeza una revolución violenta, una guerra contra los que los habían oprimido durante años, maltratado, segregado y tratado como si fueran auténticos animales. El problema es que no tenía que convencer solo a los que se oponían a él, sino a sus propios compañeros de raza, ya que muchos de ellos querían una auténtica venganza contra los blancos, una venganza contra años de violencia, de asesinatos, de opresión brutal. Lo bueno es que todos tenían miedo, fueran blancos o negros y Mandela tenía que convencer a todos, con los muy distintos bandos que había en cada lado, de que había que olvidarlo todo y partir de cero. Una de las cosas que uso para conseguir ese objetivo fue el rugby y el equipo nacional sudafricano, integrado casi exclusivamente por blancos y que la población autóctona de Sudáfrica no consideraba como nada suyo. Es más, cuando jugaban contra equipos de otros países animaban a los rivales y no al equipo sudafricano. Pero esa fue otra de sus conquistas, con mucha sabiduría, paciencia, control y perdón consiguió algo que parecía imposible, una transición pacífica hacia una situación de una cierta convivencia tras años y años de enfrentamientos. Sabía que tenía que conseguir que se unieran buscando un elemento emocional y lo encontró en el deporte, consiguiendo su objetivo. De todos modos la novela de Carlin no está centrada en estos hechos, sino que aparecen muchos más. Vamos a conocer perfectamente la situación antes de este milagro, todo lo que pasó mientras Mandela estaba en la cárcel y los abusos y la violencia eran continuos y todo lo que pasó tras su salida de la cárcel y su nombramiento como presidente.

Decir que no es exactamente una novela, es más una crónica narrada por el autor partiendo de sus propias experiencias y de las entrevistas que mantuvo con muchos de los implicados en ese momento histórico y en todo lo que pasó. Desde ese punto de vista es una narración, sin diálogos, un poco seca y concisa a veces pero siempre interesante y apasionante. La cantidad de personajes es muy grande, porque muchos fueron los que desde varios sitios, momentos y puntos de vista intervinieron en toda esta historia. Veremos como Mandela, de una manera u otra, fue conquistándolos a todos con su magnetismo, su calma y su capacidad para hacer que la gente viera las cosas de una manera completamente distinta a la que tenían originalmente. A mí me pareció un relato muy interesante, ameno en muchos momentos y muy emocionante en otros. La conclusión que puedo sacar es que es una pena que solo haya un Mandela, porque con algunos más como él muchas situaciones internacionales podrían terminar de una manera mucho mejor para todos.

En cuanto a la película de Eastwood está centrada solamente en la parte en la que Mandela usa el rugby y el Campeonato del Mundo como una forma de conseguir su objetivo, unir a todos. En ese sentido es mucho más simple que la novela de Carlin, ya que sería imposible abarcar todo lo que el autor nos cuenta. Me pareció una película magnífica, con esa habitual calma y sensibilidad de Clint Eastwood, con esas tomas habituales en él y el piano sonando de fondo en muchas escenas. La interpretación de Morgan Freeman es impresionante, clavando al verdadero Mandela en todos los sentidos, un actor que siempre me puede sorprender y con tal cantidad de registros que hace de él uno de los imprescindibles. Matt Damon da vida al capitán de los Springboks, François Pienaar, muy bien también en el papel de ese hombre sobre el que recae la responsabilidad de llevar al equipo a la victoria, sabiendo que esos partidos son mucho más que un mero juego, ya que Mandela se encarga de hacerle saber lo que puede conseguir. Me pareció una película estupenda, con un montón de escenas que se te quedan grabadas, de esas que luego dan para hablar y hablar sobre una escena, un momento, una frase o un diálogo. De todos modos me quedo con un par de escenas casi al final que resumen casi todo con esa maestría y simplicidad de las que en este momento solo parece capaz este director. Mientras se celebra el partido un niño negro ronda un coche con dos policías blancos mientras recoge botellas. En un primer momento los policías lo echan de malos modos, pero a medida que avanza el partido se va acercando poco a poco a ellos, son escenas de unos segundos pero que marcan un momento, hasta que al final acaba sentado en el capó del coche, escuchando el partido con ellos y celebrándolo al final, me pareció realmente genial.

Podría extenderme más, pero creo que ya ha sido bastante. Creo que con lo dicho está claro que ambas, novela y película, son muy recomendables, yo casi las calificaría de imprescindibles para los que les guste la novela, la historia, el cine... Creo que son la novela y película que mejor pueden ejemplificar el tema del perdón, un perdón incondicional con un objetivo, la convivencia pacífica. Mucho se podría aprender de todo esto.

miércoles, 4 de mayo de 2011

"Thor"


Siempre me gustó leer tebeos y cómics, cuando era más joven siempre tenía uno a mano, compartiéndolo, eso sí, con algún libro, que en la variedad está el gusto. Llegado cierto momento mis gustos se inclinaron por los superhéroes y creo que leía casi todo lo que salía del género, no voy a listarlos aquí porque sería demasiado largo, pero pienso que de los que había en aquel momento no hubo uno que no leyera. Ahora los leo menos, la verdad, no por ninguna razón en concreto, sobre todo por una cuestión de tiempo, porque me siguen gustando. Desde hace unos años muchos de estos personajes ya clásicos se están pasando al cine, en general con adaptaciones decentes, unas mejores que otras, unas más entretenidas, pero la verdad es que no perdono una. De momento me gustaron prácticamente todas y alguna ya apareció comentada por aquí. Viene esta introducción al comentario de la última película que vimos en el cine, estrenada recientemente, y a la que le tenía ganas, la verdad, y no me decepcionó en absoluto, “Thor”.

Cuando hacen estas adaptaciones siempre me entra un poco de miedo. La razón es que muchos de los directores o guionistas pretenden convertir un género de entretenimiento en un cine profundo, serio, como si quisieran darle trascendencia e importancia a los personajes para hacerlos algo más “serios”. Yo creo que en este tipo de cine debe primar el entretenimiento, la espectacularidad y la acción, aderezada con algunos momentos de humor leve, no nos olvidemos de que son cómics, nada más y nada menos. También es cierto que los originales en papel en algunas ocasiones también se han convertido en eso (en mi juventud no eran así), con disquisiciones morales sobre la responsabilidad del héroe, su alma torturada por no poder llevar en muchas cosas una vida normal y todo ese tipo de elementos casi filosóficos. Esta línea ya no me gusta tanto, pero qué le vamos a hacer. Claro que el personaje de esta cinta, Thor, tiene casi implícito un carácter serio, no deja de ser el hijo del dios Odín y no un mutante cualquiera. La verdad es que no era uno de mis favoritos, quizá porque era demasiado serio y formal, pero también era de los que leía bastante. Además en aquel momento una de las cosas que más quería en este mundo eran o el escudo del Capitán América o Mjolnir, el martillo de Thor, que eran ambos una pasada...

Creo que es de los pocos superhéroes que yo considero clásicos que faltaban en la gran pantalla (junto con el Capitán América, pero creo que tiene ya estreno en salas en breve). Cuando leí que la película la iba a dirigir Kenneth Branagh la verdad es que me entró un poco de miedo. Es un actor y director que me gusta mucho, aunque hace algún tiempo que no se sabía demasiado de él. Especializado desde sus principios en interpretar o dirigir adaptaciones de Shakespeare, siempre con muy buenos resultados. No tenía ninguna duda de su capacidad, pero lo que me daba miedo está relacionado con lo que comentaba un poco más arriba, con la idea de que quisiera convertirla en algo demasiado serio y trascendental. Está claro que tener ideas preconcebidas es malo, porque en este caso me equivoqué. La verdad es que, dentro del género, me pareció una de las mejores adaptaciones que he visto hasta el momento, sobre todo porque conjuga perfectamente la seriedad de la historia con los dioses y todo eso con ciertos momentos cómicos (casi todos esperables dentro de la historia pero que resultan divertidos y rompen un poco con la seriedad de la historia) bien introducidos. Se nota su mano y en una entrevista que leí hace poco le preguntaban si no pensaba que dirigir una película de este género no era como rebajarse un poco, a lo que él contestaba que por supuesto que no (también, qué iba a decir, que sí...), que hasta en una historia como esa había elementos que podían recordar los dramas y las obras de Shakespeare que tanto le gustan, y es cierto, hasta tiene un cierto tono de obra clásica en muchos momentos.

La historia no es nada complicada, por supuesto. Como en todos los casos esta primera (porque se supone que habrá más, aunque solo sea la aparición del personaje en la película de “Los vengadores”) es una especie de presentación del personaje de Thor, de sus capacidades, carácter y de cómo llega a la Tierra, porque es hijo de un dios; en este caso no es un héroe resultado de una mutación, de una explosión de rayos solares o rayos gamma o cualquiera de las explicaciones habituales de los cómics. Thor y Loki son los dos hijos de Odín y viven en Asgard, uno de los siete reinos que están bajo su mando y protección, entre los que también se encuentra la Tierra. Los gigantes del hielo son los grandes enemigos del reino, con los que ahora están en paz, pero con los que lucharon encarnizadamente hace tiempo. Odín ya está algo mayor y Thor será su sucesor, pero en plena coronación de este como rey aparecen varios gigantes del hielo para intentar robar la reliquia que les da su mayor poder. Los invasores son eliminados, pero la coronación se interrumpe. Thor es un hombre con fuerte carácter, siempre con ganas de luchar y sobre todo de acabar con esos enemigos lo más pronto posible. Odín piensa todo lo contrario y su objetivo es mantener la paz, por lo que se ve obligado a frenar a su hijo en su sed de venganza y lucha. Pero Thor no le hace caso y viaja a través del Puente del Arco Iris al reino de los gigantes para pedir explicaciones por esa imprevista invasión acompañado de cuatro de sus mejores amigos y de su hermano Loki. La batalla comienza, pero aparece Odín e interrumpe la lucha. Ya en Asgard Thor es condenado al destierro por desobedecer una orden directa de su padre, y por ello es enviado a la Tierra sin poderes divinos y sin Mjolnir, el martillo forjado a partir de una estrella caída y que acrecienta su poder. Tendrá que quedarse en ella hasta que sea digno de empuñar de nuevo el martillo y ser perdonado por su padre. En la Tierra se encontrará con una serie de personajes que le ayudarán, sobre todo con la investigadora Jane Foster y sus amigos.

No olvidemos el tipo de cine que estoy comentando. Desde ese punto de vista me pareció una buena película, muy bien hecha, muy entretenida y muy espectacular. Las casi dos horas que dura se me pasaron con bastante rapidez, lo que es siempre buena señal, pero ya aclaré que soy fan incondicional de este tipo de cine. La historia transcurre en dos mundos, una parte en Asgard y la otra en la Tierra. La parte terrestre es más suave, entretenida y ligera en todos los sentidos y cumple perfectamente ese papel. La que transcurre en Asgard es espectacular, el diseño de casi todo es impresionante y ya sé que ahora con la tecnología digital se pueden hacer maravillas, pero no deja de asombrarme y sorprenderme. Tiene momentos realmente buenos e incluso originales teniendo en cuenta todo lo que podamos haber visto en otras películas. Queda muy clara la diferencia entre el mundo de los dioses y el de los hombres, dos mundos completamente distintos. En el de los dioses prima la formalidad y la imaginación, hasta las formas de hablar y de comportarse son diferentes con respecto a la Tierra. Mientras el reino de los gigantes de hielo es un lugar frío, oscuro y tenebroso, no en vano son los personajes malvados de la historia.

En cuanto a los actores, frente a otras adaptaciones, en este caso para el papel protagonista eligieron a un actor prácticamente desconocido, pero que creo que recrea perfectamente al personaje. Mantiene bastante bien la idea de seriedad del hijo de un dios cuando está en Asgard y ese aire de estar como un pulpo en un garaje cuando se encuentra en la Tierra, con un físico de esos que impresionan. Con el traje, la capa roja y el martillo en sus manos me parecía estar viendo la portada de infinidad de cómics que pasaron por mis manos. Se llama Chris Hemsworth, y en plan cotilleo es la actual pareja de Elsa Pataky. Además de este suelen siempre aparecer en este tipo de películas una serie de actores más conocidos, quizá para darle también un cierto aire de producción seria. En este caso tenemos a la última ganadora del Óscar a la mejor actriz por “Cisne negro”, Natalie Portman, interpretando a Jane Foster, la investigadora que se encontrará sin quererlo con Thor y todo lo que él trae consigo. El papel de Odín se lo dieron a Anthony Hopkins, uno de mis actores favoritos y que aquí mantiene la imagen de todopoderoso, de padre férreo y duro, pero que al mismo tiempo sabe que está haciendo lo mejor por su hijo. Y junto a ellos otros actores más o menos conocidos, pero todos están bastante bien.

Cine de entretenimiento puro y duro, pero muy bien hecho, por encima de muchas otras producciones que buscan estos mismos objetivos. Me gustó mucho, lo reconozco, pero también que soy un fan casi incondicional de este tipo de personajes y de cine. Para los aficionados a los superhéroes es imprescindible, no creo que ninguno la deje pasar y estoy casi seguro de que les va a gustar. No es necesario conocer al personaje o ser aficionado a estos héroes para poder disfrutar de la historia, estoy casi seguro que si vais a verla podréis pasar un buen rato, mucho mejor que con otras cosas que andan por la cartelera últimamente. Recomendable y creo que añadiría que debe verse en cine, porque en la pantalla del televisor se van a perder muchas escenas espectaculares, por mencionar solo una por ejemplo, la cabalgada por el Puente del Arco Iris, pero podría mencionar varias más. Impresionante la imagen del personaje de Heimdall, el guardián del puente. Si este fin de semana queréis ir al cine, pasar un buen rato y no tenéis claro por qué optar id a ver esta, creo que no os va a decepcionar.

Nota: y si vais no os marchéis de la sala hasta que terminen todos los títulos de crédito, como en todas estas dejan par después una pequeña escena final como un adelanto de lo que va a venir en la siguiente o siguientes películas. Se hace un poco pesado porque es una buena espera, pero los que fueran a ver las anteriores ya saben que esto pasa siempre.