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domingo, 23 de octubre de 2011

"La ley de Harry", "Harry´s Law"


Disculpas de nuevo, para esta tampoco encontré ningún vídeo decente que no estuviera en inglés.
Hoy volvemos a la televisión. Hace unos días un amigo publicaba en su blog, “Caderno da crítica” que aparece además dentro de “Mi lista de blogs” un comentario en gallego que está muy relacionado con la introducción del mío de hoy, se titula “De “Fringe” a “Sons of anarchy”: a importancia dos guionistas”. Mucho nos fijamos siempre en los actores, la ambientación y claro está, en la historia, pero creo que van a ser pocos los nombres de los guionistas que podamos recordar, cuando la realidad es que ellos son el alma de estas series que vemos casi a diario. En alguno de mis comentarios he mencionado estos nombres, y aún así pocos podríamos nombrar. Muchas de estas series tienen guiones maravillosos, bien elaborados y preparados y como dice ese post que menciono, muchos de ellos no tienen razón para estar lejos de las mejores producciones literarias. Creo que, ya lo he dicho alguna vez, que hoy la televisión es el sitio al que muchos actores y guionistas recurren escapando un poco del cine, sobre todo en Estados Unidos. Me cuesta recordar en estos últimos años más de una docena de películas que realmente destaquen por sus historias y por cómo están contadas, mientras que puedo pensar en muchas series que están muy por encima de la media de un cine que hoy está inmerso en un mundo de efectos especiales, nuevas versiones de otras más antiguas o incluso de intentos de recuperar viejas series para la gran pantalla (casi todas ellas con resultados fallidos). También muchos de los grandes actores de ese cine se están pasando a la pequeña pantalla, como si fuera el reducto donde poder desarrollar de verdad su capacidad, no voy a mencionar a ninguno en concreto, pero estarán en la cabeza de muchos de mis lectores. Toda esta introducción viene a cuento del guionista principal y la actriz protagonista de la serie que voy a comentar hoy, “La ley de Harry” (que puede aparecer también por ahí con su título original en inglés, “Harry´s Law”).
El guionista de la serie es David E. Kelley, un nombre de esos que casi nadie conocerá, especializado en series de abogados que tan habituales son por USA, pero en este caso, siempre con los suficientes elementos interesantes como para hacerlas estar por encima de la media. En todas ellas hay siempre un elemento de crítica, sobre todo hacia la sociedad americana, que en unas es más clara y evidente que en otras, y también con un gran componente de humor que yo creo que ayuda todavía más a hacer llegar esas críticas al espectador. Seguro que el nombre no os dice nada, pero en cuanto mencione algunas de sus series surgirá esa cara de “¡Ah, es ese!”. De su pluma salieron “La ley de Los Ángeles”, “Picket Fences”, “Ally McBeal”, “El abogado”, “Profesores de Boston”, la para mí genial e imprescindible “Boston Legal” y esta de hoy, que por el momento es la última. Muchas de ellas son casi clásicos del medio y en todas, como dije anteriormente, hay suficientes elementos no solo para el entretenimiento, sino también para la reflexión y el debate.
La protagonista de “La ley de Harry” es Kathy Bates, una de las grandes actrices, impecable siempre y maravillosa muchas veces, o aterradora si pienso en uno de sus papeles más destacados, la protagonista de “Misery”, aquella mujer que secuestraba al escritor de sus novelas favoritas y al que torturaba de una manera sádica porque no le gustaba cómo terminaba su última novela. Impresionante en “Eclipse total” y entrañable en “Tomates verdes fritos”. Gran cantidad de películas, muchas de ellas en papeles secundarios siempre importantes, ganadora de un Óscar y de muchos más premios. A mí siempre me gusta y una película suya casi siempre es garantía de que vamos a ver algo decente. Como dije muchas de estas actrices han encontrado en la televisión un magnífico vehículo para seguir trabajando, con un cine dominado por mujeres mucho más jóvenes y con pocos papeles que realmente merezcan la pena. Participó en algunas producciones televisivas, pero es la primera vez que casi se le prepara una serie a su medida, ella es el centro de la serie y la que lleva el peso. Y realmente merece la pena verla, porque la cantidad de sentimientos que es capaz de comunicar a veces con una sola mirada es algo realmente digno de mención. La serie no es nada novedosa, aunque tiene suficientes elementos como para gustar, pero verla en el papel de la abogada Harriet Korn es algo que merece la pena.
La primera temporada consta de 12 episodios y fue emitida por Calle 13. Ahora están emitiendo en Estados Unidos la segunda, muestra de que ha tenido un cierto éxito. Se centra en las andanzas como abogada de Harriet, una mujer que llevaba una vida más o menos fácil y ganando mucho dinero como jurista especializada en patentes que es despedida de su trabajo. Como algunas otras de este guionista tiene una serie de elementos en la historia un tanto humorísticos o exagerados. Cuando sale de su despacho en ese primer episodio un joven negro le cae encima (este joven empezará trabajando con ella después de este suceso) y un joven abogado algo cansado de su trabajo la atropella con su coche (y este también se irá a trabajar con ella). Ve todo esto que le pasa como una señal y decide montar un bufete en un barrio problemático y marginal para defender casos criminales que siempre tienen algún componente de crítica social y que pueden generar una cierta polémica, casi siempre con protagonistas de la calle, gente corriente que no podría recurrir nunca a un abogado con un cierto prestigio. Alquila un local que era una antigua zapatería de lujo en la que todavía están la mayor parte de los zapatos, así que tendrá un doble negocio. Tiene un bufete en el que se venden zapatos de prestigiosas marcas, que es lo que le dará algo de dinero, ya que la mayor parte de sus clientes son personas con poco o ningún dinero. Pasará del mundo frío y más tranquilo de las patentes al de la violencia callejera, las bandas, los asesinatos o los problemas sociales, algo completamente desconocido para ella pero que supone un desafío que le dará una nueva vida, una nueva perspectiva y muchas ganas de seguir trabajando en el mundo de la abogacía. Casi sin quererlo se verá inmersa en este nuevo mundo, lo que la hará casi renacer, encontrar un nuevo y gran motivo para seguir adelante, viendo la abogacía de otra forma completamente distinta y con muchos quebraderos de cabeza, sobre todo por cuestiones éticas. En uno de los capítulos hace un discurso sobre los abogados y a dónde están yendo que es realmente interesante y que da para una buena discusión. Todos los casos tienen siempre algún componente polémico que se puede extrapolar al campo de la crítica social y de la situación actual no solo de ese país, sino de otros muchos. En ese sentido creo que destaca por encima de la media y muchos de ellos serían ideales para hacer un buen debate, no solo, por ejemplo, en un aula, sino también incluso en una buena tertulia entre amigos.
Otra de las cosas destacadas son los personajes, dejando a un lado el central que lleva la parte más importante del argumento. Cuatro o cinco son los fundamentales y más de uno irá cogiendo importancia a medida que avanzan los capítulos. Adam Branco (interpretado por Nathan Corddry) es el joven abogado que ve el trabajo con Harry como un nuevo reto, escapando de una exnovia y de un trabajo que no le satisface. Harry al principio no ve claro que pueda quedarse con ella, parece un joven inseguro, tímido y poco capaz, pero pronto veremos como no es así. Malcolm Davies (el actor Aml Ameen) es otro chico joven, pandillero y exdrogadicto pero muy listo, tanto que poco a poco irá descubriendo en la abogacía un mundo que le convence, descubriéndose como un miembro fundamental del equipo. Jenna Backstrom (Brittany Snow) es uno de los elementos femeninos de la historia, la que será medio secretaria medio vendedora de zapatos, una mujer que puede parecer un poco frívola, pero que ya veremos como no lo es tanto. Damien Winslow (Johnny Ray Gill) es el único de estos personajes que pertenece al barrio, es como un protector del mismo, pero en este caso protege a los demás de las pandillas, de los malos rollos, de los delincuentes, violento pero al mismo tiempo consciente de que muchas veces no le queda más remedio que hacer lo que hace. Y de los fijos dejo para el final a mi favorito, a Tommy Jefferson (interpretado por Christopher McDonald); es el abogado mediático, ese que se anuncia en la televisión y que es capaz de cualquier cosa para conseguir dinero y fama. Al principio se hace odioso, faltón, maleducado, prepotente, pero poco a poco su personaje va tomando un camino que hace que lo veamos distinto, cogiendo algo más de protagonismo, no quiero desvelar más porque es mejor ver por dónde va.
En general está bien y creo que recomendaría bastante que la vierais. En algún momento cae un poco en historias sentimentales que parecen romper un poco la buena dinámica que lleva, como queriendo darle otros caminos además del de los casos a defender, creo que eso la hace decaer un poco en esos momentos. Pero, en general, mantiene una buena media de calidad y entretenimiento, además de ese elemento de crítica que quizá sea lo que más me gustó. Tiene momentos realmente divertidos, otros fuertes, algunos violentos y otros tristes, en ese sentido sabe alternar bastante bien diversas situaciones para conseguir la atención del espectador. No es la serie ideal y las hay mejores, pero creo que podréis verla sin que os decepcione. A mí, además de estar bastante bien interpretada (destacando por encima de todos la señora Bates y el personaje de Tommy Jefferson) me gustó bastante y espero la llegada de la segunda temporada.

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