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domingo, 10 de octubre de 2010

Modern family


Septiembre es el mes en el que, tras el verano, junto con las nuevas temporadas de series ya conocidas que pronto llegarán a nuestro país, aparecen también las nuevas series que pretenden hacerse un hueco en las programaciones de las distintas cadenas. Como en casi todo la mayoría son de procedencia estadounidense y, claro está, algunas merecen más la pena que otras. En estas últimas semanas he visto algunos episodios de varias de estas nuevas series, algunas merecen la pena y otras no tanto, pero varias irán apareciendo por aquí a medida que haya visto episodios suficientes como para tener una cierta opinión sobre ellas. De la que voy a comentar hoy llevo vistos siete u ocho, y pienso que es de las que merecen algo la pena porque a pesar de parecer “lo de siempre” introduce algunos elementos nuevos que hacen que tenga una cierta originalidad, además de estar, como decía en el anterior comentario sobre “Nurse Jackie” dentro de esas que aunque no tanto como otras, quedan cerca del conecto contrario a lo correcto, con bastante mala uva y un cierto componente crítico suavizado dentro de un aire de comedia familiar. Hablo de “Modern Family”, una serie que va por la segunda temporada allá y que aquí podemos ver en Fox y que espero que pase por alguno de los canales gratuitos, porque hará que paséis un buen rato. La primera temporada, que es la que están emitiendo, es del año 2009 y viene avalada por un éxito más que destacable, nominada para varios premios Emmy y ganando algunos en su primer año de emisión, lo que puede dar una idea del éxito que está teniendo. Hace años estaban muy de moda las series de tipo familiar, eso sí, con un aire algo distinto a esta, ahora la mayor parte de las series tienen como protagonistas a policías, detectives, forenses y argumentos de acción y este tipo de series cotidianas quedaron un poco de lado, así que tampoco está mal renovar esos argumentos que antes centraban nuestra programación.

Es una producción de la cadena ABC y está centrada en una familia que podría representar varias de las nuevas estructuras familiares, algo lejos del concepto de familia tradicional. De todos modos no podemos olvidar que estamos viendo una serie americana, con lo que al final el mensaje de que la familia es lo más importante, sea esta como sea, queda siempre recalcado. Son capítulos de media hora planteados como si estuviésemos viendo un falso documental en el que los protagonistas responden a una serie de preguntas sobre la familia, al mismo tiempo que reflejan situaciones de su vida cotidiana, pasando de un núcleo familiar a otro y teniendo en cuenta que todos están relacionados.

La serie sigue la vida diaria de la familia de Jay Pritchett y sus dos hijos, Claire y Mitchell. Jay está casado con Gloria, una explosiva mujer colombiana mucho más joven que él, habladora y a la que no hay quien pueda callar, con un carácter latino que choca muchas veces con el resto de los personajes. Además aporta a este matrimonio a Manny, un hijo preadolescente que tuvo de un matrimonio anterior. Manny es un hombre en el cuerpo de un niño, serio, formal y que tiene a su verdadero padre idolatrado, lo que provoca muchos problemas con su padre actual. Claire está casada con Phil y tienen tres hijos. Phil es el padre “guay” que no quiere tener problemas con sus hijos, siempre listo para intentar ser como ellos y comportarse de un modo que no le haga tener que actuar como un padre, tanto en sus actitudes como en su lenguaje, aunque sea con palabras que los adolescentes ya no usan, pero que a él le parecen de lo más moderno. Eso provoca continuos problemas con su esposa, que a veces lo considera demasiado blando y poco efectivo para tener una cierta disciplina en casa. Además ella será la que siempre ponga las cosas del modo que ella considera que tienen que ser en una casa con una hija adolescente que está teniendo sus primeros contactos con el sexo opuesto; una hija algo menor que no quiere ser como su hermana mayor y un hijo que también es algo “especial”. El otro hijo de Jay, Mitchell, vive con su compañero, Cameron, en una relación que su padre no es que no acepte, pero que no le gusta demasiado aunque sabe que no le queda más remedio que hacerlo. Además ellos dos acaban de adoptar a una niña vietnamita, lo que también será un golpe para Jay. A través de esta maraña de personajes va a tocar temas de familia, raciales, de género y, sobre todo de la complicada convivencia entre todos ellos. Todo está tratado en un tono humorístico pero con un aire ácido, sarcástico, irónico e histriónico en muchas ocasiones, pero que en el fondo siempre esconde una serie de realidades más que reconocibles, aunque a veces pueda parecer algo exagerado. Eso sí, como dije antes, tras todos los problemas, discusiones, intercambios de opiniones, todo termina con un aire de aceptación, de reconciliación y comprensión con la idea central de que, pase lo que pase y sean como sean, lo más importante es la familia y sobre todo otra idea, que tenemos que aceptar a la gente tal y como es.

Tiene, como dije, el formato de un falso documental, los personajes a veces hablan directamente a la cámara, sentados en los sofás de los salones de sus casas, contando sus experiencias y sus opiniones sobre temas de familia, de la vida, de la sociedad y luego veremos momentos de la vida de estas tres familias en su desarrollo diario, cada una por su lado, para terminar, casi siempre, con un momento en el que están todos juntos, celebrando la unión de esa caótica familia. Catorce nominaciones a los Emmy y varios premios ganados avalan esta producción que tiene momentos realmente divertidos.

Ed O´Neill es Jay, un actor bastante conocido de la televisión por una serie de hace ya bastantes años y que tenía un cierto aire a esta, también sobre una familia algo especial pero algo más ácida, “Matrimonio con hijo”. Claire es la actriz Julie Bowen, a la que vimos en una serie que comenté aquí, “Boston Legal” y el resto son actores todos ellos de otras series con caras también conocidas. Todos ellos están realmente bien, pero destacaría a dos. Por un lado a Cameron, el compañero de Mitchell; por otro a Phil, el padre que no quiere ejercer demasiado como tal pero que por las presiones de su mujer tiene que hacer cosas que considera que no responden a esa imagen de padre cercano y comprensivo que quiere tener y que, claro, siempre le salen mal, rematadamente mal; además la relación con su suegro no es demasiado buena, ya que a este tampoco le resulta demasiado bueno que tenga el comportamiento que tiene.

Son episodios de media hora siempre movidos y entretenidos, es imposible no sonreír más de una vez a lo largo de los mismos y muchas veces las situaciones que se producen provocan algo más que leves sonrisas. En algunos momentos hasta parece una mezcla entre dos series de animación pero cambiando los dibujos por personas (hablo de “Los Simpson” y “Padre de familia”), aunque estas dos son algo más exageradas y con menos momentos digamos convencionales. A pesar de la exageración cómica todos podremos ver momentos y situaciones de nuestras vidas familiares y muchas veces pensaremos que está más cerca de la realidad que otras series familiares en las que todo es maravilloso y genial, en las que los problemas siempre se resuelven con bien o directamente ni existen, aunque todos sepamos que la familia sin problemas no existe en ningún sitio. Recomendable para pasar un buen rato, simpática, divertida, entretenida y con un fondo de realidad más que importante.

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