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jueves, 20 de diciembre de 2012

"El invierno del mundo", Ken Follet




No soy nada amigo de los tópicos, pero es bien cierto que en ocasiones se cumplen, más que nada porque alguna base tienen. Digo esto por el que dice eso de que “segundas partes nunca fueron buenas” y el comentario de hoy es sobre una segunda parte de una trilogía. La primera la comenté aquí allá por noviembre del año 2010 y hoy le toca el turno a la segunda entrega, de publicación relativamente reciente. Su autor es uno de esos que ya aparecieron por aquí en varias ocasiones, Ken Follet, y la novela que os dejo es “El invierno del mundo”, dentro de lo que el autor denomina “La trilogía del siglo XX”.

Como ya hubo varias novelas de Follet a comentarios anteriores me remito para cuestiones biográficas que ya aparecieron. Lo que sí voy a dejar claro desde un principio es que, en general, sus segundas partes me están decepcionando ligeramente. Lo dije cuando comenté “Un mundo sin fin”, la continuación de “Los pilares de la tierra”. Pues las mismas cosas que encontré en esta que no me agradaron demasiado parece que se repiten en esta de hoy. No quiero decir que no esté bien, que no sea entretenida o se lea con agrado y facilidad, pero no llegó a colmar las expectativas que tenía cuando me puse a leerla, sobre todo teniendo en cuenta que “La caída de los gigantes” me había gustado bastante. 

En este caso afronta la historia partiendo más o menos desde donde la dejó en la primera entrega, allá por el año 1933 y llegará poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1949 como paso previo a la guerra fría y el resto de los acontecimientos importantes del siglo. Los protagonistas son los mismos, evidentemente, las mismas familias procedentes de diversos países que van cruzando sus destinos de distintas maneras. En ese sentido sí es cierto que sigue jugando de maravilla con los personajes y haciendo que se encuentren unos con otros en distintos momentos y circunstancias de una manera fluida y creíble para el lector. Además, en esta parte de la historia, el movimiento de muchos de ellos entre países será continuo y algunos que empiezan en Estados Unidos acabarán en Inglaterra, Alemania o Rusia. Los viajes de los protagonistas con distintas funciones o misiones son continuos dentro de la historia, motivados también por los acontecimientos históricos que nos cuenta. Claro que ahora entrarán los hijos e hijas de las familias centrales, que llevarán gran parte del peso de la historia. Los padres de la primera entrega van dejándole el testigo a sus descendientes que serán los que protagonizarán la mayor parte de la trama, pero dejando momentos muy importantes para los anteriores, que siguen estando presentes en todo momento. En Estados Unidos tenemos a la familia del senador Dewar, Woody y Chuck. En el mismo país acabó Lev Peshkov, que había emigrado desde Rusia, y con él sus hijos Daisy y Greg. Además de ellos aparecerán varios personajes históricos, como Roosevelt o Harry Truman. En Inglaterra Boy y Andy son los hijos del noble Fitzherbert y Lloyd el hijo de los Williams. En Alemania tenemos a los Von Ulrich, con sus descendientes Erik y Carla, así como a la familia Franck, Werner y Frida serán los que más destaquen entre sus hijos. Rusia era otro de los países centrales y allí tendremos al otro Peshkov, el que se quedó cuando su hermano tuvo que emigrar y sus hijos, Volodia y Ania. A su alrededor una buena cantidad de personajes de diversos tipos y con distinto peso dentro de la historia, unos más importantes que otros, pero todos más o menos relacionados con estos que os acabo de dejar, que quizá sean los más importantes. Además aparecerán dentro de cada país y en cada momento varios personajes históricos con más o menos importancia dentro de la historia. Eso sí, a pesar de que como dije no me convenció demasiado, sigo pensando que el diseño de personajes, la variedad en sus formas de ser, pensar o comportarse sigue siendo una de las mejores cosas tanto de la novela como del autor.

Como en el caso de la primera, es una novela larga, cercana a las mil páginas y que a mí en algún momento puntual se me hizo algo pesada, aunque nunca me planteé dejarla. Todos los acontecimientos importantes de esos años aparecerán con mayor o menor importancia dentro de la historia. Empezaremos con la ascensión del partido nazi y Adolfo Hitler al poder en Alemania, pasaremos a la Guerra Civil en España. De ahí el núcleo central, evidentemente, será la Segunda Guerra Mundial, el bombardeo de Pearl Harbor, la guerra en el Pacífico, terminando con el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima y el inicio de la Guerra Fría tras el remate de la guerra. 

¿Por qué me decepcionó un poco? Pues la verdad es que me resultó algo simple en cuanto al aspecto histórico de la novela, más centrado en historias sentimentales y relaciones entre personajes que en ocasiones se comen otras cosas de la historia y le restan interés. Creo que cuando comenté la continuación de “Los pilares de la tierra” dije lo mismo, que en algunas partes era quizá demasiado culebrón, demasiadas historias de amores y desamores que pueden hacer que el lector que busca algo más se desinfle un poco, por lo menos a mí me pasó. Evidentemente es necesario que el autor establezca unas ciertas relaciones entre todos los personajes de la historia, pero creo que si su intención es escribir una crónica de los acontecimientos del siglo XX en este caso esas relaciones parecen estar un poco por encima de esa intención. Por supuesto esto es una apreciación personal y añado también que todas estas relaciones, cruces, encuentros y demás están muy bien hechos y casi aparecen como algo completamente creíble y natural, pero en más de una página creo que duran demasiado y pueden hacer que se pierda del interés. Una de las cosas que más me habían gustado de la primera entrega era lo bien contado que estaba el inicio de la Primera Guerra Mundial, los problemas entre países y cómo los personajes funcionaban dentro de ese entramado. En este caso no me pareció que tuviera tanto esa intención. Quizá sea porque parte de la base de que ese gran conflicto es algo más conocido para la gran mayoría de los lectores, pero aún así eché de menos algo más de contenido histórico a ese respecto. Además de eso creo que en algunos casos da una visión algo tendenciosa y parcial de algunas situaciones o hechos, casi como tomando partido por algún bando concreto. No voy a decir en qué momentos percibí ese tipo de cosas, es algo que prefiero dejar al lector, que juzgue por sí mismo. Eso sí, creo que da una visión demasiado simple, por ejemplo, de la Guerra Civil española.

Sí tiene momentos que me gustaron mucho, eso es innegable porque no deja de ser uno de mis autores favoritos y son esas cosas las que hicieron que no dejara la lectura, bueno, eso y que leer la tercera entrega es algo que entra dentro de mis planes, por supuesto. El ataque de los japoneses a Pearl Harbor, todo lo que rodeó a la fabricación de la bomba atómica, algunas partes de la guerra del Pacífico o los temas relacionados con el espionaje durante la guerra y algunas cosas más me resultaron entretenidas e interesantes. En cambio otros momentos que creo importantes me dejaron un poco más frío, la mayor parte del relato durante la guerra europea me resultó quizá demasiado frío y poco concreto, salvo por algunos detalles que lo salvaron de la casi mediocridad. Vuelvo a decir que es posible que Follet piense que ya hay demasiadas historias centradas en esa época, contando tantas cosas que es difícil añadir algo más, pero aún así eché de menos algo más.

Me gustó, pero al mismo tiempo me decepcionó un poco. En algunos momentos se me hizo algo pesada y casi aburrida. Esperaba algo más, distinto en algunas cosas, menos centrado en las historias y relaciones sentimentales entre los personajes y más centrado en las cuestiones históricas, que creo que se quedan un poco diluidas entre esos cruces de parejas, de encuentros, separaciones y demás. En algunos momentos todo eso no está nada mal, pero quizá se alarga demasiado, le da demasiadas vueltas y eso hizo que me cansara un poco, que tuviera ganas de acabar esa parte de la historia y pasar a otra distinta y más interesante, para mí, claro. 

A pesar de todo creo que es una novela más o menos recomendable, sobre todo para los seguidores del autor y los que hayan leído la primera parte. Su lectura fue casi como subir en una montaña rusa, con momentos que me gustaron mucho y otros que no tanto, como si te diera un fuerte bajón, pero claro, tras ese venía muchas veces una buena subida. Creo que es algo irregular, pero aún así puede hacer que pasemos un buen rato con ella. Para mí a medio camino entre una novela histórica más o menos seria y un medio folletín (con todo mi respeto por el género y sus seguidores). Y también con una perspectiva histórica quizá algo sesgada en algunos momentos precisos, pero eso es ya una apreciación completamente personal. Por supuesto que me leeré la última entrega, quiero saber qué y con quién nos va a contar esos últimos años de un siglo XX lleno de claros y sombras. Además tengo la impresión de que puede ser la época más complicada y difícil de contar, esperemos a ver qué hace Ken Follet con todos estos personajes. Eso sí, espero también que me digáis qué os pareció esta de hoy, a ver si coincidimos o no.

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