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jueves, 23 de febrero de 2012

"El libro negro", de Orhan Pamuk



Siempre pensé que una de las mejores cosas que se pueden regalar es un libro, ya sea para mayores o niños. La novela que voy a comentar hoy me llamó la atención cuando la vi en el escaparate de una librería y llegó a mis manos gracias a un buen amigo que me la regaló no hace demasiado tiempo. Así que aprovecho para darle las gracias de nuevo desde aquí, él sabe muy bien que para mí es uno de los mejores regalos. No es una obra reciente pero sí en la versión que tuve la oportunidad de leer, traducida al gallego por María Alonso Seisdedos y Bartug Aykam para la Editorial Galaxia a finales del año pasado. El autor es Orhan Pamuk y la novela “El libro negro”. En castellano podéis encontrarla en Alfaguara o en Debolsillo en ediciones de años anteriores. La novela original es de principios de la década de los 90.

Orhan Pamuk es un autor nacido en Estambul en 1952. Fue galardonado en el año 2006 con el Premio Nobel de Literatura. Nació en una familia que vivía en un barrio occidentalizado de su ciudad natal, parecido al que muestra en algunas de sus novelas. Comenzó a estudiar arquitectura, pero lo dejó tres años después para dedicarse a la literatura. En 1977 se graduó en el Instituto de Periodismo de la Universidad de Estambul, pero nunca ejerció. Entre 1985 y 1988 vivió en Nueva York, trabajando como profesor en la Universidad de Columbia. Su carrera como escritor se inició a finales de los 70. Su primera novela apareció en 1982 pero comenzó a tener importancia internacional con “El astrólogo y el sultán” (1985).  Se consagró con “Me llamo Rojo” (1998), una historia de misterio, amor y reflexión filosófica que transcurre en su ciudad natal en el siglo XVI. Fue llevado a juicio en 2004 por unas declaraciones en las que según el acta “insultaba y debilitaba la identidad turca”, al año siguiente se reafirmó en sus palabras y el proceso fue abandonado un año después. Es un personaje polémico en su país (admirado por unos y traidor para otros) por su postura ante el problema armenio y kurdo en Turquía, defendiendo los derechos humanos. Por estas cuestiones se vio obligado a abandonar el país por un tiempo. Ya en 1995 había sido juzgado junto con otros escritores por ensayos en los que criticaba al gobierno por su política contra los kurdos. En 2007, tras recibir algunas amenazas de muerte, abandonó de nuevo su país. Uno de sus primeros éxitos literarios internacionales fue la obra comentada hoy, “El libro negro”. Es el primer turco que recibe un Premio Nobel, según la Academia como un escritor que “en búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la interconexión de las culturas”. Sus obras han sido traducidas a más de cuarenta idiomas. La última, por el momento, es “El museo de la inocencia”, del año 2008.

“El libro negro” se centra en un personaje en busca de otros dos y algunas cosas más, es un viaje por la ciudad de Estambul, de día y de noche, una búsqueda no solo de dos personas, sino de la propia identidad del protagonista, del sentido de su vida y de sus objetivos en la misma. Múltiples historias, situaciones y lugares irán apareciendo a lo largo de esta casi desesperada búsqueda, además de gran cantidad de referencias históricas, culturales, religiosas, sociales... Un conglomerado de cosas, de elementos bien engarzados y con una reflexión de fondo entre la tradición y la modernidad de una sociedad como la de nacimiento del autor.

El protagonista es Galip que de repente un día descubre que su mujer, Rüya, desapareció. Además flota en el aire la posibilidad de que lo abandonase y se marchara con Celâl, un famoso cronista periodístico que además es primo del mismo Galip. Recorre la ciudad investigando y buscándolos, sobre todo a ella, días y noches llenos de aventuras, personajes y situaciones extrañas. Tanto es así que incluso llega a tomar la identidad de Celâl, viviendo en su casa medio escondido y llegando a escribir las crónicas semanales que este publicaba. Galip es un joven abogado, abandonado por la mujer a la que quiere mucho y que solo le deja una breve carta de despedida. Durante un tiempo intenta mantener la desaparición en secreto, diciéndole a la familia y amigos que está enferma, pensando que la encontrará antes de tener que contar la verdad. Durante su búsqueda se relacionará con gran cantidad de personajes, cada uno con su historia, relacionada siempre con el pasado, el presente y el futuro de la sociedad turca, viviendo en una continua confrontación entre el mantenimiento de las tradiciones y la entrada de la modernidad. Fascinante, por ejemplo, la historia del fabricante de maniquíes que reflejan a los propios habitantes de Estambul y que nadie quiere exponer en sus tiendas. 

Otro de los protagonistas, a veces más que el propio Galip, es la ciudad de Estambul. Él recorrerá sus calles, conocerá a sus gentes y tratará con todo tipo de personas y visitará todo tipo de barrios, dándonos así el autor una imagen completa de su visión de la capital turca. A través de ella conoceremos la historia del país, sus cambios, sus calles, sus edificios, su memoria, evocando grandes momentos del pasado. La novela está llena de anécdotas, de historias, de personajes, de voces que nos ayudarán quizá a entender algo mejor una sociedad y un país no demasiado conocido por nosotros. Quizá este sea uno de los problemas para llegar completamente a la historia que nos cuenta Pamuk, por lo menos para mí, el casi completo desconocimiento de una sociedad, de un país y de una historia que son uno de los núcleos centrales de la novela. Eso sí, me quedó una sensación algo triste sobre la ciudad, dando una imagen un tanto sórdida, oscura, sucia y decadente de la misma. Un recurso para ayudar todavía más a la gran tristeza, soledad y desasosiego que siente el protagonista en su recorrido por ella.

El periodismo, su función, la forma de trabajar, su repercusión e importancia dentro de la sociedad es otro de los elementos fundamentales de la historia. Podemos llegar a reflexionar no solo sobre lo que nos dicen las crónicas que aparecen insertadas dentro de la historia, sino también sobre lo que es o debería ser el periodismo y el periodista dentro de una sociedad como la actual. El autor irá alternando casi desde el principio entre la historia contada por Galip y los artículos de opinión publicados por Celâl, aunque llegará un momento en el que no tendremos demasiado claro quién es el autor de los mismos, si son sus antiguos artículos o son los nuevos escritos por Galip para mantener el misterio de la desaparición.

El lenguaje usado es casi poético, fascinante en muchos momentos y consiguiendo que sea duro en otros gracias a ese tono usado. Hay situaciones que te golpean como si las palabras fueran un mazo y otros en los que la evocación conseguida hace que sufras tanto o más que el protagonista. Es una novela de amor, Galip no se ve capaz de vivir sin su amada Rüya, que tanto le costó conseguir y hará cualquier cosa para encontrarla, enfrentándose incluso a sus propios miedos.

Es la primera novela que leo de este autor y la verdad es que me ha gustado bastante. Por un lado por el estilo y la forma de escribir y por otro porque la historia de Galip la verdad es que te va atrapando poco a poco, a medida que va caminando por las calles en esa búsqueda que lo llevará por caminos, lugares y personas insospechadas, llevándolo a hacer cosas de las que él no se creía en absoluto capaz. En algunos momentos, pocos, se me hizo algo árida, quizá por esa falta de conocimientos que tengo sobre el país, su historia o su forma de vida, que puede hacer que uno se pierda un poco y pase por encima de algunos párrafos (quizá vuelva a leerla en algún momento, la verdad). No es imprescindible ese conocimiento para afrontar la lectura, pero creo que sí lo es para llegar a entender perfectamente todas las intenciones del autor. Aún así la historia de ese joven abogado medio fracasado por las calles, tiendas, locales y distintos espacios de Estambul me atrapó de una forma que no esperaba al principio. Hay un montón de personajes curiosos, interesantes y sorprendentes, así como muchos momentos de la historia podrían recibir las mismas calificaciones. La recomendaría si queréis leer algo distinto e interesante, yo creo que merece la pena.

1 comentario:

  1. Coincido en gran parte con tu visión del libro, me he identificado con muchas cosas que cuentas. He leído bastantes libros de Pamuk, pero este ha sido el más difícil y a la vez, algunas partes me han deleitado (entre ellas el capítulo 16 de la segunda parte, La historia del principe heredero). Sigo saboreando el recuerdo de Rüya y sus novelas policiacas, asi como a Celal y sus columnas en el periódico...

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