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martes, 27 de octubre de 2015

"Under the dome, La cúpula", de Stephen King, la serie de televisión


Los que me siguen por aquí o me conocen bien saben que Stephen King es uno de mis autores favoritos desde hace mucho tiempo. Muchas de sus novelas fueron llevadas al cine en más de una ocasión, eso sí, con resultados desiguales y las mejores, para mí, son las que parten de historias que no son exactamente de terror. De todas las que aparecieron por la gran pantalla me quedo con “Cuenta conmigo”, “Cadena Perpetua” y “La milla verde” (curiosamente todas basadas en cuentos o un relato corto); sin olvidar “Misery” o “Carrie” (la primera versión). Viene esto a cuento de que hoy voy a dejar un par de cosas sobre una serie de televisión que sigue una de las últimas novelas de este autor. En julio de 2010 comenté aquí la que en aquel momento era una de sus últimas novelas (podéis leer el comentario aquí) y que salvo por un final algo decepcionante me había gustado bastante. La novela era “La cúpula”, planteamiento original, desarrollo en su línea habitual, personajes de todo tipo y una serie de situaciones que hacían la lectura muy entretenida y bastante interesante. Solamente me había decepcionado un poco el final, pero creo que tampoco era una historia fácil de rematar de una forma que fuera satisfactoria para todos los lectores. Al final de aquel comentario decía que estaban preparando una serie televisiva basada en la misma, pues es sobre esa serie sobre la que os dejaré unas letras en mi comentario de hoy.

La novela era larga y daría para la típica serie de 24 episodios que suelen hacer por los Estados Unidos. Al final se ve que la primera temporada tuvo un cierto éxito y la extendieron a tres, terminando definitivamente con esta última, que la cosa no daba para mucho más. La primera es del 2013 y la última de este mismo año y, para mí, fue de una línea más o menos decente a ir bajando poco a poco. Todavía no terminé de verla, ando ahora por la mitad de esa tercera y definitiva temporada y quiero ver cómo acaban la historia, aunque me está decepcionando un poco.

La primera temporada seguía en líneas generales bastante la novela. Como es normal en estos casos cambiaban algunas cosas, eliminaban otras y añadían algún personaje que no aparecía en la novela, pero en general podías reconocer la mayor parte de la novela en la misma. Como dije en el comentario y suele pasar con este tipo de historias de King, lo mejor eran los personajes y la relación que se iba estableciendo entre ellos, sobre todo entre los protagonistas y los antagonistas. La historia era bastante original. De repente el pueblo de Chester Mill´s se encontraba atrapado bajo una cúpula impenetrable. Dentro de ella todos los habitantes del típico pueblo americano que tanto le gusta al autor como algunos otros que estaban de paso por allí en aquel momento. Así la historia se trazaba sobre todo en una confrontación entre el alcalde el pueblo, Big Jim Rennie, y uno de los que pasaban por allí, Dale Barbara. A su alrededor una buena serie de personajes relacionados con el uno o el otro que iban tomando partido en una situación que se prometía difícil y complicada. Nadie podía entrar y nadie podía salir y la cúpula jugaba un poco con todo el pueblo, dando y quitando cosas sin que hubiese una explicación lógica. Al final un remate que como dije no me convenció demasiado, algo caótico y no demasiado dentro de la tónica general del relato, pero bueno, no era fácil. Como en otros casos las razones del por qué de la existencia de la cúpula quizá eran lo de menos, pero lo importante era cómo iban reaccionando los distintos personajes a las situaciones que se iban planteando. Cómo iban intentando solucionar los problemas y cómo íbamos descubriendo las razones que impulsaban a cada uno a actuar como lo hacía. La primera temporada seguía bastante bien esta historia y creo que lo mejor sería haberlo hecho y no dejar cosas en el aire para poder hacer una segunda, sobre todo cosas que en absoluto aparecían en la novela original. Sigo sin entender por qué estas historias de King, que son tremendamente cinematográficas, no respetan las líneas generales marcadas por el autor y se empeñan en cambiar cosas que a veces no cuadran o no pintan nada dentro del relato. En los casos en los que él no participa del guión puedo entender que lo hagan, porque el autor ya no lo controla, pero en los que sí participa, como es el caso de esta, aún lo entiendo menos. 

El final de la primera dejaba muchas cosas en el aire, lógicamente había que intentar mantener el interés, y me puse a ver la segunda. Los primeros capítulos no estaban mal, aún se podía ver en ellos la línea argumental de la novela, aunque era evidente que estaban ampliando cosas para poder extenderla más. Pero en cierto momento pasó a no tener casi nada que ver con ella, y ahí creo que se estropeo un poco, o bastante. Eso no quiere decir que perdiera el interés, pero ya no era lo que yo quería ver. Vamos, que creo que se le fue un poco de las manos. King sigue apareciendo como asistente de los guiones y aún podemos ver su mano en el desarrollo de la historia, pero aún así muchos de los aciertos del autor se perdieron en su paso a la televisión. Es más, en uno de los primeros capítulos de esta segunda temporada aparece el propio Stephen King tomando algo en la barra de la cafetería del pueblo.

Y si la segunda ya me pareció algo prescindible, qué decir de la tercera. Perdonando la expresión en esta ya se les fue la pinza del todo. No voy a contar nada porque supongo que habrá gente que la siga y querrá verla, aunque de momento creo que aquí no se ha estrenado, porque yo me la estoy viendo en versión original subtitulada. Me da que pronto la estrenarán. Pero aunque quiero saber cómo la van a terminar y algunos personajes me siguen gustando la verdad es que me está costando un poco. La cúpula sigue ahí, pero la historia que desarrolla cuadra un poquito, pero poco, con la historia de la novela. Algunos de los pocos personajes nuevos que aparecen parecen metidos con calzador y chirrían un poco. La forma de comportarse de otros que ya conocíamos pues tampoco me gusta demasiado. Y además parece una especie de refrito de la novela original con algunos clásicos del cine de ciencia-ficción y terror de toda la vida más algunos otros de lo que se suele llamar serie B. Si la vemos no como una adaptación de la novela, sino como otra cosa, no está mal, pero aún así me está decepcionando un poco. Ya me huelo un final de esos que me dejan frío y mandándolos a freír espárragos.

De todos modos la serie no está mal. Está bastante bien hecha y la situación bastante bien reflejada. Los actores no son demasiado conocidos, algunos de cara y de verlos en otras series y dejan el pabellón en un plano medio. De todos modos por encima de todos ellos destaca uno que la verdad es que se come la pantalla cada vez que sale. En la novela había un personaje que aún no siendo el “bueno” de la historia para mí era el más destacado por todo lo que hacía y cómo se comportaba. La verdad es que era el más jugoso de todos y estabas siempre esperando a ver qué hacía o por dónde salía página tras página. Era Big Jim Rennie, el alcalde del pueblo, siempre dispuesto a hacer lo que fuera para poder destacar y quedar por encima de los demás. Pues en la serie este personaje la verdad es que está muy por encima de todos los demás y su interpretación también. El actor que lo encarna será una cara muy conocida para los aficionados a las buenas series, Dean Norris, el inolvidable cuñado de Walter White, el químico fabricante de anfetaminas de “Breakin Bad”. Tampoco están mal los otros dos actores principales de la historia, Mike Vogel como Dale Barbara y Rachelle Lefevre como Julia Shamway, pero para mí quedan por detrás del anterior.


Lo dicho, no está mal pero aunque me repita no entiendo por qué cuando una historia está bien planteada, bien desarrollada, con buenos personajes y buenas situaciones (que es lo que hace Stephen King en sus novelas) vienen unos guionistas de cine y televisión y se empeñan en cambiar esas cosas y convertir muchas de las originales historias de este autor en mal cine que no soporta casi ni una crítica benévola. Cierto es que muchas de sus novelas llevadas al cine no están entre las mejores y son de gama media, pero cuando las llevan al cine las convierten casi en infumables o peor incluso. Lo malo es que también lo han hecho con algunas de las que no están nada mal. Hace poco leí que otra de sus últimas historias también será convertida en serie de televisión. Pues miedo me da porque además de sus últimas novelas es la que más me gustó, me refiero a “22/11/63”, original, entretenida y bien escrita como sus mejores relatos. Vamos a cruzar los dedos y esperar que sean fieles al texto original.

lunes, 19 de octubre de 2015

"El pasajero", Jean Cristophe Grangé

La última novela que apareció por aquí tiene en común varias cosas con la de hoy, últimamente me da de nuevo por la novela negra o de investigación policial y además de autores franceses. Esas son las dos cosas en las que coinciden. Al autor de hoy lo conocía ya por un par de adaptaciones de cine, pero creo que hasta ahora no había leído nada de él y tras esta creo que me pondré con alguna más, porque me gustó bastante. El autor, bastante conocido, es Jean Christophe Grangé y la novela se titula “El pasajero”

Jean Cristophe Grangé es un escritor y periodista francés nacido en París en 1961. Se licenció en Letras por la Universidad de la Sorbona y después se dedicó a la publicidad y al periodismo. Posteriormente fundó su propia agencia de prensa. Su primera novela es de 1994, “El vuelo de las cigüeñas” pero la que empezó a darle reconocimiento fue “Los ríos de color púrpura” (1999). Esta novela fue llevada el cine en el año 2000, protagonizada por Jean Reno. Esta fue la historia que me llevó hace poco a este autor, ya que la película me gustó bastante. Tuvo una continuación en el 2004 con los mismos personajes, pero era algo más floja y no partía realmente de una obra del autor. En el 2003 publica “El imperio de los lobos”, llevada al cine en 2005 con el mismo actor protagonista. Fue también guionista de una intrigante y curiosa película, “Vidocq”, protagonizada por Gerard Depardieu. Otras obras suyas son “La línea negra” (2004), “Los esclavos de la oscuridad” (2007), “Miserere” (2008) o la que os comento hoy, “El pasajero” (2011). Su novela más reciente es “Lontano”, de este mismo año. En todas ellas hay una combinación entre la intriga, los asesinatos y casi siempre una serie de elementos fantásticos que le dan una gran originalidad a todas sus historias.


Como ocurría en el comentario anterior no es fácil dejar esbozado un breve resumen de la historia, porque es de esas que hay que ir desgranando a medida que leemos y contar demasiado sería estropear demasiado una buena historia llena de elementos intrigantes, interesantes y sorprendentes. Una mezcla muy bien trenzada entre una novela negra y un thriller más psicológico que de acción, aunque tiene sus momentos movidos, con más de una persecución y otros llenos de tensión. La verdad es que la cosa funciona bastante bien y aún siendo una novela bastante extensa no lo parece, por esas ganas de seguir avanzando en la historia para poder entender poco a poco qué es lo que está pasando.

La historia gira fundamentalmente en torno a dos personajes. Por un lado la agente de policía Anäis Chatelet. Una mujer de 29 años llena de juventud y vitalidad, con ganas de destacar dentro de un mundo básicamente masculino que le pone las cosas bastante difíciles pero a la que le falta algo de experiencia, además de algunas cosas en su vida anterior que dificultan aún más sus ganas de ascender y hacer las cosas bien. El otro protagonista es Mathias Freire, un psiquiatra soltero y solitario que trabaja en el Hospital Universitario de Burdeos, especializado en casos quizá complicados pero siempre interesantes.
Un día que está de guardia Mathias recibe en urgencias a un vagabundo al que la policía encuentra perdido, con manchas de sangre de origen desconocido y aún encima con una aparente pérdida de memoria. No sabe quién es, de dónde viene, qué son esas cosas que trae consigo ni cómo ha llegado la sangre que lo empaña. Tras trabajar un poco con él el doctor Freire se encuentra con un diagnóstico poco habitual y que será un auténtico desafío para su carrera. Cree que sufre una fuga disociativa, un tipo extraño de amnesia en la que el paciente no recuerda nada de su vida anterior pero al mismo tiempo se crea una completamente distinta. Para él todo es coherente y real, pero en cuanto el doctor se pone a investigar descubre que nada de lo que cuenta es cierto, aunque para él si lo sea. Todo esto supondrá un auténtico desafío para un hombre que llegó a ese hospital de Burdeos dos años antes tras el suicidio de una paciente anterior con la que mantenía una cierta relación.
Anäis se encuentra en un momento fundamental de su carrera, el que puede decidir si sube, baja o se estanca. Le tocará investigar un brutal asesinato cometido en la estación de Saint-Jean, con una escenografía que recuerda al mito del Minotauro, perfectamente recreado, tan perfecto como macabro y que pronto descubrirá que puede estar relacionado con otros anteriores. No hay evidencias, no hay pruebas, no hay huellas, casi nada con lo que poder trabajar. Ella también llegó a Burdeos un par de años antes y también tienen un pasado, un escándalo que está intentando superar. Y a partir de esto una nota que dice “Yo no soy el asesino” y que llevará a una escalada de situaciones complicadas, una investigación muy difícil y que cada vez abrirá más caminos y cada uno parece llevar a un lugar distinto. Ambos pasarán por situaciones muy difíciles que harán que se vayan conociendo más cada uno a sí mismo y entre ellos.

No se puede contar más porque la novela está llena de giros sorprendentes y una forma de contarnos la historia realmente interesante y original. El avance de cada página hará que vayamos descubriendo algo más o que quizá nos perdamos aún un poco más, pero capítulo a capítulo la historia va cogiendo forma y vamos conociendo un poco más a ambos personajes y en qué están metidos. Como dije en el comentario anterior es de esas que hay que coger y leer y leer porque cada capítulo te llevará a querer leer el siguiente. Más asesinatos, más personales, más situaciones de todo tipo, viajes por otras ciudades y mucho movimiento de los protagonistas, rodeados de otros secundarios que siempre tendrán mucho que aportar. La novela tiene un planteamiento inicial que te atrapa casi desde la primera página y que solo decae, y poco, en algunos momentos puntuales. La originalidad del argumento va creciendo a medida que avanzamos en la lectura y la intriga lo hace al mismo tiempo. En más de una ocasión, como lectores, dejaremos el libro sobre nuestras piernas y nos pararemos a pensar en lo que está pasando, a intentar adivinar por dónde va a salir el autor; en algunos casos acertaremos, pero eso no va a pasar en la mayor parte de los casos. Todo esto hasta llegar a un final sorprendente y muy bien llevado.

Asesinatos, mitología, buenos personajes, intriga, emoción, acción… Todo ello contado de una forma que te lleva a seguir leyendo, que es lo mejor que se puede decir de una novela de este tipo. Está clara la experiencia del autor en el cine, porque es una historia que se desarrolla de un modo muy cinematográfico y es fácil imaginar las escenas a medida que las lees. No sé si tiene prevista versión en la gran pantalla, pero no me extrañaría.


Para mí muy recomendable y el autor queda en la categoría de “voy a leer otras novelas suyas”, no solo por lo que conocía de sus versiones en cine, sino porque me gustó mucho cómo escribe.