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martes, 3 de junio de 2014

"La ladrona de libros", Markus Zusak



La novela de hoy llevaba tiempo en la lista de pendientes, pero no daba llegado el momento de ponerme a leerla, siempre se interponía alguna otra. Pero cuando vi que había adaptación para el cine, y pensando que la vería, me decidí a leerla. Creo que es más que posible que más de uno de mis lectores no coincida conmigo tras leer este comentario, pero es evidente que cada uno tiene sus gustos y opiniones y contrastarlas es una de las mejores cosas que se pueden hacer cuando varias personas leen la misma novela. A mí me gustó, pero esperaba algo más, quizá pensando que estaba ante una historia para público adulto cuando en realidad creo que es una  buena novela juvenil, pero que para más adelante quizá se quede un poco corta en algunos momentos y tenga buenas ideas que el autor no llega a desarrollar del todo. El autor es Markus Zusak y la novela “La ladrona de libros”.
Markus Zusak es un autor nacido en Sidney en 1975, hijo de un austríaco y una alemana que emigraron a ese país a finales de los años 50. Desde muy pronto tuvo claro que se dedicaría a la escritura como profesión, aunque trabajó como conserje y estudió para profesor de inglés y consiguió fama internacional con la novela que os dejo hoy, traducida a más de cuarenta idiomas, publicada por primera vez en el año 2005 y que, de momento, es su novela más reciente. La primera es del año 1999, “The underdog”. Además de estas dos es autor de cinco novelas más. “La ladrona de libros” permaneció más de 400 semanas en la lista de bestsellers del New York Times y aún está presente en ella. Por la misma ganó varios premios en diversos países. En castellano podemos encontrar también “Cartas Cruzadas” (2002), la historia de un taxista llamado Ed que a través de cartas con mensajes cruzados pretende lograr el bienestar de los demás. Muchas de las historias de esta novela surgen de las que le escuchó contar a sus padres sobre la Alemania nazi, el bombardeo de Munich o el trato a los judíos. En el año 2013 fue llevada al cine, contando con el respaldo de su éxito literario.

La historia transcurre en la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, en una zona alejada directamente del conflicto bélico, pero que no puede escapar de las crueldades y los problemas de un país en guerra. Sufrirán el acoso de los soldados alemanes, las deportaciones de los judíos y los bombardeos aliados en muchos momentos. La narradora de la historia no es, en este caso, uno de los personajes directos de la misma, aunque a pesar de no serlo está presente en todo momento por varias razones, ya que la historia está contada desde el punto de vista de la Muerte, como un personaje más que todo lo ve, todo lo sabe y acudirá a recoger a muchos de los que aparecen en la historia. Ella nos cuenta en primera persona la historia de Liesel Meminger, la joven alemana alrededor de la que gira todo lo demás. Al principio del relato vemos como está haciendo un viaje con su madre y su hermano, pero él muere durante el mismo y paran en un pequeño cementerio para enterrarlo. Será aquí cuando Liesel se convertirá en la ladrona de libros, algo que la acompañará durante mucho tiempo. En su viaje llega a un pequeño pueblo alemán donde quedará al cuidado de Hans y Rosa Hubermann, que se convertirán en sus padres adoptivos y que de dos maneras bien distintas se ocuparán de ella. Hans es un hombre bueno, profundamente bueno, que vive solo para preocuparse por los demás e intentar que sean felices, así que Liesel será desde un principio perfectamente atendida y cuidada por él. Medio pintor medio músico (toca el acordeón) intenta sacar a su familia adelante y pasar lo más desapercibido posible dentro del conflicto, entre otras cosas por los problemas que le provoca su negativa a afiliarse al partido nazi. Rosa es distinta, dura por fuera, pero profundamente buena por dentro, quiere mantener esa fachada de mal humor, de genio que la acompaña por todo el pueblo, pero en realidad se preocupa por su marido, por Liesel y por muchos de su alrededor tanto o más que Hans. Al principio las cosas no serán fáciles, nuevos padres, nuevo colegio y amigos, nueva situación y todo ello acompañado de la pérdida de su hermano y las ganas de saber dónde está su madre y por qué la deja allí. Además de estos tendremos otros personajes importantes, como Rudy, el joven alemán que será su mejor amigo, compañero de partidos de fútbol en la calle, robos y confidencias, el niño que vive obsesionado con Jesse Owens. O Max, el joven judío que tendrán que alojar en el sótano de su casa y que tan importante se hará para ellos tres, pero sobre todo para Liesel. La historia se centra en la vida cotidiana de estos personajes a lo largo de una pequeña temporada durante el conflicto, sus problemas, deseos, inquietudes, miedos, desafíos... Todo un mundo de sentimientos positivos y negativos, de pequeñas alegrías y grandes tristezas que tiñeron la vida de mucha gente en esta oscura etapa de la historia del siglo XX.

La historia está bien, tiene buenos momentos y en algunos el autor conseguirá que tengamos el corazón en un puño, ya sea de tensión, tristeza o, en algunos breves momentos, de alegría. El tema de los libros funciona para Liesel como un escape, una forma de huir de ese mundo en el que hay tantas cosas que no le gustan. Libros que al principio ni siquiera es capaz de leer, pero que conseguirá gracias a Hans, a sus divertidos y originales métodos y a su constancia y paciencia. Evidentemente no es una historia optimista, es dramática como corresponde a la época en la que está situada, pero aún así tiene ese aire de que las cosas a veces pueden ser o parecerse un poco a lo que nosotros queremos y no a lo que en realidad nos encontramos. No digo que no me gustara pero creo que está más enfocada a un lector juvenil medio alto que a un lector adulto. El autor juega en ocasiones con momentos más que esperados y quizá esa fue una de las cosas que hizo que no me gustara tanto, que casi me esperaba muchas de las cosas que iban a ocurrir, para mí tenía pocas sorpresas en el desarrollo de la historia, quizá era demasiado previsible para llegar a gustarme más. Más que la historia me gustaron los personajes, que están bastante bien planteados y de todos ellos me quedo con dos, Rosa Hubermann y su forma de hacer las cosas bien sin perder esa fama de mal humor y Rudy, siempre optimista, siempre con ganas de vivir y hacer más cosas de las que puede hacer. La novela me pareció entretenida, pero me esperaba algo más, la verdad es que solo consiguió conmoverme de verdad en muy pocos momentos (algo que normalmente es fácil) y creo que hay otros que si hubieran sido más desarrollados o lo hubiera hecho de otra manera hubiera alcanzado cotas más altas. No llegó a ser una lectura emocionante en una línea general, solo pequeños destellos, quizá debido a lo dicho antes, a que muchas de las cosas me las esperaba y otras (así lo quiso el autor) son a veces avanzadas un poco por ese personaje de la Muerte que nos cuenta cosas que todavía no ocurrieron pero que nos ayudarán a conocer mejor por qué está pasando lo que estamos leyendo.

En cuanto a la adaptación cinematográfica tampoco me convenció demasiado. Creo que usa solo ciertos momentos de la novela (sé que es imposible reflejarla tal cual) y que deja otros que personalmente me parecían más importantes para el desarrollo completo de la historia. Evidentemente no voy a decir cuáles, pero estoy seguro de que si leísteis la novela y visteis la película posiblemente pensaréis lo mismo. Creo que hay cosas de Rudy, de ciertas aventuras que corre con él, sobre todo, que ayudarían a ver mucho mejor la importante relación entre ellos dos, que en la pantalla queda, para mí, un poco diluida. Eso sí, buenas interpretaciones en los personajes principales, con los siempre efectivos y convincentes Geoffrey Rush y Emily Watson en los papeles de la pareja Hubermann y una desconocida Sophie Nélisse como Liesel, que están realmente bien.

Lo dicho, me gustó y me pareció entretenida e intensa en algunos momentos puntuales, pero esperaba algo más. Pensé que era una novela más para adultos pero creo que se queda a medio camino y más cerca de la novela juvenil, que con ello no quiero decir que sea mala, en absoluto. Es más, para ese grupo de lectores me parece una historia más que interesante y sé de varios de mis alumnos y alumnas que la leyeron y les gustó, así que creo que la anotaré como una de las posibles lecturas para el curso que viene.