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jueves, 27 de septiembre de 2012

"La conjura de Cortés", Matilde Asensi



La novela que os dejo hoy es de muy reciente publicación. Tercera entrega de una trilogía a medio camino entre la novela histórica y la de aventuras, de autora española de gran éxito. Con estas pistas casi seguro que más de uno y una sabrán ya de qué y de quién hablo. La autora es Matilde Asensi y la novela “La conjura de Cortés”, que cierra la trilogía dedicada a Martín Ojo de Plata.


En abril del 2010, poco tiempo después de empezar con este blog, os dejé un comentario de las dos primeras novelas de esta trilogía. Y la autora no es la primera vez que aparece por aquí, así que para no repetirme me ahorro la reseña biográfica y me remito a comentarios anteriores que podéis buscar en el archivo del blog. La primera novela de esta saga apareció bajo el título de “Tierra Firme” en el año 2007; la segunda, “Venganza en Sevilla”, lo hizo en el 2010 y en este 2012 se cierra la historia con la tercera entrega. Una historia bien montada, con cambios de localización en cada una de ellas y con una serie de personajes, tanto protagonistas como antagonistas, que son casi constantes en las tres novelas, por lo menos los más importantes.

Volvemos con la historia de Catalina Solís y su contrapartida masculina, Martín Nevares. Como muchos lectores recordarán “Tierra Firme” nos contaba la historia de Catalina en su viaje al Nuevo Mundo para casarse con un hombre que no conocía, un matrimonio concertado que aceptaba por obligación. Tras naufragios, sobrevivir en una isla y ser rescatada se ve obligada a cambiar de sexo para mantener el anonimato, así aparece Martín, adoptado por un matrimonio que vive al otro lado del Atlántico. Muchas aventuras pasaba en esta primera entrega, que sigo considerando la más entretenida de las tres. La segunda nos contaba la vuelta de Catalina a España para intentar rescatar a su encarcelado padre, de manera injusta, y como este muere sin recobrar la libertad y la obliga a jurar que se vengará de la familia responsable de su prisión, la familia Curvo. Esta segunda novela transcurre casi íntegramente en Sevilla y se centra en esa venganza que termina con la muerte de varios de los integrantes de la citada familia. En ella se pierde un poco el espíritu aventurero y marinero de la anterior, me resultó algo más parada a pesar de tener mucha acción y quizá, algo más previsible. Aún así fue una lectura entretenida, algo que siempre nos garantiza esta autora.

“La conjura de Cortés” nos lleva de nuevo a las tierras americanas tras la escapada de Catalina de España, perseguida por los asesinatos en Sevilla de los Curvo. Sigue buscada por la justicia y rodeada de la mayor parte de los personajes aparecidos en las entregas anteriores. Ahora, entre aventuras de todo tipo, descubrirá sentimientos que no habían aparecido hasta ahora, entre ellos el amor por uno de sus acompañantes, que la desconcertará y la dejará en evidencia más de una vez. Tras una serie de peripecias, viajes y cambios de escenario se verá inmersa en la conjura que da título a la novela, relacionada con el navegante, explorador y conquistador Hernán Cortés. Una serie de nobles y algún descendiente de este personaje quieren derrocar al rey de España como gobernante de las nuevas tierras y poner a un nuevo rey solo para las tierras descubiertas y conquistadas. Pero para eso necesitan dinero y piensan sacarlo del legendario e impresionante tesoro que Cortés escondió en algún lugar de nuevo continente. Casi sin quererlo Catalina se verá metida dentro de esta historia como una parte activa y fundamental de la misma. Algún nuevo personaje aparecerá para ayudarla en esta nueva aventura que será muy importante para ella. De paso advierto que no estoy contando nada que no se pueda leer en las reseñas de la propia editorial o en la contrapartada del libro, es más, creo que aún cuento menos que ellos, que sigo pensando que en ocasiones nos cuentan tanto que casi no merece la pena leer la novela, solo falta que nos digan cómo termina.

Con esta tercera entrega termina por lo tanto la trilogía de Matilde Asensi con este personaje y el siglo XVII como marco histórico. Sigo diciendo que están a medio camino entre la novela histórica y la de aventuras en su estilo más clásico, con momentos quizá influenciados por autores como Salgari, Stevenson, Verne..., lo que no le quita mérito alguno, que conste. Digo a medio camino entre ambos géneros por varias razones. Cierto es que la historia está plenamente ambientada en la época y que muchos de los acontecimientos que nos cuenta y que influyen en la trama parten de hechos históricos reales, y en ese sentido la cantidad de información sobre la época es muy importante y, sobre todo, recibida de una forma más que amena. Del mismo modo otro elemento a destacar es lo bien reflejada y plasmada que me parece la época en todos los sentidos, la forma de vida, de viajar, de comportarse..., todo ello avalado, como dije en el comentario anterior, por un magistral uso del lenguaje. En ese sentido la mezcla que hace entre expresiones del Siglo de Oro y el lenguaje moderno, sobre todo cuando hablan los personajes, me parece algo digno de mencionar. Sin llegar a caer en la pedantería o en un uso excesivo de palabras o expresiones de la época hace que solo con eso podamos trasladarnos perfectamente a la época. A ello también contribuyen la situaciones que desarrolla, las descripciones de paisajes, ciudades, ropas, barcos...son importantes sin caer en lo excesivo, usadas en su justa medida. La labor de investigación y uso de la historia creo que es buena, dándonos datos y conocimientos suficientes para aprender algo o tener ganas de ampliar esa información. Y además está perfectamente usada dentro de la historia. Claro que prácticamente todos los personajes centrales son ficticios, pero creo que el lector podrá verlos casi como si hubieran existido.

Y tiene mucho de novela clásica de aventuras. Los viajes, los piratas, los barcos, engaños, personajes de todo tipo, esclavos, luchas con espadas, duelos... No hay un solo elemento de la novela de aventuras que no esté presente en las tres novelas, y casi siempre usados de una excelente manera. Siempre me gustaron las novelas de este tipo y el cine del mismo género y creo que en este caso el resultado también es bueno. Lo primero que se le debe pedir a una novela de aventuras es que sea entretenida y movida, algo que las tres cumplen en mayor o menor medida. En este caso la tercera está algo más cerca de la primera en este sentido, hay más movimiento de personajes y cambios de lugar, más personajes nuevos importantes en la trama y algún misterio más también. Es más movida que la anterior en ese sentido y quizá por eso me gustó un poco más. Si a todo esto le añadimos un tesoro, un misterioso mapa que descifrar, los amores de Catalina y algunas cosas más creo que estamos ante una buena y muy entretenida historia. Y por fin sabremos la razón del seudónimo de Martín, ese Ojo de Plata que tenemos presente desde la primera entrega. 

Matilde Asensi es una autora que podrá gustar más o menos, pero no podemos negar que nos va a dar siempre una lectura entretenida, amena e interesante, por encima de la media de otros productos del mismo tipo. Siempre tiene algo que anima a la lectura, ya sean los personajes, las situaciones o las tramas. Leía que tiene varias ofertas para llevar esta trilogía al cine, pero ninguna le da las garantías suficientes como para dejar a sus personajes en manos de un director, quiere que cuando se haga aparezca en la pantalla de una forma fiel y cercana a lo que ella y todos sus lectores imaginan. Creo que será difícil que consigamos ver a Catalina / Martín en la gran pantalla algún día. Una pena, porque creo que ya dije alguna vez que sus historias me parecen muy cinematográficas y darían buenas producciones, pero creo que caras si se quiere ser fiel a las mismas.

Se cierra la trilogía con una novela más cerca de la primera que de la segunda. De las tres, ya lo dije, la que menos me gustó fue la segunda que me pareció algo más lenta y, quizá, retorcida en algunos sentidos e incluso menos creíble dentro de la línea del personaje. Esta última es un buen cierre para la historia, por lo menos a mí me lo pareció. Más en la línea de aventuras, con más ritmo que la “Venganza en Sevilla” que quizá se centraba demasiado en ese aspecto, en todo lo que ideaba para acabar con los Curvo y dejaba a los personajes y otras situaciones demasiado en segundo plano. Aquí de nuevo rescatamos a la Catalina valiente, aguerrida y débil en algunos sentidos al mismo tiempo. Aquí, a pesar de ser conscientes de que estamos ante un personaje de ficción, se me parece más a la Catalina de “Tierra Firme”, que creo que en la segunda quedaba algo desdibujada. Ahora tendremos que esperar a ver con qué nueva aventura nos sorprende la autora.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

"Total Recall", "Desafío Total"



Los años noventa fueron un gran momento para el cine de ciencia ficción, algunos clásicos vienen de aquella época y hubo algunas películas a medio camino entre este género y el de acción que me parecieron muy buenas, más de una sigue entre mis favoritas. En 1990 se estrenó “Desafio Total”, dirigida por uno de los directores más destacados del género, Paul Verhoeven y protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Una película con una buena historia, con unos efectos especiales que en la época nos dejaban pasmados, entretenida y, creo yo, algo por encima de la media del género en aquel momento. Para mí es uno de esos clásicos en este tipo de cine, divertida y con toque que te tenía pendiente de la historia desde el principio hasta el final, jugando con lo que creías ver y dándole vueltas a la historia. Algunas de sus escenas creo que están grabadas en la cabeza de muchos aficionados. Ah, también aparecía Sharon Stone en una de sus primeras presencias con cierto protagonismo en el cine. 

Viene esto a cuento de que este último fin de semana fuimos al cine, no había demasiado donde elegir y le tenía unas ganas relativas a la película que os dejo hoy, pero no me decepcionó en absoluto. De todos modos es un dato más de la falta de imaginación de los guionistas de Hollywood o de las pocas ganas de arriesgar un poco y dedicarse a películas que pueden tener garantizada una cierta taquilla, al ser versiones actualizadas de algunas de esas muy conocidas de hace unos años y que mucha gente no vio en su momento, aprovechando de paso el tirón de ciertos actores e historias con algo de interés y, sobre todo, de entretenimiento. Vimos la nueva versión de esa que menciono en el primer párrafo, claro que ahora con esa manía de dejar los títulos en inglés en vez de “Desafío Total” es “Total Recall”. Es una de las muchas versiones nuevas que llegarán de este género, anteriormente estrenaron “Dredd.”, partiendo de la vamos a decir mediocre “Juez Dredd.” protagonizada por Stallone en 1995. Y para el año que viene estrenarán “Robocop”, curiosamente otra película de Verhoeven de 1987. Tengo la impresión de que alguna más aparecerá por ahí. Claro que si es como el caso de la de hoy tampoco es que me importe demasiado, no voy a decir que sea mejor que el original, porque no es así, pero se queda cerca y a pesar de ser lo mismo se puede ver como algo distinto. Además los que no conozcan la cinta anterior estoy seguro de que disfrutarán con esta buena historia de ciencia ficción con buenos momentos de acción.

Otro dato a tener muy en cuenta es de dónde parte esta historia. Está libremente basada en un relato de Philip K. Dick, un autor nacido en Chicago en 1928 y que murió en 1982. Escribió gran cantidad de novelas y relatos cortos, la mayor parte dentro del género de la ciencia ficción. Durante su vida vivió en la pobreza, casi sin tener ningún reconocimiento por sus escritos. Tras su muerte el cine fue el mundo que lo devolvió al gran público y lo sacó del olvido, convirtiéndolo en uno de los grandes clásicos del género. Aunque como en muchos otros casos este reconocimiento le llegó un poco tarde. Buenas películas tuvieron alguno de sus relatos o novelas como base de inspiración, aunque hay que decir que casi siempre de un modo algo libre, funcionando más como un punto de partida sobre el que desarrollar una historia. Grandes películas y conocidos directores recurrieron a sus libros. Desde Ridley Scott con la imprescindible “Blade Runner” a Spielberg con una de sus cintas que más me gustan, “Minority Report”. De otros directores quizá menos conocidos pero también recomendables tenemos “Destino oculto”, “Paycheck” o “Next”. Y posiblemente no sean las últimas que usan a Dick como base. “Total Recall” sigue la historia de un relato corto titulado “Podemos recordarlo por usted al por mayor”

Estamos a finales del siglo XXI, Douglas Quaid lleva una vida gris, trabajando como operario en una factoría dedicada al montaje de robots encargados de la seguridad. Un pequeño apartamento, unas vistas deprimentes y una esposa que trabaja como policía. Todos los días se ve obligado a realizar un viaje desde donde vive hacia el otro lado del planeta, el lugar donde trabaja. Para ello coge lo que llaman la “Cascada”, una especie de gran gusano que atraviesa el centro de la Tierra en unos minutos. Un mundo devastado por las guerras químicas, gobernado por Cohaagen y su ejército de forma dictatorial. Solo la resistencia se enfrenta a él, dirigida por el misterioso Mathias. Cuando le deniegan un ascenso decide vivir una nueva experiencia, algo que lo separe de su vida monótona y aburrida. Rekall es una empresa que se dedica a implantar falsos recuerdos en la mente de las personas, a base de drogas y nuevas técnicas garantiza una experiencia inolvidable, algo grande y lleno de aventuras que uno solo vivirá de manera virtual, pero que en su mente quedará como algo completamente real. Quaid decide probar pero algo se complica, o por lo menos eso parece. De repente se verá perseguido por la policía, inmerso en persecuciones, disparos y misterios. No entienda nada, ahora descubre que en realidad es Hauser, un agente secreto infiltrado en la resistencia por orden de Cohaagen para acabar con ella. Su mujer no es su mujer, personajes que parecen conocerlo y a los que no recuerda se cruzan continuamente con él... Está completamente desconcertado. ¿Qué hay de cierto en esta aventura? ¿Tan real es el efecto conseguido por Rekall? Un juego de engaños, misterios, traiciones...donde casi nadie es lo que parece.

El director es Len Wiseman, especializado en películas de acción con una cierta calidad e incluso algunos elementos originales. Es el responsable de “La Jungla 4.0” o varias historias de la saga “Underworld”. En este sentido está dirigida con bastante ritmo y no hay demasiado que reprocharle, consigue atrapar al espectador en ese mundo de ficción o real, no lo sabremos hasta el final y tendrá al espectador tan desorientado como al propio protagonista de la historia. Anotemos que siempre y cuando no haya visto la anterior, porque entonces tendrá claro desde un principio qué es lo que pasa. En cuanto a los actores cambiamos aquí a Schwarzenegger por un muy convincente Colin Farrell. Este es otro de esos actores que suele gustarme y aquí está bastante bien, consigue que nos metamos en la historia, mezclando escenas de acción vibrante con otras en las que brilla un poco más como actor. En general las interpretaciones están, desde mi punto de vista, un poco por encima de la media en este tipo de historias. Junto con Farrell los dos papeles protagonistas son para dos mujeres, Kate Beckinsale y Jessica Biel, amiga una y enemiga la otra. Del resto destacaría a dos caras conocidas. El papel del revolucionario Mathias es para el inglés Bill Nighy, con una aparición breve pero importante. Mientras Cohaagen está interpretado por Bryan Cranston, que sale del mundo de la televisión (imprescindible su interpretación de Walter White en la brutal “Breakin Bad”) y está teniendo algunas apariciones secundarias en varias películas de estos últimos años.

Su mayor virtud es que se parece mucho a la versión de los 90, lo que al mismo tiempo es su mayor defecto. Digo esto porque su mayor interés reside en descubrir que hay de cierto o de ficción en lo que está viviendo el protagonista. Mis hijos no habían visto la anterior y les gustó mucho, en mi caso desde el principio sabía qué era lo que estaba pasando, lo que no hizo que disfrutara mucho. Salvo algunos detalles menores sigue la historia al pie de la letra. Cambiamos el Marte del original por un centro de trabajo en Australia, algunos personajes secundarios y poco más. El resto se mantiene casi íntegramente, también es cierto que mejor no cambiarla demasiado porque ya la original era una historia redonda. ¿Cuál me gustó más? Pues las dos, cada una tiene sus cosas, esta nueva pierde la originalidad pero gana en otros aspectos, es más espectacular y algo más movida en cuanto a escenas de acción. Dos destacan por encima de las demás, una persecución al más puro estilo de las clásicas con automóviles y, sobre todo, la escena de los ascensores, tensa y original. El diseño de la colonia es prácticamente igual al que vimos situado en Marte, en ese sentido el homenaje es inevitable. E incluso tiene algunos guiños en varias escenas para los fans de la primera, esos no os los voy a contar porque tendréis que descubrirlos, y los que lo sean seguro que no podrán evitar una sonrisa.

Cine de ciencia ficción y acción algo por encima de la media, con momentos realmente espectaculares. Los efectos especiales han evolucionado mucho desde los 90 hasta hoy y se nota, en eso gana con respecto al original. Algo más emocionante y tensa que este, pero le falta el encanto de los 90, aún hace unos días la pusieron en algún canal y estuve viéndola, no entera, pero casi, y quizá esta fuera algo más simpática o divertida en algunos momentos. Como dije son lo mismo y al mismo tiempo no lo son, las innovaciones técnicas ayudan a mantener y acrecentar esas emociones que provoca en el espectador. Conociendo la historia no se me hizo nada aburrida, todo lo contrario,  las cerca de dos horas que dura se me pasaron con bastante rapidez. Bien interpretada y dirigida garantiza una buena dosis de acción, diversión, entretenimiento e intriga. Así que la recomiendo para todos, para los que disfrutaron en los 90 y para las nuevas generaciones que no lo hicieron. Aun así no puedo evitar pensar que falta imaginación y era mejor ver algo nuevo y distinto, no tener que volver a los 90 para hacer películas que algunos ya vimos.


lunes, 10 de septiembre de 2012

"Como una novela", Daniel Pennac




Capítulo 1: “El verbo leer no soporta el imperativo”
Capítulo 49: “El tiempo para leer siempre es tiempo robado ... El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo para vivir”

Mis hijos no leen. Mi alumnado (soy profesor de lengua y literatura) tampoco. Leen lo que les mandan por los estudios, pero si digo que nada más no me quedo corto. ¿Por qué? La verdad es que no lo tengo nada claro. No es que no les guste, pero el mundo audiovisual supone hoy una gran competencia. Piensan que es una soberana pérdida de tiempo y prefieren dedicar los ratos libres a otras actividades. Claro que para mí la pérdida de tiempo viene siendo muchas veces lo que hacen ellos. El medio consuelo que me queda es que por lo menos los que tengo en casa prefieren salir a jugar al baloncesto que quedarse enredando con la consola, cuando eso cambie creo que tendré que preocuparme algo más.
Siempre se dijo que de padres lectores lo normal es que salgan hijos lectores. En mi caso fue así, en mi casa familiar siempre había algún libro a nuestra disposición y recuerdo a mis padres muchas veces con un libro en las manos. En mi casa, mientras eran pequeños, tenía la costumbre de leerles algún cuento todas las noches, pero ahí se quedó la cosa. Hasta les compré un libro electrónico (yo tengo uno desde hace unos años y estoy encantado, pero ese es otro tema) a ver si la pantalla la entendían como un añadido más, pero nada, no hay manera. Obligarlos no parece la mejor solución, el resultado tal vez los haría escapar aún más.
Además de la competencia, el mayor problema es que en los centros de estudio no estamos creando lectores. Advierto que, en general (siempre hay excepciones), pesa una idea demasiado “literaria” cuando es escogen las lecturas. Una gran parte del profesorado se empeña en recurrir a los “clásicos” para un alumnado al que no le gusta leer. El resultado es que estos también escapan. Yo, cuando no sé qué poner, acudo a los otros clásicos, los de mi infancia y juventud (Salgari, Verne, Poe, Stevenson, Christie...) y tengo comprobado que siguen estando vigentes y a la mayoría le resultan lecturas interesantes. No saben lo que se pierden, soñar, viajar, luchar, resolver enigmas..., esto y mucho más es lo que nos trae una buena lectura. Tenemos que formar lectores, y estamos cayendo en todo lo contrario.

Esta larga introducción la escribí hace unos meses para la portada del blog de una editorial. La traigo hoy aquí al hilo de la obra que os voy a comentar, muy relacionada con lo dicho y a la que pertenecen las primeras líneas del post. Llegó a mí como una recomendación en un comentario de este mismo blog, alguien me decía que como profesor de literatura debería leerla y como suelo hacer caso de esas recomendaciones allá me fui. Darle las gracias a la persona que me la recomendó, ya que me gustó mucho y creo que me va a hacer cambiar algunos planteamientos para este curso que pronto comenzará, por lo menos para intentar algo distinto. El autor es Daniel Pennac y su escrito se titula “Como una novela”. Un autor que no conocía de nada y que me sorprendió, sobre todo por lo que dice, pero también por cómo lo dice. Una obra de gran éxito en su país y que me hará leer alguna más de sus historias en breve.
Daniel Pennac es el seudónimo de Daniel Pennacchioni, escritor francés nacido en Casablanca (Marruecos) en 1944. Proviene de una familia de militares y pasó su infancia entre varias zonas de África, el sudeste asiático y más tarde en Niza, donde se graduó en letras y decidió dedicarse a la enseñanza. Comenzó su producción literaria con obras para niños y jóvenes, con gran popularidad de su saga protagonizada por la familia Malausène, a medio camino entre la novela negra y la juvenil. Su obra es variada, novelas dirigidas tanto a niños, jóvenes o adultos y ensayos; de estos últimos el más destacado es el que os comento hoy. En 2007 recibió el Premio Reanudot por su obra “Mal de escuela” (anotada en mi lista de lecturas). Comienza su producción en los años 80, la saga mencionada aparece por primera vez en 1985 con “La felicidad de los ogros” y le dará un gran éxito de ventas y críticas. Por el momento su última obra es “Diario de un cuerpo”. 

¿Y qué es “Como una novela”? A medio camino entre el ensayo y la reflexión el autor nos deja una serie de consideraciones, opiniones, pensamientos e ideas sobre qué razones o situaciones llevan a la juventud de hoy (y también a los no tan jóvenes) a tener una consideración negativa sobre el hecho de leer, de acercarse a una novela y pasar algún tiempo con ella entre las manos disfrutando y viajando con la imaginación. Toda ella escrita en un lenguaje sencillo y accesible, no es un ensayo profundo en la forma, pero sí, y mucho, en el fondo. Menciona varias razones para intentar justificar esta realidad e intenta poner algo de su parte, algunas ideas o iniciativas, para buscar un camino alternativo que pueda llevar a mucha gente a tener contacto con los libros. No hay, evidentemente, un solo culpable. Por un lado tenemos a la propia sociedad, acelerada y centrada en otras cosas, dejándonos muy poco tiempo libre y el que queda es aprovechado para otras cosas. Nos hablará también del sistema educativo, más centrado en otros aspectos que en formar lectores o, por lo menos, jóvenes con curiosidades e inquietudes. Usa un tono ligero e incluso, en muchos momentos, divertido, lo que hace que todo lo que nos quiere exponer llegue de una forma clara y rápida al lector. A ello ayuda la brevedad del mismo, no llega a las doscientas páginas, pero bien concentradas. No hay una sola línea que no diga algo, un solo párrafo que no pueda hacernos reflexionar sobre el tema central de la novela. En muchos momentos podemos vernos reflejados en sus palabras, ya sea como padres o, como en mi caso, como profesores. Muchas de las situaciones que usa para apoyar sus reflexiones aparecerán ante el lector como algo que a él mismo le ha pasado o ha vivido más de una vez. Y no solo a los adultos, la imagen inicial del joven delante de un libro, intentando leerlo, contando las páginas que lleva y las que le quedan, pensando si le dará tiempo de terminarlo para la fecha indicada por el profesor..., veo en él a muchos de mis alumnos y alumnas. Pasando páginas sin enterarse de lo que leen, dejando la lectura para los dos o tres últimos días y sufriendo en cierto modo tanto por tener que leer como por la premura del tiempo que cae sobre él como una guillotina.

Pero no solo nos hará pensar sobre este tema central. El último capítulo, realmente bueno, se convierte en un decálogo de los derechos imprescindibles del lector desde su punto de vista. Algo que también hará que esbocemos más de una sonrisa aquellos que son lectores desde siempre. Cosas que también muchos hemos pensado en algún momento aparecerán aquí casi como un apoyo a ciertas actitudes que en muchos casos se consideran negativas. El primero de los puntos es el derecho a no leer, no leer nada de nada, siempre y cuando aparezca como resultado de una reflexión personal tras haberlo hecho, tras conocer lo que es leer de verdad. Luego aparecerán otra serie de puntos con ideas como el derecho a saltarse páginas de alguna novela en concreto (con ejemplos que no voy a mencionar, tendréis que verlos por vosotros mismos y estar o no de acuerdo). El derecho a no terminar una novela, algo que antes no hacía, ahora alguna vez que hay muchas cosas buenas que leer para perder el tiempo con algo que no te está gustando o no te está diciendo nada. El derecho a releer, algo que también deberíamos practicar de vez en cuando, sobre todo pensando que una lectura hecha en la adolescencia no nos dirá lo mismo si la repetimos ahora. El derecho a leer cualquier cosa...

Me pareció una lectura muy interesante, con muchas cosas sobre las que reflexionar y pensar y con algunas ideas para intentar conseguir, sobre todo desde mi trabajo como docente, algunos lectores más. Y no solo eso, sino lectores más reflexivos, con más atención y mucha mejor comprensión. Tengo en mente, tras una nueva lectura, intentar algunas de las cosas que aporta el autor y ver si se consiguen algunos buenos resultados, o no, ya lo veremos. Lo que sí es cierto es que es preocupante esa falta de lectura entre los jóvenes de hoy (desde hace ya unos cuantos años) y habría que buscarle remedio y solución. Los clubes de lectura que funcionan en algunos centros de enseñanza son también un posible camino, pero de momento se apuntan muy pocos, aunque eso ya es más de lo que teníamos. Sigo pensando que otro camino, como apunté al principio, es intentar encontrar lecturas que puedan gustarles más, quizá algo alejadas de los clásicos de toda la vida, que les resultan muy secos, aburridos y demasiado serios. Caminos hacia formar lectores de verdad y no pasadores de páginas o gente que se limita a juntar palabras. Luego ellos ya tomarán su decisión, serán o no lectores, pero tenemos que abonar bien el camino, sino no conseguiremos nada. Trabajar casi como si fueran bebés, con los que vamos de lo más simple o lo que más les puede gustar para ir pasando luego a cosas más serias, solo son ideas sueltas. En conclusión, una lectura que aunque tiene unos años sigue completamente vigente. Creo que muchos profesores de lengua y literatura deberían de conocerla, casi imprescindible, pero también es recomendable para todo el mundo, estoy seguro de que os va a decir más de una cosa interesante y sobre la que pensar.

domingo, 2 de septiembre de 2012

"Memphis Beat"



No es el verano una buena época para la televisión, todas las cadenas se llenan de reposiciones y pocas novedades hay. Comprensible en cierto modo, por lo menos desde su punto de vista, la gente está de vacaciones y ve menos la televisión. Aún así a veces es desesperante sentarse por la noche con la intención de ver algo y no encontrar nada de nada, incluso en las cadenas de pago, que aunque alguna novedad presentan, lo hacen con cuentagotas. Así que tirando de las cosas que tenía grabadas sin ver me encontré con la serie que os dejo hoy, “Memphis Beat”. 

Dos temporadas de diez episodios cada una y cancelada al terminar la segunda. Hay cosas con los temas de la audiencia que no acabo de entender. Hay series que sin aportar nada de nada nuevo continúan hasta lo incomprensible, diez o más temporadas viendo siempre lo mismo. Cierto es que algunas van introduciendo elementos nuevos y hacen que aún partiendo de lo mismo parezcan distintas. Estaba pensando ahora en la temporada 12 de “CSI Las Vegas”, que con unos cambios de actores y de guiones, tiene un aire renovado y más entretenido. Mientras, otras que no están mal, como es el caso de la de hoy, desaparecen del mapa casi sin darte cuenta. No es que esta serie sea algo especial, distinto o aporte algo nuevo a las otras del mismo tipo, pero sí tiene bastantes elementos como para merecer, creo yo, algo más y no desaparecer por la puerta de atrás, quedándose en unos escasos veinte episodios. Puede deberse a la falta de éxito o al desgaste de los guionistas, no lo sé. Solo sé que llevo vistos unos siete capítulos y me está resultando muy entretenida y atractiva, sobre todo por una serie de cosas que contaré después.

Tema central, el de infinidad de series americanas, la policía. En este caso estamos en la ciudad que indica el título, Memphis, la cuna de Elvis Presley, el rey del rock y de buena parte de las grandes estrellas de la música americana. Y aquí una de las novedades del planteamiento de la serie y la que más me gusta. La música y el personaje de Elvis son elementos centrales de las historias. El protagonista es un inspector de la policía, Dwight Hendricks, que podemos decir que está obsesionado con esta gran figura (uno de mis favoritos musicalmente hablando). El salón de su casa está íntegramente dedicado a él, fotos, figuras, portadas de discos y casi cualquier cosa que podáis imaginar. Pero no solo eso, además de trabajar en el departamento de policía Dwight se dedica a cantar, sobre todo canciones de su ídolo. Así en cada episodio, en una o dos ocasiones, una siempre al final, lo veremos en el escenario del típico bar americano interpretando alguna de estas canciones. Más homenajes, los títulos de cada uno de los capítulos también lo son de canciones conocidas de Elvis. Pero no solo eso, la música es una constante en la serie, sonando siempre de fondo o como acompañamiento de las escenas de cada capítulo. Grandes clásicos del rock, del soul o del blues irán apareciendo poco a poco. Ya los títulos de crédito iniciales son una declaración de intenciones, con una buena canción de fondo y un homenaje estético a los 60 y lo que los rodea. El protagonista conduce un coche clásico de la época, un Pontiac GTO de 1964 e incluso su apariencia, sin llegar a caer en el ridículo, parece un poco “pasada de moda”. En otras escenas tendremos unos fabulosos riffs de guitarra que también merece la pena escuchar. No lo voy a negar, Elvis me encanta y la estética de los 60 también, así como los otros géneros musicales que mencioné, así que esa debe de ser una de las razones fundamentales para que me esté gustando esta serie.

Tampoco es que sea, en general y como dije, nada nuevo, otra más de la típica pareja de policías más o menos distintos que trabajan juntos. Casi todos los tópicos de este tipo de series está presente y pocas cosas nuevas nos encontraremos. La mayor parte de los casos que tienen que resolver presentan un cierto aire de denuncia social. No suelen ser los típicos asesinatos o robos relacionados con mafias, drogas o cosas de ese tipo. Vamos a encontrarnos con abusos infantiles, violencia de género, abusos a personas mayores, problemas familiares... Este quizá sea otro de los elementos que la hacen un poco distinta al resto, pero tampoco demasiado. Los dos protagonistas son muy simpáticos, como siempre dos personalidades distintas. Dwight es el sensible, reflexivo y muy intuitivo, preocupado por todo el mundo y buscando siempre la forma correcta de hacer las cosas, con una idea algo especial de la justicia. Su compañero es Charlie “Whitehead” White, algo mayor que el otro y un poco más seco, serio y directo. Como siempre en estas series aparecerá el enfrentamiento con su jefe, en este caso la teniente Tanya Rice, que acaba de llegar al departamento y quiere imponer su manera de hacer las cosas. Claro que verá que eso no es fácil y tendrá que llegar, al igual que sus subordinados, a un punto intermedio en el que trabajar de una manera correcta y adecuada. Y también tendremos al agente de uniforme que suele ser algo especial, en este caso es Davey Sutton, amigo de los protagonistas y con el que contarán en más de una ocasión.


Los casos están bien planteados y resultan interesantes, como siempre con varios sospechosos entre los que elegir para hacer más interesante el desarrollo. Me gusta ese planteamiento digamos social de todos ellos, implicando casi siempre a gente normal y no a verdaderos delincuentes como pasa en otras series. Ese aire de denuncia social también me parece interesante y muchas veces son personas mayores, niños o gente desvalida o problemática los que sufren las consecuencias de una violencia no merecida o gratuita. El capítulo inicial de la primera temporada marca un poco las pautas y me pareció una historia realmente dura, tratada en todo momento desde el cariño y la sensibilidad. En general de todos los que llevo visto me gustó bastante ese aire que tienen. Además, para ser una serie policiaca, no es excesivamente violenta ni prima la acción sobre la trama. Los casos son duros, eso sí, pero sin cebarse demasiado en ellos. Es más lo que se supone y no se ve, que a veces es peor, que lo que contempla directamente el espectador.

En cuanto a los actores el más conocido es el protagonista. El papel de Dwight Hendricks está interpretado por Jason Lee, un actor que casi siempre me gusta. Conocido por algunas series anteriores, como la divertida “Me llamo Earl” y también con algunas apariciones en el cine. El resto son caras más o menos conocidas de la televisión y del cine, pero ninguna demasiado destacable. Como curiosidad comentar que uno de los productores de la serie es el conocido actor George Clooney. De paso también ya os digo que no es Jason Lee el que canta en la serie, le hicieron algunas pruebas pero la cosa no parecía ir demasiado bien, así que la voz se la pone un cantante poco conocido y que se llama Mark Arnell. También añadir que la serie tiene un disco con la mayor parte de las canciones de la misma, muy recomendable también. Me gustaría dejaros algunos vídeos más de los que pongo para ilustrar el comentario, pero la mayor parte están desactivados para insertarlos, supongo que a petición de la productora de la serie.

Veinte capítulos que quizá sepan a poco, a mí creo que me va a pasar eso. Sin ser una maravilla y sin aportar demasiadas cosas creo que merece la pena verla. Es una buena serie dentro del género de  las parejas de policías, bastante bien hecha y con mucho ritmo. Centrada no solo en los casos que tienen que investigar, sino que también tiene momentos en los que conoceremos la vida de los protagonistas, sus problemas, amistades, familias y esas cosas. A mí me parece muy entretenida y los casos tienen muy buenos planteamientos. Si a eso le sumamos lo que he comentado sobre el tema de la música tenemos una buena forma de pasar cuarenta minutos entretenidos. Creo que aquellos a los que les guste ese tipo de música deben de intentar recuperarla de alguna manera, por aquí creo que de momento solo se emitió en canales de pago, en concreto en AXN. Si aparece por alguno de TDT no os despistéis, está algo por encima de la media del género.