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viernes, 29 de junio de 2012

"Jesús me quiere", "Yo, mi, me...contigo", David Safier




Hace unas semanas encontré por ahí una pequeña novela de un autor al que leía mucho hace años y al que recurría casi siempre que quería pasar un rato divertido, porque era algo garantizado. Es un autor español creo que menos valorado de lo que debería por varios motivos. Siempre innovador, con un sentido del humor entre ridículo y genial, uno de los maestros de la novela humorística siempre con un tratamiento original y distinto. La novela, que no conocía, era “Novísimas aventuras de Sherlock Holmes” y el autor Enrique Jardiel Poncela. No voy a hablar de esta novela, aunque os la recomiendo para pasar un buen rato, así que os preguntaréis a qué viene esta introducción. Hoy voy a comentar dos novelas de un autor al que en cierto modo relaciono con Jardiel, porque al tener reciente una de sus historias y leer las dos de hoy me di cuenta de que tienen muchas cosas en común. No sé si el autor de hoy conoce a Jardiel Poncela, lo dudo más que nada porque es un novelista alemán actual y no sé hasta qué punto las historias de nuestro autor habrán llegado hasta allá, pero sí es cierto que ese humor ridículo, relacionando cosas que no tienen demasiado que ver, con frases entre críticas y cáusticas está presente en ambos autores. Incluso hubo momentos en los que tenía dudas de a quién estaba leyendo. El autor de hoy es David Safier y sus dos últimas novelas, “Jesús me quiere” y “Yo, mi, me...contigo”.

Comenté su primera novela en este blog allá por septiembre del 2010 y decía que me había parecido una historia original, entretenida, divertida y con algunas buenas cosas que lo hacían destacar algo por encima de la media en ese tipo de historias. Sobre todo teniendo en cuenta que no hay demasiadas buenas historias hoy por hoy que tengan el humor como eje central de lo que nos están contando. De principio diré que me las dos son novelas breves y que se leen con agrado, aunque una me gustó algo más que la otra, luego me explicaré. Ambas tienen elementos en común, pero el desarrollo de una me pareció algo más original y menos simple que el de la otra.

David Safier es un autor alemán nacido en Bremen en 1966. Estudió periodismo y trabajó luego en la radio y en la televisión. A partir de 1996 empieza a trabajar como guionista de programas de televisión, con lo que empezó a ser conocido en su país, realizando varias series y comedias de situación. Por este trabajo recibió varios premios, como el Grimme o el Premio TV en Alemania, además de un Emmy en los Estados Unidos. En 2007 publica su primera novela, “Maldito karma” que es un gran éxito de ventas en todos los países en los que aparece. En 2009 se publica en España, donde también sube rápidamente a los primeros puestos. Su siguiente novela, del año 2010, es “Jesús me quiere” y la última por el momento, del 2011 es “Yo, mí, me...contigo”. Aún sin publicar traducida la siguiente, titulada "Happy Family".

“Jesús me quiere” nos cuenta la historia de Marie, una mujer con ciertos problemas sentimentales. Especialista en enamorarse del hombre equivocado. El día de su boda deja plantado a su futuro marido en el altar, con todo preparado, pero el miedo del último momento y la idea de que al final ese puede no ser el hombre de su vida hace que dé marcha atrás. Deshecha por lo que pasó vuelve a su casa, con su padre y le cae una parte del techo encima. Al día siguiente se presenta un carpintero, un hombre distinto, amable, con una mirada capaz de calmar y encantar a cualquiera, es Joshua. Pronto se fijará en él y tendrán una cita, saldrán a cenar y ella ve en él al hombre de su vida, con todas las virtudes y aparentemente ningún problema. Pero no todo será tan sencillo, sobre todo cuando él le dice que en realidad es Jesús, el hijo de Dios que vuelve a la Tierra para librar la batalla final contra Satanás y con este combate llegará el Fin del Mundo. Su vida es un caos, sus padres están separados, su hermana tiene un tumor cerebral, su padre aparece en casa con una joven mujer rusa que dice estar enamorada de él y que además tiene una hija... Y para rematar ahora sí que parece completamente cierto que se enamora del hombre más equivocado que podría elegir. El Juicio Final será el próximo martes, así que aún tendrá unos días para decidir qué hará con su vida.

De las dos que comento esta es la que menos me gustó. Quizá por demasiado exagerada, por jugar con demasiados equívocos y por mezclar demasiadas cosas. Por el medio tendremos a Jesús, a Dios, a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, a Satanás, al arcángel San Gabriel convertido en humano por enamorarse de la madre de Marie... En algunos momentos me resultó demasiado ridícula, no voy a decir que increíble porque eso le pasa a todas las novelas del autor, son ficción pura con un trasfondo de sentimientos, de relaciones humanas, de mujeres buscando siempre su buen camino, buscando el amor y quizá una cierta estabilidad en su vida. En las tres novelas del autor los personajes protagonistas son mujeres que tienen ciertos problemas de relación, ya sean sentimentales o personales. De todos modos tiene momentos realmente simpáticos y divertidos, junto con otros que aprovechan estas situaciones para intentar que el lector aprenda algo o reflexione sobre ciertos aspectos de su vida. Aún así es una lectura entretenida, breve y divertida que puede hacer pasar un buen rato a cualquier tipo de lector. Ridiculiza algunas cosas pero sin llegar a ser, por decirlo de algún modo, poco respetuosa con ciertas creencias o aspectos de la religión cristiana y creo que sí tiene algunas páginas realmente buenas, aún así en su conjunto es la que menos me gustó de las de Safier.

El título original de la tercera novela de este autor vendría siendo algo así como “De repente Shakespeare” que me parece algo más adecuado que el que le dieron aquí, “Yo, mi, me...contigo”. De nuevo la protagonista es una mujer, Rosa, descontenta con su vida, con sus amistades, con su trabajo, con casi todo lo que la rodea. Un día acude a una feria y ve el espectáculo de un hipnotizador que dice ser capaz de volver a la gente a alguna de sus vidas anteriores. Al acabar va a hablar con él y lo convence para que haga lo mismo con ella. De repente se ve metida en un duelo en el año 1594, en el cuerpo de un hombre que al poco descubrirá que es, nada más y nada menos, que William Shakespeare. No podrá volver a su época hasta que descubra el amor verdadero. Así que se verá compartiendo cuerpo con el famoso autor y además en un momento en el que este se verá inmerso en una intriga entre la reina y otros personajes históricos que la van a llevar a tener que hacer cosas que nunca habría imaginado.

Aunque tiene momentos que pueden recordar a la primera de sus novelas, el planteamiento y desarrollo de la historia son bastante originales, tanto en la forma de contarlo como en las cosas que pasan y en la extraña relación de dos personas que comparten el mismo cuerpo y además de dos épocas tan distintas. Esta situación da lugar a momentos realmente divertidos y muy simpáticos. Los diálogos entre ellos dos y con otros personajes son muy ágiles y con momentos sorpresivos e inesperados para el lector. Quizá por eso esta me gustó más que la anterior, porque es menos previsible, tiene algunas sorpresas para el lector, cosas que no espera que vayan a pasar. Tiene más momentos en los que el lector se preguntará cómo va ahora a resolver esto el autor, por dónde va a llevar ahora al personaje o qué va a pasar. La verdad es que con esta me reí bastante, siguiendo ese humor extraño y casi ridículo al que el autor nos va acostumbrando y también en la misma línea de hacer que el lector reflexione un poco sobre por dónde va su vida, por dónde quiere que vaya o por dónde le dejan los demás que lo haga. No quiero contar mucho más sobre esta, porque realmente tiene momentos inesperados, personajes y situaciones que dan sorpresas y alegrías al lector a medida que avanzan las páginas.

Dos novelas divertidas, muy entretenidas y simpáticas. Muy en la línea de “Maldito Karma”, sobre todo la tercera que tiene más similitudes tanto en la historia como en algunas situaciones. Buenas lecturas para pasar el rato y, de paso, pensar un poco en algunas cosas de la vida, el amor, la amistad y nuestras relaciones con las personas que nos rodean, tanto de la familia como fuera de ella, con ideas sobre la tolerancia, el dejar vivir y ese tipo de cosas. Como dije me gustó más “Yo, mi, me...contigo” que “Jesús me quiere”, pero eso también va en gustos personales. Creo que las dos merecen la pena, en este caso las tres si incluimos la primera si no la leísteis. Una novela por año nos fue dejando David Safier, pero de momento no vi nada por ahí que hable de una nueva historia, que supongo que seguirá en esta misma línea. Sino haced caso también a mi primera recomendación y recurrid a Jardiel Poncela, que tampoco os decepcionará nunca.

viernes, 22 de junio de 2012

Un buen autor para el verano, David Baldacci



Hoy en lugar de hablaros de una novela concreta voy a comentar algunas cosas sobre un autor al que leo de vez en cuando y que me gusta bastante. Es un novelista bastante conocido por aquí pero que en su país de origen, Estados Unidos, es uno de esos que siempre tienen sus novelas entre las más vendidas y bastante esperadas. Un fabricante de best sellers, algo que tampoco me parece mal, sobre todo cuando sus historias son entretenidas y mantienen la atención del lector. Hay autores que siempre, o casi siempre, te garantizan que coger una de sus novelas es un seguro de que vas a pasar un buen rato, historias ideales para cuando uno está cansado, no tiene demasiadas ganas de romperse la cabeza o de leer cosas más serias y profundas. Lecturas ideales para las tardes o noches de verano, para dejar la cabeza libre y centrarse en una trama interesante y que hace que mantengas la atención en la historia que estás leyendo. Hay momentos en los que no pido nada más que eso y cuando tengo ganas de algo así suelo recurrir a él o a otros que iré poniendo por aquí. Así que el autor de hoy es David Baldacci, y se me ocurre dejar estas líneas al hilo de la publicación de su última novela, “La esquina del diablo”, la última entrega de su saga dedicada al Camel Club.
Nacido en 1960 en Richmond, Virginia, es uno de los autores con mayor éxito de ventas en su país y con una buena producción a sus espaldas. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Virginia, que nunca dejaré de pensar que tiene esto de ser abogado para ser novelista, que en cuanto uno indaga un poco en sus vidas ve que una gran mayoría vienen de este mundo. Como estudiante ya escribía cuentos en su tiempo libre y publicó algunos. Se dedicó a la abogacía durante nueve años, en la zona de Washington DC. También escribió al principio algunos relatos cortos y varios guiones de cine, pero con muy poca repercusión. En 1996 publica su primera novela, “Poder absoluto”, con la que tuvo un un éxito muy importante. Debido a ello fue llevada al cine al año siguiente, protagonizada por Clint Eastwood y Gene Hackman. En ella contaba la historia de un presidente de Estados Unidos que se ve inmerso en el asesinato de una mujer con la que mantenía una relación y un experto ladrón que es testigo de los hechos. Tanto la novela como la película gozaron de la aprobación del público, convirtiendo a Baldacci en uno de los autores más esperados. Es embajador de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple y participa en numerosas organizaciones benéficas, además tiene su propia fundación para el fomento de la alfabetización. Reside en Virginia con su mujer y sus dos hijos. Sus obras han sido traducidas a más de treinta idiomas y publicadas en más de ochenta países. Además es autor de varios guiones de cine y algunos libros para jóvenes. Más de cien millones de libros vendidos en el mundo no son una mala tarjeta de presentación. Podéis echarle un ojo a su página web, www.davidbaldacci.com.
Yo lo conocí primero por el cine y luego por una de sus novelas que más me gustó. Lo del cine viene de haber visto en su momento “Poder absoluto” y ver una historia interesante y bien montada, lo que me llevó luego a leer la novela. Después llegó a mis manos una novela con una historia que me llamó mucho la atención y que fue la primera de este autor que leí, se titulaba “La ganadora” y aunque tiene unos cuantos años creo que es una de sus historias más recomendables. Fue su tercera novela, en el medio quedó “Control total” (1996), y que aparece en 1997. En ella Lu Ann es una mujer que lleva una vida miserable, trabaja de camarera, vive en una caravana y su pareja está siempre borracha. Lo único que quiere es darle una buena vida a su hija. Un día aparece Jackson, un personaje misterioso, inteligente y maestro del disfraz. Le ofrece a Lu mucho dinero, el que da el premio gordo de la lotería. Ella, agobiada por su vida y sospechosa de un asesinato, acepta, aunque no está demasiado convencida. Años después, convertida en millonaria, descubrirá que no es tan fácil como pensaba dejar el pasado atrás, y que nadie da nada sin pedir algo a cambio. Una novela de la que guardo un buen recuerdo, igual me da por volver a leerla un día de estos.
Casi todas sus historias se mueven en el ámbito del thriller, la novela de investigación y la ficción política, aderezadas siempre con más o menos escenas de acción trepidante, persecuciones, disparos, peleas, enfrentamientos... Una de las cosas que más me gustan es que sus personajes son siempre muy interesantes, bien diseñados y presentados y con más complicaciones de las que parece en un principio, no son nada simples ni planos. Quizá eso hace que sea de esos autores que tienen varias series de novelas con los mismos personajes en común, historias que continúan novela tras novela sin que, normalmente, decaiga el interés para el lector, que siempre querrá saber más. Además de que, algo que a veces no me gusta demasiado, son historias que terminan siempre dejando algo pendiente, algo que hace que estés esperando a la siguiente novela para ver cómo se resuelve. En ese sentido tiene mucho que ver con las novelas por entregas tan de moda hace ya muchos años, una forma más de enganchar al lector y hacer que tenga ganas de comprar su siguiente novela. Fuera de las sagas, además de las ya mencionadas, la mayor parte siguen esta misma línea, exceptuando novelas como “El tren de Navidad” o “Buena suerte” (la historia de dos hermanos que tras la muerte de su padre tendrán que irse desde Nueva York a un pequeño pueblo de Virginia para vivir con su bisabuela), que se alejan radicalmente de esos temas. También una de sus últimas novelas, “Un verano” (2011) se sale de su tónica habitual.
Sus novelas para jóvenes aparecen en la colección “Freddy y las patatas fritas” de las que ya han sido publicadas dos y una tercera lo hará en breve.
Como digo varias colecciones de novelas con los mismos personajes son las más esperadas por los lectores. Yo he leído casi todas de las más conocidas y destacan tres por encima del resto, que son las que más me gustan, aunque una mucho más que la otras dos.
La más reciente está protagonizada por el misterioso Shaw y la periodista Katie James, la primera “Toda la verdad” apareció en el 2008 y la segunda “Líbranos del diablo” todavía no ha sido publicada en castellano. Como dije antes, novelas de ficción política casi siempre relacionadas con grandes corporaciones y misterios que implican a políticos, siempre con el dinero y el poder como historia de fondo.
Tenemos luego al ex-agente del Servicio Secreto Sean King y a la agente Michelle Maxwell, dos personalidades distintas que por cosas del destino se verán inmersos en la desaparición de un importante político en la primera novela de la serie, “Una fracción de segundo”, descubriendo mientras investigan un mundo de mentiras, intereses y misterios que hará que tengan que poner en riesgo sus vidas. Cuatro novelas más forman la historia de estos dos personajes, “El juego de las horas”, “Una muerte sospechosa”, “La familia primero” y “El sexto hombre”, todas ellas en la misma línea. Los dos protagonistas, con sus distintas formas de actuar, de ser y de afrontar las cosas, forman una pareja interesante y entretenida. Bastante recomendables.
De todos modos mi serie favorita por varias razones es la dedicada a lo que él llama el Camel Club. Formado por cuatro hombres un tanto especiales, que ven cosas raras en todas partes y se reúnen para analizar noticias buscando siempre detrás de ellas algunas manipulaciones, intrigas y engaños. Creen que los políticos y sobre todo las agencias gubernamentales secretas engañan al público y ellos siempre encuentras los hechos ocultos detrás de todo eso. Cada uno tiene unas características muy determinadas y todos tienen algo que los hace especiales. En la segunda entrega se les une una mujer, Annabelle Conroy, una timadora de alto nivel que le da un toque añadido a las historias. El personaje central es Oliver Stone (sí, como el director de cine), un antiguo agente de alto nivel de los servicios secretos que tras el asesinato de su familia hace creer a todo el mundo que está muerto y sigue con su vida. Su nombre real es John Carr, pero pocos lo saben. Lleva una doble vida, por un lado como un indigente que vive en una tienda de campaña delante de la Casa Blanca protestando por cualquier cosa y por otro lado es casi el alma del Camel Club, el que lleva las investigaciones y realiza las acciones más arriesgadas, avalado por su formación militar, su inteligencia y su conocimiento profundo de todo ese mundo. La primera es “Camel Club” (2005), seguida por “Los coleccionistas”, “Frío como el acero”, “Justicia Divina” y la que aparece estos días, “La esquina del diablo”, ¿será la última...? Esta serie me gusta mucho tanto por los personajes como por las tramas que desarrolla, que aún siguiendo siempre una misma línea tienen algunas cosas que hacen que no sean nada repetitivas, cada una tiene algo que la hace distinta, algún elemento especial, algún personaje que entra a formar parte del círculo o algún antagonista que sabes que va a seguir apareciendo. Todas ellas tienen los elementos centrales de la novelística de Baldacci, intriga, engaños, acción, movimiento..., todas ellas consiguen que el lector entre en la historia y quiera saber qué viene a continuación, qué más va a pasar y qué va a ser de todos estos personajes a los que va conociendo a la perfección.
Creo que Baldacci es uno de esos profesionales de la literatura de entretenimiento, a la que lleva a cotas altas y que casi nunca decepciona. Claro que no estamos hablando de literatura con mayúsculas, pero es como ese concepto que mencioné alguna vez referido a las series, ahora para los libros, literatura de palomitas (de las de verdad, claro), ideal para pasar el rato, leer sin romperse demasiado la cabeza y siempre interesante. Creo que es un buen autor y sus novelas que rompen un poco con esta línea me parecen muy decentes, bien escritas, con un estilo simple pero que convence. Thrillers de acción con buenos personajes, con tramas muy bien engarzadas y montadas y con algún componente crítico hacia el mundo de la política y las agencias del Gobierno, no creo que se pueda pedir más. Ahí os queda la recomendación, si no lo conocéis yo empezaría por “La ganadora”, para seguir luego con las aventuras de John Carr y sus amigos del Camel Club.

jueves, 14 de junio de 2012

"El puente invisible", Julie Orringer



Interesante y entretenida la novela que voy a comentar hoy. La tenía por casa desde hace tiempo y me llamó bastante la atención cuando la compré. Era de esas largas y con una historia que tenía buena pinta, situada en un momento histórico muy usado en la literatura y que, en general suele dar buenos resultados. No conocía a la autora y ahora sé, mientras preparaba este comentario, que es su primera novela, creo que con un resultado muy aceptable. Aparece en varios sitios dentro del género “narrativa”, algo tan genérico que es casi como no decir nada. Vamos a decir que se queda a medio camino entre una buena historia de un grupo de personajes dentro de un marco histórico bastante bien reflejado y que funciona como uno de los aspectos fundamentales dentro de la trama. No es  una novela de género histórico en un sentido más o menos estricto, pero sí que usa un marco muy conocido para desarrollar la historia de una serie de personajes conectados entre sí. Además como he dicho en más de una ocasión parece que esto de la novela histórica queda solo reservado para aquellas que transcurran antes del siglo XIX y sobre todo si lo hacen en la Edad Media, algo que no me parece completamente correcto. Cierto es que los protagonistas de esta novela de hoy son ficticios, aunque he leído por ahí que están basados en la vida de los abuelos de la autora, dato que no he podido confirmar completamente. Evidentemente si esto es cierto aún podemos hablar más de que está más cercana a la novela histórica que a otros géneros. La autora es Julie Orringer y la novela se titula “El puente invisible”

Julie Orringer es una escritora nacida en Miami, Estados Unidos, en 1973. Se graduó en 1996 en un Taller de Escritura Creativa en Iowa, donde estuvo después enseñando la misma asignatura becada durante dos años, y graduada en la Universidad de Cornell. También estuvo como becaria en la prestigiosa Universidad de Stanford, donde también dio clases desde el 2001 hasta el 2003. Sus cuentos fueron publicados en conocidas revistas americanas y recibieron varios premios importantes; varios de ellos han sido incluidos en antologías americanas del género. Su primera publicación fue una colección de cuentos, “Cómo respirar bajo el agua”, compuesta de nueve historias, muchas de ellas centradas en personajes que han perdido a alguien cercano y cómo afrontar esa situación. Tuvo unas excelentes críticas y consiguió varias menciones y premios con ella. En el año 2004 consigue una subvención para financiar la investigación con vistas a escribir una novela ambientada en Hungría y París y que transcurriera durante la Segunda Guerra Mundial. El resultado es la novela que comento hoy, aparecida a principios del año 2010 y que pronto fue traducida a varios idiomas. Así “El puente invisible” fue su primera novela larga, recibida bien tanto por la crítica como por el público. En este momento está preparando un libro basada en un personaje histórico (al que no conocía), Varian Fry, un periodista americano que dirigió una red de rescate en la Francia ocupada durante la guerra y que permitió la salvación de entre 2000 y 4000 judíos y miembros de la resistencia.
Antes de hablar del argumento decir que no voy a contar nada que no se pueda saber leyendo la contraportada o los resúmenes de las páginas de venta de libros.
“El puente invisible” podemos decir que tiene dos partes bastante bien diferenciadas, aunque ambas tienen en común a los mismos protagonistas de la historia. La primera parte transcurre en París en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, la segunda pasará a desarrollarse sobre todo en Hungría durante los años de la contienda. Andras Lévi es el protagonista central, al que poco a poco se irán sumando otros. Su familia es judía y originaria de un pequeño pueblo de Hungría, Konyár, pero cuando los conocemos él y uno de sus hermanos viven en Budapest, como paso previo para irse a estudiar fuera del país. Sus padres, Flóra y Béla, tienen un almacén de madera y además de Andras tienen otros dos hijos. Tibor es el que está con él desde el principio, su hermano pequeño con el que tiene una gran relación. El hermano mayor vive en el pueblo con sus padres, Mátyás. El sueño de Andras es ser arquitecto y verá como puede ser un sueño cumplido. Gracias a algunas influencias tras trabajar en un pequeño periódico consigue una beca para irse a estudiar arquitectura a París y es en el momento previo a este viaje cuando empieza la historia. Su hermano Tibor también tiene su propio sueño, irse fuera de Hungría para estudiar medicina, carrera que le gustaría hacer en Italia. Antes de irse Andras recibe un encargo, una familia acaudalada quiere que le lleve una caja a un hijo, József, que también tienen en París, además de llevar una carta para una misteriosa mujer. Andras llega a París tras un largo y complicado viaje y a su llegada las cosas tampoco le serán sencillas. Casi sin dinero, sin conocer a nadie, sin saber demasiado francés..., todo son problemas, pero es una persona que no se deja arrastrar por ellos y que siempre encontrará una solución. La situación con los judíos empieza a ser complicada incluso en París pero hace amistad con otros tres estudiantes de primer curso que serán fundamentales para todo lo que venga después. Polaner, Ben Yakov y Rosen serán sus grandes amigos en cualquier circunstancia. Entre ellos surgirá una amistad que los ayudará a sobreponerse casi a cualquier cosa que les pueda pasar. Intrigado por la mujer a la que le debe enviar la carta decide presentarse en la dirección que figuraba en el sobre. Allí conocerá a Klara, una mujer algo mayor que él y que tiene una hija, Elisabet. No desvelo nada importante si cuento que se enamorará perdidamente de ella y tendrá que superar una gran cantidad de problemas  y obstáculos si quiere que esa relación llegue a buen fin. Pero llega la guerra y su visado expira, así que tendrá que volver a su país natal, donde transcurrirá la segunda parte de la historia. La guerra ha comenzado y Hungría es aliada de los alemanes. Andras y el resto de los personajes ahora se verán dentro de esta otra realidad tan lejana de la que conocimos al principio. Ahora vendrán los problemas, las discriminaciones, los batallones de trabajo, las malas condiciones de vida, el hambre, el miedo y muchas cosas más que tendréis que leer si queréis conocer la vida de estos personajes y algunos más que irán añadiéndose al argumento.
La historia me pareció realmente buena, aún estando cercana a otras que transcurren en la misma época esta añade algunas cosas desconocidas para mí. Sobre todo porque se desarrolla en Hungría, un país que durante la contienda estuvo aliada con Alemania, lo que hace que las cosas fueran parecidas pero distintas en algunos sentidos. Toda la historia de los pelotones de trabajos es muy interesante y está muy bien contada, la vida de los judíos en un país que al principio no seguía al pie de la letra las instrucciones de los alemanes, los contrastes entre algunos militares más cercanos a las ideas nazis y otros que no lo eran tanto... La verdad es que tiene momentos realmente buenos y de paso nos da información sobre este momento histórico que no deja de sorprenderme por lo bárbaro y brutal. Nos va a dar otro punto de vista, otra forma de ver la misma historia que conocemos cuando pasamos de Francia a Hungría.
Además la historia está muy bien contada. Incluso el estilo cambia ligeramente entre ambos momentos. La primera parte, aún teniendo momentos fuertes o tristes, es más suave, más fluida y con un lenguaje más cuidado. Cuando pasamos a Hungría llega el horror y con él cambia la forma de contar, haciéndose más directa, más brutal. Aún así la autora usa las palabras justas y necesarias para que el lector pueda imaginar todo perfectamente, quedándose en el límite justo entre agitar los sentimientos del lector y traspasar la línea hacia una violencia o brutalidad más gratuita. Me gustó mucho la forma en que está escrita.
Además de la historia, que me gustó mucho, un apartado especial para los personajes. Todos están perfectamente retratados y tratados, desde el primero al último todos tienen su momento importante. Incluso algunos que podrían parecer más secundarios, como por ejemplo los padres de Andras, irán apareciendo en algunos momentos puntuales para aportar algo a la trama. El protagonista central está muy bien montado, así como Klara; pero lo mejor es que todos los demás también. No hay uno solo que no tenga su momento importante, que su intervención en la historia no sea fundamental para la misma. Además de eso varios de los importantes van a sufrir cambios y evolucionarán en sus formas de pensar o de comportarse, otro dato más para añadirle méritos a la autora. Todos aparecen ante el lector como personas reales, más que meros personajes de novela. Conoceremos casi todo de ellos, que también es importante, pero están diseñados de tal manera que podemos pensar que cualquiera de ellos pudo existir y pasar casi lo mismo que leemos página tras página. Esta es otra de las cosas que más me atrajeron de la historia. En otros casos de historias de este tipo asistimos a una continuación de desgracias de los protagonistas, tanto que a veces llega un momento en que casi no nos creemos nada, en que pensamos que el autor se está pasando un poco. En este caso son más los momentos tristes y desgraciados que los de otro tipo, pero en ningún momento tuve esa sensación de pasarse de la raya, de ir demasiado lejos en lo que le pasa a los personajes. Toda la historia tiene un aire de verosimilitud, de credibilidad que hace que uno se meta todavía más en las vidas de todos ellos. 
Amor, tristeza, drama, felicidad, acción, guerra, estudios..., una gran cantidad de componentes dentro de una historia que me engancho desde el principio. Quizá no desde las primeras páginas en las que todavía no sabía muy bien por dónde iba, pero pronto cambió y me costaba dejarla. Tanto que las ciento cincuenta últimas me las leí de una sentada, tenía que saber cómo terminaba y no podía dejarla. Tenía que llegar al final de la historia, saber qué pasaba con todos ellos en unas últimas páginas que son realmente emocionantes. Una buena historia, bien contada, interesante y amena al mismo tiempo, creo que bastante recomendable. Espero la siguiente historia de Julie Orringer, creo que merecerá la pena.

jueves, 7 de junio de 2012

"Érase una vez", "Once upon a time"



De la serie que os voy a comentar hoy llevo vistos más o menos la mitad de los episodios de su primera temporada, así que tengo ya suficientes elementos para poder dejaros unas impresiones. Una mezcla entre lo tradicional, lo de toda la vida y lo moderno. Creo que tiene es lo bastante atractiva como para poder recomendarla, por lo menos por aquí nos está gustando bastante a todos y capítulo tras capítulo va ganando en interés. Una de las cosas que destacaría es su originalidad, aún partiendo de algo que casi todos conocemos perfectamente, los cuentos tradicionales, tiene un tratamiento del tema que hace que al mismo tiempo se aleje completamente de ese aire de lo de siempre. Como digo, una mezcla con un resultado más que interesante. El título lo deja claro desde un principio, “Once upon a time”, estrenada aquí como “Érase una vez”. Esta primera temporada se compone de 22 episodios, como no he llegado al final no sé si será de esas que terminan rematando la historia o dejan alguna puerta abierta a una continuación.

Fue uno de los grandes éxitos de la temporada actual en su país de origen, los Estados Unidos, por los índices de audiencia el mejor estreno del año. Tras unos pocos capítulos tenía ya un buen número de seguidores, incluso algunos que habían sido algo críticos al conocer la trama. Una de las cosas que más destacan es la originalidad en el tratamiento de esos cuentos tradicionales, cómo han sido capaces de coger unas historias conocidas por casi todo el mundo y hacer algo distinto, algo nuevo. Son relatos que todos hemos leído, o que nos han leído cuando éramos pequeños (o que nosotros hemos leído a nuestros hijos), conocidos por las múltiples adaptaciones cinematográficas ya sea en forma de dibujos animados o personas reales, más o menos fieles a los originales. En este caso puede parecer raro en un principio, ya que va a mezclar a todos esos personajes que conocemos en una sola historia, pero la verdad es que el resultado de esa extraña mezcla es realmente bueno y en ningún momento nos extrañaremos, por ejemplo, de ver a Blancanieves en la boda de la Bella Durmiente. 

La historia parte del momento en el que Emma Swann (una de las protagonistas centrales) recibe la visita de un niño, Henry Mills, que dice ser su hijo al que dejó en adopción al poco de nacer. Aparece casi de la nada convenciéndola de que debe volver con él al pueblo donde vive para solucionar un gran problema. Un gran libro de cuentos es su acompañante a todas partes, el libro que tiene las claves para solucionar ese gran misterio. Es él el que le dice a Emma que ella es su madre biológica y que los dos son personajes de cuento a los que una bruja muy malvada borró la mente con un fuerte hechizo, haciéndolos vivir unas vidas vacías, tristes y simples en el mundo real, fuera de su mundo de fantasía y sin recordar nada de su vida anterior, dejándolos sin sus finales felices. Pero no solo a ellos dos, sino que en Storybrooke, el pueblo del que viene Henry, viven todos los personajes de esos cuentos, en la misma situación que Emma y él. Ninguno de ellos recuerda nada de su vida “real” y viven en el pueblo desempeñando los trabajos normales de un pequeño pueblo, la enseñanza, la hostelería, los garajes... No recuerdan su infancia ni sus vidas porque fueron puestos allí ya con la misma edad que tenían en el cuento, alejados de sus grandes amores, de sus amigos y de su maravillosa, o no tanto, vida de cuento. Aún así en el pueblo quedan pequeños restos de esa magia que harán que una incrédula Emma vaya viendo que es posible que Henry tenga razón. Ahí están Blancanieves, la Bella Durmiente, Cenicienta, Caperucita Roja, Gepetto, Pepito Grillo, los Siete Enanitos, los Príncipes Azules de varios cuentos y casi todos los personajes que podáis imaginar y recordar. Por supuesto tenemos a la malvada bruja responsable de toda esa situación, que realiza un poderoso conjuro motivado por su infelicidad y con la intención de vengarse de todos ellos, sobre todo de Blancanieves. Una bruja que es en ese momento la alcaldesa del pueblo y que esconde muchas más cosas de las que parece en un principio, además de ser la madre adoptiva de Henry.

Extraña puede parecer la historia pero en cuanto uno se acostumbra resulta realmente atrayente e interesante, además de amena y curiosa. Cada capítulo va alternando las dos realidades, por un lado el mundo de los cuentos y por el otro el engaño de Storybrook. Iremos conociendo y recordando las historias de todos esos personajes, casi como en un maravilloso viaje a la infancia. Es realmente genial la forma que tiene de mezclar a los distintos personajes de cuentos que en teoría no tienen relación, pero como todos vienen del mismo mundo de fantasía se muestra ante el espectador como algo completamente coherente. Una de las cosas que más me gustan es la alternancia en los lenguajes y en la forma de hablar de los personajes. Cuando vamos al mundo de ficción oiremos el lenguaje típico de los cuentos, formal y cuidado, donde los padres se dirigen a los hijos de usted y donde todo es algo más rebuscado y serio. Cuando estamos en el mundo actual este cambia completamente, siendo más moderno, relajado y cotidiano.

El concepto de la serie es arriesgado y audaz y el resultado de esta extraña mezcla es bueno. La puesta en escena es otro de los aspectos destacados. Los castillos, las praderas, la magia, los soldados o los personajes fantásticos están tratados con gran delicadeza y cuidado y  responden a la perfección a una actualización de la tradición, siendo casi lo que casi todos imaginamos en la infancia cuando leíamos o escuchábamos esas historias. Los guiones están perfectamente elaborados para mantener la atención e ir avanzando poco a poco en la historia. En cada capítulo descubriremos quién es cada habitante de Storybrook y más de una sonrisa aparecerá cuando veamos que este es Pepito Grillo, aquella Caperucita o aquel el cazador de Blancanieves. Se nota que dos de sus guionistas lo fueron a su vez de una de las series que más jugaban con los personajes en cuanto a su identidad, su pasado, presente o futuro, “Perdidos”. Todo está perfectamente engranado, de momento, para atrapar al espectador y que tenga ganas de ver qué viene a continuación, jugar a descubrir quién es quién o esperar a ver si por fin Blancanieves y el Príncipe Azul acaban juntos en el mundo de la actualidad.

Si destaca por la perfección de sus guiones también lo hace en otro de los aspectos fundamentales, los actores y actrices que interpretan los distintos papeles. No es fácil hacerlo, ya que tienen que ser parecidos pero distintos en ambos mundos y el resultado también es interesante en todos los casos. Quiero decir que las interpretaciones son todas realmente destacables y algunos sobresalen muy por encima de la media. La protagonista, Emma Swann, es Jennifer Morrison, conocida por su papel durante varias temporadas como la doctora Cameron de “House”. Ella es la única que con su intervención y siempre según las teorías de Henry, puede romper el maleficio y conseguir que cada uno vuelva a su vida de fantasía y felicidad. Emma es una mujer fuerte, que en cierto momento tuvo que abandonar a su hijo y dejarlo en adopción y que de repente se lo encuentra de nuevo en su vida y además con una historia bien difícil de creer. Henry es Josh Dallas, que realmente me está gustando mucho en el papel de ese niño soñador, con continuos problemas con su madre adoptiva y queriendo establecer una relación con su madre real, además de tener que convencerla de que todo eso que le está contando es cierto; antes solo lo había visto como el hijo de Don Drapper en la genial “Mad Men”. Pero hay tres personajes que para mí destacan por encima de todos los demás y que le dan un toque más de calidad a toda la historia.

Blancanieves es Ginnifer Goodwin, una actriz con algo de cine y bastante televisión a sus espaldas. Es uno de los personajes centrales y es en la que quizá más se vea esa gran diferencia entre los dos personajes que tiene que interpretar. Incluso cuando aparece como Blancanieves en el mundo de fantasía aparece en algunos momentos, según lo requiera la situación, casi como si fueran dos personas distintas. En el mundo actual es Mary Margaret Blanchard, profesora del colegio del pueblo, tímida y poco decidida, aunque irá cambiando con el tiempo. Para mí una de las mejores.

Lana Parrilla interpreta a Regina Mills, la alcaldesa el pueblo en la actualidad y la malvada bruja del cuento del personaje anterior. La verdad es que da miedo, estremece y es malísima, recordemos que las brujas de esos cuentos siempre eran tremendamente malas y perversas, baste recordar las pesadillas que provocaron a muchos niños y niñas tras ver las versiones de Disney, que siempre conseguía unas brujas realmente impresionantes. Aquí es la que maneja todos los hilos, la que está detrás de casi todo lo que pasa y la que controla todo en Storybrook. Destaca por encima de casi todos los demás y siempre nos sorprenderá, porque será capaz de ir un paso más adelante en su perversidad.

Por qué será que los personajes oscuros siempre son más atrayentes en estos cuentos que los otros. Digo esto porque el otro que destaca, y mucho, es también uno de este tipo. El actor que lo encarna es uno de los buenos actores de cine, por lo menos a mí siempre me gustó, Robert Carlyle es el Señor Gold en el pueblo y el Rumplestiltskin de los cuentos. Enfrentado a la alcaldesa por una antigua rivalidad, regentando una tienda de antigüedades y siempre buscando tratos que le favorezcan para sus intereses. Como de todos también conoceremos su historia y creo que es de las mejores interpretaciones y papeles de la serie, ambiguo y misterioso, sin saber demasiado bien a qué cartas juega en cada momento.

De paso diré que con esto que he contado no desvelo demasiado, porque conoceremos la historia de estos personajes y su alter ego de fantasía ya en el primer capítulo, de todos los demás no os digo nada, dejaré que los vayáis conociendo a medida que pasan los capítulos.

Una serie recomendable, entretenida, misteriosa, sorprendente y al mismo tiempo tradicional. Una maravillosa forma de que algunos volvamos a la infancia, será difícil no esbozar una sonrisa recordando aquella época de nuestra vida. La época en la que era más fácil soñar, en la que nos creíamos casi todo y en la que todos estos personajes inundaban nuestros sueños o nuestras pesadillas. Una buena forma de volver atrás, de recuperar los sueños y la fantasía que probablemente la vida cotidiana nos hace dejar un poco de lado. Eso sí, matizo que a pesar de contarnos los cuentos de toda la vida no es demasiado recomendable para pequeños, la mayor parte de los cuentos no están nada dulcificados y tiene momentos de cierta (no demasiada) violencia, de situaciones oscuras, de personajes que podrían alimentar pesadillas... Ahí os queda la recomendación, si alguien la vio o la ve gracias a este comentario ya me dirá qué tal. 

viernes, 1 de junio de 2012

Recitando a Celso Emilio Ferreiro en el IES Valadares


Este año se celebra el centenario de una figura fundamental para la cultura gallega, Celso Emilio Ferreiro. Xoan Gulías, coordinador del Equipo de Normalización Lingüística, compañero de trabajo y amigo, dedicó una buena cantidad de horas a filmar por distintos lugares del centro a alumnas, alumnos, profesores, profesoras, padres, madres y personal no docente recitando breves fragmentos de varios poemas de este autor. El que aparece al principio es Luis Ferreiro, hijo del homenajeado, y que estuvo en el instituto para inaugurar una sala de lectura dedicada a su padre. Aquí está el vídeo completo, pienso que merece la pena que lo veáis entero.