Visitas

contadores web relojes pagina web

jueves, 29 de marzo de 2012

"American Horror Story"



Hace ya unos meses que terminé de ver la serie que voy a comentar hoy, pero recientemente la cadena “Cuatro” ha empezado a emitirla, así que puede ser un buen momento para dejar algunas cosas sobre ella. La serie de hoy es “American Horror Story”, en su primera temporada, porque parece que dará lugar a una segunda sin una fecha concreta de estreno.

Por comentarios anteriores ya sabéis que el terror es uno de los temas que me gustan, ya sea en cine, televisión o literatura. Como he comentado en alguna ocasión últimamente no hay demasiadas cosas en ninguno de estos terrenos que me haya llamado demasiado la atención. En el campo de la novela destacaría algunas de zombis más o menos entretenidas y con algunos elementos novedosos que me gustaron bastante, sobre todo la trilogía de Manuel Loureiro, “Apocalipsis Z”. En televisión y casualmente dentro del mismo tema me quedo con “The walking dead”, que sobre todo en su segunda temporada me está resultando mejor incluso que la primera. Y en cine la verdad es que llevo bastante tiempo sin ver nada que me llame la atención ni un poco. Viene esto a que la serie de hoy está dentro de esa temática, el terror. Venía avalada por muy buenas críticas desde su país y como buen aficionado me puse a verla en cuanto Fox empezó con la emisión. 

El tema en sí no es nada novedoso. Parte del típico argumento de la casa maldita en la que han tenido lugar una serie de asesinatos en el pasado y en la que pasan todo tipo de cosas raras y siniestras. Intentaré no desvelar casi nada del argumento, aunque no es demasiado fácil hacer un comentario de la misma sin hacerlo, contar demasiado sería malo para los que empezaron a verla y contar poco puede no animar a algunos lectores a hacerlo. Aún partiendo de una idea no demasiado original creo que en su desarrollo tiene algunos elementos algo novedosos en cuanto al tratamiento y la forma que pueden hacer que destaque un poco. A mí personalmente los primeros capítulos me gustaron bastante y me engancharon, pero creo que a partir del cinco o el seis fui perdiendo un poco el interés. Aún así terminé de verla porque no quería quedarme sin conocer el desenlace, además de que seguía teniendo, sobre todo, algún personaje que sí me gustó mucho y que mencionaré algo más adelante. Al principio parecía tener algo más de lo que me fue demostrando después, un cierto aire que sí que daba algo de miedo, de tensión provocada sobre todo por el desconocimiento de las cosas y algunos momentos que si eran realmente impresionantes para el espectador. Cuando uno va viéndola descubre que en más de un capítulo es quizá demasiado repetitiva y alarga demasiado algunas cosas, pudiendo llegar a cansar ligeramente. Claro que todo esto no es más que una opinión personal.

Los protagonistas centrales son la familia Harmon, formada por tres personas. Ben es el padre de familia, un psiquiatra que en cierto momento engaña a su mujer. A causa de esto y buscando una reconciliación la familia se marcha a vivir de Boston a Los Ángeles, donde compran a un precio maravilloso una impresionante casa en la que él además instalará su consulta. Vivian es su esposa, muy dolida con Ben por el engaño y a la que le cuesta algo superar esa situación. Acepta el cambio sobre todo por el bien de su hija, Violet, una adolescente que también estará algo afectada por todo esto. La casa es el centro de atención de toda la historia, un personaje más, lleno de misterios, sorpresas, violencia y caos. Ya las primeras escenas del primer capítulo harán que el espectador esté lleno de interrogantes y de momentos que irá entendiendo a medida que avancen los capítulos. Desde el principio una serie de personajes irán apareciendo en sus vidas, provocándoles algunos de ellos más de un sobresalto. Adelaide Langdon será una de las primeras, una joven con síndrome de Down que se mete en su casa cuando quiere y ronda por ella como si fuera suya. Constance Langdon es su madre, una gran señora que vive con su hija en la casa de al lado, una vecina algo rara, extraña, con aires de gran señora y que tardaremos algo en ubicar dentro de la historia. También aparecerá desde el principio el joven Tate, que se convertirá en el primer paciente de Ben, violento, extraño y desconcertante. Y Moira, una mujer que aparece en cuanto ellos se instalan para desempeñar el cargo de ama de llaves de la casa, trabajo que lleva realizando desde hace muchos años. Todos ellos desconcertarán al espectador hasta que pueda ir ubicándolos dentro de una historia que es más complicada de lo que parece en un principio. Sabemos desde los primeros capítulos que no hace demasiado dos hombres murieron en la casa, algo que la vendedora está obligada a comunicar a los Harmon, una muerte violenta que es la que hace que el precio de la misma sea tan bajo, pero hay muchas cosas más que ni ellos ni nosotros sabemos y que tendremos que ir descubriendo poco a poco.

Para mí una de las mejores cosas de la serie son los actores. La verdad es que todos ellos están realmente bien, la media es más que alta y algunos destacan muy por encima de los demás. Casi todos ellos son caras conocidas, unas más que otras, pero hay dos que vienen directamente del cine. El papel de Ben Harmon está interpretado por Dylan McDermott con mucha convicción, torturado por la situación que generó con su comportamiento, luchando por salvar a su familia al mismo tiempo que intenta realizar su trabajo, con unos pacientes realmente complicados y extraños e intentando salvar de la mejor forma posible las distintas situaciones con las que se va encontrando. No es un actor que me guste demasiado, la verdad, pero en este caso me convenció completamente. Muy bien también Connie Britton en el papel de su mujer, Vivian, aunque en este caso no voy a decir mucho más porque eso implicaría contar demasiado, pero me gustó mucho, agobiada, torturada y asustada por la cantidad de cosas que le van a pasar dentro de la casa. Pero por encima de todos, para mí, está la actriz que interpreta el papel de Constance Langdon, por el que Jessica Lange (una de las grandes actrices del cine americano) ganó varios premios, entre ellos el Globo de Oro. Es el personaje que más me impresionó y está realmente genial, muy por encima de los demás, llenando la pantalla cada vez que aparece. Es imposible quitarle la vista de encima y no estar pendiente de cada uno de sus gestos, de sus miradas o actitudes. Para mí ella quita más el sueño e impresiona más que cualquiera de los demás y que cualquiera de las cosas que puedan pasar en la casa. Fría y distante en algunos momentos, preocupada en otros y espeluznante en algunos más. Creo que ella es, con mucho, lo mejor de la serie y merece la pena verla entera para disfrutar de su presencia. Otro de los personajes que destacaría es de Moira, el ama de llaves, de la que no voy a decir nada porque de nuevo sería contar demasiado, pero atentos a ella. Y, por supuesto, la casa es el personaje central, el núcleo de todo lo que ocurrió y ocurre, la que provoca todo, oscura, misteriosa y desconcertante.

Como dije al principio empecé a verla con bastantes ganas, las críticas eran buenas y por todas partes la ponían por las nubes, de lo mejor en el género de los últimos años. Los primeros capítulos me parecieron realmente buenos, tanto en la historia como en la dirección, muy cinematográfica y bien hecha. Todas las escenas están realizadas con la idea de desconcertar y asustar al espectador y tienen muy buenos momentos en general. Especial atención a los títulos de crédito iniciales, muy bien hechos. Una vez que uno sabe más o menos por dónde van los tiros creo que pierde un poco de interés y la estiran quizá demasiado. Esta primera temporada está formada por doce capítulos, para mí le sobran dos en realidad, creo que quedaría más redonda. Dentro del tema de las casas malditas no está mal y tiene algunos elementos novedosos, aunque también juega con muchos otros que hemos visto ya antes, muchos de ellos en plan homenaje o recuerdo para aficionados. Yo pienso en este momento en historias como “El resplandor”, “La semilla del diablo” y otros clásicos. Uno de sus defectos también podría ser, en algún momento, la quizá excesiva cantidad de personajes que iremos descubriendo, importantes algunos, pero demasiado anecdóticos otros. Teniendo en cuenta lo poco atractivas que son últimamente las series de este género creo que está un poco por encima de la media y merece la pena verla. Sus defectos quizá sean menos que sus virtudes y la balanza queda más o menos equilibrada, salvo en algunos momentos (que no puedo contar, claro). Los últimos capítulos me decepcionaron un poco y aunque en algunos medios hablan de un final autoconclusivo, a mí no me lo pareció; es más, está prevista una segunda temporada que no sé muy bien por dónde irá, aunque tengo alguna idea al respecto. Lo mejor de la serie son los actores, prácticamente todos ellos, algunos momentos y planteamientos de la historia y más de un giro levemente inesperado y sorpresivo en la misma. La idea es buena, pero peca de repetitiva en algunos capítulos, el guión flojea un poco y eso, aunque no hace que se pierda el interés, sí que puede cansar algo. Ya me diréis que pensáis.


domingo, 25 de marzo de 2012

"Intocable"


Tras algún tiempo volvemos al tema del cine, que la última película que apareció por aquí fue ya hace unos meses. Ya apetecía, así que este fin de semana, tras echar un ojo a la cartelera y llegar a un acuerdo familiar allá nos fuimos. Y mereció mucho la pena, una cinta con bastante que decir, que nos gustó mucho a todos y de esas que hay que ver. Es de esas en las que sales del cine viendo las cosas de otra manera, pensando que lo que hay que hacer es dejar de lamentarse y disfrutar todo lo posible de la vida, sacando partido a todo y sin dejarse llevar demasiado por los malos momentos, los pequeños o grandes tropiezos que se nos van poniendo delante. Aún así todos somos conscientes de que lo que hemos visto es ficción, aunque esta es de esas que al principio pone “inspirado en una historia real”. Hablo de una película estrenada hace creo que tres semanas pero que yo recomendaría que si tenéis opción vayáis a verla, no creo que os decepcione. El título es “Intocable”.
Cuando vi los trailers en la televisión ya me llamó la atención. Avalada por dieciocho millones de espectadores en su país de origen, Francia, una de las cintas más taquilleras de su cinematografía y con varios premios tanto dentro como fuera de su país. Además algunos conocidos y conocidas cercanos que habían ido a verla me comentaron que era de lo mejor que habían visto en los últimos meses. Teniendo en cuenta que la cartelera estaba llena en este momento de historias poco apetecibles no había demasiado donde elegir y además a esta le teníamos ganas. Vimos varias comedias francesas de estos últimos años y en mayor o menor medida todas nos habían gustado mucho, sobre todo las de esta línea, la de tratar en tono de comedia cosas que no parecen ser demasiado simpáticas o divertidas. 
A causa de un accidente Philippe, uno de los protagonistas, se quedó tetrapléjico. La historia comienza cuando está buscando una persona para que esté con él todo el día, trabajando como enfermero, asistente, ayudante y para todo lo que le haga falta. Es millonario y vive en una gran casa rodeado de todo tipo de lujos pero además de su enfermedad hay otras cosas en su vida que hacen que viva sumido en una profunda tristeza y amargura. Un hombre culto, gran lector, aficionado a la música clásica y con una vida anterior por lo que entendemos más que apasionada e interesante. Al principio de la historia vemos como está seleccionando entre varios candidatos a esa persona, ya que ya tuvo varios y ninguno le dura demasiado, entre el mal humor y lo exigente que es todos acaban marchándose. Aparece entonces Driss, un joven de color que veremos como vive en las afueras de París, con muchos problemas sociales y de adaptación, delincuente y rodeado de un ambiente que no deja entrever nada bueno para él ni para su familia. Driss solo quiere que le firmen el papel del paro rechazándolo para que pueda seguir cobrando, pero es evidente que eso no va a pasar. Driss se comporta ante Philippe con naturalidad, diciendo las cosas como le salen, casi sin pensar y sin darse cuenta de las limitaciones que este tiene. A Philippe esto le gusta, le hace gracia y decide contratarlo a prueba durante un mes a ver qué pasa. Driss alucina con la casa en la que va a vivir, con las cosas que hay y, sobre todo, con algunas de las cosas que tendrá que hacer como parte de su trabajo. Lógicamente a partir de ese momento, y poco a poco, la vida de los dos va a cambiar, sobre todo la de Philippe, que por fin encuentra a alguien que no lo trata con lástima, con condescendencia, sino que intenta dentro de lo posible tratarlo como una persona más. Pero no es solo el trato, desde el principio veremos como Driss es una persona enormemente alegre, capaz de sacarle una sonrisa a cualquiera con sus palabras o sus formas de actuar, una alegría que será contagiosa para todos los que viven en esa gran mansión.
Parece que vamos a ver la historia de siempre, persona con problemas que consigue cambiar, redimirse o ver la vida de otra manera gracias a una persona que sale en su ayuda y con la que no parece tener demasiado que ver. En cierto sentido lo es, no lo voy a negar, pero al mismo tiempo tiene algo especial, distinto, algo que hace que se aleje ligeramente de este tipo de historias. No hay redención, no hay un momento mágico donde todo cambie radicalmente, son pequeños cambios, pequeñas cosas que van descubriendo ambos, más Philippe, evidentemente. Su vida no va a cambiar, pero sí y mucho la forma de verla, la forma de hacer muchas cosas, de disfrutar de las cosas que quizá antes no viera o no quisiera ver, de dar pequeños pasos adelante para, desde su situación, hacer cosas que no es que no quisiera hacer, es que no se le habían ocurrido. Y sobre todo aprenderá a reírse, de sí mismo y de los demás, a reírse con Driss que es capaz de ver con humor casi cualquier situación. Pero lo que la hace más distinta es el tono general de la historia. En ningún momento la historia busca la lágrima fácil, la emotividad forzada o esas situaciones que casi hacen que el corazón esté apretado en un puño. Es una historia emotiva y optimista, alegre por encima de todo, llena de humor en todo momento. Pocas situaciones están presentes para despertar la compasión, sino todo lo contrario, busca la alegría. Tiene muchos momentos de humor negro (no voy a contar ninguno, mejor verlos) realmente inesperados y originales, chistes que incluso podrían parecer de mal gusto pero que dentro del contexto en el que se producen no pueden más que provocar una sonora carcajada. Incluso los momentos en los que predomina el sentimiento son suaves, leves, casi pasando de puntillas y nunca buscando el sentimentalismo. No voy a decir que sea realista, pero casi parece más creíble que muchas otras del mismo tipo. Tiene momentos realmente geniales, pero la media alta se mantiene durante toda la historia. La visita a una pinacoteca o una conversación sobre la música clásica que están escuchando son dos de los más destacados en este sentido para mí, pero habría muchos otros.
Es la quinta película que dirigen y escriben a medias Eric Toledano y Olivier Nakache. El papel de Philippe está interpretado por un conocido y destacado actor francés, François Cluzet, realmente genial en el papel del hombre obligado a vivir en una silla de ruedas y que solo puede mover la cabeza, nada fácil pero solo con sus ojos y su expresión es capaz de transmitir desde una profunda tristeza a la mayor de las alegrías, sus sonrisas o sus ojos llorosos hacen que el espectador comparta esos mismos sentimientos con él. Driss está interpretado por un actor con bastantes películas en su país y al que vi hace poco en otra cinta que me gustó mucho, “Micmacs”, Omar Sy. Impresionante de verdad, premiado con el César en Francia al mejor actor por este papel. La energía que transmite, siempre energía positiva, sus actitudes, sus formas de hablar o de moverse son de lo mejor de la historia. Consigue reflejar tal cantidad de sensaciones, de sentimientos, de optimismo que hacen que hasta el espectador se contagie. Me encantó, de verdad, y me pareció en todo momento que conseguía con creces lo que se pretendía. No solo en esos momentos, sino también en los que tiene que estar más serio, triste o preocupado, una de las interpretaciones más completas que he visto en los últimos meses, más que destacable. El resto de los actores también están realmente bien. Sacando a los dos protagonistas me gustaría destacar también el papel de Yvonne (interpretado por Anne Le Ny), la mujer algo mayor que se encarga de la casa y de estar pendiente de todas las necesidades de la misma; la presencia de Driss en su vida también hará que cambie algunas cosas y decida tomar las riendas de algunos aspectos de su vida diaria.
Creo que es una película completamente recomendable, aquí nos gustó a todos muchísimo y sobre todo, como dije, por tratar algo que parece lo de siempre pero de una manera algo distinta. Es un optimismo contagioso, unas ganas de vivir y disfrutar que harán que después le demos algunas vueltas a ciertos aspectos de nuestras vidas. La sonrisa es casi permanente a lo largo de las casi dos horas que dura (que se nos pasaron en un suspiro) y las carcajadas estarán presentes en más de un momento. No sé por qué pero tengo la impresión de que va a ser de esas que en breve tendrá su versión americana (posiblemente innecesaria), esperemos que no se la carguen y sean capaces de mantener ese mismo aire.



jueves, 22 de marzo de 2012

"Falling Skies" y "Terranova"

No vamos ahora a descubrir a Steven Spielberg, director, guionista, productor..., un hombre que casi  desde el principio apareció casi como el nuevo rey Midas de Hollywood, que todo lo que tocaba lo convertía en éxito. No voy en esta ocasión a hacer una reseña biográfica porque sería casi imposible resumir toda su carrera en unas pocas líneas. Yo me reconozco un incondicional de todo lo que ha hecho, e incluso en las más flojas o irregulares había algo bueno que destacar. Si tengo que elegir algunas creo que me quedaría con “El color púrpura”, “La lista de Schindler”, “1941” o “Salvar al soldado Ryan”, sin dejar de lado una de sus primeras producciones para la televisión, “El diablo sobre ruedas”, simple y aterradora al mismo tiempo. Aún tengo pendiente su última película, “War horse”, pero caerá un día de estos. Sus primeros trabajos como director fueron para la pequeña pantalla, un mundo en el que ahora colabora bastante como productor o guionista, y trabajando bastante, la verdad, porque son varias las producciones de estos últimos años con las que tiene algo que ver. Hoy voy a comentar dos de esas series en las que intervino. Son dos series que me han decepcionado un poquito, sobre todo viniendo de quien vienen, porque de ambas esperaba algo más. No es que estén mal, pero creo que les falta algo, ese punto a mayores que pueden hacerlas destacar. Tanto es así que una de ellas se canceló recientemente por falta de audiencia y la otra posiblemente tendrá una segunda temporada para el mes de junio por Estados Unidos; se iba a cancelar también, pero la presión de ciertos grupos de fans hizo que al final se decidieran a hacerla. Los dos últimos grandes éxitos de Spielberg en este medio estaban relacionados con la Segunda Guerra Mundial, se notaba en ellos la influencia de “Salvar al soldado Ryan” y estaban realmente bien, hablo de “Hermanos de sangre” y “The Pacific”. En este caso las dos de hoy están relacionadas con un campo que domina a la perfección, la ciencia ficción, en dos sentidos diferentes. 
Hablo de “Falling Skies” y de “Terranova”. La primera entra en el mundo de las invasiones extraterrestres y la segunda transcurre en un tiempo pasado, muy pasado, con la tierra dominada todavía por los dinosaurios. Como podéis ver lo que decía al final del párrafo anterior se cumple, los extraterrestres (“Encuentros en la tercera fase”, una maravilla) y los dinosaurios (“Parque Jurásico” y sus continuaciones) son dos elementos muy presentes en la cinematografía de Spielberg.

“Falling Skies” parte del momento en el que la tierra es invadida por unas naves extraterrestres que la conquistan en poco tiempo, como siempre, más grandes, más fuertes y con mejores armas. Por un lado tienen unos robots soldado que son los que se enfrentan con los humanos y otros seres con varias patas a medio camino entre los insectos y los lagartos. Además secuestran a los niños que encuentran para implantarles un yugo en su espalda que hace que estén completamente dominados por ellos, usándolos como esclavos. Varios grupos de supervivientes muy heterogéneos van organizándose para intentar acabar con los invasores. Bajo una estructura militar se enfrentan con ellos con los pocos medios de que disponen y cada pequeña victoria es un paso adelante. Se desplazan en grupos más o menos organizados, en los que los civiles están a cargo de los militares, que son los que llevan la voz cantante. El protagonista es un profesor de historia, Tom Mason, que además usa sus conocimientos de las antiguas batallas de la historia para plantear esta nueva guerra. Tiene tres hijos, pero uno de ellos fue capturado por los alienígenas, con lo que su rescate es uno de los elementos centrales de la historia. Como decía antes, esta es la que por presión de sus seguidores, que no querían quedarse sin tener un final, tendrá en verano de este año una segunda temporada. Aún así la primera consta solo de 10 capítulos.
Tom Mason es interpretado por un conocido actor de televisión, Noah Wyle, el doctor Carter de “Urgencias”. Aquí está uno de los problemas que tiene, que no me resultó demasiado creíble en ese papel entre hombre reflexivo y hombre de acción que tiene que interpretar, como si en algunos momentos le faltara algo de carácter o decisión, restando algo de credibilidad a la historia. El resto de los actores vamos a decir que mantienen una línea discreta, sin destacar ni para bien ni para mal. 

“Terranova” apareció con muchas expectativas y aires de gran producción. Dos de los temas más usados por Spielberg aparecen en ella, la lucha entre el hombre moderno y los dinosaurios y los descubrimientos científicos que hacen posible esta relación. Estamos en el año 2149, en un mundo al borde de la aniquilación debido a la mala calidad del aire y la superpoblación. Todos tienen que vivir con un respirador que hace que puedan salir a la calle y los matrimonios están limitados a tener dos hijos. En este mundo tenemos a la familia Shannon, Jim es policía, su mujer Elisabeth es una famosa doctora y tienen tres hijos: Josh, Maddy y Zoe. Precisamente el punto de partida es la detención de Jim y su posterior encierro en la cárcel debido a esa tercera hija, prohibida por las leyes y a la que esconden hasta que son descubiertos. Pero unos científicos crean un portal temporal hacia el pasado, en concreto 85 millones de años hacia atrás, la época de los grandes dinosaurios, los bosques y un mundo sin contaminación y completamente salvaje. Así se harán una serie de “peregrinaciones” de gente escogida hacia ese pasado como una forma de empezar de nuevo para intentar borrar los errores cometidos. En una de ellas la familia Shannon es elegida, sobre todo a causa de la necesidad de médicos e investigadores en Terranova. Jim tendrá que escapar de la cárcel, no están dispuestos a irse sin él. Claro está lo conseguirá y al final de ese primer episodio nos los encontraremos a los cinco en esa nueva tierra, con la oportunidad de empezar de nuevo y construir un mundo mejor no solo para ellos. La vida allí no será fácil, no solo por los dinosaurios, sino también por los propios seres humanos. Las mentiras, las intrigas, los delitos...siguen existiendo, así que en ese mundo mejor el ser humano sigue siendo más o menos igual. Cuando ellos llegan ya son muchos los que viven allí, pero hay un grupo, los Sextos (llamados así porque llegaron en la sexta peregrinación) viven fuera del recinto protegido, enfrentándose con el resto de la población sin que sepamos muy bien por qué. Gobernada por el comandante Nathaniel Taylor casi como si fuera un destacamento militar, algo necesario teniendo en cuenta el mundo que los rodea, el día a día no será sencillo y las cosas que pasaban en el mundo del que vienen seguirán más o menos igual, añadiendo a todo eso a todo tipo de criaturas salvajes a las que tendrán que enfrentarse.
Como en el caso anterior, actores no demasiado conocidos de nombre, pero si muchas caras habituales en el medio. Quizá el más conocido sea el actor que hace el papel del “gobernador” de Terranova, Stephen Lang, el general que dirigía a los soldados en “Avatar”. Y también se puede aplicar lo dicho, en general actuaciones que se quedan en una gama media, sin destacar demasiado en ningún sentido. Esta es la que ha sido cancelada recientemente porque la audiencia y críticas que estaba teniendo no compensaban el gasto realizado. Rodada en Australia, con unos efectos especiales que visto lo visto en cine no llaman demasiado la atención pero que no están mal, bien ambientada y con unos capítulos que requieren más de mes y medio de trabajo cada uno, demasiado dinero para los resultados obtenidos.
Curiosamente en este caso el comentario que hago puede aplicarse a las dos. Ambas presentan casi las mismas virtudes y los mismos defectos. No son muchas en este momento, frente a otros anteriores, en los que tengamos “series familiares” para elegir. Antes eran muchas las que se podían ver en familia y creo que eso es algo que se perdió desde hace unos años, ahora o son casi series para mayores o enfocadas directamente a adolescentes (y de estas pocas puedo destacar, la verdad). Digo esto porque estas dos las vemos con mis hijos, y a ellos les gustan o, por lo menos, los entretienen más que otras; ambos se quejaron de la suspensión en la producción. En ese sentido no están mal, son entretenidas, pero podrían haber ido algo más allá. Las ideas argumentales no son malas, nada innovador en la idea central pero sí en lo que las rodea. ¿Dónde está el problema entonces? Pues que les falta fuerza, sobre todo narrativa, están ligeramente exentas de emoción en los argumentos, en la dirección y en las interpretaciones. Ya he dicho que no es que sean malas, pero quizá la expresión “algo neutras” le vaya bien. Les falta convicción, no reflejan demasiado bien la tensión de los argumentos, que en ambos casos presentan situaciones interesantes. “Desgana” quizá sea otra palabra que se les pueda aplicar. Podrían ser dos buenas series con un par de puntos más en esos sentidos sobre todo, dirección e interpretaciones. No son aburridas y no están mal para pasar un rato, tienen algunos buenos momentos e incluso hay capítulos que destacan un poco por encima de la media. Aquí, por ejemplo, esperamos con algunas ganas la segunda temporada de “Falling Skies” porque nos dejaron a medias y queremos saber, en caso de que lo tenga, el final. En el caso de “Terranova” creo que nos vamos a quedar con las ganas de que la cosa termine, pero hace unos días le comenté a mis hijos que la suspendían y no quisieron dejar de verla, así que seguiremos a ver si le dan un final o hacen como con otras, se acabó y fuera, no hay un final que cierre mejor o peor la historia. Recomendables para una noche en familia (por encima de los diez o doce años, que algo de violencia tienen y los extraterrestres o los dinosaurios pueden provocar alguna pesadilla) sin pedir demasiado. No sé si las visteis o no, a ver si me decís algo.

viernes, 16 de marzo de 2012

"El temor de un hombre sabio", Patrick Rothfuss


Allá por el mes de julio del año 2010 empezaba un comentario por este blog del mismo modo que lo hago hoy. No me gustan las trilogías, ni en literatura, ni en cine..., no vamos a incluir las series, aunque podría con esa costumbre que tiene ahora de terminar las temporadas algunas de ellas dejándote con un gran interrogante hasta el año siguiente. En este caso trilogías (peor cuando son más de tres, claro) literarias. ¿Por qué? Pues si te gustó mal porque te deja con la intriga hasta, como mínimo, un par de años después y si no lo hizo pues incluso peor, porque yo soy de los que no suelen dejar nada sin terminar y cuando sale el siguiente siempre caigo en la tentación de leerlo, más que nada por si mejora la cosa, que a veces pasa. Lo peor es cuando pasa más tiempo y casi tienes que releer el anterior para poder enterarte de todo, aunque la verdad es que si el autor lo hace bien en muchas ocasiones no tienes que hacerlo, porque ya él se encarga de dar los datos suficientes como para que vayas recordando la historia. Viene esto a cuento porque la novela que voy a comentar hoy es la segunda entrega de un caso de estos, el autor es Patrick Rothfuss y la novela se titula “El temor de un hombre sabio”
Como digo al principio la primera entrega de esta saga apareció allá por el año 2010 y podéis ver el comentario en el mes de julio de este año en este mismo blog. Su título era “El nombre del viento” y si leéis o recordáis lo que escribí en aquel momento, aunque me resultó entretenida no quedó entre las que más me gustaron. Aquella primera entrega no me había parecido, frente a gran cantidad de comentarios aparecidos en aquel momento, tan buena como muchos decían. Comentaba que era una novela decente de género fantástico pero con demasiados elementos ya conocidos o parecidos a otras historias de otros géneros, conformando algo que no me había atrapado demasiado, pero que había leído entera porque a pesar de ello tenía buenos momentos. No me gusta dejar las historias a medias y tenía suficientes elementos o se podían ver algunas cosas que podían hacer pensar que su continuación podía estar bien, por lo menos tan entretenida como esta primera. Así que a poco de salir editada me dije que tenía que leerla, apareció a finales del año pasado en la editorial Plaza & Janes. La tercera no tiene fecha de publicación y de momento aparece con el título provisional de “Las puertas de piedra”
Tengo que decir que esta vez no me equivoqué al darle una segunda oportunidad al autor, esta segunda entrega me gustó mucho más que la primera, me pareció mejor en todos los sentidos, en cuanto a originalidad, entretenimiento, acción, intriga e interés. Parece un desarrollo algo más maduro, también teniendo en cuenta que el protagonista es algo mayor, aunque no demasiado. Ahora la historia está más centrada, más enfocada a lo que nos quiere contar, sin las divagaciones que podían aparecer antes, con unos personajes mucho mejor definidos y reflejados y con unas historias más novedosas y originales. Aún así tiene dos o tres momentos en los que la lectura puede hacerse algo lenta, quizá se para demasiado en algunos momentos de la historia que pueden hacer que el lector se canse un poco de pasar demasiadas páginas para algo que se podría haber resuelto en algunas menos. En este sentido la primera pecaba mucho más de esto que digo, era una novela de algo más de ochocientas páginas a la que, en mi opinión, le podíamos quitar cerca de doscientas. En este caso puede resultar peor, estamos ante una historia que supera en poco las mil doscientas páginas, pues creo que podía quitarle esas mismas doscientas y quedaría algo más redonda. No voy a decir en qué momentos me sobraban, porque pasa de la mitad de la historia en adelante y como siempre no me gusta desvelar demasiadas cosas.
Volvemos evidentemente al mismo protagonista, el músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino de la primera, al que en este caso aún le podemos añadir el título de aventurero ya que en ese sentido los cambios de lugar son una constante de la misma, ya no transcurre la historia centrada en sus años de Universidad, en cierto momento se verá obligado a dejarla para emprender un viaje que lo llevará a conocer otros pueblos, otras personas y una buena cantidad de situaciones que son las que le dan esa variedad e interés que tiene el desarrollo del argumento. De nuevo al principio nos encontramos con Kvothe, Bast y el Cronista en la taberna que regenta el primero. La historia completa está dividida en tres libros que son los tres días durante los cuales el protagonista le está relatando la historia la Cronista para que se pueda conservar por escrito, así que estamos ante el segundo día y en este caso los momentos que transcurren en la taberna son mucho menores y más breves, centrándose mucho más en las aventuras de Kvothe. Es una leyenda que todos conocen, héroe y villano a partes iguales y dependiendo de quién y cómo se cuente la historia, quizá eso sea lo que le lleva a contarla, para dejar constancia de cómo fue en realidad. Ya sabemos por la anterior que la mayor parte de la gente lo da por muerto, pero él se cambió el nombre y dirige una taberna en la que se esconde en una aldea perdida, sin que sepamos todavía muy bien por qué, pero podemos ir intuyéndolo. Ahí, en la Roca de Guía, descubriremos la segunda parte de su vida. 
La historia comienza donde terminó el anterior, Kvothe sigue en la Universidad y los primeros capítulos seguirán centrados en ese momento de su vida, pero ahora la narración cambia algo y se hace más interesante. Ya no es un novato y muchas de las cosas que nos contaba “El nombre del viento” ahora ya son conocidas por el lector, con lo cual esa parte de la historia es más directa y más centrada en los distintos personajes, tanto él como sus amigos, enemigos, profesores... Sigue obsesionado con encontrar datos sobre los Amyr y los Chandrian (los asesinos de su familia) y ciertos acontecimientos harán que se vea obligado a dejar por un tiempo sus estudios y el lugar que ha sido su hogar en los últimos tiempos. Su viaje le llevará en primer lugar a las tierras del maer Alverón, en el reino de Vintas, una corte llena de novedades para él, de nuevos personajes y de situaciones en las que tendrá que usar todo su ingenio para salir con bien. De ahí tendrá que ir al bosque de Eld, al reino de los Fata..., y algunos sitios más. Todo este viaje estará plagado de aventuras, de situaciones inesperadas, de problemas que tendrá que solucionar y que harán que el Kvothe que conoceremos al terminar esta parte sea un personaje más adulto, más preparado para muchas cosas y con mayores y mejores conocimientos, manteniendo aún así su juventud y las características esenciales del personaje.


Si de la anterior comentaba que me parecía una historia para lectores más jóvenes en esta diré que ya no tanto, aunque sigue siendo una lectura apropiada para todas las edades. Esta quizá sea algo más violenta, las escenas de lucha tienen una presencia importante en la historia y también algunos momentos relacionados con el despertar de Kvothe al sexo y los conocimientos que adquirirá sobre las mujeres en muchos sentidos, algo que casi desconocía por completo. De todos modos en ningún momento el lenguaje es excesivo ni demasiado explícito pero sí, como ya comenté, es una historia algo más adulta en muchos sentidos que la anterior. 
Esta sí que me gustó, me resultó una historia mucho más entretenida, amena y variada que la primera. Quizá como he dicho antes al no tener el autor que darnos tanta información sobre la vida o el funcionamiento de la Universidad pudo centrarse más en otros aspectos más interesantes para el lector. Además de la primera la parte de la infancia de Kvothe me resultara algo tópica, en esta segunda parte las cosas son más novedosas, mejores y mejor desarrolladas. Hay muchos elementos que le dan interés, no solo dentro del desarrollo de la historia, sino que algunos personajes van a desarrollarse algo más, vamos a conocerlos más y eso hace que sea más interesante. Toda la parte del viaje del protagonista está en la línea de las buenas novelas de aventuras, tanto en lo que pasa como en la forma de ser contada. En algunos momentos, aún siendo una historia de género fantástico, tenía la impresión de estar leyendo alguna de las novelas de aventuras que me fascinaron cuando era mucho más joven, un tanto más a su favor. No se me hizo nada larga, y eso que el número de páginas o el volumen cuando uno la ve en una librería puede llegar a asustar. Ya comenté que quizá en un par de momentos puede resultar un poquito repetitiva o empezar a contarnos algunas cosas que pueden no interesar demasiado, pero el querer saber que va a ocurrir a continuación hará que nos lo tomemos con calma y algo de humor (que también está presente en algunos momentos de la historia). Hay más de una línea dentro del argumento que me gustó mucho, no voy a mencionarlas porque sería contar cosas que es mejor que leáis, pero sobre todo desde que se va de la Universidad la narración gana en agilidad, interés, acción y consigue por completo mantener la atención del lector. ¿Se puede leer sin haber leído “El nombre del viento”? Yo creo que no, así que si no lo hicisteis ya sabéis lo que os toca. Espero que cuando acabéis esta os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios.

jueves, 8 de marzo de 2012

Blue Bloods, Familia de Policías



Las series son una de las constantes de la televisión, desde sus comienzos han estado presentes y a día de hoy la cantidad de ellas que podemos ver es inmensa. Eso hace, evidentemente, que haya absolutamente de todo y es difícil pensar en algún tema, profesión o situación que no haya pasado por alguna o varias de ellas. Creo que el tema más tratado desde siempre ha sido  el de la policía, de  una ciudad, un país o internacional, da igual. Ya sean policías de uniforme, de paisano, agentes de las brigadas científicas... Digo esto porque la serie de la que voy a hablar hoy tiene ese aire de las de hace años, de aquellas en las que los policías de uniforme y la investigación eran el centro de todo. Una de las que más y mejor recuerdo me dejaron es “Canción triste de Hill Street”, que seguramente muchos aficionados recordarán. Era una gran serie, de calidad, con argumentos interesantes y con suficientes elementos innovadores en aquel momento como para llegar a tener el éxito que tuvo. ¿Cómo olvidar aquella despedida del sargento tras la reunión diaria para distribuir las tareas: “Tengan cuidado ahí fuera”? Pues la de hoy creo que le debe mucho a esta, tiene casi el mismo aire y una dinámica muy parecida, pero también alguna cosa que la diferencia. Aún así tiene el aire de una producción de hace algunos años, un cierto encanto que hace que parezca de las de antes, sin demasiados toques científicos y más centrada en la investigación pura y dura de los casos, así como en los personajes, quizá una de las mejores cosas que tiene. Hablo de “Blue Bloods”, a la que por aquí le añadieron un “Familia de policías”. En este momento está emitiendo la cadena FoxCrime su segunda temporada.

Tuvo un éxito destacable en su primera temporada por los Estados Unidos y aquí de momento solo apareció por las cadenas de pago, a ver si alguna de las gratuitas se decide a emitirla, porque aún no siendo nada del otro mundo, está algo por encima de la media y merece la pena. En su éxito algo tendrán que ver sus creadores, Mitchell Burgess y Robin Green. Dos nombres que no le sonarán a casi nadie pero que están detrás de otras dos series que casi marcaron una época en el mundo de la pequeña pantalla: “Doctor en Alaska” y “Los Soprano”. Dos productos que mucha gente recordará y por los que no pasa el tiempo. Esta última producción suya quizá no esté a la misma altura que las dos mencionadas, pero sí unos pasos por detrás.

La historia transcurre en la ciudad de Nueva York y se centra en el cuerpo de policía de esta gran urbe. Como dato interesante y curioso decir que el cuerpo de policía de esta gran ciudad está formado por más de 35.000 agentes, un número nada despreciable, más bien impresionante. Dentro del mismo la historia parte de una familia en la que casi todos sus integrantes forman o formaron parte de este cuerpo, la familia Reagan. El abuelo, Henry, ya está jubilado y su hijo, Frank es el Jefe de Policía de la ciudad, el gran jefe del que dependen absolutamente todas las comisarías. Frank tiene cuatro hijos, tres hombres y una mujer. Los tres varones son policías, aunque desde el principio sabemos que uno de ellos ha muerto asesinado poco tiempo antes de que comience la historia. Danny es el mayor, detective de paisano con mucha experiencia y conocido por resolver los casos usando en más de una ocasión métodos poco ortodoxos. Jamie es el hermano pequeño, que abandona sus estudios de Derecho para hacerse policía, en un principio de los que de uniforme patrullan la ciudad. Erin es la única muller, y no es policía, aunque está relacionada con la ley, trabaja como ayudante del fiscal y en más de una ocasión sus casos tendrán relación con las investigaciones de sus hermanos. Es una persona recta y seria, que aplica la ley al pie de la letra, algo que va a provocar mas de un enfrentamiento con su hermano Danny, que tiene la idea de que cualquier método es válido para atrapar a un criminal. Alrededor de ellos algunos personajes fijos más de la familia, la mujer e hijos de Danny o la hija de Erin serán elementos importantes en algunos momentos de las distintas historias; así como la agente Jackie Curatola, la compañera de Danny en la comisaría en la que trabaja o el sargento Anthony Renzulli, que será el encargado de acompañar el novato Jamie en sus patrullas. 

Cada episodio circulará alrededor de un caso criminal que tendrán que resolver y en el que normalmente de una forma u otra todos estarán implicados. Además de eso en la primera temporada tenemos un hilo común a todos los capítulos, la historia del Templario Azul, una especie de grupo dentro de la policía y que parece tener algo que ver con la muerte del hijo de Frank (aunque esta historia tendrá altibajos en la temporada, quedando un poco diluida hasta casi el final). Además de resolver los crímenes el interés de la misma reside en las relaciones familiares entre todos los Reagan. La unión preside sus relaciones, se reúnen para comer o cenar por lo menos un día a la semana, asisten a actos, partidos o celebraciones todos juntos, son una gran familia muy unida. Claro que eso no impide que entre ellos haya discusiones, problemas y enfrentamientos que le dan bastante interés a las historias. Los personajes están bastante bien definidos y creo que son una de las mejores cosas de la misma, la que le da el aire de ser algo distinto a las habituales series del mismo estilo. Cada uno tiene su forma de ser, de actuar y de comportarse, aunque eso no evita al final que las cosas siempre acaben bien, claro está.

Investigaciones de robos, crímenes más o menos brutales, drogas, terrorismo o la inevitable presencia de la mafia, ya sea italiana o rusa son algunos de los elementos centrales de los argumentos. Normalmente bastante bien desarrollados e intentando mantener el interés del espectador, algo que consiguen la mayor parte de la veces. Todo ello aderezado con el inevitable aire americano, tanto en el sentido de ensalzar el espíritu del país en situaciones complicadas como en dar una idea de que la familia es lo más importante y las relaciones familiares están por encima de todo. Por eso comentaba que parecía una serie de hace algunos años, porque en muchos sentidos es bastante tradicional, con todo lo bueno y lo malo de esa idea. 

En cuanto a los actores pocas caras conocidas, pero una de ellas destaca por encima de todas la demás. En este caso el protagonista central es un actor que saltó a la fama gracias a la televisión y aunque intentó algunas cosas en el cine nunca tuvo tanto éxito como en las series. Creo que casi todos recordaréis la serie “Magnum, investigador privado”, protagonizada por Tom Selleck, aquel hombre alto, con una gran presencia y un tremendo bigote. Tuvo mucho éxito con ella y de ahí paso a algunas otras, pero nunca con tanta audiencia como en esa primera (por culpa de la cual parece ser que no pudo interpretar al aventurero Indiana Jones, que quizá hubiera cambiado su carrera). Aquí interpreta al elemento central de la familia, el Jefe de Policía Frank Reagan, ejemplo de integridad, de seriedad, de calma, un hombre que jamás pierde los papeles, dispuesto a enfrentarse con quien sea (incluso con el alcalde o la prensa) para defender a sus dos familias, la de verdad y al cuerpo de policía de Nueva York. Es un actor que siempre me gustó y aquí la verdad es que está realmente bien, con su altura y su porte, ya sea de traje y abrigo oscuro o con el uniforme llena la pantalla y su presencia destaca por encima de todas las demás. Del resto decir que algunas son caras conocidas del medio televisivo y que todos están bastante bien, cumpliendo perfectamente con sus papeles. 

Una serie algo por encima de la media habitual, recuperando aquellas de antes centradas en policías, sin demasiados elementos de investigación científica como ocurre con muchas de las de ahora, incluso mantiene ese aire en la forma de filmarla. Los casos son interesantes y consiguen mantener la atención y la intriga. Bien también en el desarrollo de las relaciones familiares entre todos los integrantes de los Reagan, todos ellos personajes algo más complejos de lo que puede parecer en un principio. A mí me gustó bastante la primera temporada, aún no empecé con esta segunda pero seguramente mantiene la misma línea. Recomendable sobre todo para los que gusten de series con un cierto aire clásico aderezadas con algunos elementos algo más actuales. Espero que os guste.

jueves, 1 de marzo de 2012

"Libertad", de Jonathan Franzen


Había leído muy buenas críticas de la novela que voy a comentar hoy, por todas partes aparecía como una de las grandes novelas americanas del siglo XXI, una novela que tenía el respaldo del público y la crítica en su país y muy esperada por aquí teniendo todo eso en cuenta. ¿No os ha pasado nunca que tras leer este tipo de cosas tomáis algo con grandes expectativas y luego parece que no responde a ellas? Pues algo así me ha pasado con esta lectura, quizá la culpa sea mía por crearme ese marco de ir a leer algo muy bueno. Claro que esto no siempre se cumple, hay veces que coincides con todo eso que has leído antes, pero también es cierto, por lo menos en mi caso, que no es la primera vez que me pasa. No es que la lectura no me haya gustado, pero la verdad esperaba algo más, ese punto que distingue lo digamos normal del resto de las cosas. Como siempre esto es una opinión personal, pero curiosamente he hablado sobre ella con otras personas y la mayor parte coincidió conmigo. La novela de hoy se titula “Libertad” y el autor es Jonathan Franzen, editada en castellano por Salamandra.
Es un novelista y ensayista nacido en el año 1959 en Illinois (Estados Unidos) de madre estadounidense y padre sueco. Se crió en un barrio de Saint Louis y se graduó en alemán en 1981. Como parte de su formación estudió varios años en Alemania. Después de su graduación se casó y se trasladó a vivir a Boston, donde inicia su carrera como novelista. Los primeros intentos no tuvieron demasiado éxito y en 1987 se traslada a Nueva York, donde consigue publicar su primera novela, “Ciudad veintisiete” en 1988, que tuvo un cierto éxito de crítica. La siguiente fue “Movimiento fuerte” (1992), centrada en una familia disfuncional. En 2001 aparece “Las correcciones”, una novela de crítica social con gran éxito de crítica y público y que le dio la fama de la que goza en este momento. Ganó en ese año el Premio Nacional al mejor libro de ficción, el Premio del New York Times en la misma categoría y llegó a ser finalista del Pulitzer del año siguiente, además de algunos otros premios. Como curiosidad fue seleccionado para el club de lectura que organiza la famosa presentadora de televisión americana Oprah Winfrey; algo que al final no gustó demasiado a Franzen que consideró que el público americano vería su novela como algo destinado solamente a mujeres. Fue uno de los libros de ficción más vendidos de la década. “Libertad” apareció en su país en el año 2010, por aquí lo hizo a finales del 2011. También fue elegido de nuevo para el club de lectura de Oprah y Franzen apareció en el programa, incluso el presidente Obama alabó su nueva novela.
“Libertad” era una novela muy esperada teniendo en cuenta el éxito de la anterior. ¿Qué nos cuenta en esta ocasión el autor? La historia se centra en cinco personajes, cuatro pertenecientes a la misma familia y el quinto es un amigo presente en toda la vida de la familia. Patty y Walter Berglund son el núcleo central de la historia, junto con sus dos hijos, Jessica y Joey. El otro protagonista en discordia es el amigo de juventud de Walter, Richard Katz, que en aquella época también conoció a Patty. De todos ellos quizá sea Jessica el que menos incidencia tiene dentro de la historia, la hermana eclipsada en todos los sentidos (incluso dentro de la historia) por el especial y extraño hermano que tiene, Joey. Patty es el centro de la historia en la mayor parte del relato y alrededor de la que giran todos los demás personajes. Walter está profundamente enamorado de ella casi desde que se conocieron y consigue tras muchos problemas casarse con ella, aunque Patty nunca o casi nunca alcanzará la felicidad completa. Richard siempre será el verdadero amor de Patty, pero desde que lo conoce ella sabe que no posiblemente no es lo mejor para ella. Richard es músico independiente, con un éxito importante pero en círculos minoritarios, casi un radical que vive exclusivamente para sí mismo. Quizá lo único que le importe a Richard sea su amistad con Walter, un hombre completamente distinto a él, preocupado por el futuro del planeta en mucho sentidos, con una gran conciencia ecológica. A ambos los une una gran amistad, quizá algo extraña debido a lo distintos que son en todos los sentidos, tanto en formas de actuar como de pensar, pero quizá sea esa diferencia la que los une. Jessica es casi la buena hija, mientras Joey es todo lo contrario, continuamente enfrentado con su madre y digamos que soportado por su padre, aunque le tiene gran respeto. Tres generaciones familiares pasarán por la novela. La primera generación (los padres de Patty y Walter) mostrando dos patrones opuestos. Los padres de Patty son una familia rica y acomodada, políticamente influyentes pero con verdaderos problemas, sobre todo de relación, con sus hijos. Los padres de Walter son de clase algo más baja y más preocupados por cuestiones sociales y políticas, algo más revolucionarios. Patty es un personaje complejo, con grandes altibajos en toda su vida y luchando con cosas que no entiende demasiado bien, gran jugadora de baloncesto en sus años escolares, deporte que tiene que dejar debido a las lesiones, otro elemento de frustración en el devenir de su vida. Walter es un hombre casi imperturbable, tranquilo y comprometido con la ecología y la superpoblación, preocupado por el futuro del planeta. Entre ellos y sus vidas, sus sueños, objetivos, problemas, alegrías y tristezas, enfrentamientos y algunas cosas más circulará esta historia. Forman un matrimonio algo más combativo, escapando ligeramente del estereotipo norteamericano y por ello no demasiado bien entendido por sus vecinos de Ramsey Hill, la zona en la que viven una parte de la historia. La tercera generación está representada por sus hijos, dos personas distintas en algunos aspectos y muy parecidas en otros. Vamos a conocerlos a todos en un sentido completo, a todos los niveles y vistos por ellos mismos y por los demás, dándonos una visión completa y compleja de todos ellos.
Es una novela crítica, pero al mismo tiempo algo deprimente, el aire de conformismo social que se respira en casi toda la historia es preocupante dentro de una sociedad que parece estar inmersa en una situación de libertad casi descafeinada. Hasta los más revolucionarios acaban conformándose con pequeñas victorias pírricas y poco importantes, dándoles mucha más importancia y trascendencia de la que realmente tienen. El tema de la ecología y la preocupación por el crecimiento de la población mundial, por ejemplo, aparecen como uno de los elementos centrales en cierto momento pero vistos casi como algo ridículo, un te doy algo a cambio de algo en el que no se sabe muy bien quién sale ganando más (o sí se sabe, lo que es todavía peor). Son muchas de ellas preocupaciones sociales light, con tan poca trascendencia real que dejan un regusto amargo en el lector.
Los personajes se me quedaron a medio camino entre el estereotipo y la caricatura, sobre todo algunos de los principales. En algunos momentos parecen demasiado reales, mientras en otros sus formas de actuar o de tomar decisiones pueden parecer poco coherentes con lo que hemos leído o pensado anteriormente (quizá de fondo esté la idea de la poca coherencia y congruencia de nuestra sociedad actual). De entre todos ellos quizá me quedo con el músico Richard Katz, que parece ser, a pesar de vivir en un egoísmo casi constante enfrentado a su preocupación por su amigo Walter, de los pocos que realmente hace lo que quiere hacer, por lo menos durante algunos momentos, porque luego veremos como no es así. Joey es otro que destacaría, viviendo siempre entre lo que hace y lo que debería hacer, buscando la aprobación de unos padres (sobre todo de su madre) que parece importarle menos de lo que realmente le importa.
Eso sí, me gustó a nivel técnico y de planteamiento estructural. La novela comienza con un breve capítulo en el que conoceremos casi todo lo que va a pasar. En unas pocas páginas Franzen nos cuenta la historia: Walter y Patty se conocen, se casan, se van a vivir a Ramsey Hill donde llaman la atención de sus vecinos por su forma de vivir, tienen dos hijos... (mejor leerlo si os interesa). Pero tras esas primeras páginas el autor va a ir desarrollando en profundidad todo eso que casi ya sabemos, además visto desde cada uno de los personajes. Primero Patty nos dará una extensa visión de todo, desde su infancia y juventud hasta el momento actual. Pero luego cada uno de los protagonistas que he mencionado nos contará más o menos lo mismo pero desde su punto de vista y añadiendo sus propias ideas y experiencias personales. Así tendremos una idea completa y global de todos ellos, de sus vidas, de lo que pasaron o pensaron, conoceremos todos los niveles de sus vidas, los más claros y los más oscuros para descubrir que al final todos actúan ejerciendo esa libertad que da título a la novela en un camino lleno de errores y equivocaciones, de pequeños triunfos y grandes fracasos. El estilo de Franzen es directo y sin demasiadas concesiones, quizá algo seco en algunos momentos y repetitivo (como la misma vida de sus personajes) en otros. Como digo esta forma de contarnos la historia es una de las cosas que más me convencieron.
¿Por qué no llegó a atraparme? ¿Por qué ese ligero desencanto ante las expectativas que tenía? La verdad es que no conseguí meterme demasiado dentro de la historia. Algunos de los personajes principales no llegaron a cautivarme como para que me interesara demasiado la historia. Algunas situaciones o divagaciones de carácter político, social o ecológico me parecieron algo largas y reiterativas. En algunos momentos me pareció algo pesada y demasiado extensa, páginas que leía sin demasiado interés alternando con otras que realmente me interesaron. En algunos momentos me dio la impresión de estar en una montaña rusa, con continuas subidas y bajadas pero sin el predominio de alguno de esos momentos. Hay ciertas relaciones familiares, sobre todo las de Patty o Walter con sus respectivas familias, que se extendían demasiado. Otras, como la de Joey con sus padres, me parecieron mucho más interesantes. Algunos conocidos me comentaron que la dejaron a las pocas páginas, pero tampoco es eso. Creo que tiene grandes y buenos momentos, alternados casi al 50% con otros algo peores. No creo en absoluto que sea una mala novela, la recomendaría a algunos de mis conocidos, pero a lo mejor es demasiado “americana” para el gusto del otro lado del océano en este momento. Ya me diréis algo los que la hayan leído o la vayan a leer.