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domingo, 27 de febrero de 2011

"Todo es silencio", de Manuel Rivas



“El zumbido y el vaivén del mar se le metieron dentro. Sintió en los ojos el picor de la oscuridad salada. Las sombras resentidas de la higuera acuchillaron toda la noche la ventana.”
“El alba no lograba levantar lo pies con el peso de los nubarrones”

Dos frases nada más de las muchas que podría sacar del libro que voy a comentar hoy. La verdad es que hacía tiempo que no leía nada de Manuel Rivas y esta última que apareció recientemente tenía una historia que me parecía atrayente y tenía alguna buena recomendación sobre ella. Casi había olvidado lo bien que escribe, como es capaz de adornar maravillosamente con palabras muchos de los momentos de sus novelas, así que tendré que pensar en leer alguna de las anteriores que me fueron quedando en el tintero. La de hoy es “Todo es silencio”, que podéis encontrar en gallego en la Editorial Xerais y en castellano en Alfaguara.

Manuel Rivas es un escritor, poeta, ensayista y periodista que escribe fundamentalmente en gallego, aunque prácticamente toda su obra se puede encontrar también en castellano; además varias de sus obras han sido llevadas al cine. Nació en 1957 en A Coruña y actualmente vive en Vimianzo. Su padre vivió una temporada emigrado en América, trabajando como músico en orquestas de baile y albañil. Su vida se desarrolló casi en su totalidad en su ciudad natal, donde llegó a trabajar en su época de estudiante en “El ideal gallego”. Luego se fue a Madrid a estudiar Ciencias de la Información, licenciándose en la Universidad Complutense, mientras empezaba a trabajar en el mundo del periodismo. Fue uno de los fundadores y redactores de “Teima” (1977), el primer semanario escrito íntegramente en gallego. Dentro del mundo del periodismo trabajó en varios medios de prensa, radio y televisión. Además es uno de los fundadores de Greenpeace en España y formó parte de su primera directiva. En septiembre de 1981 fue uno de los tripulantes de un pequeño pesquero que se enfrentó con los barcos mercantes que arrojaban residuos radioactivos en la Fosa Atlántica y portavoz del movimiento “Nunca máis” surgido a raíz de la catástrofe del petrolero Prestige en las costas de Galicia. Actualmente combina su trabajo como novelista con el periodístico en el diario “El País”. Su producción comprende desde novelas, libros de relatos, poesía, una obra de teatro, alguna novela juvenil y libros que recopilan sus artículos periodísticos. Quizá su faceta más conocida sea la de novelista, tanto en su lo que se refiere a colecciones de relatos cortos como en las novelas algo más largas. Entre las más reconocidas podríamos destacar “Los comedores de patatas” (1992), “¿Qué me quieres, amor?” (1996), “El lápiz del carpintero” (1998), “Las llamadas perdidas” (2002), “Los libros arden mal” (2006) o esta que comentamos hoy, “Todo es silencio”, publicada a finales del año 2010 y que en este momento figura en las listas de ventas más destacadas. Varias de ellas han sido llevadas al cine, quizá la más conocida sea “La lengua de las mariposas”, que está basada en relatos de “¿Qué me quieres, amor?” o “El lápiz del carpintero” (2003). De "Todo es silencio" ya aparecieron rumores de una adaptación cinematográfica, dirigida posiblemente por José Luis Cuerda, que ya fue el realizador de la primera que mencioné anteriormente.

“Todo es silencio” es su última novela hasta el momento y me ha gustado bastante. Una historia que empieza de una manera y va evolucionando hacia otra, igual que los personajes y la narración. Empezamos alrededor del contrabando de tabaco en las costas gallegas allá por los años 50 hasta llegar al más moderno y profesionalizado mundo del narcotráfico en la misma zona. De todos modos tampoco es una novela sobre el contrabando y el narcotráfico, es más una novela que nos va a mostrar la evolución de una serie de personajes que se mueven alrededor de ese mundo, unos a un lado y otros al otro y los problemas, cambios y situaciones que todo ello provoca. Para mí lo fundamental de la narración son los personajes, cómo van viviendo esa realidad y todas las que los rodean, sus familias, sus relaciones, su mundo y sus vidas en un pequeño pueblo de la costa gallega, un pueblo ficticio que tiene cosas de otros muchos, recogiendo elementos de varios sitios que pueden ser reconocibles, Brétema. En cierto sentido tiene algo de costumbrista también, reflejando muchos de los elementos más característicos de la vida de este tipo de pueblos en cada momento de la acción, los personajes, las calles, las situaciones son muy cercanas para todos los que conocemos de primera mano Galicia, quizá algunos lo puedan tildar de tópico y puede ser cierto en algún momento, pero tampoco es falso decir que muchos de esos teóricos “tópicos” son bien reales.

La historia parte de cuatro personajes fundamentales. Por un lado tenemos a tres jóvenes que irán creciendo a lo largo del desarrollo de la historia, Fins, Leda y Brinco. Tres amigos muy unidos desde sus primeros años y que en su juventud se dedican a recoger lo que los naufragios van dejando en las playas de la costa. Para ellos el mar y esos naufragios son no solo una fuente de ingresos, sino un continuo fluir de sorpresas, van a ver qué deja, sin saber qué van a encontrar ni para qué les va a servir. Así podrán recoger desde naranjas, ataúdes que incluso les servirán para juegos casi macabros o unos maniquíes que llegan a la playa como rígidos cadáveres de un naufragio. El cuarto personaje es conocido como Mariscal, el personaje central del pueblo, el ejemplo de gobernante en la sombra casi, controlando casi todo lo que pasa en el mismo y por cuya supervisión pasa casi todo. Es un ex-seminarista reconvertido al principio de la historia en contrabandista de tabaco (ese al que siempre conocimos por aquí con la denominación de “rubio de batea”), además del dueño del Ultramar, el bar del pueblo que además funciona como discoteca, cine y lo que haga falta y en cuya trastienda tienen lugar las reuniones clandestinas de los contrabandistas. Luego irá dejando el tabaco para ir pasando a otras cosas más lucrativas y al mismo tiempo peligrosas, el mundo del contrabando de drogas que le hará tener contacto con auténticos delincuentes que influirán en su modo de comportarse. Dos construcciones son el centro del devenir de estos personajes, el ya mencionado Ultramar y la abandonada “Escuela de los Indianos”, un antiguo colegio abandonado donde se ven a veces los tres jóvenes por un lado y los contrabandistas por otro, también este tendrá gran influencia en la acción. Estos son los personajes centrales, pero alrededor de ellos tendremos una buena cantidad más de personas en relación con ellos, sus familias, amigos, compañeros, enemigos... Desde Lucho Malpica, el padre de Fins, que se encarga de hacer el papel de Jesucristo en las procesiones y que “da muy bien el personaje”. Belvis, el tonto del pueblo; Basilio Barbeito, el profesor del pueblo, un “poeta sin libro”; el doctor Fonseca; Rumbo, sicario de Mariscal; los policías y guardías civiles corruptos... Muchos son y ninguno está de más. Los tres jóvenes llegarán a participar del contrabando, y pasados unos años cada uno tomará un camino distinto pero sin salir de ese mundo. Tendréis que leerla para saber cuál es ese camino y a dónde los va a llevar.

Como dije hace unas líneas para mí es una novela de personajes, todos ellos, no solo los que pueden parecer protagonistas, tienen una fuerte intervención en el desarrollo de las cosas que van pasando y no hay superficialidad en ellos. Es una novela relativamente breve, pero al mismo tiempo la profundización y evolución de los personajes es de un nivel bastante alto. Los acontecimientos van y vienen casi como las olas de un mar que es básico en sus vidas en todos los sentidos y al igual que este mar la historia tiene momentos de calma, de resaca o de tormenta. Estos personajes están, como digo, perfectamente retratados, pero por encima de casi todos destaca el Mariscal, que está siempre presente aunque no aparezca. Su forma de expresarse, con esas palabras y expresiones que usa en latín y que le dan un aire mucho más culto, fuerte y dominador que al resto son geniales, así como su forma de comportarse, para mí uno de esos personajes de novela que se te quedan durante un tiempo en la memoria.

Y por encima de todo tenemos esa forma que tiene Rivas de usar el lenguaje. Es curioso cómo es capaz de expresar muchas cosas siempre de formas originales y llamativas y provocando en el lector una especie de pausa para degustar con calma esos juegos de palabras, esas imágenes y esas sensaciones que consigue trasmitir al lector. Por ejemplo, no es que sea demasiado aficionado a las sinestesias, pero tengo que reconocer que es un recurso que usa de forma genial y siempre acertada. Y no es fácil escribir de esta manera sin caer en un defecto para mí grande, que es la pedantería que puede aparecer en otros autores que intentan este mismo tipo de escritura. Leer e Rivas para mí es un placer para los sentidos, para disfrutar de verdad con la palabra escrita al mismo tiempo que desarrolla una buena historia, que no es nada fácil, creo yo. Por momentos me recuerda a otro de mis autores favoritos, Paul Auster, en el sentido de la forma de escribir, siempre aportando algo original y con sentido. Otro elemento a destacar es lo bien que sitúa la acción en la primera parte de la novela sin decir, si no recuerdo mal, en ningún momento una fecha concreta, sino que lo hace a través de una gran cantidad de referencias culturales que cualquier lector medio podrá reconocer. En las conversaciones de los personajes se hace referencia a películas, actores, escritores, boxeadores...que sin decir nada más ya están situando el momento concreto de la acción; un recurso también muy bien utilizado.

Otro aspecto destacable de su forma de escribir es que es muy cinematográfico, el lector puede imaginar perfectamente casi las caras, las casas, los decorados, las situaciones, casi como si estuviera viéndolo. En algunos casos esto puede ser un defecto, pero en esta novela en concreto me parece una virtud, porque además está conseguido a la perfección, es un elemento más a favor de la novela. El futuro realizador de la versión de cine, José Luis Cuerda, dice que “Con el guión de Rivas tengo la sensación de que, por primera vez, tengo en mis manos una novela”. Lógicamente no es un guión, pero para un lector y más para un director, pienso que es relativamente fácil llevar todo lo que pasa a la pantalla, porque está escrita de un modo que facilita mucho el proceso.

Poco más que decir, que creo que ya dije bastante. Una novela recomendable, con una historia fácil de seguir, con momentos buenos y malos como la vida real, con alegrías y tristezas, con violencia y crueldad en unos momentos y bondad en otros. Una historia bastante compleja y bien desarrollada concentrada en pocas páginas, porque no es necesario más. Porque como se dice en algún momento la boca y las palabras están para hablar, pero también para callar...
Es evidente que he disfrutado bastante con esta lectura, espero que los que la hayan leído coincidan en parte o en todo conmigo, y si alguno la lee a raíz de este comentario espero que no le decepcione, aunque no creo que eso pueda pasarle.

jueves, 24 de febrero de 2011

"Nueva York", de Edward Rutherfurd



Dos eran los géneros que más leía hace ya bastantes años, la ciencia ficción y el terror eran fundamentalmente lo que más pasaba por mis manos. Luego, con el tiempo, esto fue cambiando hacia un espectro mucho más amplio y ahora podemos decir que leo de casi todo, pero mis preferencias desde hace unos años van en la línea de lo que se llama novela histórica, aunque ya comenté en más de una ocasión que en este saco entran muchas cosas y está muy de moda desde hace ya algún tiempo, con muchas cosas destacables y otras, aunque de las que he leído las menos, prescindibles. Una de las novelas que me acercaron más a este género es del mismo autor que la que comento hoy y es de las que tengo un mejor recuerdo por lo entretenida, amena y por la cantidad de datos que me aportó. Una de las razones de mi gusto por este género viene por ahí, porque cuando está bien hecha y, sobre todo, bien documentada me aporta una buena cantidad de datos interesantes. Claro está, siempre y cuando tenga además una buena historia para seguir al mismo tiempo que se aprende algo. “Londres” llegó a mí de casualidad, era una novela bastante larga y de un autor que no me sonaba de nada, pero la historia tenía buena pinta y la verdad es que no me decepcionó, me gustó mucho, me entretuvo y me enseñó una buena cantidad de cosas de la historia de Inglaterra. La verdad es que al principio asustaba un poco, una historia que transcurría durante varios siglos alrededor de la fundación y desarrollo de la ciudad de Londres, me parecía algo inabarcable para una sola novela, pero el autor lo conseguía, y de una manera que me atrevo a calificar de magistral. Su última novela, de publicación reciente, es “Nueva York” en la que hace lo mismo trasladándose ahora a una de las ciudades más atrayentes del mundo y contándonos su historia. Ya digo de entrada que me gustó mucho, una lectura que he disfrutado y que me aportó una buena cantidad de cosas, algunas ya sabidas y otras no tanto. Por cierto, el autor es Edward Rutherfurd.

Este no es el nombre real del autor, por lo que he visto, es el apodo literario de Francis Edward Wintle, un novelista nacido en Salisbury (Inglaterra) en 1948. Tiene su propia página web, http://www.edwardrutherfurd.com, con bastante información sobre él y sus obras, eso sí, en inglés. Sus estudios los realizó en universidades de prestigio, como Cambridge o Stanford (California). Trabajó en el mundo de la política y la edición de libros. En 1983 abandona el mundo editorial y vuelve a su ciudad natal para escribir “Sarum”, una novela histórica que condensa casi diez siglos de historia alrededor de Stonehenge y Salisbury. Se publicó cuatro años más tarde y llegó a ser un bestseller en poco tiempo, permaneciendo durante casi cuatro meses en las listas del New York Times. Desde entonces escribió varias novelas más, todas ellas grandes éxitos y con un esquema similar. Son crónicas históricas desde un momento muy atrás en el tiempo hasta la actualidad, mezclando personajes ficticios y reales procurando hilar los acontecimientos alrededor de unas pocas familias que van creciendo a lo largo del tiempo. En 1991 publica “Rusos”, “Londres” en 1997, “El bosque” en el 2000, “Dublín: Fundación” (2004), “Irlanda” (2006) y la última por el momento la comentada hoy, “Nueva York” aparecida a finales del 2009. En estos años divide su tiempo entre su país y la ciudad de Nueva York y participa en varias asociaciones culturales en su país. Sus novelas han sido traducidas a más de 20 idiomas. Su última novela ganó el premio “Langum para historias de ficción americana” en el año 2010. Muchos hablan de él como un discípulo de otro gran autor del género, James Michener. Todas sus novelas tienen una gran extensión, acorde con la cantidad de tiempo en la que transcurren y el trabajo de documentación es exhaustivo y bastante serio, por lo que todas ellas merecen la pena. De momento solo leí esta última y la mencionada al principio, pero las restantes irán cayendo poco a poco porque si están tan bien como estas dos seguro que merecen la pena.

La historia comienza en 1664 y veremos como la mayor parte de los sucesos irán coincidiendo con las oleadas de emigrantes que van llegando a la ciudad. Al principio estamos en Nueva Amsterdam, asentamiento fundamentalmente holandés que coincide con lo que hoy sería Manhattan. Aquí aparece el primer personaje histórico, el gobernador Peter Stuyvesant. Dirk van Dyck y Margaretha de Groot serán los primeros protagonistas de la historia, un matrimonio en el que él se dedica al comercio de pieles con los indios además de venderles algo de alcohol de vez en cuando. Además tiene una hija con una india, Pluma Pálida, que aparece en los inicios de la historia. Margaretha es una mujer fuerte y ambiciosa que no va a permitir que su marido la engañe, y menos con una india. Durante este tiempo estaremos al tanto de los problemas de los holandeses que viven en esta zona con los ingleses, en continuas luchas por la hegemonía y el gobierno de ese nuevo y gran país. A estos se une Thomas Master, un inglés que estará entre los dos mundos, el inglés y el nuevo mundo. También conoceremos a Quash, uno de los esclavos negros de los van Dyck. Estos serán el núcleo de casi todos los personajes posteriores, cruzándose continuamente entre ellos, casi hasta llegar al siglo XX, además de otros nuevos que se irán incorporando a lo largo de los casi cuatro siglos en los que se desarrolla la novela. Tras la guerra entre los ingleses y los holandeses Nueva York pasará a manos de los primeros, dependiendo de la corona británica, lo que traerá también muchos problemas. En el siglo XVII la ciudad será territorio inglés. De aquí pasamos a 1735, tomando protagonismo la descendencia de las dos ramas de la familia Master. Eliot Master es un abogado de Boston que va a Nueva York con su hija Kate para visitar a su hermano, Dirk Master, un comerciante con dinero y a su sobrino, John Master, un vividor al principio de esta parte de la historia. También tendremos a Hudson, el hijo de Quash y a su familia. Ya en esta época Nueva York empieza a ser una gran ciudad, un centro social, cultural y, sobre todo, económico. Pasamos a mediados del XIX, en 1849 con una nueva oleada de emigrantes, en este caso los irlandeses, con nuevos personajes como Mary O´Donnell y su hermano Sean, que entrarán en contacto con descendientes de los anteriores. En esta época la ciudad ya supera el medio millón de habitantes. Llegará el momento de los problemas con la esclavitud y la mención a una novela que influyó bastante en la situación, “La cabaña del Tío Tom”, de Harriet Beecher Stowe. Antes de esto la guerra de la Independencia y luego la Guerra Civil americana, ambas con la presencia de todos los personajes históricos fundamentales en su desarrollo. A principios del siglo XX la emigración italiana, con la llegada de nuevos personajes, la familia Carusso que llega a Nueva York desde Italia para intentar llevar una nueva y mejor vida. Y desde aquí un largo camino hasta el siglo XXI, finalizando casi tras la destrucción de las Torres Gemelas. Antes pasarán por aquí las grandes referencias que casi todos conocemos de esta gran ciudad, el Edificio Dakota (testigo mudo del asesinato de John Lennon), el puente de Brooklyn, el Cotton Club, el Empire State y otros famosos rascacielos, la Estatua de la Libertad..., todos integrados como unos personajes más dentro del desarrollo de la historia. Solo se echa de menos una cosa, por lo menos yo, y es que tenemos a los holandeses, ingleses, irlandeses, italianos..., pero los chinos, también una gran oleada de emigración con presencia en la ciudad creo que no aparecen en ningún momento, habría que preguntarle al autor si tiene alguna razón para esto o simplemente no quería complicar más la historia.

La novela me gustó mucho, entretiene y aporta gran cantidad de datos. Las historias se van cruzando entre las distintas familias de una forma más que creíble y con situaciones muy cotidianas, problemas normales y con muy pocas cosas que no sean verosímiles. Creo que este autor maneja a la perfección, igual o mejor que otros más reconocidos dentro del género, una gran cantidad de personajes consiguiendo que el lector no se pierda entre todo ese maremagnum de historias cruzadas. Tiene un estilo fluido, sencillo pero no por eso fácil. Las descripciones de lugares, edificios, calles, ríos...es completa, con pocas palabras reconoceremos perfectamente esos sitios que hemos visto en infinidad de películas (y algunos seguramente conocerán de forma directa, claro) con un equilibro perfecto entre esas descripciones y la acción. Los datos históricos están muy bien engarzados dentro de la historia, de tal manera que no es fácil dejar la lectura, porque siempre querrás saber qué les pasará a continuación. Quizá algunos personajes tienen menos presencia de la que a algunos lectores les gustaría o parece que van a ser más importantes de lo que serán en realidad, pero también habrá otros que tendrán el efecto contrario. Es una novela de personajes y de lugares convertidos en personajes, ya que muchos de los mencionados y otros tendrán una parte importante dentro del desarrollo de la acción. Y junto con ellos una serie de personajes históricos de todo tipo: políticos, militares, escritores, pintores, músicos..., aportando mucho a la historia.

Ya tenía ganas de conocer esta ciudad pero ahora crecen hasta límites insospechados, de tanto verla en el cine y la televisión la lectura de esta novela es casi visual, porque las referencias son conocidas por casi todos. Es una novela larga, más de mil páginas, pero que no se hace nada pesada, todo lo contrario, a mí me enganchó desde el principio, la disfruté mucho y no tenía ganas de terminarla. Una lectura muy entretenida, amena e interesante al mismo tiempo, para mí completamente recomendable.
Y termino con una frase extraída del libro que puede resumir a la perfección creo que tanto la lectura como la realidad de Nueva York: “No hay apenas nada que uno no pueda encontrar en Nueva York”.

miércoles, 16 de febrero de 2011

"Valor de ley"


Pues van a ir dos seguidas de cine, que parece que el invierno se presta más para ir, sobre todo con este tiempo que estamos teniendo últimamente. Cuando era más joven y solo había dos canales de televisión, o uno y medio, el cine de vaqueros, del oeste, era de lo más habitual. Los fines de semana por las tardes era lo que tocaba normalmente, o eso o cine español, y entre los dos siempre me quedé con el primero. Reconozcamos que todas tenían más o menos la misma línea argumental, pero eran entretenidas y normalmente bien hechas, así que como tampoco había demasiado donde elegir pues pienso que muchos nos aficionamos a él. Luego desapareció del mapa, casi pasó de moda y quedó reducido a la mínima expresión. Hace unos años varios directores hicieron intentos con más o menos suerte de retomar este género y hacer que la gente volviera al cine a ver vaqueros, caballos, indios, duelos al sol y todos los tópicos del mismo. Para mí la mayor parte de esos intentos no me gustaron demasiado, además porque la mayor parte de ellos intentaron darle una trascendencia a historias que hacía que fueran, muchas de ellas, tremendamente aburridas. Quisieron convertirlo en un género “serio”, formal y pienso que no acertaron. La única excepción es “Sin perdón”, dirigida hace unos años por Clint Eastwood y que puede ser un clásico moderno del género. Viene esta introducción a cuento de que la película que voy a comentar hoy es otro de esos intentos de hacer una película del oeste seria y más formal, por decirlo de alguna manera. Las críticas que está recibiendo en todas partes son excelentes, en algunos casos casi de obra maestra, siento decir que, para mí claro, no lo es, es más, no me gustó demasiado, me aburrió un poco y quedaría, si tuviese que ponerle nota, en un aprobado raspadito. Hablo de un estreno reciente, de este último fin de semana, “Valor de ley”.

La película está dirigida por los hermanos Coen, una pareja bien conocida por los aficionados por algunas excelentes cintas como “Muerte entre las flores” (una de mis favoritas de las suyas), “Barton Fink”, “Fargo”, “El gran Lebowski” o la que le valió el Óscar a Javier Bardem y que ganó cuatro Óscars, “No es país para viejos”. Todas ellas tienen algo distinto, original, pueden gustar o no, pero no se les puede negar que tienen marca de fábrica, que tienen una forma propia de hacer cine. Esa es una de las razones de que me decepcionara un poco esta de hoy, porque salvo ese humor cínico que aparece en algunos momentos no veo otros elementos que suelen estar presentes en su cine, quiero decir que no me pareció una película de los Coen, algo que para mí no es positivo. Aún así es candidata a diez premios de la Academia de Hollywood, entre ellos los más importantes, mejor película, mejor actor, mejor director y mejor guión adaptado.

Parten de una novela con el mismo título escrita por Chales Portis en 1968. Hay otra versión cinematográfica de 1969 protagonizada por el vaquero por excelencia, John Wayne, que además le valió un Óscar el mejor actor. Ellos dicen que no vieron esta otra versión antes de hacer la suya, una afirmación que no sé si creer, porque es un clásico del cine americano y por nuestras pantallas de televisión pasó ya infinidad de veces. La más reciente, supongo que aprovechando el estreno de esta, fue emitida por Antena 3 el sábado 12 de este mes. Esta versión más antigua, dirigida por un habitual del cine del oeste, Henry Hathaway, es una de las mejores películas del género, a mí una de las que más me gustan y pienso que más entretenida que esta nueva versión. Dicen también que mientras la antigua se centraba en el personaje del vaquero esta lo hace en el personaje femenino de la historia, una niña de 14 años que lleva el peso de la historia. De todos modos en el desarrollo de la misma no es que haya demasiadas diferencias.
Rooster Cogburn es un alguacil ya en sus últimos años, bebedor, fumador, mal hablado, borde, desagradable, desastrado, poco aseado y que vive como puede con lo que saca de las recompensas que cobra por atrapar fugitivos. Un día aparece en su vida una joven de 14 años, Mattie Ross, quiere contratarlo para que vaya con ella a atrapar al asesino de su padre, Tom Chaney, que escapó a territorio indio tras matarlo. Ella quiere que Cogburn lo coja para que pueda ser llevado a la justicia, juzgado y ejecutado. En un principio no está dispuesto, pero el dinero es un buen reclamo y acepta el trabajo. En el medio aparecerá LaBoeuf, un ranger de Texas que también está buscando a Chaney por un asesinato anterior. Allá irán los tres en la busca del huido, en una aventura en la que tendrán que moverse por un territorio hostil donde la ley casi no tiene importancia y buscar a ese hombre que además anda con una banda de ladrones y asesinos. Esta es la historia que vamos a ver.

Jeff Bridges es Rooster, el alguacil contratado por la chica. Su actuación está bastante bien, clava a ese hombre que ya está de vuelta de todo, que necesita dinero para seguir viviendo y que coge ese trabajo con muchas dudas hasta que ve el dinero. Con un parche en un ojo que acentúa más aún lo desagradable que puede llegar a ser, pasa el tiempo bebiendo y fumando y en su momento parece que fue uno de los grandes, pero ahora ya está en plena decadencia. Un hombre violento que todo lo soluciona a golpe de pistola o de puño y que no se para demasiado a pensar o a dialogar. No está nada mal su actuación y destaca por encima de tono de la película, aunque en ciertos momentos está en el límite de lo exagerado o ridículo, quizá demasiado histriónico en algún momento. Como curiosidad el parche lo lleva en el ojo contrario al de John Wayne. Y de paso, me sigo quedando con Colin Firth en “El discurso del rey” como mi favorito para el premio al mejor actor.
Muchas alabanzas para la chica, Heilee Seinfeld, una novata en la actuación ya que esta es su primera película tras superar un complicado casting. No es que esté mal, que no lo está, pero pienso que uno de los mayores problemas que tenemos aquí esta vez es que el doblaje de su voz no me gustó nada de nada. Salvo en algunos momentos puntuales tiene un tono completamente plano, casi sin matices que hace que pierda mucho su personaje. Ella está bien, aunque quizá el personaje no sea creíble completamente. Una niña de 14 años, tremendamente madura, serie, formal y decidida a conseguir su objetivo pese a quien pese, tanto que en los momentos de tensión no me convenció demasiado, porque casi está tan seria cuando cabalga como cuando duerme o está a punto de morir. Ahora, vuelvo a decir, cabe la posibilidad de que este doblaje que menciono aporte también mucho a esta opinión.
LaBoeuf es Matt Damon, un actor sobradamente conocido que tampoco está mal, pero que no me resultó demasiado creíble como vaquero, igual son cosas mías, que conste. Un hombre bastante vanidoso y algo débil, dubitativo en su forma de actuar y de trabajar. Eso sí, es el que va a llevar la peor parte en la historia, continuamente herido tanto en su cuerpo como en su amor propio.

La verdad es que la historia empieza bien. La presentación de los personajes es buena. Bridges declarando en un juicio en el que se cuestiona su violenta forma de actuar con la gente a la que va a detener, con respuestas ágiles, cínicas y que provocan más de una sonrisa en el espectador. También destaca la primera intervención de la joven, esa medio discusión medio negociación para poder conseguir algo de dinero, amenazando continuamente con la intervención de su abogado deja claro que es una mujer en el cuerpo de una niña y que no va a dejar que nada se le ponga por delante. La toma general del pueblo con ese típico color entre amarillo y sepia promete mucho, pero hasta en ese sentido pienso que no aprovechan bien la grandeza de los paisajes donde se desarrolla la historia. Para mí estos primeros minutos son bastante destacables, pero no se mantiene esta línea a continuación.

Ya dije al principio que no me gustó demasiado, y quizá estaba un poco influido por las excelentes críticas que aparecieron sobre ella en casi todos los medios de comunicación. Críticas que releí después y que, como podéis leer aquí, comparto solo a medias. También añadir que es más que posible que el doblaje en general influya mucho en esta opinión, no solo en el caso de la niña como ya dije, sino también en el resto. Quizá algo menos en el caso de Bridges, pero sí en el de Damon y algún personaje más. No sé, me resultó poco natural y en muchas ocasiones sonaba algo forzado. Algo raro, ya que los doblajes al castellano suelen ser excelentes. Pero además el mayor problema que tuve durante la proyección es que la historia me pareció falta de emoción, fría, ni en los momentos que se suponen de tensión consiguió provocar algo de sentimiento, de sensaciones. Y esto me pareció lo peor de todo, una historia que no está nada mal no puede dejar indiferente al espectador, por lo menos a nosotros nos pasó, que ambos coincidimos en esa frialdad, en esa falta de emoción hasta en escenas en las que deberías estar con el corazón en la boca. Dicho de otra manera, le falta épica, algo que es indispensable en una historia del oeste, pienso yo. Además hay otro elemento típico del género que tampoco contribuye a darle esto que la falta, la música, que solo en un momento tiene una presencia destacable.

No sé qué opinaréis vosotros, espero que alguien la vea y pueda decirme si coincide conmigo o no, o por lo menos en parte. Espero, quizá más esta vez, vuestros comentarios.

miércoles, 9 de febrero de 2011

"RED"


Este fin de semana tocó cine, que hace tiempo que no íbamos y ya apetecía. Ya digo antes de nada que la película es algo completamente intrascendente, de esas hechas con el único objetivo de hacer pasar un buen rato al espectador, que se eche unas risas y pase dos horas sin pensar en mucho más. Quiero decir que no es que tenga un argumento espectacular o algún elemento que provoque la reflexión del espectador, pero pienso que a veces también es bueno ir a pasar un rato entretenido, casi con la mente en blanco, y salir con un poco de alegría en el cuerpo. Uno de los objetivos fundamentales del cine tiene que ser ese, entretener, si de paso tiene algo más pues mejor que mejor, pero no le vamos a pedir todo a una sola cinta, claro. En este caso hablo de “RED”, una cinta de estreno reciente que aún está en cartelera. Una de las mejores cosas de la misma son los actores, la verdad es que como ocurre en muchos casos, son ellos los que le dan algo más de calidad a la película, que con otros menos conocidos quizá, por la historia, no pasaría de una mediocre cinta de lo que se llama Serie B, de las que se pueden ver en muchas ocasiones, demasiadas pienso yo, en la mayor parte de los canales de televisión cualquier fin de semana por la tarde.

El cómic está siendo una fuente de inspiración para el cine americano, y no solo el de superhéroes, sino que hay otros que también están pasando a la pequeña o la gran pantalla. Recordar un comentario anterior sobre una serie de televisión, “The Walking eDad” que también partía de una novela gráfica. En esta caso pasa lo mismo, “RED” se basa en un cómic aparecido entre los años 2003 y 2004 escrito por Warren Ellis e ilustrado por Cully Hamner. La verdad es que no lo conocía de nada y no sé si llegó a circular por aquí pero por lo que vi tiene un aire algo más serio que la película a la que dio lugar, que es una comedia de acción básicamente. Comentar que aquí “RED” son las siglas de “Red de espía desactivados” aunque en el original responde a “Retirados extremadamente peligrosos” (“Retired Extremely Dangerous”, en inglés). Esta definición original responde mucho más a lo que vamos a ver en pantalla que la adaptación castellana, pienso claro, la D no tenía una traducción demasiado fácil, así que había que coger algo que fuera lo más aproximado posible.

La historia es bien sencilla, como dije al principio, nada complicado de entender ni de seguir, relativamente creíble pero bien desarrollada. Frank Moses (Bruce Willis” es un espía de alto nivel que tras una vida de acción, viajando y resolviendo todo tipo de conflictos, vive ahora retirado en la típica casa del típico barrio residencial americano. Los primeros quince minutos me parecieron bien simpáticos en este sentido, como mira en Navidad los tremendos y enormes adornos con los que el resto de sus vecinos recargan sus casas en una especie de competición para ver quién pone más cosas. Vive solo, aburrido, sacando sus cubos de basura e intentando compartir su soledad llamando a la encargada del envío de los cheques de su pensión. Cuando los recibe los rompe solo para poder llamar a esa mujer, Sarah Ross (Mary-Louise Parker), aficionada a las novelas románticas de acción que Frank también leerá para poder compartirlas con ella. Pero todo esto va a cambiar cuando una noche un equipo de aniquilación (¡vaya nombre!) entre en su casa con el objetivo de acabar con la vida de Frank,cosa que, claro, no consiguen. Con su pijama, su bata de casa y aspecto desaliñado va a acabar con ellos y huir. Así acaba en casa de Sarah, ya que piensa que ella también puede estar en peligro porque supone que los mismos que quisieron matarlo estuvieron escuchando las conversaciones que tenían. A partir de este momento va a llevársela con él casi secuestrada sin que ella entienda demasiado las cosas, pero pronto verá que no le queda más remedio que confiar en él si quiere seguir con vida. Comenzará así una espiral de acción, persecuciones, disparos, explosiones que no parará hasta el final. Pero no va a ser solo a él a quien están buscando, también a varios espías más que tuvieron contacto con él y a los que irá recogiendo en un viaje acelerado por varias ciudades de los Estados Unidos. Primero Joe Matheson (Morgan Freeman), luego Marvin Boggs (John Malkovich) o Victoria (Helen Mirren) e incluso tendrá que recurrir a varios antiguos enemigos, como el espía ruso Ivan Simanov (Brian Cox). Un grupo de jubilados que va a luchar para seguir con vida, demostrando que la edad no va a ser un impedimento para llevar a cabo una última misión, la de seguir con vida y descubrir la razón de que quieran acabar con ellos.

Como dije al principio lo mejor de la película son los actores, aderezado con un guión sencillo pero ocurrente por momentos y muy divertido, por lo menos a nosotros nos provocó muchas sonrisas, algunas más altas que otras y todas compartidas por una sala que estaba llena. Bruce Willis es otro de mis actores favoritos, siempre con “Luz de luna” en la memoria, creo que una de las primera series que me enganchó desde el principio. Reconozco que no es un gran actor pero que sí es de esos como digo yo “resultones”, que dan bien en pantalla y que resulta creíble haga lo que haga. Aquí tiene uno de sus papeles más típicos, el del hombre de acción prepotente, todopoderoso, chulesco y faltón, que parece que nadie puede con él, como siempre, lo borda. Del resto ya dije al principio que con otros actores el resultado no sería para nada el mismo, pero ellos le dan un empaque al desarrollo de la historia que hace que sea algo apetecible. Morgan Freeman tiene un papel cortito, no demasiado destacado, pero aún así me encanta verlo. Helen Mirren destaca como una elegante y fría asesina profesional, siempre impecable y dispuesta a matar. Pero entre todos ellos destacaría, de los más conocidos, a John Malkovich, genial para una cinta de este tipo. El hombre medio loco, por no decir entero, obsesionado con que lo están vigilando, violento, brutal, siempre dispuesto a solucionar las cosas por la vía directa, disparando y fuera. Sus caras, ocurrencias y frases son de lo mejor de la historia y la mayor parte de ellas son de los mejores momentos de la misma. Pero por encima de todos estos conocidos actores destaca la protagonista femenina, Mary-Louise Parker en el papel de la pareja por obligación de Frank Moses. Relativamente conocida, hizo algunas películas y es la protagonista de una serie, “Weeds” en la que interpreta a una madre de familia que tras la muerte de su marido se mete en el negocio de la venta de marihuana para sostenerlos a todos, lo que traerá consigo un buen montón de problemas (esta no apareció por aquí todavía, pero lo hará cualquier día, ya, que es realmente buena). La verdad es que es una excelente actriz cómica, tanto que en esta película en concreto en las escenas en las que no aparece es como si faltara algo, su presencia garantiza siempre una buenas risas con todo lo que hace, dice o su forma de actuar, un papel realmente bueno y de lo más destacable de la misma. También hizo algo más de cine, pero con pocos papeles de protagonista.
Y destacar a dos actores más. Por un lado en un pequeño papel a otro buen actor, Richard Dreyfus, recordado siempre por ser el protagonista de “Encuentros en la tercera fase”. El otro es un clásico del cine de gángsters de hace ya muchos años y me sorprendió verlo aquí, porque hace tiempo que no sabía nada de él, Ernest Borgnine, que a sus más de 90 años tiene un aspecto realmente excelente.
A todos estos actores los maneja bastante bien el director, Robert Schwentke, que hizo sus primeras películas en Alemania y marchó a Estados Unidos, donde dirigió algún episodio de series y una película con Jodie Foster que no estaba mal, "Pan de vuelo, desaparecida".

Como dije al principio, evidentemente no pasará a la historia del cine ni será recordada dentro de unos meses, es cine de acción y comedia sin más pretensiones, pero frente a otras que pretenden lo mismo esta pienso que lo consigue, por lo menos a nosotros nos hizo pasar un buen rato. No es más que un entretenimiento bastante bien hecho, pienso que bien interpretado y que provoca varias sonrisas en muchas ocasiones del metraje, si queréis pasar un buen rato yo la recomendaría, pero busquéis nada de nada más. Cine de palomitas y refresco, y de paso aprovecho para dar la queja de turno sobre la gente que va al cine, que últimamente no sé si confunden la sala de proyección con restaurantes o lugares de picnic. Ya tuvimos de casi todo al lado, gente comiendo lo normal, pero también yogures, natillas, hamburguesas, pizza, pero lo de esta vez pienso que ya superó todo esto, me tocó al lado una chica que estaba comiendo aceitunas en una bolsa de plástico nada agradable estar en el cine con el olor a salmuera al lado, pero qué le vamos a hacer, es lo que hay.

lunes, 7 de febrero de 2011

Gary Moore


Cuando tuve que pensar en hacer un blog ya hace casi un año no tenía muy claro cuál iba a ser la temática, tras darle algunas vueltas salió lo que todos los que me visitáis podéis leer. Pero no solo tengo esas aficiones, de las más habituales quedo fuera la música, algo que siempre me acompaña durante casi todo el día. No la incluí en estos comentarios no sé muy bien por qué, se porque en ese momento no se me ocurrió o porque es tal la cantidad de cosas que escucho que igual a eran demasiadas cosas, además que si soy sincero en el panorama actual no es que haya demasiadas cosas que me gusten lo suficiente como para comentarlas, así que preferí quedarme con otros temas en los que la actualidad sea más interesante que mis gustos. Reconozco que en lo que se refiere a música soy bastante clásico y casi todo lo que me gusta es de hace ya años, salvando algunas excepciones de vez en cuando. Viene esta introducción a cuento de que hoy voy a saltarme un poco la temática habitual para hacer un simple y breve recuerdo a un músico excepcional que murió ayer, casualidades de la vida, en España, concretamente en un hotel de Málaga. Hablo de Gary Moore.

El blues es uno de los géneros que me gustan mucho y descubrí a Moore cuando pasó del rock a este otro género y desde su primer disco de este estilo fue de esos músicos de los que compraba todo CD nuevo que salía, y ninguno de ellos me decepcionó. Nació en Belfast, Irlanda, en 1952 y murió tal día como ayer, 6 de febrero de 2011 en el Kempinski Hotel Resort de Estepona, en Málaga. A falta de los últimos datos de la autopsia se habla de muerte natural, solo con 58 años nos dejó uno de los casi últimos “dinosaurios” de la música, una verdadera pena, muchos echaremos de menos nuevos discos, pero seguiremos disfrutando de los que tenemos.

No voy a hacer una larga biografía, solo algunos datos básicos para aquellos que conocían su música pero no tenían demasiado claro quién era. Con Moore me pasó algo curioso, mucha gente conocía sus temas, su sonido, pero muchos no sabían quién era cuando les decías que lo que sonaba era Gary Moore, parece que era más famoso por su sodio característico que por su nombre. El sonido de su guitarra era realmente inconfundible y genial, pero igual con menos reconocimiento que otros músicos más conocidos y de calidad inferior. Comenzó en grupos de rock, “Skid Row” o “Thin Lizzy”, pasando durante años por varios grupos con más o menos éxito. En 1990 “Still got the blues” lo llevó a las listas de éxitos, con un giro hacia el blues, colaborando a continuación con grandes del género como Albert King, Albert Collins o el maestro B. B. King, uno de los últimos grandes que nos quedan de este género. En 1994 intenta de nuevo la música en grupo con un disco muy interesante, “Around the next dream” y e grupo se llamaba BBM. En el 2001 otro gran disco, “Back to the blues”, un título que deja claras sus intenciones musicales. Más de 30 discos son una buena muestra de que la música de verdad perdió a uno de los grandes.

Ya digo que este comentario de hoy es corto, más que nada porque lo que recomiendo es escucharlo y disfrutar de su música, de unos temas que muchos conocéis y que hoy, cuando lo veáis en las noticias seguro que más de uno pensará: “¡Ah, así que este era Gary Moore. Pues sí que me gustaba”.

miércoles, 2 de febrero de 2011

"Sunset Park", de Paul Auster




















Supongo que todos tenemos una serie de autores preferidos, aquellos de los que leemos todo lo que publican y con los que siempre encontramos algo que nos guste en todo aquello que escriben. Pues el autor de la novela que voy a comentar hoy es, para mí, uno de esos desde hace ya mucho tiempo. Es curioso que no apareciera antes, pero no es más que una casualidad, más que nada porque la novela anterior no fue de las que más me gustaron de él y pienso que aún no me pusiera con estos comentarios o tenía otros pendientes que me parecían más interesantes. Pero recientemente apareció su, por el momento, última novela y la verdad es que me gustó mucho, quedando entre las cinco o seis suyas que más me gustaron. El autor es Paul Auster y la novela de hoy “Sunset Park”. Podéis encontrarla en castellano en su editorial habitual, Anagrama, o en gallego en la Editorial Galaxia, que últimamente publica sus obras al mismo tiempo que aparecen en castellano. Yo la leí en gallego, gracias a un regalo de un amigo que acertó de pleno, cosa que tengo que agradecer, de verdad.

Un autor más que conocido y reconocido, pero que como no apareció aún por aquí, como siempre, voy a dejaros una breve, aunque no es fácil, biografía. Nació en Newark (Nueva Jersey) en 1947, escritor, guionista y director de cine. Le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006. Escribe desde edad muy temprana. Entre 1964 y 1967 estudia en la Universidad de Columbia literatura francesa, italiana e inglesa. Por aquella época comienza a traducir a autores franceses e intentará trabajar en el cine, escribiendo guiones para películas mudas que nunca llegarán a rodarse, y que aparecen en su novela “El libro de las ilusiones”. En los años siguientes escribe artículos para revistas y comienza con sus primeras novelas. Llega a trabajar en un petrolero, vuelve a Francia, donde vive entre 1971 y 1974 y sigue con las traducciones de autores franceses, además de escribir algo de poesía y un poco de teatro. En 1976, con el pseudónimo de Paul Benjamin, escribe su primera novela, “Jugada de presión”, una novela negra que tuvo poco éxito. Se divorcia y la muerte de su padre le da algún dinero y escribe “La invención de la soledad”. En 1986, ya más conocido como novelista, publica “Ciudad de cristal” y a continuación algunas de sus mejores novelas, como “El palacio de la luna”, “Leviatán” (Premio Medicis en 1993) o “Mr. Vértigo” (1994). Vuelve al cine junto al director Wayne Wang con “Smoke” y “Blue in the face” y en 1997 dirige “Lulu on the bridge” que no tuvo buena acogida. Posteriormente novelas como “Tombuctú” (1999), “El libro de las ilusiones” (2002) o “Brooklyn Follies” (2005). En 2006 dirige una nueva película, “La vida interior de Martin Frost”. Sus últimas novelas son “Un hombre en la oscuridad” (2008), “Invisible” (2009) y la comentada hoy, “Sunset Park” (2010). Su producción es muy extensa y comprende no solo novelas, sino también algún libro de memorias, poesía, teatro, guiones cinematográficos, ensayos... Todos ellos con una serie de elementos comunes de los que no suele escapar y siempre con una línea muy marcada y unas características tanto de estilo como de temáticas muy suyas.

Esta de hoy es su última novela hasta el momento y ya antes de decir algunas cosas de ella añadir que de las últimas fue de las que más me gustaron. “Invisible”, la anterior, me dejó un poco desencantado por decirlo de alguna manera, no es que no me gustara, pero algo menos que otras, creo que le quedó una historia quizá demasiado circular y repetitiva, sin avanzar demasiado por momentos y sin tener una dirección demasiado clara. Si tengo que escoger algunas, lo que es difícil, creo que mis “favoritas” serían “Mr. Vértigo”, “Brooklyn Follies” (esta posiblemente porque escapa un poco de la tristeza y de la tremenda soledad de los protagonistas aunque también está presente, pero me pareció algo más optimista que el resto de sus novelas), “La música del azar” o “Un hombre en la oscuridad”, aunque ya dije que casi todas me gustaron mucho y todas aportaron algo y también más de una reflexión.

“Sunset Park” tiene como protagonista, por decirlo de alguna manera, porque pienso que más que el protagonista de la historia es el personaje alrededor del que circulan las historias de los otros más que también podemos considerar como protagonistas, a Miles Heller. Ya de entrada comentar que la técnica que tiene para contarnos la historia me parece genial, vamos a conocer la misma historia desde el punto de vista y la vida de varios de los integrantes de la misma, cada uno aportará algo a ella y así tendremos una visión completa de la vidas de varias personas. Al principio conoceremos a Miles Heller, que es el que menciono más arriba como centro del círculo de personas que giran a su alrededor. Un chico joven que tiene un trabajo de lo más triste y deprimente. Las primeras páginas ya nos van a dar una idea del ambiente de la historia, una de las constantes del autor, elementos como la soledad, la tristeza, la incomprensión, las complicadas relaciones humanas y los remordimientos que todos tenemos en algún momento por cosas que hicimos o dejamos de hacer. Trabaja en una cuadrilla de cuatro personas que van a casas embargadas para revisarlas, las cosas caras van para el banco, el resto se las reparten entre ellos. Pero él no se queda con nada, solo hace fotografías de todas las cosas que la gente va dejando atrás en sus vidas, algo parecido a lo que hizo él. Es un hombre de 28 años sin ambiciones, dejó la Universidad pero es un hombre brillante, vive dejando que la vida pase, sin esperanzas, casi sin nada, no necesita ninguna de las cosas que el resto de los hombres usan, vivir así también le supone un gran esfuerzo. Su vida se reduce a la mínima expresión, no fuma, no bebe, no come fuera ni tiene radio, televisión u ordenador. El coche y el móvil solo por necesidad. Su único lujo es comprar libros, leer es una necesidad, casi una adicción. Trabaja en Florida, pero piensa que ese soleado tiempo que tienen no es bueno tampoco, el sol no ilumina, sino que ciega a las personas para que no vean bien la realidad. La razón de todo esto, de que dejara a su familia, la Universidad y una buena vida que tenía, la muerte de su hermanastro, de la que se siente culpable, un lamentable accidente de coche en el que tuvo algo que ver, pero que aún así no dejó de ser un accidente.
Un día conoce a Pilar Sánchez, la casualidad hace que se vean leyendo el mismo libro en un parque (“El Gran Gatsby”), una chica más joven que él, 17 años, pero que tiene su vida mucho más clara que Miles. Está en el Instituto, es una alumna brillante y quiere ir a la Universidad y estudiar Enfermería. Es huérfana, sus padres murieron en un accidente de tráfico y vive con sus tres hermanas y el hijo de una de ellas. Su madurez e inteligencia calan hondo en Miles, y tras una resistencia motivada por su juventud, van a comenzar una relación e vivirán juntos. Así Miles verá una oportunidad de cambiar su forma de ver la vida, de tener un objetivo en la misma, de ser un estímulo para Pilar y conseguir que cambie la Enfermería por la Medicina. Su relación también tiene cosas que hacen que sea diferente a las demás, para poder llevarla a vivir con él casi tiene que “comprársela” a las hermanas, no tienen relaciones sexuales completas porque ella piensa que es demasiado joven para quedarse embarazada pero con estas y otras cosas Miles se siente después de mucho tiempo útil y vivo. Pero esto no durará mucho, ante las amenazas de una de las hermanas de Pilar tendrá que marcharse y dejarla por un tiempo, hasta que sea mayor de edad y así no tener problemas con la ley. Recibe una carta de su amigo Bing que le ofrece irse a vivir con él y alguna gente más como ocupas en una casa en Sunset Park, el lugar que dará título a la novela, oportunidad que aprovechará para irse de Florida y, entre otras cosas, pensar en intentar de nuevo tener contacto con su familia. Cuando se marchó dejó todo atrás y sus padres no supieron nada de él directamente, claro.
Aquí entrarán el resto de los personajes, todos ellos con una historia que contar, vamos a conocer por ellos mismos y por los demás toda su vida y las razones que los llevaron a ser cómo son o a vivir como viven. Hay historias que completaremos poco a poco, capítulo a capítulo, entrelazando lo que van contando todos, tanto del pasado como del presente, avanzando poco a poco en una trama que no tenemos muy claro a dónde nos va a llevar. Conoceremos a Bing Natham, el que tiene la idea de ocupar la casa y que vive de un negocio, el “Hospital de las cosas rotas”, donde arregla cosas de otra época: máquinas de escribir, plumas, radios de válvulas, juguetes de cuerda, como los hombres y mujeres de nuestra historia, seres rotos que necesitan que alguien los arregle. Con él viven Alice Bergstrom, trabajando en su tesis, y Ellen Brice, una pintora, aunque las dos tienen otros trabajos además de lo que realmente les gusta hacer. Conoceremos a Morris Heller, el padre de Miles, director de una editorial con problemas económicos en un momento no que los libros no son el mejor negocio. A Mary-Lee Swann, la madre de Miles, divorciada tiempo atrás de Morris, actriz de éxito internacional que está afrontando los últimos años de su carrera. A Willa, la madre adoptiva de Miles y madre de Bobby, el hermanastro muerto... Y algunos más que serán muy importantes de un modo o de otro en las vidas de todos estos ya mencionados. Sabremos muchas cosas de ellos, más que ellos mismos, a través de ellos, de lo que hacen y dicen y a través de los demás, porque en un momento u otro todos tendrán algo que ver.

Todas las constantes de las novelas de Auster están presentes en esta. El tema del béisbol, de que es un gran aficionado, aparece en varios momentos importantes, casi siempre para hablar de jugadores que, digamos, no tuvieron demasiada suerte en sus vidas y a los que el azar truncó grandes carreras, lo mismo que, sigamos, les pasa a los personajes de la novela, marcados casi todos por el azar. También el tema del cine, con una película de la que todos hablan o ven en algún momento, la cinta sobre la que Alice centra su tesis, un clásico del cine americano que si no visteis deberíais de ver, “Los mejores años de nuestra vida”, una premiada película de 1946 que cuenta la vida de varios soldados que vuelven a casa tras la Segunda Guerra Mundial. Y, sobre todo, el azar, siempre o casi siempre en negativo, que vuela sobre todos los hombres y mujeres de la historia. La soledad de la humanidad, la tristeza, las cosas que vamos dejando atrás para no volver nunca, lo difícil que es a veces afrontar lo que hicimos y decir la verdad en lugar de huir sin saber muy bien cuál sería el resultado en caso de quedarnos. Son muchos los temas que podríamos sacar de la lectura y de las vidas de los personajes que viven alrededor de Sunset Park, una casa en un barrio de la ciudad de Nueva York.

Reconozco que Auster no es un ejemplo de optimismo y felicidad, pero al mismo tiempo sus novelas siempre tienen algo que decirme, algo sobre lo que reflexionar aunque sea por oposición a lo que nos está contando. Además me tiene atrapado con su forma de escribir, un estilo que parece sencillo pero que no lo es, muy poético en muchos momentos y con formas de jugar con las palabras y las imágenes que no deja de sorprenderme nunca. Esa simpleza aparente esconde siempre una gran complejidad de la narración, con historias dentro de las historias, con vueltas hacia el pasado y mirando al futuro y, muchas veces, sorprendiendo al lector por lo que cuenta, cómo lo cuenta y como van avanzando las vidas de unos personajes que aunque dentro de la ficción aparecen para el lector muchas veces como personas de carne y hueso.

Pienso que es evidente que me gustó mucho y recomiendo su lectura, que estoy seguro de que será de vuestro gusto, tanto por la calidad literaria como por un entramado de historias que os cogerá y atrapará como una tela de araña, la tela en la que están Miles, Bing, Morris y todos los demás..., tendréis que ver si ellos podrán o no escapar.