Visitas

contadores web relojes pagina web

domingo, 23 de enero de 2011

"Sons of anarchy"



Vamos a volver al mundo de la televisión. Normalmente para las series nuevas suelo echar un ojo al argumento, actores y esas cosas para ver si me parece apetecible o no, con la cantidad de ellas que tenemos ahora por los distintos canales no es fácil a veces elegir aquellas que pueden merecer la pena por calidad, entretenimiento u otras razones. Esta serie de hoy en un principio no me llamó demasiado la atención, pero como había leído buenas críticas por varios sitios hace tiempo que me decidí a grabarla y tenerla guardada para algún momento en el que no hubiese demasiadas cosas apetecibles, por lo menos para darle una oportunidad. La verdad es que el argumento central me llamaba solo a medias y por eso fue quedando aparcada, pero también es cierto que hace unos días estrenaron en FoxCrime la tercera temporada de la misma, así que algo debería de tener. Además tengo un buen amigo que es un buen consumidor de series, con el que suelo comentarlas, intercambiar algunas y esas cosas. Así que esta de hoy pasó antes por sus manos y tras su recomendación nos decidimos a verla, y no nos arrepentimos para nada, porque merece mucho la pena. Hablo de “Sons of anarchy” (“Los hijos de la anarquía”), una serie americana, claro está, que circula alrededor de una pandilla de moteros.

El primer comentario que me hizo mi amigo fue simplemente decir que nunca pensaría que una serie sobre una realidad tan ajena y lejana a él mismo le fuera a gustar tanto. Esa fue una de las razones para que no me pusiera a verla en su momento. Me dije que la vida y aventuras de un grupo de moteros con esa estética tan americana de cazadoras de cuero (bueno, estos llevan chaleco, pero viene a ser lo mismo), motos de gran cilindrada negras con esos manillares altos (que me parecen incomodísimos); Harley Davidson personalizadas, claro; y todo lo que rodea a ese mundo algo lejano a nuestra realidad no me parecía que me fuera a atraer. Pues estaba completamente equivocado, porque fuera de toda esa imaginería (que tengo que reconocer que aunque lejana me parece algo atractiva, la verdad) hay una serie de historias, de situaciones y de argumentos que tienen bastante que ver con la vida diaria, con la realidad de cualquiera en cuanto a relaciones, problemas y situaciones casi cotidianas, extrapolándolas, claro, del mundo en el que se desenvuelven. Algunos la han comparado con una de las grandes series de los últimos años, “Los Soprano” en el sentido de que, como en esta, el mundo de la mafia era casi una excusa para desarrollar otro tipo de temáticas que cualquiera puede entender. Pues en esta pasa lo mismo, son una pandilla de gente y los argumentos que se desarrollan tienen más que ver con relaciones entre personas, enfrentamientos y esas cosas más que con la vida real del grupo, vamos, que podían ser cualquier otro grupo social identificado por unas características comunes.

La historia gira alrededor del núcleo central de un grupo de moteros, los “Sons of anarchy” que dan título a la serie. Un pequeño grupo que es, digamos, el centro de una serie de delegaciones repartidas por gran parte de los Estados Unidos, un grupo que se mueve en lo se conoce como Samcro (que no es más que el acrónimo de “Sons of Anarchy Motorcycle Club Redwood Original), que vendría a ser el lugar donde viven, se reúnen y desarrollan sus actividades. Viven en Charming, un pueblo ficticio situado en el norte de California, el típico pueblo de tamaño medio de los muchos que hay por los Estados Unidos. Allí viven básicamente del comercio ilegal de armas, usando como tapadera un taller mecánico. Además funcionan como “protectores” del pueblo en el sentido de mantener alejados del mismo a otros grupos de delincuentes, sobre todo a aquellos que se dedican a negocios relacionados con la venta de drogas, la prostitución o cualquiera que pueda interferir en la vida diaria del pueblo. Protegen a los suyos, y dentro de ese grupo están ellos, los suyos y casi toda la gente del pueblo, que acude a ellos para que les ayuden cuando tienen algún tipo de problema grave. El protagonista principal es Jackson Teller, un joven de poco más de 30 años que vive en medio de un conflicto entre la vida sin su padre y los enfrentamientos con la pareja de su madre, que además es el presidente del club. Además el problema principal es que no está demasiado de acuerdo con la línea que lleva el club, pensando que deberían dejar la mayor parte de las actividades ilegales que realizan para dirigirse hacia otro tipo de cosas más “legales”. Todo esto apoyado por una especie de libro o diario escrito por su padre en el que habla de las intenciones reales que tuvo como fundador del grupo y lo poco de acuerdo que estaba con la línea que estaba llevando después, tirando más hacia la delincuencia que hacia la idea de libertad y de lucha contra la sociedad que basaron su fundación. Además es el vicepresidente del grupo y al que todos ven como futuro presidente, aunque algunos no ven con buenos ojos esa otra línea que Jacks quiere para ellos. Clay Morrow es el presidente y medio padre de Jacks, ya que es la pareja de su madre. Capaz de absolutamente cualquier cosa para mantener la integridad de su grupo, empleando la fuerza cuando sea necesario y pasando por encima de lo que sea para conseguir sus propósitos. A pesar de ellos rechaza de plano cualquier otro negocio ilegal que no sea la venta de armas, lo demás le parece reprobable, aunque eso no impide que se relacione con los otros que se dedican a esos otros negocios, siempre y cuando no lo hagan en su pueblo.
Por encima de todos los hombres de la serie destaca una mujer, Gemma Teller Morrow, la madre de Jacks y actual pareja de Clay. Un personaje de esos que impresionan y llena la pantalla cada vez que aparece, una mujer dura, fría a veces pero que esconde muchas más cosas de las que podemos pensar tras ver los primeros episodios. Preocupada por su hijo, por el club y por todos los que circulan alrededor de ella, busca ante todo sus intereses y los de los suyos y para eso es capaz de hacer absolutamente cualquier cosa. Ella es la que en realidad maneja y dirige los hilos de casi todo lo que pasa en Charming, donde nada escapa a su control y, cuando algo lo hace, en seguida toma de nuevo las riendas para no dejar nada sin atar. Es capaz de ponerte la piel de gallina en un momento y al siguiente provocar sentimientos contrarios por completo, un personaje complejo y de los mejores que he visto en una serie dramática. Y luego tenemos al resto de los integrantes del grupo, cada uno con una misión y una forma de ser muy definida. Bob Munson es uno de los fundadores, imitador de Elvis en sus ratos libres. Alex Trager es el violento, sádico y encargado de los trabajos más sucios. Incluso tenemos al aspirante a entrar en la banda, Kip Epps, al que todos conocen con el apodo de “medio huevo”, al verla ya sabréis por qué. Alrededor de ellos un jefe de policía corrupto casi a su servicio, algo que hace también preocupado, digamos, por mantener la tranquilidad y paz en el pueblo. O el ayudante del shérif, un joven que conoció a Jacks cuando eran jóvenes pero que ahora la vida los llevo por caminos distintos. Algunos personajes fijos más junto con estos, pero sería demasiado largo hablar de todos ellos y es mejor descubrirlos a medida que se ve la serie, además de que así tampoco cuento las historias que se van a ir desarrollando, que son tensas e interesantes. Además tendremos a los grupos rivales, desde mejicanos, neonazis y todos los grupos de delincuencia habituales en este tipo de producciones.

La serie destaca por muchas cosas y nos está gustando mucho. La complejidad de los personajes y de las tramas es bastante alta, las cosas, como en la vida, no son blancas o negras y muchas veces se ven obligados por las circunstancias a realizar actos con los que no están de acuerdo. También es cierto que moralmente el comportamiento de todos ellos no es para darles un premio. Casi podemos decir que no hay un solo personaje “bueno” en toda la serie y que los guionistas consiguen que los “Sons of anarchy” parezcan los mejores de todos, los únicos que tienen un cierto código moral y de comportamiento frente a todos los demás. Incluso personajes como los policías de la ATF que irán detrás de ellos parecen mucho, pero mucho, peores que los protagonistas. Ellos entienden la venta de armas y todo lo que hacen como una forma de mantener el status social y económico y también como la forma de mantener alejados a todos los demás de SU pueblo y de los suyos. Hay que decir que es una serie dura, con algunos momentos realmente violentos y duros, directos y brutales pero no solo por lo que se ve, sino también por cómo se desarrollan las cosas y sus vidas. Aun así sigo diciendo que merece la pena, creo.
Más puntos a su favor pueden ser, por ejemplo, la música, bien reconocida por todo buen aficionado a la música americana que rodea a ese mundo. Casi cada episodio termina con un tema musical muy bien incluido, casi siempre relacionado con lo que pasó o está pasando y que remata muy bien el mismo. Los actores están todos realmente bien, del primero al último, aunque destacan las dos caras más conocidas. Gemma Teller es la actriz Katey Sagal, conocida por varias series de televisión; y Clay Morrow es Ron Perlman, entre otras cosas uno de los inolvidables monjes de “El nombre de la rosa” y que ha aparecido en gran cantidad de películas y series de televisión.

En algunos sitios hablan de reminiscencias de las obras de Shakespeare en la serie, tras verla y analizarla un poco podemos ver elementos de algunas de las obras más conocidas del autor en muchos sentidos, pero actualizadas y llevadas a otros campos. No se puede negar, en muchos aspectos, la influencia, por ejemplo, de “Hamlet”, pero no es la única. Otro punto más a favor de una serie que como dije al principio no me llamó, pero que ahora me tiene encantado, la verdad. Son tres temporadas, la tercera acaba de empezar aquí, de 13 episodios de 45 minutos cada uno lleno de momentos de tensión, de violencia, de sufrimiento que te pueden dejar sin respiración en más de una escena. Seguirás sus aventuras y desventuras con bastante atención, a veces incluso no serás capaz de ver un solo episodio, porque querrás saber qué va a pasar a continuación. Además no todo es drama, tiene momentos realmente simpáticos y divertidos para romper un poco esa tensión. Son moteros, pero tienen una vida cotidiana con los problemas y situaciones de mucha gente, problemas de salud, de dinero, de relaciones, discusiones con los hijos y ese tipo de cosas. Moteros con sus chalecos de cuero que comen magdalenas ecológicas, que son mucho mejores que las industriales, que actúan disfrazados de Elvis en casinos o fiestas infantiles o que se gastan bromas (algunas entre simpáticas y brutales) entre ellos. Uno de sus méritos, para mí es que no es una serie de argumentos simples y fáciles, las cosas siempre se van complicando y retorciendo, sorprendiendo en más de una ocasión al espectador, ese es uno de sus mayores méritos. Con todo esto, os la recomiendo, no creo que os vaya a decepcionar.

miércoles, 19 de enero de 2011

"El cementerio de Praga", de Umberto Eco



Normalmente antes de ponerme a escribir un comentario suelo curiosear un poco por internet, por un lado para recoger alguna información sobre el autor, ver si tiene alguna nueva novela o alguna cosa destacada que añadir y por otro para contrastar un poco mis impresiones u opiniones con las de otras personas y con todo ayudar un poco a matizar puntos de vista y esas cosas. Esto es algo que con la novela que voy a comentar hoy no quise hacer demasiado, limitándome a un par de artículos en revistas especializadas y poco más. ¿Por qué? Pues porque es una novela bastante esperada de un autor que suele crear ciertas polémicas por muchos aspectos de cada nueva publicación que aparece. Por eso preferí limitarme casi por completo a mis propias impresiones sobre ella. Hablo de “El cementerio de Praga” de Umberto Eco.

Las ventas que está teniendo son muy buenas, colocándose en los primeros puestos en todos los países en los que se está publicando. Por un lado es un autor que tiene tirón entre los lectores y por otro las polémicas que suele despertar con sus declaraciones y obras también hace que las expectativas crezcan bastante. En este caso hay varios sectores que han hecho comentarios sobre la misma que creo que han hecho despertar ciertas polémicas que siempre favorecen las ventas, polémicas de las que creo que el autor es muy consciente, por no decir que las busca casi a propósito. En este caso no voy a dejar aquí su biografía, ya que apareció anteriormente cuando comenté su novela “El nombre de la rosa”. Uno de los reclamos publicitarios que se han usado para esta nueva novela está relacionado, precisamente con este otra novela. En algún lado he leído que era su mejor novela después de esta o incluso superior, siento decir que no estoy de acuerdo, pero eso es algo sobre lo que hablaré más adelante. En cuanto al género en el que podemos encuadrarla, me parece complicado. Se ha hablado desde que pertenece al género histórico, al de misterio, al de intriga o algunos dicen de ella que es un folletín al estilo de los del siglo XIX. La verdad es que no sé muy bien dónde meterla, histórica en parte sí porque todos los personajes que aparecen en la misma existieron en su momento y mantuvieron las relaciones que nos indica el autor, los sucesos en su mayor parte también están dentro de lo sucedido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero todos ellos están hilvanados alrededor de un personaje completamente ficticio, irreal y quizá, un tanto exagerado. Yo diría que es una novela de aventuras o intrigas sobre todo políticas puestas en relación con una serie de hechos históricos de esa época. Y también creo que es casi imprescindible tener una visión por lo menos aproximada de una serie de hechos relacionados con la historia de, sobre todo, Francia, Italia y Alemania de esos dos siglos. Sobre todo si se quiere seguir una historia que en cierto momento se complica un poco por la cantidad de personajes y relaciones que se establecen entre ellos con el protagonista como centro. Curiosamente hace poco leí una novela de Gary Jennings que aparecerá por aquí en breve, “Lentejuelas” que comparte muchos de estos hechos, casualidad haberla leído algo antes, porque me ayudó mucho a seguir la historia de Eco.

La estructura de la novela es una especie de diario escrito por un personaje un tanto peculiar, por decir algo, un hombre sin conciencia que solo se mueve por el interés propio, vendiéndose a quién sea para conseguir dinero y que va a estar metido en todas las intrigas políticas de la época en la que vive. La narración va alterando entre una especie de narrador y un protagonista desdoblado en dos, por un lado el, llamémoslo, principal, el capitán Simone Simonini y una especie de alter ego, el abate Dalla Piccola. Esta triple narración en alguna ocasión se convierte en una especie de caos que puede llegar a confundir al lector, la atención y la relectura en algunas ocasiones se hacen imprescindibles. La historia comienza en 1897 en Francia, con el capitán Simonini a los 67 años intentando contar su vida en una especie de diario escrito, rememorando todos los acontecimientos de su vida e intentando, en parte, justificarse un poco por todo lo que ha hecho, que es mucho. Nació en Italia, viviendo en el medio de un padre italiano, una madre francesa y un abuelo que será, en parte, el culpable de la idea de que hay una conspiración judía para dominar el mundo. Sus padres le ponen el nombre de Simone en recuerdo de San Simón, un niño mártir asesinado en Trento por los judíos. Su padre es un revolucionario italiano que morirá pronto a causa de la propia revolución, con lo que quedará al cuidado de su abuelo. Un abuelo antisemita, profundamente religioso y conservador. Llegado cierto momento tendrá que escapar disfrazado de Italia y marchar a Francia, donde vivirá la mayor parte de su vida. En cierto momento empieza a trabajar para un notario, donde aprende el arte de la falsificación de documentos, descubriendo que tiene una gran facilidad para ello será lo que haga a partir de ese momento. Su vida se basa en el engaño, en el juego y en la falsificación, siempre buscando dinero a cambio y poco más. Moralmente es un personaje deplorable, con nada positivo, le da igual para quien trabaje con tal de que le paguen. Incluso es capaz de trabajar al mismo tiempo para dos grupos distintos, opuestos o enfrentados, aportando documentos falsificados a cada uno de ellos que se adapten a lo que le piden. Ya sea para los franceses buscando contrariar a los alemanes, como para los alemanes buscando lo mismo para los franceses. Así se verá en medio de toda revolución, guerra o conflicto real de la época siendo, además, uno de los culpables e instigadores de los mismos. De todos modos el centro de todo serán los judíos, inventando y aportando documentos falsificados por él, copiados de otros, creados e inventados por él o como sea que lleven a la gente a pensar que intentan meterse de cualquier modo en todos los ámbitos de las sociedades europeas buscando el dominio del mundo.

Las primeras páginas son demoledoras en cuanto a críticas, no deja títere con cabeza. Empieza con unas descripciones de los judíos realmente tremendas, pero no se queda ahí, pasará a hacer lo mismo con los alemanes, luego los franceses, los italianos, los curas, sobre todo los jesuitas (que tampoco quedan bien parados), las mujeres... Son páginas feroces, casi brutales que a mí personalmente me provocaron más de una sonrisa sobre todo por la forma de decir las cosas. Frente a algunas críticas que he leído, yo fui incapaz de tomármelas en serio. Incluso he leído una declaraciones del gran rabino de Roma que dice “al final el lector se pregunta si los judíos quieren derrocar a la sociedad y gobernar el mundo”. Me parece una opinión tan exagerada y casi fuera de lugar que no creo que haya que tenerla demasiado en cuenta, además de ser una falta de respeto hacia el lector y a su inteligencia. Yo veo más un juego literario, unas ganas por parte de Eco de llamar la atención y jugar con esos escándalos que la novela en realidad ha provocado. Además no son solo los judíos los que son tremendamente criticados y vapuleados, casi toda la sociedad y estamentos de la época aparecen duramente golpeados con las palabras del autor. Como dije, todos los personajes de la novela son reales, salvo ese protagonista que, increíblemente, está metido en todos los fregados. Y también, al final, tenemos unas notas que el propio autor califica como “Inútiles aclaraciones eruditas”, coincido completamente con él, me resultaron realmente poco útiles, la verdad. Lo que no se puede negar es la capacidad de Umberto Eco para jugar con el lenguaje y, sobre todo, con sus lectores.

Con todo esto a mí la novela me entretuvo y me gustó hasta, aproximadamente, la mitad. A partir de cierto momento el cúmulo de personajes, de nombres, de intervenciones se hace en algunos momentos tan caótico que es complicado seguir la historia aunque se haga con atención, teniendo más de una vez que pararme a pensar o ir algunas páginas hacia atrás para centrarme un poco. Como siempre el lenguaje en algunos momentos roza lo exagerado por culto, con más de una palabra o expresión realmente chocante por lo poco usual. No me parece, como he leído, la gran novela de Umberto Eco, es más, si no fuera porque no suelo hacerlo y en algunas cosas atrajo mi atención creo que la hubiera dejado para otro momento, porque en alguno incluso me cansó un poco. Cuando la empecé las, digamos, cincuenta primeras páginas, me gustaron mucho, pero ese interés fue decayendo poco a poco hasta llegar a un cierto cansancio. Claro que no tanto como alguna de sus novelas anteriores, ya dije en un comentario anterior que no me duele reconocer que “Baudolino” me resultó casi incomprensible; teniendo eso en cuenta esta me gustó un poco más, pero viendo otras novedades editoriales del momento y otras lecturas recientes, “El cementerio de Praga” no estaría entre las que recomendaría demasiado, hay otras antes que me gustaron bastante más y, sobre todo, me entretuvieron mucho más. Ahora, esto es un comentario completamente personal, el tiempo y vosotros me dirán si estaba o no en lo cierto.

martes, 11 de enero de 2011

"Sé lo que estás pensando", de John Verdon



Vamos a volver esta vez a la novela, y de nuevo una novela de género negro que está teniendo unas excelentes ventas y muy buenas críticas por parte, sobre todo, de los lectores. Es más, la revista “Qué leer” en su número de diciembre habla de ella como “la novela negra del año”. Pero antes de continuar con el comentario en sí me gustaría hacer una breve reflexión. En uno de los comentarios anteriores decía que me molestaba mucho ver trailers de cine o leer contraportadas de novelas en las que casi nos destripaban el argumento o la idea central de la misma, y que en algunos casos la cosa era tan grave que casi no hacía falta verlas o leerlas, porque aclaraban tanto las cosas que ya casi no merecía la pena. Pues en este caso en este número de la revista mencionada, además de hablar algo sobre la novela, hacen también una entrevista al autor, hasta aquí todo bien. Pero si uno lee la entrevista puede, hasta cierto punto, ahorrarse la lectura de la novela, porque hay varios párrafos, preguntas y respuestas que nos dejan al aire la trama de la novela y desvelan por completo el misterio de la misma. No me parece nada serio, sobre todo cuando hablamos de novela negra, que este tipo de publicaciones no sea más cuidadosa y, sobre todo respetuosa, con sus lectores. Si leemos el artículo ya tenemos desvelado el misterio central de la historia, claro que siempre podemos leerla igual, pero creo que la gracia, la intriga y la tensión no van a ser del mismo tipo, me parece una pena. Bueno, la novela es “Sé lo que estás pensando” y el autor es John Verdon.

Caso curioso el de este autor. Es su primera novela, hasta ahí todo más o menos normal, pero ya no lo es tanto que la haya escrito y publicado a los 68 años, vamos, que es un autor novel pero que ya tiene una edad. Es un caso curioso, una persona que se convierte en escritor tras la jubilación, claro que será también que a partir de ese momento ya tenía más tiempo libre. Dedicó la mayor parte de su vida a trabajar en publicidad, dato que se nota en la redacción de su novela, sabe atrapar al lector, llevarlo por donde él quiere y dirigirlo, en este caso para que “consuma” su novela en lugar del producto de turno que tendría que anunciar. Él mismo reconoce que escribió la historia partiendo de conseguir una economía expresiva y un tono consistente, donde todo fuera relevante y siempre hiciera avanzar la acción. Cuando se jubiló necesitaba distracciones, hizo un curso de carpintería y pasó una buena temporada haciendo muebles, llegando incluso a vender algunos a tiendas de antigüedades de Nueva York. Pero su sueño desde hacía mucho era dedicarse a la escritura de historias de ficción, cosa que hizo con esta primera novela. Era consciente de su habilidad para escribir, miles de anuncios salieron de su mente y es aficionado a la novela negra, tuvo un par de ideas para el desarrollo de la historia, y alrededor de ellas fue desarrollando esta intrigante y desconcertante novela. Traducida a 24 idiomas ha sido todo un éxito de ventas allá por donde se publica, ahora está ya trabajando en sus siguientes historias, ya que firmó un contrato por, al menos, tres novelas más que, posiblemente, tengan como protagonista al mismo que creó para esta primera.

La novela en inglés se titula “Think of a number” que vendría a ser “Piensa en un número”, aunque aquí le han puesto “Sé lo que estás pensando” que para mí, se queda un poco a medio camino entre el título original y lo que nos va a contar. El protagonista es Dave Gurney, un policía retirado de 47 años que fue muy famoso y eficiente en la resolución de asesinatos en serie. Posee una mente privilegiada que le permite ir juntando en su cabeza todas las piezas, incluso las que los demás no son capaces de ver, para ir, poco a poco, llegando a conclusiones que lo llevarán directamente al asesino. Vive retirado en una zona tranquila y rural, acompañado de su esposa Madelaine, que tendrá un papel fundamental en toda la historia, interviniendo siempre no para aclarar cosas, pero sí siempre para hacer la pregunta justa en el momento justo a su marido para que este vaya llegando a las conclusiones correctas. Dave, que no es demasiado capaz de vivir alejado de su trabajo, lo que no le hace demasiada gracia a su mujer, se dedica ahora a pasar el tiempo y retocar fotos de asesinos en serie para exponerlas, actividad a la que llega tras un curso de fotografía que hace y que lo puso en contacto con una directora de una galería muy interesada en su trabajo. Un día tiene noticias de un antiguo compañero, Mark Mellery, director de una institución llamada “Instituto para la Renovación Espiritual”, que tiene un problema con unas cartas que recibió recientemente y que lo tienen algo preocupado. Unas intrigantes cartas escritas con tinta roja de alguien que parece que lo conoce y que le dice que será capaz de adivinar un número en el que Mark está pensando. El número viene en un sobre aparte, donde figura el 658, justo el número en el que él había pensado. En caso de haberlo acertado tendrá que enviarle al remitente, que firma como X. Arybdis una cierta cantidad de dinero a un apartado de correos. No es que Dave y Mark fueran íntimos amigos de su época de estudiantes, pero esta historia provoca que la curiosidad investigadora del policía retirado se reavive, sobre todo porque la historia no se va a quedar ahí. Mark era un poco golfo, alcohólico y tras perder a su mujer en un accidente de tráfico deja su vida anterior y se convierte en una especie de predicador que dirige la institución mencionada para ayudar a gente en situaciones complicadas. Intrigado por las extrañas cartas, Dave visita a Mark en el Instituto, pero la historia se va a complicar algo más, más notas, llamadas y el propio Mark será el primer asesinado de la historia. Un asesinato con unas pistas desconcertantes y extrañas que harán que Dave y la policía estén algo perdidos. Además tendrá que colaborar con la policía en la investigación, a pesar de su retiro, cosa que a su mujer no le hará demasiada gracia, y tampoco al policía Jack Hardwick, otro antiguo conocido que no admite demasiado bien la intromisión del protagonista. A partir de aquí una rápida espiral de acontecimientos, investigaciones y descubrimientos que desconcertarán tanto al lector como a todos los que intervienen en la investigación. Todo para atrapar a ese frío y extraño asesino que parece capaz de leer la mente de aquellos a los que amenaza.

No sé si es la mejor novela negra del año como dice la revista mencionada al principio, pero sí que es la más entretenida, amena, desconcertante e intrigante que he leído últimamente. Además todo está enfocado a captar la atención del lector, con algunos elementos más que la hacen más atractiva e interesante. La relación de Dave con su mujer, Madeleine, y sus problemas familiares; las relaciones del policía estrella ya jubilado con los policías y fiscales encargados del caso; lo desconcertante de unas pruebas y unas pistas que vuelven locos a todos pero que, poco a poco y de forma casi magistral, van tomando forma y lógica... Todo está enfocado a que el lector no sea capaz de dejar la lectura, porque siempre querrá saber qué pasó y qué va a pasar a continuación. A medio camino entre la novela negra y la novela de misterio, de intriga que juega perfectamente con todos los elementos del género. Una intriga excitante, un protagonista con carisma y unas características que lo acercan a otros muchos del género pero que, al mismo tiempo lo hacen diferente y atrayente, giros argumentales y sorpresas perfectamente colocados, problemas familiares...; hay de todo y muy bien engarzado. Y muchos misterios desconcertantes, juegos intelectuales y enigmas que solo la mente analítica y lógica de Dave Gurney serán capaces de desvelar, eso sí, ayudado muchas veces por esas preguntas al aire que le lanza su mujer, algo cínica y cansada de la situación pero que al mismo tiempo se ve incapaz de no “ayudar” a su marido.

A mí me entretuvo muchísimo, y me duró muy poco porque no era capaz de dejar la lectura en muchas ocasiones, pensando y dándole casi las misma vueltas que el protagonista y sus compañeros de la policía. Además de la historia creo que una de las mejores cosas de la historia son los personajes. El protagonista y su mujer, con una relación difícil son de lo mejor que he visto en una novela de este género. Los policías están a medio camino entre el típico y la originalidad, pero con suficientes elementos como para no caer en lo de siempre. Hay algunos que destacan, pero no quiero desvelar cuáles porque creo que es mejor que vayáis descubriéndolo a medida que avanzáis en la lectura. En conclusión, una de las novelas de este género más recomendables que he leído en los últimos año, no creo que os decepcione.

martes, 4 de enero de 2011

"El discurso del rey"


Ante todo como este es el primer post del año 2011 mis buenos deseos para el mismo, en el que espero seguir con estos comentarios como hasta ahora. El 1 de enero de cada año desde hace algunos como es un día un poco, digamos raro, tenemos la costumbre de ir al cine, así que vamos a inaugurar los comentarios de este nuevo año con una película reciente que todavía está en cartelera y que os recomiendo a todos encarecidamente, porque realmente merece mucho la pena. No es que hubiera demasiadas cosas en la cartelera, así que nos decidimos por esta, entre otras cosas por las buenas críticas y porque los actores protagonistas, sobre todo uno de ellos, están entre los que prácticamente nunca me decepcionan, y así fue. Nos gustó mucho a todos y disfrutamos de dos horas de buen cine, bien hecho y muy bien interpretado. La película en cuestión suena para varias candidaturas para los Óscar de este año y está recibiendo premios en casi todos los festivales en los que aparece, hablo de “El discurso del rey”.

Casualidades que hay a veces, el post anterior a este iba sobre una serie inglesa, diciendo que prácticamente siempre se les supone una calidad y hechura que otras tienen solo de vez en cuando; ahora hablo de una película de la misma nacionalidad, que tiene esas mismas condiciones y algunas más, guste o no guste la calidad y el buen hacer no se les pueden negar nunca. Está hecha con una elegancia, delicadeza y estilo que en otras producciones aparecen de forma mucho menos habitual, y la verdad, por lo menos para mí, siempre es un gusto ver cine de esta nacionalidad porque tiene siempre ese aire que lo hace distinto y especial, sean tragedias, comedias o casi cualquier género. En este caso estamos ante una historia de corte histórico que transcurre en la Inglaterra de los años 30 del siglo anterior. Es una historia que desconocía por completo, la verdad, una historia sorprendente al mismo tiempo que muy entrañable y curiosa. De todos modos está tratada con bastante cariño, de un modo cercano y familiar, como una extraña relación entre dos personas que nunca tendrían contacto pero que por circunstancias se conocen y desarrollan una amistad.

Alberto Federico Arturo Jorge de Windsor es uno de los dos protagonistas, Duque de York y futuro rey de Inglaterra (padre de la actual reina Isabel) durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial. Su padre es el rey Jorge V y su hermano mayor Eduardo será el sucesor inmediato. Tiene un problema de tartamudez que le impide hablar en público, lo que supone un gran problema para una persona que tiene que realizar este tipo de intervenciones. A lo largo de la historia veremos cómo esta limitación del habla tiene unas motivaciones que vienen de su infancia. Su mujer, Isabel Bowes-Lyon, está muy preocupada por este problema y no hace más que buscar soluciones y terapias para ayudar a su marido, pero no es fácil. Ya ha probado de todo y no encuentra nada ni a nadie que lo ayude con esta limitación. Un día acude a una pequeña casa de un barrio de Londres para ver a una persona que le han recomendado, Lionel Logue, un hombre que viene de Australia y que parece que ha conseguido buenos resultados en este campo. Lionel es una persona también algo especial, que impone unas condiciones muy estrictas para llevar a cabo su terapia sin importarle demasiado quién sea su paciente. Es un hombre apasionado de Shakespeare, actor aficionado, un hombre de familia y cuya procedencia australiana le provoca algunos problemas. La primera entrevista entre el Duque y Lionel ya da una idea de por dónde van a ir las cosas, al principio la cosa no va bien, pero es fácil suponer que poco a poco se irá estableciendo una relación muy especial entre estos dos personajes, sobre los que se asienta toda la historia. De entrada Lionel pretende que se traten como iguales, como compañeros, así que para él el Duque de York será “Bertie”, cosa que no le hará demasiada gracia, pero que no le quedará más remedio que aceptar si quiere ser tratado por él. Poco a poco las cosas irán cambiando hasta, como decía unas líneas más arriba, llegar a tener una relación estrecha, de amistad y al mismo tiempo de dependencia. El rey muere y su hijo Eduardo accede al trono, pero es un hombre más preocupado por sus relaciones sentimentales que por sus obligaciones como rey. Esto lo llevará a abdicar en la persona de su hermano en el mismo momento en el que Inglaterra entra en la Segunda Guerra Mundial. Ahora es cuando la intervención de Lionel será fundamental para el rey Jorge VI, que tendrá que realizar muchos discursos durante la contienda, así como antes ayudarlo para superar la ceremonia de la coronación.

La película está dirigida por Tom Hooper, un joven realizador inglés que promete bastante y que está consiguiendo excelentes críticas por esta cinta, sobre todo teniendo en cuenta que ha trabajado con dos grandes pesos de la interpretación, saliendo con bien de la prueba. Lo mejor de toda la historia es la interpretación de los dos actores principales, que me parece sobresaliente y muy destacada, las escenas entre ellos son geniales absolutamente todas, los diálogos, los gestos, las miradas, todo es destacable. El papel del rey está realizado por un actor que parece que por fin se va a sacar de encima ser “el de Bridget Jones”, hablo de Colin Firth. Un actor inglés que siempre está bien pero que hasta hace unos años parecía estar más encasillado en papeles de medio galán en gran cantidad de comedias románticas. El año pasado llamó mucho la atención con “Un hombre soltero” que le valió una nominación al Óscar, que no ganó por poco. Este año suena como el favorito para ganar este premio al mejor actor y creo que deberían de dárselo. Borda el papel de este hombre tartamudo, con muy mal genio (provocado en gran parte por esta limitación) y consciente de la gran carga que va a llevar sobre sus hombros, que es lo que le provoca un sufrimiento mayor. No destaca solamente por esas escenas en las que le cuesta hablar, sino que en todo momento su cara, sus ojos, sus movimientos hacen que no puedas quitar el ojo de la pantalla, excelente sería la palabra mejor para definirlo. Su compañero es uno de mis actores favoritos, un hombre que siempre destaca haga el papel que haga y sea la película como sea, hablo de Geoffrey Rush, un actor australiano ganador de un Óscar al mejor actor en 1997 por “Shine” y que me impresionó en “Quills”, una película en la que interpretaba al Marqués de Sade. Aquí está, como siempre, genial, callado y sumiso cuando es necesario, escandaloso y extrovertido en otros momentos, siempre con una respuesta ácida y directa hable con quien hable, le da igual que sea el futuro rey, el Arzobispo de Canterbury..., él cree lo que cree y busca siempre lo mejor para sus pacientes, sin importarle demasiado las consecuencias. Antes decía que la actuación de Colin Firth era excelente, pues en este caso tendría que ser un calificativo algo por encima, uno de los papeles que le he visto que más me han gustado y convencido. No es fácil mezclar casi al mismo tiempo la sobriedad con el histrionismo sin caer en la exageración y él lo consigue, decir que me encantó es quedarme corto. Destacar por último a Helena Bonham Carter en el papel de la mujer de “Bertie”, discreta, preocupada, a la sombra de su marido pero siendo ella la verdadera responsable de encontrar la ayuda necesaria para él, buscando no solo la felicidad, sino también la responsabilidad que tendrá que asumir y que ella busca por encima de todo.

Es una buena película, con una realización impecable y delicada. No voy a decir nada más de las interpretaciones porque ya ha quedado claro que son fabulosas. Lo mejor son los diálogos entre los dos protagonistas, con una agilidad impresionante, donde todas las palabras tienen algo que decir, donde no hay nada vacío o que no nos quiera decir algo. Además tiene en muchos momentos un tono de comedia que hace que te rías a carcajadas más de una vez dentro de una historia que no es que sea dramática, pero que no es una comedia. Tiene ese típico humor inglés que mezcla el chiste más fácil del mundo para al momento siguiente hacer otro muy inteligente y agudo. Los heterodoxos métodos de Lionel para conseguir curar a su paciente, que paciencia tiene poca la verdad, son llamativos, curiosos, simpáticos y es imposible que dejen indiferente al espectador. A nosotros nos gustó mucho a todos, y eso que mis hijos iban un poco a la fuerza, más que nada porque esta vez nos tocaba a nosotros elegir y pensaban que no les iba a gustar, se equivocaron.

La recomiendo y mucho, aprovechad mientras esté en cartelera para ir a verla, no creo que os arrepintáis. Entre los grandes estrenos, los efectos especiales, las historias animadas y mucho cine solamente comercial creo que destaca esta cinta, que también es comercial pero con una calidad por encima de la media en todos los sentidos. Me gusta mucho este tipo de cine que mezcla el entretenimiento con la calidad y con la inteligencia, no son conceptos que no sea imposible encontrar en el cine, aunque cada día es más difícil.

Os dejo también el trailer en inglés, creo que merece la pena escucharlos en su idioma original.